No se suele saber, pero la España moderna es un país de grandes magnicidios, luego caídos en el misterio y el olvido. Desde el asesinato del general Prim, presidente del gobierno de la España de entonces, 1870, hasta hoy, han muerto asesinados una cantidad insospechada de presidentes. Prim, Cánovas, Canalejas, Dato, y finalmente Carrero, murieron violentamente. Podrían haber sido más, pues Antonio Maura estuvo al filo de la muerte en un atentado. El desconocimiento oceanico de nuestra historia y el desinterés general, incomprensible para mí, han relegado al olvido lo que hubo detrás de estos hechos que contribuyeron a impedir un asentamiento de la estabilidad.
De todos estos magnicidios alguien, o "alguienes" se beneficiaron. El de Juan Prim impidió que cuajase la monarquía del rey Amadeo de Saboya. Siempre se ha sospechado que los masones más radicales, republicanos anti monárquicos, estuvieron detrás. El de Cánovas hizo temblar el andamiaje de la Restauración, así como los de Canalejas y Dato... No es difícil ver que estos magnicidios, en tan corto espacio de tiempo, al final debilitaron el sistema monárquico y facilitaron el camino a que viniera una dictadura, la de Primo de Rivera...
El asesinato de Carrero Blanco tuvo especial relevancia para la historia de España. El autor material fue ETA, pero siempre se ha sospechado que gozó de una impunidad que venía del mismo centro del poder, quizás con la vigilancia complaciente de EEUU y la CIA, nada contentas con el nombramiento de Carrero como sucesor de Franco, posible controlador máximo de la monarquía naciente.
Acabo de leer "Matar a Carrero. La conspiración" de Manuel Cerdán, libro recomendable para los interesados en la historia y en esta historia, probablemente decisiva. En él se detallan algunos misterios que posiblemente nunca serán aclarados. ¿Cómo pudo ETA durante dos años moverse por Madrid sin ser molestados? Y después del asesinato, ¿por qué hubo tanta obstrucción permanente a la actuación de la justicia, hasta el punto de que varios jueces y altos cargos vieron truncada su carrera por acercarse a la verdad?
Tomo prestados los siguientes breves párrafos que resumen las paradojas y los sin sentidos que se dieron en Madrid durante los años 1971-73, hasta que el 20 de diciembre de ese año el coche de Carrero Blanco es dinamitado con un enorme carga explosiva, colocada en un túnel excavado bajo la calle Claudio Cuello, de un gran efecto expansivo que hace volar al coche una altura de ocho pisos y aterrizar en el patio interior de la iglesia de san Francisco de Borja, de los jesuitas. La verdad es que no hubo un gran duelo ni siquiera del régimen, pues era un personaje más temido y odiado que respetado. Se le consideraba el continuador del franquismo después de Franco. Éste mismo unas palabras harto misteriosas, en una alocución fúnebre en Tv por el presidente asesinado:
El caso es que voladura abrió las puertas a que la reforma política fuera menos intrincada, pese a que su sucesor en el cargo, Arias Navarro, que fue elegido y puesto a presión por el entorno familiar de Franco (él iba a nombrar a Nieto Antunes), era un hombre granítico y fiel al franquismo.
Durante dos años el comando "Txikia" se mueve impunemente por Madrid, tan impunemente que los informes policiales, que periódicamente llegan a los altos mandos, son sistemáticamente metidos en un cajón, como se ve en estos párrafos:
De todos estos magnicidios alguien, o "alguienes" se beneficiaron. El de Juan Prim impidió que cuajase la monarquía del rey Amadeo de Saboya. Siempre se ha sospechado que los masones más radicales, republicanos anti monárquicos, estuvieron detrás. El de Cánovas hizo temblar el andamiaje de la Restauración, así como los de Canalejas y Dato... No es difícil ver que estos magnicidios, en tan corto espacio de tiempo, al final debilitaron el sistema monárquico y facilitaron el camino a que viniera una dictadura, la de Primo de Rivera...
El asesinato de Carrero Blanco tuvo especial relevancia para la historia de España. El autor material fue ETA, pero siempre se ha sospechado que gozó de una impunidad que venía del mismo centro del poder, quizás con la vigilancia complaciente de EEUU y la CIA, nada contentas con el nombramiento de Carrero como sucesor de Franco, posible controlador máximo de la monarquía naciente.
Acabo de leer "Matar a Carrero. La conspiración" de Manuel Cerdán, libro recomendable para los interesados en la historia y en esta historia, probablemente decisiva. En él se detallan algunos misterios que posiblemente nunca serán aclarados. ¿Cómo pudo ETA durante dos años moverse por Madrid sin ser molestados? Y después del asesinato, ¿por qué hubo tanta obstrucción permanente a la actuación de la justicia, hasta el punto de que varios jueces y altos cargos vieron truncada su carrera por acercarse a la verdad?
Tomo prestados los siguientes breves párrafos que resumen las paradojas y los sin sentidos que se dieron en Madrid durante los años 1971-73, hasta que el 20 de diciembre de ese año el coche de Carrero Blanco es dinamitado con un enorme carga explosiva, colocada en un túnel excavado bajo la calle Claudio Cuello, de un gran efecto expansivo que hace volar al coche una altura de ocho pisos y aterrizar en el patio interior de la iglesia de san Francisco de Borja, de los jesuitas. La verdad es que no hubo un gran duelo ni siquiera del régimen, pues era un personaje más temido y odiado que respetado. Se le consideraba el continuador del franquismo después de Franco. Éste mismo unas palabras harto misteriosas, en una alocución fúnebre en Tv por el presidente asesinado:
Palabras que siempre han suscitado grandes preguntas no contestadas.“«Es virtud del hombre político la de convertir los males en bienes. No en vano reza el adagio popular “que no hay mal que por bien no venga”.
El caso es que voladura abrió las puertas a que la reforma política fuera menos intrincada, pese a que su sucesor en el cargo, Arias Navarro, que fue elegido y puesto a presión por el entorno familiar de Franco (él iba a nombrar a Nieto Antunes), era un hombre granítico y fiel al franquismo.
Durante dos años el comando "Txikia" se mueve impunemente por Madrid, tan impunemente que los informes policiales, que periódicamente llegan a los altos mandos, son sistemáticamente metidos en un cajón, como se ve en estos párrafos:
“- ETA manda a Madrid a un comando de activistas fichados, con órdenes de busca y captura y perseguidos por la Policía.
- Los etarras, desde el primer día que llegan a la capital, se relacionan con miembros de la oposición que están fichados y son unos habituales de los calabozos de la DGS de la Puerta del Sol. Todos ellos soportan a menudo redadas y detenciones.”
- Desde el primer momento, los topos de la Policía y la Guardia Civil avisan de que se enteran de que ETA planea algo gordo en Madrid, pero no se redoblan las medidas de seguridad. Y menos las que afectan al presidente. Sus escoltas, en repetidas ocasiones, alertan a sus superiores de que la iglesia de San Francisco de Borja es un desfiladero rodeado de comanches, pero nadie pone coto a esa amenaza.- Tras el asesinato de un policía en pleno centro de Madrid, el Primero de Mayo, por un militante de extrema izquierda, la Político-Social despliega un sinfín de redadas pero ninguna de ellas sirve para socavar el joint venture Forest- Argala. [nota: alusión a Genoveva Forest, militante comunista que ayudó al comando decisivamente].
- Los miembros del comando Txikia, ya instalados en el piso de la calle Mirlo, en el barrio de Campamento, donde los conocen como «los de la ETA», emprenden varias acciones en Madrid, mientras preparan el atentado, todas ellas con éxito. Atracan una comisaría, asaltan una armería y roban un fusil a un centinela de Capitanía y, sorprendentemente, nadie les molesta. Además, rizando el rizo, realizan prácticas de tiro en la Casa de Campo y prueban explosivos en la Sierra de Madrid.
– los integrantes del comando desatienden las mínimas garantías de seguridad y de clandestinidad para una organización terrorista. La estancia en Madrid es un cúmulo de despropósitos: sufren un robo en una boutique, se les dispara una pistola en uno de los pisos alquilados, se olvidan una cartera con un arma en la barra de un bar… Y se dejan ver a diario en las inmediaciones de la Embajada americana cuando se dedican a vigilar a Carrero.
– El comando alquila y adquiere una decena de pisos y locales sin que ningún portero, conserje o sereno dé el cante a la Policía.
– La dirección de la banda decide celebrar una reunión de su Comité Ejecutivo en un piso de Getafe, una de las zonas obreras en las que la Policía vigila de cerca a los dirigentes sindicalistas. Por allí pasan casi una veintena de terroristas y nadie se percata de ello.
– El comisario de Bilbao facilita a Madrid una lista con las fichas y fotos de los etarras más peligrosos, en las que aparecen la treintena de los terroristas que se mueven por Madrid; pero el comando, a pesar de las luces de alarma, sigue disfrutando de plena impunidad.
– Las fuerzas de seguridad detienen en el País Vasco a uno de los generales de ETA, quien en su interrogatorio confiesa que acaba de llegar de Madrid, donde ha mantenido una reunión con otros militantes de la banda. Asimismo, declara que en la capital ha entregado una fuerte suma de dinero a un compañero de la organización. No obstante, las revelaciones se apolillan en un cajón.
– Los etarras se mueven por España con plena libertad. Viajan en Talgo, armados, de San Sebastián a la estación de Chamartín de Madrid, hacen turismo en Toledo en medio de una visita del entonces príncipe Juan Carlos, alquilan y compran automóviles, se desplazan a Burgos a retirar los explosivos que han sido robados en un polvorín de Hernani, salen de copas por la noche, confiesan a desconocidos su misión capitalina, dejan huellas dactilares y pistas en todas las viviendas arrendadas… Todo ello con documentación falsa y, en algunos de los casos, de muy baja calidad. Y nadie detecta nada ni da un leve aviso.
Finalmente, ante las sospechas nunca totalmente confirmadas de la participación, activa o pasiva, de servicios de inteligencia extranjeros, destacan las palabras de Adolfo Suárez, el primer presidente de la democracia, él mismo posible blanco de un magnicidio:– …Y, por último, el túnel construido en el sótano del número 104 de la calle Claudio Coello. Una vez más, los terroristas son teledirigidos por gente ajena a la organización [nota: alusión a un misterioso personaje que les facilita información, o más que información, les sugiere el modus operandi] para dar con ese lugar con un gran valor estratégico. Todos los días la comitiva de Carrero pasa por allí. Los terroristas, en lugar de ametrallar el coche del presidente en un cruce o en un semáforo, algo que podía dificultar su huida, escogen una opción mucho más complicada: la construcción de un túnel desde el sótano y por debajo de la calle. Mucho más enrevesada porque, en el plazo de ejecución de la obra, podían ser descubiertos y echar por la borda toda la misión. Pero, aunque a causa de las obras la atmósfera del inmueble apesta a gas, nadie decide intervenir. Y eso que el portero es también policía armada. Y eso que la Embajada de Estados Unidos está ubicada a menos de doscientos metros. Y eso que el secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, transita por la calle Serrano en aquellas fechas y la zona está tomada policialmente. ¡Inaudito!”
Unas palabras que resumen una buena parte de la historia reciente de España, o de la parte no sabida y enterrada, si pensamos en el falso cierre del atentado del 11-M.“Me voy sin saber si ETA cobraba en dólares o en rublos.”
6 comentarios:
Mil gracias por este asombroso post, pero como dije en un comentario anterior, los españoles somos "el pueblo que no quiere saber".
Así es. Todo se resume en est dicho tan difundido. "Algo habrá hecho". Sí, ¿pero qué? Es que no hay curiosidad para saber lo que hizo para merecer eso?
Es que o hay curiosidad. Para nada.
Nos gusta dormir, soñar, y nos enfadamos cuando nos despiertan -como decía Lampeduda en el Gatopardo de los sicilianos.
Gracias por recordarme ese maravilloso libro; hace mucho que lo leí, lo voy a releer inmediatamente.
Sí, desde luego. Y la película tb. y la biografía de Lampedusa, creo quede Osborne, una delicia.
El Gatopardo es una extraña combinación de literatura y sabiduría, muy rara.
Mira,yo y lo voy a releer.
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