La Convención del PP ayer en Valladolid debió de ser un aquelarre como ese de las brujas de Macbeth. Las tres brujas fatídicas le anuncian a Macbeth que alcanzará cada vez más gloria hasta que será rey. Poco después recibe un mensaje del rey: le ha sido concedido la baronía. Ya está trazado el camino perverso que Macbeth emprende hasta su destrucción final.
Las burbujas de las calderas de las brujas del PP se convirtieron ayer en un alarde de plasma en colorines. La alquimia hechicera hizo aparecer a la hermana de Miguel Ángel Blanco como adalid de Rajoy. Todos cerraron filas ante esos poderes taumatúrgicos del nuevo Macbeth, pese al ruido de tam-tam en las bases del PP, de descontento creciente por la política (¿?) contra ETA.
El PP reconvirtió la mentira en una consigna útil para mirarse al espejo y seguir llevando a España a su ruina. Fue un ejercicio de narcisismo en el que todos se alababan mutuamente, todos aparecían enormemente favorecidos, hasta los Glez Pons -experto en banalidades que gustan a sus jefes-, que brillan en estas a ocasiones de oropel y brillos cegadores.
Rajoy no es como Macbeth. No corre a su perdición, sino a la nuestra. En esa carrera gana por varios cuerpos a líder de la oposición, verdadero inútil atrapado en su turbio pasado. También creyó en la profecía de unas brujas. Mientras el Congreso se divierte, los cuatro jinetes del Apocalipsis cabalgan hacia nosotros.
Convenciones esplendorosas, rutilantes, que deben costar un pastón que no sabemos de donde sale, ni lo sabremos jamás, que para eso Pedro J ha sido descabalgado. Han sofocado o expulsado a sus enemigos internos. Los externos no se dan por aludidos. Ha empezado la operación de ninguneo de los chiquillos esos de VOX, C's, UPyD, para lo que contará con la inestimable ayuda de Rubalcaba, y gratis.
Estos son los líderes que tenemos. Desengañémonos. Son los is tienen las palancas en sus manos.
Las burbujas de las calderas de las brujas del PP se convirtieron ayer en un alarde de plasma en colorines. La alquimia hechicera hizo aparecer a la hermana de Miguel Ángel Blanco como adalid de Rajoy. Todos cerraron filas ante esos poderes taumatúrgicos del nuevo Macbeth, pese al ruido de tam-tam en las bases del PP, de descontento creciente por la política (¿?) contra ETA.
El PP reconvirtió la mentira en una consigna útil para mirarse al espejo y seguir llevando a España a su ruina. Fue un ejercicio de narcisismo en el que todos se alababan mutuamente, todos aparecían enormemente favorecidos, hasta los Glez Pons -experto en banalidades que gustan a sus jefes-, que brillan en estas a ocasiones de oropel y brillos cegadores.
Rajoy no es como Macbeth. No corre a su perdición, sino a la nuestra. En esa carrera gana por varios cuerpos a líder de la oposición, verdadero inútil atrapado en su turbio pasado. También creyó en la profecía de unas brujas. Mientras el Congreso se divierte, los cuatro jinetes del Apocalipsis cabalgan hacia nosotros.
Convenciones esplendorosas, rutilantes, que deben costar un pastón que no sabemos de donde sale, ni lo sabremos jamás, que para eso Pedro J ha sido descabalgado. Han sofocado o expulsado a sus enemigos internos. Los externos no se dan por aludidos. Ha empezado la operación de ninguneo de los chiquillos esos de VOX, C's, UPyD, para lo que contará con la inestimable ayuda de Rubalcaba, y gratis.
Estos son los líderes que tenemos. Desengañémonos. Son los is tienen las palancas en sus manos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario