Obviamente la Grecia de hoy tiene poco que ver con la cuna de la democracia, cuando los paseantes jalean a los detenidos de un partido nazi.
Poco tiene que ver con la democracia de la que presume el PSOE con el chantaje abierto que está organizando en Mallorca aliado con los partidos filiales del pancatalaniamo.
Como poco tiene que ver con un mínimo sentido del decoro los del PSC jugando a hacerle la ola a Artur Mas.
Y no digamos ya lo del existe o de las funciones del Estado por parte del Tea Party, dispuestos a hundirse bajo los escombros si los escombros son los del país que dicen amar.
Dicen que el euro es ya irreversible. Bien, pues entonces que actúen como tal los políticos, es decir, que si hemos hecho una moneda sin nación -como decía Paul de Grauwe- hagamos rápidamente lo más básico de una nación para que no nos hunda su perversidad. Hagamos primero un BCE realmente independiente, que no obedezca sólo a un país. Hagamos una red de cobertura bancaria, de tal manera que los bancos sean fuera de toda sospecha de riesgo sistémico. Y hagamos, si no una unión fiscal, muy difícil y larga, una negociación de deuda que reestructure la parte de la deuda mutua que es muy difícil que se pague si no aceptamos décadas de depresión económica. De momento, a todo esto se niega Alemania, cegada por su excelente posición acreedora, pero que debería mirar con sospecha la velocidad a la que crece si ha posición, cada vez más inberosimil de que pueda ser cobrada.
Está en intereses de todos, los acreedores -Alemania- que en caso de estallido del euro se quedaría sin cobrar sus enormes derechos acumulados, y de los deudores -España- que necesita salir del círculo vicioso de dedicar cada vez más renta a la devolución de deuda pero siendo esa renta cada vez más menguada.
Porque es literalmente así: los países como Grecia, que han recibido rescates y están a punto de recibir otro, y han logrado quitas de su deuda de un 30% de su PIB, están ahora peor que antes, su deuda ha avanzado hasta el 175% del PIB, pero no porque no hayan recortado gastos, sino porque el PIB se ha caído un 30%.
Hay una cosa elemental: no se puede hacer un plan de ajuste fiscal sin la ayuda de un banco central. Grecia no tiene un banco central: tiene el BCE, pero el BCE es el BC de todos y de nadie, pues no puede hacer una política a la carta. Lo poco que ha hecho en ese sentido ha sido insuficiente, lo cual ha logrado que las escasas ayudas hayan convertido a los bancos de cada país en los tenedores de la deuda. Y eso es peligroso si de nuevo la deuda empieza a entrar en sospecha. Pero no es una perversidad de los bancos, es que los bancos están fundidos, y la única inversión rentable y segura es la deuda.
En este caso es patente que la lógica bancaria debería haberse superado con una banca pública que hubiera dado crédito sin la lógica del beneficio. ¿Hubiera sido posible? No, si el BCE no cubre la seguridad de esa banca, que, aunque no busque beneficios, no puede quebrar.
Si no se hace algo en eses sentido, el caos, empujado ciegamente por los interesados en él, seguirá aumentando y se apoderará de todo.
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