"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 20 de octubre de 2013

Miedo a la posteridad

Via Krugman, llego a una crítica de Steven Pearlstein, del último libro de Alan Greenspan, "El Mapa y el Territorio" (curioso que el título sea igual que el de una novela de Hoellebeck, el estrafalario escritos francés. A ver si se va encontrar con una querella por plagio),

Tuve una admiración por Greenspan que ha sufrido un deterioro constante desde la crisis. Ya en 2009 advertía absurdamente de los peligros inflacionarios de la política de la FED. Peligros que, como todo el mundo sabe, han brillado por su ausencia pese a los reiterados intentos de los austéricos como heraldos fracasados de la hiperinflación. Ahora mismo la inflación está más baja que nunca.

Por supuesto, nunca admitió que el tuviera papel alguno en el desastre. El libro, según Pearlstein, es un intento patético de defender lo que hizo, y su modelo u hoja de ruta. Su modelo era, y es, libertad financiera total y política monetaria compensatoria contra los vaivenes. Es decir, está contra la política regulatoria que se ha implementado después de la crisis, pues, dice, es socializante y el cree en "cuanto menos estado, mejor".

Hay que decir que fue él el que impulsó la desregulación que creó los monstruos bancarios y el apalancamiento que, cuando se derrumbó, dijo quedar sorprendido al comprobar que el propio interés de las entidades no les había hecho actuar con prudencia. Pues al parecer, no quedó lo suficientemente sorprendido, pues ataca sin piedad la nueva ley Dodd-Frank dirigida a impedir la formación de riesgos acumulados sistémicos. Aunque, ojo, no lo hace por tal o cual matiz, sino por ser estatalista y socializante, y por lo tanto en contra del espíritu inversor a largo plazo. Sin embargo, él no se pribó de salvar un Edge Fund en apuros porque estaba endeudado con muchos bancos.

Al fin y al cabo, ¿no demostró él mismo, en 1987 y 2001, como se podía estabilizar la economía cuando estaba desregulada? ¿No demostraron las nuevas innovaciones financieras su utilidad en difundir los riesgos y que no se quedaran concentrados? Entonces, ¿en 2008, sólo había que hacer lo mismo? Al parecer es lo que piensa. Y se hizo, pero a él no le gusta. Demasiado QE y demasiada socialización.

Un penoso intento de defenderse de la infamia que ha caído sobre él, pues ya todo el mundo está de acuerdo que la innovación financiera ha tenido un papel perverso en esta crisis: infravalorar los riesgos sistémicos. Krugman llega a decir

The thing is, Greenspan isn’t just being a bad economist here, he’s being a bad person, refusing to accept responsibility for his errors in and out of office. And he’s still out there, doing his best to make the world a worse place.

Es duro haber sido Master del universo, aplaudido por todo el mundo, y ser ahora señalado como uno de los principales culpables de la crisis. Es mezquino, por otra parte, tirar piedras contra sus sucesores (Bernanke, Yellen) por la política durante la crisis: según él, duda que haya la voluntad suficiente para retirar de la circulación los trillones de dólares emitidos. Es decir, no hizo nada erróneo, pero los que intentaron salvar la crisis que él mismo contribuyó a crear, son unos mentecatos.

Lo malo es que así no va a recuperar su prestigio. Puede criticarse lo que ha hecho Bernanke, pero entonces hay que partir de la crítica de lo que hizo su predecesor, porque Bernanke tribuna pocas opciones para salvar al mundo del colapso. No voy a decir, como Krugman, que es una mala persona: es un viejo que no quiere pasar a la historia como un villano. Es una de las pasiones más humanas y que mueve más voluntades de lo que se piensa. De ahí la fuerza de las religiones. De ahí la fuerza de la confesión. Recuerden en "El Padrino III" don Corleone (al Pacino) confesándose con un cardenal (Ralf Vallone) que va a ser elegido papa... que no puede creer lo que oye. Nadie está a salvo de ese miedo, el miedo irracional a qué van a decir de ir cuando estés muerto. Ni los más fríos racionalistas.

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