"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 14 de junio de 2013

Una idea base

Hace años era tan tonto que me creía eso de mi independencia. Que el individuo era una cosa y la sociedad una suma de individuos. Que la democracia te garantiza la defensa de tus derechos como individuo. Hace tiempo me caí del guindo y me di cuenta que somos otra cosa.

La ficción del individuo como ser soberano de su conciencia es de origen religioso. Viene de la creencia de una relación vis a vis de cada uno con Dios. El ramal protestante del cirstianismo es el que potenció a su máxima expresión el individualismo, al traducirlo en leyes de defensa de la libertad de conciencia, de expresión etc...

En cambio, la Iglesia, al hacerse única intérprete de ese mensaje, se convirtió en un grupo de presión añadido contra la idea, en su lucha incesante con el poder real por el dominio de su grey, no se dio cuenta que la sociedad civil avanzó en la defensa de la libertad individual a sus espaldas. El el XIX llego a ser su máximo enemigo, cuando declaró solemnemente "El liberalismo es pecado". Luego la Iglesia, en su lucha contra las corrientes socialistas, se inclinó por su propia contribución a un socialismo paternalista, por lo que se alejó todavía más del núcleo del mensaje evangélico de una relación única de cada uno con Dios. La Iglesia nunca ha asumido del todo el mensaje de la relación del individuo con Dios si no es a través de su liturgia y de sus "sacramentos" obligatorios, a los que Lutero denunció como armas de control de la conciencia.

La creencia en el individualismo fue trasvasandose del dominio religiosos al civil, y fue la base de las Constituciones más o menos democráticas que fueron naciendo. Pero la única totalmente basada en el individualismo como sujeto de derecho absoluto fue la Constitucion americana. Su famoso, "todos tenemos el derecho a buscada la felicidad" primero en la Declaración de Independencia, es una forma de de trasvasar del terreno sagrado a las leyes esa idea y hacerla universal, independientemente de la religión que se practique.

"Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados."
Es una declaración de tono dogmático, pero a la vez destruye todo dogma que sojuzgue a los hombres. Es de una sencillez a la par que de una eficacia que me hace pensar que los del 15-M, ni aunque hubieran estado un millón de años escribiendo frases fundacionales en la Puerta del Sol, hubieran llegado a formularla, porque ya estaba hecha hace más de dos siglos.
Y es que las cosas ocurren una sola vez en la historia. Los del 15-M tenían a lo mejor las mismas intenciones, pero partían de otras creencias muy distintas. Se pueden repetir las buenas intenciones, pero no los buenos resultados.

La eficiencia de este precepto no es que sea así la naturaleza humana, es que es el mejor principio para luchar contra lo que esa naturaleza es. Tenemoso tendencia a asociarnos para ser más fuertes, la sociedad no es una suma de individuos ejemplares, es el resultado de la interacción de grupos que intentan poner la fuerza y el poder de su lado. Si no fuera por ese principio y su defensa legal, los más débiles quedarían triturados por los demás.

En España no hay mucho entusiasmo por esa idea básica. Nuestras bases ideológicas heredadas son de tipo colectivista. La Constitución de 1978 dice defender los derechos individuales, pero eso queda ahogado en un mar de derechos colectivos,partidos, sindicatos, poderes regionales, colegios profesionales, entidades benéficas o seudo benéficas, etc, que se erigen en enemigos muy potentes de los sujetos individuales. A las que miramos, sin embargo, como admirables. La consecuencia ha sido una ruptura evidente de la igualdad de derechos individuales, en nombre de derechos colectivos, sobre todo nacionalistas, aunque no sólo.

Sólo un gobierno central fuerte puede defender los derechos individuales ante el ataque constante de grupos de interés colectivos o el propio poder. Pero la base debería ser una conciencia muy extendida de la libertad individual, cosa que no está en nuestros genes históricos. Nuestra historia democrática no es ejemplar al respecto. La Iglesia, el poder civil, en su estrecha alianza, han conformado nuestra conciencia.

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