Funcionariado es un estatus social que todo el mundo en España sueña con adquirir, "aunque sea ganando menos".
Esto es una falacia inconmensurable. Los funcionarios, al menos desde la transición, y por razón de ser una granero de votos potencial importante, se ha multiplicado por mil, y sus sueldos son mucho más altos que los pobres trabajadores que los mantienen.
Roberto Centeno lo explica muy bien aquí. Como yo, opina que en esto, como en tantas otras cosas, la transición ha sido una caída por el barranco hacia la ruina.
En el cuadro Centeno puede verse una comparación entre países:
Empezando por la última columna, en España hay 1 empleado público pr cada 4,8 privados. Ni siquiera nos acercamos a Italia, que tiene 1 por cada 6,2. Reino Unido es el país más "sano", pues cuenta con 13 trabajadores privados para sostener a cada funcionario. EEUU, 9 por 1.
El salario público español (columna 2) es un 67% mayor que el de los demás. En todos los demás países de la tabla el salario público es inferior al de los demás. Así que la AAPP puede reclutar a los mejores profesionales para que a continuación rindan muy por debajo de sus capacidades. Eso hace que al sector privado, cuando quiera captar a alguien competente, le cueste mucho más que si los salarios fueran equitativos. (Claro que en esta tabla me temo que no están incluidos las empresas públicas, tan prolíficas).
¿La razón? Las autonomías, cruzada con el enchufismo político, ha multiplicado por 17 el número de funcionarios, al tiempo que su jornada se reducía y su sueldo aumentaba. Pero hay otra razón de más calado: la intensa vocación del español por ser funcionario. Y tiene toda la razón. Ser funcionario supone ganar más, trabajar menos, tener más tiempo para llevar los niños al colegio, disponer de más guarderías a mejor precio, llegar tarde cuando le viene bien, salir antes con cualquier excusa, y, por encima de todo, ser inconsciente de que los del sector privado te están manteniendo.
Esto sería una razón de peso para una acción sindical constante hasta cambiar las cosas, pero ocurre todo lo contrario. Los sindicatos no sólo apoyan el modelo, sino que lo fomentan y lo protegen. Saben perfectamente que cuando hacen una huelga en la función pública, están perjudicando al país, y especialmente a los verdaderos trabajadores, pero ¡el chollo que es la cantidad de liberados del sector público, las dietas de negociación de convenio, y otras sinecuras!, les permite mirar para otro lado. De hecho su fuerza de acción sindical está en la administración, no en la empresa privada, grande o pequeña, que no ha difrido el acoso sindical desde hace décadas. Al menos directamente, porque indirectamente la empresa proveedora de las AAPP sí que sufrido las consecuencias de la acción sindical.
A lo mejor esto tiene una relación directa con la escasa productividad de España, pero a nadie en el poder se le ha ocurrido pensarlo, al contrario. Lo achacan a la falta de "políticas activas", es decir, de iniciativa pública, que son por supuesto un veneno y una trampa por la que se cuela la corrupción, como la descubierta ahora en UGT. Que no haya habido grandes manifestaciones de sindicalistas pidiendo explicaciones, todo lo contrario, decide muy poco del nivel moral de este país.
Pero en donde tiene efectos perversos a largo plazo es en la educación. El nivel de la enseñanza media y superior es deplorable! pese a los sueldos que se pagan en la enseñanza pública, mucho mayor que en la privada. La enseñanza concertada permite al gobierno ahorrase miles de millones que tendría que poner para hacerse cargo de los alumnos concertados. De ahí que siempre al final, por muchas amenazas que haga el PSOE, se acaba firmando el concordato con la iglesia. "Quita, quita, no me caiga a mí el marrón de que la Iglesia cierre sus centros!". Pura chulería estéril la de Rubalcaba. Ambos se necesitan porque sale mucho más barato.
Lo que no sale tan barato es la universidad, que se despliega por el territorio a la misma velocidad que cae la calidad de su oferta.
No hay sector que no este tocado por la varita de la subvención, de la coima, del soborno, de "barcinismo".. En realidad rodos somos funcionarios, unos "legales" y otros "derivados". Ni siquiera la prensa es libre. Si quitaran de repente la subvención al papel, desaparecería la "opinión pública". "Del Rey abajo, ninguno"... Se libra de estar más o menos pringado. Literalmente.
Decididamente, si esto es de izquierdas, Franco no era de izquierdas.
Esto es una falacia inconmensurable. Los funcionarios, al menos desde la transición, y por razón de ser una granero de votos potencial importante, se ha multiplicado por mil, y sus sueldos son mucho más altos que los pobres trabajadores que los mantienen.
Roberto Centeno lo explica muy bien aquí. Como yo, opina que en esto, como en tantas otras cosas, la transición ha sido una caída por el barranco hacia la ruina.
En el cuadro Centeno puede verse una comparación entre países:
Empezando por la última columna, en España hay 1 empleado público pr cada 4,8 privados. Ni siquiera nos acercamos a Italia, que tiene 1 por cada 6,2. Reino Unido es el país más "sano", pues cuenta con 13 trabajadores privados para sostener a cada funcionario. EEUU, 9 por 1.
El salario público español (columna 2) es un 67% mayor que el de los demás. En todos los demás países de la tabla el salario público es inferior al de los demás. Así que la AAPP puede reclutar a los mejores profesionales para que a continuación rindan muy por debajo de sus capacidades. Eso hace que al sector privado, cuando quiera captar a alguien competente, le cueste mucho más que si los salarios fueran equitativos. (Claro que en esta tabla me temo que no están incluidos las empresas públicas, tan prolíficas).
¿La razón? Las autonomías, cruzada con el enchufismo político, ha multiplicado por 17 el número de funcionarios, al tiempo que su jornada se reducía y su sueldo aumentaba. Pero hay otra razón de más calado: la intensa vocación del español por ser funcionario. Y tiene toda la razón. Ser funcionario supone ganar más, trabajar menos, tener más tiempo para llevar los niños al colegio, disponer de más guarderías a mejor precio, llegar tarde cuando le viene bien, salir antes con cualquier excusa, y, por encima de todo, ser inconsciente de que los del sector privado te están manteniendo.
Esto sería una razón de peso para una acción sindical constante hasta cambiar las cosas, pero ocurre todo lo contrario. Los sindicatos no sólo apoyan el modelo, sino que lo fomentan y lo protegen. Saben perfectamente que cuando hacen una huelga en la función pública, están perjudicando al país, y especialmente a los verdaderos trabajadores, pero ¡el chollo que es la cantidad de liberados del sector público, las dietas de negociación de convenio, y otras sinecuras!, les permite mirar para otro lado. De hecho su fuerza de acción sindical está en la administración, no en la empresa privada, grande o pequeña, que no ha difrido el acoso sindical desde hace décadas. Al menos directamente, porque indirectamente la empresa proveedora de las AAPP sí que sufrido las consecuencias de la acción sindical.
A lo mejor esto tiene una relación directa con la escasa productividad de España, pero a nadie en el poder se le ha ocurrido pensarlo, al contrario. Lo achacan a la falta de "políticas activas", es decir, de iniciativa pública, que son por supuesto un veneno y una trampa por la que se cuela la corrupción, como la descubierta ahora en UGT. Que no haya habido grandes manifestaciones de sindicalistas pidiendo explicaciones, todo lo contrario, decide muy poco del nivel moral de este país.
Pero en donde tiene efectos perversos a largo plazo es en la educación. El nivel de la enseñanza media y superior es deplorable! pese a los sueldos que se pagan en la enseñanza pública, mucho mayor que en la privada. La enseñanza concertada permite al gobierno ahorrase miles de millones que tendría que poner para hacerse cargo de los alumnos concertados. De ahí que siempre al final, por muchas amenazas que haga el PSOE, se acaba firmando el concordato con la iglesia. "Quita, quita, no me caiga a mí el marrón de que la Iglesia cierre sus centros!". Pura chulería estéril la de Rubalcaba. Ambos se necesitan porque sale mucho más barato.
Lo que no sale tan barato es la universidad, que se despliega por el territorio a la misma velocidad que cae la calidad de su oferta.
No hay sector que no este tocado por la varita de la subvención, de la coima, del soborno, de "barcinismo".. En realidad rodos somos funcionarios, unos "legales" y otros "derivados". Ni siquiera la prensa es libre. Si quitaran de repente la subvención al papel, desaparecería la "opinión pública". "Del Rey abajo, ninguno"... Se libra de estar más o menos pringado. Literalmente.
Decididamente, si esto es de izquierdas, Franco no era de izquierdas.
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