"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 22 de julio de 2013

Ayer y hoy

Como podemos ver en Lord Keynes, la historia se repite. O por lo menos algunos rasgos inquietantes. En 1929 hubo una crisis que se prolongó hasta el umbral de la Segunda Guerra Mundial (si consideramos que la anexión de Austria por la Alemania hitleriana, en 1938, ya era un primer paso hacia una guerra mundial).

En la historia ha quedado como el hundimiento de la bolsa de Nueva York en octubre del 29 como el comienzo de una crisis "inexplicable". Que fuera ese el principio de la crisis no es más que una convención de los historiadores. Puede decirse que la crisis tuvo su fermento en La Paz de Versailles de 1919, que dio fin a la Primera Guerra Mundial. Las crisis que iba a provocar esa Paz las predijo con gran agudeza Keynes en su "Las consecuencias económicas de La Paz". Las penalizaciones impuestas a Alemania serían imposibles de pagar, además de provocar una malestar social de efectos devastadores. Toda Europa Central se vería atraída y destruida por el agujero negro alemán, causado por la mezquindad de los franceses y la cobardía y cortedad de Woodrow Willson (presidente de EEUU) y de Lloyd George, premier británico.

Esas predicciones se cumplieron. Pero demos por no revelados estos pasos previos a la crisis, y admitamos que empezó en 1929 con la caída de la bolsa americana. En 1929 estaba en la presidencia Hedgar Hoover, un conservador consecuente, que además tenía como hombre fuerte del gobierno a Mellon, el liquidacionista/austérico por excelencia. A ello se añade la pura casualidad que al inicio de la crisis el Presidente de la FED, Strong, monetarista "avans la lettre", se murió y no pudo aplicar su politica contracíclica que tenía in mente. La FED y el gobierno se abrazaron a las ideas austéricas-liquidadionistas, partidarias de una buena hecatombe para que de sus cenizas surgiera una economía más pura.

Se puede decir que una confluencia del destino jugó una mala pasada a EEUU y al mundo, por caer la gobernanza económica en unas figuras consecuentes con sus ideas. Lo cual demuestra que la fidelidad a unos principios no tiene por que coincidir con la eficacia. Ayer como hoy, se demuestra que al ser humano le cuesta más cambiar una creencia irracinal, aunque esta sea dinamita.

El análisis clásico de Friedman sobre este episodio es casi definitivo, aunque no del todo: le falta el papel de patrón oro en la expansión mundial de la crisis (Eichengreen) y el no menos importante papel de las deudas acumuladas (aunque esto no invalida sus conclusiones más que parcialmente).

La actitud conservadora de la FEd y del Gobierno provocó e intensificó el pánico bancario, las quiebras de bancos en cadena, la caída de la producción y el aumento del paro hasta niveles no vistos hasta entonces.

Incluso Lord Keynes, keynesiano por definición, reconoce que si se hubiera puesto todo el empeño en salvar los bancos y el sistema monetario, la crisis se hubiera evitado.

La historia se repite en el sentido de que, de nuevo, los hooverianos-liquidacionistas nos gobiernan. La crisis de hoy se parece a la del 1929, pero más que en sus causas, en la respuesta de los gobernantes. Y tan consecuentes como los de aquel entonces con sus ideas erróneas, asisten impasibles al hundimiento de países enteros aplicando reiteradamente sus recetas mortales.

En EEUU de entonces, tuvo que ganar las elecciones Roosevelt en 1932 para que se tomaran decisiones heterodoxas (cierto, algunas muy erróneas), como romper con el patrón oro, devaluar el dólar, y aumentar la masa monetaria, potenciada por el New Deal, una política fiscal de gasto, opuesta a los recortes de Hoover, pero que hizo crecer la economía y permitió salir de la pobreza extrema. La política fiscal dio fuerza a la política monetaria, en realidad la importante.

Roosevelt no era economista, y se empecinó en errores contraproducentes, como incentivar la destrucción de la oferta de ciertos productos para que aumentaran los precios, priorizar inequitativamente a los sindicatos sobre la empresa, etc, errores que Keynes no dejó de reprocharle. Pero en lo importante acertó.

Lo que demuestra, en todo caso, que el liderazgo político es crucial, pues se atrevió a impulsar medidas que no eran muy bien consideradas por muchos segmentos de la sociedad.

En suma, lo tenemos difícil. Estamos bajo un patrón oro llamado euro. Peor que el oro, pues de ahi te podías salir (de hecho, los países que no estaban en él, como España, sufrieron menos que los demás).

La vigilancia del oro(euro), el verdadero poder económico en Europa, ha caído en manos de un país que lleva en su ADN las ideas mediocres de un contable, preocupado sólo por el descuadre de fin de año. No sé cuantos economistas alemanes han ganado el premio Nobel. Creo que ninguno. A lo mejor me equivoco, pero no importa: les importa un bledo. Luego están los segundones europeos, que no aspiran más que a no enemistarse con Merkel (ya sabemos como se las gasta la pájara cuando le hacen frente: es capaz de desdecirse de lo apalabrado en una cumbre, como el par de revolcones que les dio a Rajoy y Monti. Se quedó tan pancha).

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No acabo de estar de acuerdo del todo con los paralelismos. Actualmente, existe un sector conservador -monetarista- que clama por una política expansiva de largo alcance, sin miedo alguno a la inflación, que puedo poner de nuevo en funcionamiento a la economía de EEUU. Estos son conservadores y en este punto en concreto de hecho están de acuerdo los Keynesianos también. Para mi el debate actualmente en EEUU se centra más bien en política fiscal, donde unos dicen que hacen poco y otros que mucho. Los austéricos "à la Europea" en EEUU creo que aun tienen peso político -en el GOP- pero poco peso académico y en universidades.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Sí, estoy de acuerdo, creo que Conseevador no es la palabra justa. Quiero decir conservador desde el punto de vista austérico, liquidacionista. Conservador granítico, tipo PP. Hoover era conservador granítico.
La verdad es que políticamente las mentes abiertas están del lado demócrata, y la metes cerradas del lado republicano. Aunque no 100%. Creo que loa académicos conservadores son más abiertos que los políticos.
De todas formas, la política logra imponerse. Vease a Mankiw apoyando al GOP.

www.MiguelNavascues.com dijo...

... Yo mismo me considero conservador, pero no me gustan los Tea Party. Incluso me podría considerar conservador keynesiano, aunque para que lo entiendan las rígidas etiquetas que se manejan, habría que entender de verdad a Keynes.

www.MiguelNavascues.com dijo...

... Mismamente Roosvelet, denostado sin fisuras por nuestros conservadores austéricos. Para lo que se enfrentò -una crisis de cojones y un agüera mundial- lo hizo de puta madre.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Pero por ejemplo hay que tener en cuenta que Mankiw fue asesor económico de Romney, siendo un economista conservador pero muy respetable, con unas credenciales académicas impolutas y de hecho considerado un "dove" en cuanto a inflación. Ben Bernanke es otro conservador -nombrado por Bush- de ideas abiertas y no proclive al conflicto y al autoritarismo -quizás por ello la FED ha acabado cediendo, por las presiones de otros-. Además, muchos conservadores como Josh Barro de BusinessInsider o muchos MarketMonetarists critican abiertamente muchas de las políticas del GOP, especialmente las que tienen que ver con la política monetaria.
De hecho, mi opinión es que los académicos norteamericanos considerados conservadores son muchos más auto-críticos, equilibrados en sus juicios, abiertos a nuevas ideas y conscientes que aquellos académicos de la rama más Keynesiana/intervencionista, ciertamente bastante cerrados en ocasiones.
Muchos economistas conservadores acostumbran a decir que en economía los demócratas suelen hacerlo mejor que los republicanos y que los demócratas suelen ser muchos más responsables en política fiscal, a pesar de la fama. De hecho, en plena campaña TheEconomist y el grupo de expertos que entrevistó consideró que Obama no lo había hecho del todo mal con la economía y que lo haría mejor que Romney.
Sin embargo creo que el Partido Republicano está en pleno de un cambio en profundidad, tanto económicamente como en temas sociales. Solo hay que ver los debates en política migratoria, sobre las minorías, en política fiscal y monetaria. De hecho, EEUU lo haría mucho mejor si en Partido Demócrata aun quedaran viejos conservadores -blue dogs- y en el Republicano tuvieran cabida voces más liberales.

Anónimo dijo...

Yo siempre he creído que es adecuada una política fiscal "responsable" (a poder ser bajos impuestos, el mínimo estímulo dirigido, y que a fin de cuentas los números cuadren) y una política monetaria que realmente haga "whatever it takes" para mantener bajo el desempleo y la inflación en valores "responsables" (que puede ser un 2, un 3, o incluso un 4). Lo pero ciertamente es ser un muro ideológico. Europe ciertamente es el hazmerreir del mundo. Es muy triste porque muchas personas lo están pasando mal por decisiones tomadas en base a no se sabe qué. Parece ser que en Europa nos hemos olvidado que las ideologías matan. Hay que ser más pragmáticos, sin duda.

www.MiguelNavascues.com dijo...

Totalmente ok