"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 23 de julio de 2013

Más sobre I-14. Nada nuevo hay bajo el sol

Hoy viene un artículo algo confuso en El Mundo sobre la operación Duque, Mixta-África, y Aizoon, de la que hablé ayer. Confuso en las fechas, que son esenciales en esta trama, porque el delito fiscal prescribe en pocos años. Entonces, parece que Hacienda reconoció el delito fiscal de I-14, aunque luego (o antes, he ahí mi confusión), el abogado del Estado (¿por encargo de quien?) y la Agencia Tributaria decidieron que no había intencionalidad de I-14, y que para fuera delito tiene que haber intencionalidad.

Es como los penaltis en el fútbol. Una mano en el área ha de ser intencionada, de ahí la confusión y las discusiones interminables que son la salsa del fútbol. Si las discusiones de fútbol se cerraran en un periquete, no habría fútbol. Posiblemente Hacienda esté dando materia de discusión para este "Largo y cálido verano" (Paul Newman en el papel del plebeyo arribista, Orson Wells en el de suegro gruñón, que enseguida se sabe que es SM, y Joanne Woodward en I-14), film en que se demuestra que la vida es igual siempre y que "No hay nada nuevo bajo el sol" (Qoelet). Incluso, ¡como no! Con sexo turbio, pues a PN le gusta más Lee Remick (y a mí).

Paul Newman en el papel del duque
Con todo, observen que se habla más del encuentro (sin fecha) Rajoy-Bárcenas que del encuentro de I-14 con la Justicia. I-14 tiene una defensa numantina de "voluntarios sin frontera" (se saltan las fronteras de sus competencias): todo el Estado al servicio de SA y de SM.

Y es que I-14 es una delicada flor de invernadero que, como la sirenita del cuento de Andersen, por amor salió de su hábitat y se metió a vivir en plebeyismo, con un tío sudado en camiseta (ver foto). Un maromo plebeyo le rapto el corazón, que era limpio y puro pero se amurrió de plebeyismo, se aplebeyó. Empezó a firmar papeles que el Duque plebeyo le ponía delante guiñándola el ojo, ¡esos ojos azules que la prendieron para siempre, y no la dejaron ver el lado canallesco de la plebe, y por ende, del "duque ojos azules"!

En realidad, nada hizo intencionadamente; estaba hechizada, y eso lo saben Hacienda, Montorez, y los abogados de Estado, y los notarios y registradores, que han puesto a sus pies algo más que su honor de federatarios. Se conjuraron: hay que salvar a la nívea I-14, dijeron al unísono en su Tabla Redonda, cruzando sus espadas (blackberries), y están en eso, salvándola del plebeyismo que se extiende como un cáncer.

Pero va ser que es demasiado tarde. La Sirenita le ha tomado gusto a firmar, se ha hecho adicta al bolígrafo, y no lo va a dejar aunque le sujeten la mano. Orson Welles ha creado una adicta casándola con Paul Newman. Pero ella es inocente de nacimiento, o sea, genéticamente.



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