Según El modelo el gobierno (bueno, en realidad de la UE) España debe salvarse reduciendo sus necesidades financieras exteriores, con un aumento de la competitividad que impulse las exportaciones y limite las importaciones. Ese aumento de competitividad debe ser logrado con la "devaluación interna" (ajustes de costes de producción internos) puesto que no se puede devaluar la divisa. Como España, todos los países del euro deben ajustarse a este modelo de recuperación de competitividad. Como expliqué en "Vaya cagada!", en marzo de 2011, 23 países firmaron el "Euro Plus Pact", por el que todos los países seguirán esa estrategia absolutamente suicida.
Suicida porque es obvio que si todos los países del euro, que dirigen la mayoría de sus exportaciones a Europa, se ponen a competir entre sí para ganarse en competitividad, nadie lo logrará. Uno al menos, Alemania, debe perder competitividad para que los demás lo ganen. Pero Alemania es a quién mejor se le da este tipo de carreras.
En todo caso, en el documento de investigación citado en ese post, del BCE, se demuestra que no ha servido para nada, puesto que los ajustes de saldos exteriores han precedidos a la bajada de costes internos. Con técnicas sofisticadas de casualidad, el documente demuestra lo contrario: que serían la mejora de los saldos la causa de los aumentos de competitividad...
Yo creo que un país como España no puede regirse por el criterio de lograr un superávit exterior constante. España ha sido deficitaria tendencialmente. Para ello hay poderosas razones. Primera, que la cultura economica española es menos que cero. La cultura económica, incluso en los nichos ilustrados, está dominada por consideraciones ideológicas. Aparte de eso, la enseñanza en el bachillerato es de un sesgo ideologízante realmente definitivo en el jucio de la gente de la calle sobre lo económico.
Eso lleva a la segunda razón, y es que España es un país de estructuras mediocres y de productividad media inferior a los países con los que compite. Y, tercero, eso hace que España sea un País secularmente necesitado de inversión directa, que traiga capital sin endeudamiento y con nueva tecnología, lo que si puede acelerar el cambio tecnológico español. La diferencia principal entre inversión directa y deuda es que aquella no tiene vencimiento, además de aportar innovación tecnológica que beneficia a la productividad.
Para ello es necesario crear un ámbito económico de seguridad jurídica, atractivo fiscalmente, y laboralmente, para la inversión directa exterior. España, desde que abandonó la pobreza, siempre ha contado con un gran volumen de inversión directa exterior que le financiaba el déficit comercial.
Edo de ha perdido en la última década. En el gráfico primero, de Eurostat, pueden ver los flujos de inversión directa por país receptor.
España es las barras de color marrón. Como ven, desde 2007, las entradas brutas de capital fijo exterior se han desplomado.
Si sumo ambos saldos, obtengo la verdadera necesidad de financiación de la economía, es decir, el endeudamiento financiero que ha de captarse en deuda devengable.
La caída de Inversión directa se ha sustituido por capital financiero, es decir, deuda devengable, que ahora debemos pagar en condiciones mucho más duras, pues nos obligan a contraernos internamente, lo que consigue mejores saldos exteriores por la contracciones de importaciones, lo que sólo puede ser positivo a corto plazo. Muchos de los bienes de capital dijo entran por importaciones, como es lógico, pero parece que se ha preferido sustituir por otros bienes.
En todo caso, la estrategia actual, como demuestra el documento del BCE, es errónea: nunca llega a su objetivo, pues los demás, incluso Alemania, están reduciendo costes internos.
Alemania tiene un superávit exterior cada vez mayor, llega hasta el 7,5% de su PIB. España ha logrado, mediante la represión interna de la demanda, un leve superávit. Ameno a tiene una posición de inversión internacional (saldo acumulado de deudas y crédito) del 100% de su PIB.
España tiene una posición de inversión internacional negativa del 99% del PIB.
Si Alemania invirtiera en España si excedente de ahorro en forma de inversión directa, no tendríamos problemas financieros. Pero la verdad, hay que reconocer que España se ha desestructurado económicamente, no hay un sólo poder representativo frente a los potenciales intereses inversores, y todo es política.
Veamos con otro ejemplo que España no es un caso único de necesidad de inversión exterior:Australia. Australia es un país deficitario por cuenta corriente desde ha décadas, como se puede ver en la línea roja del gráfico inferior.
¿Qué le ha salvado - es decir, como se financia permanentemente esa déficit que ha llegado a ser del 7% de PIB (escala de la derecha)? La inversión directa exterior, que es la línea verde.
En resumen, el saldo de la cuenta corriente no es el saldo definitivo para marcar la estrategia. El saldo de inversión directa exterior es tan importante o más. La suma de los dos es quizás más significativo. La suma de los dos, la línea verde en el gráfico de España, demuestra que este saldo conjunto ha sido un desastre desde principios del año 2000. Es decir, no por casualidad, desde el inicio del euro. El euro, supuestamente un factor de seguridad para la inversión, no ha jugado a favor - aparte de su funesto efecto en el saldo de cuenta corriente. Eso se ha combinado con la desastrosa fragmentación política y administrativa de España, para que el interesado en invertir aquí se pierda en una maraña de taifas cada una con sus leyes y sus corruptelas, con el resultado conocido.
Por sí alguien tiene la curiosidad del efecto contrario al desdeñado del euro, vean lo que aporta la flexibilidad del dólar australiano (línea azul) al saldo de Cuenta Corriente y a la inversión directa del exterior:
La depreciación del dólar australiano frente al dólar USA ha supuesto una adicional línea de ajuste que ha suavizado los movimientos de flujos y no ha mermado la confianza en el país.
Un tipo de cambio flexible es de absoluta necesidad (aparte de que eso implica un banco central propio para apoyar la política del gobierno). Las dos líneas de Balanza se Pagos, Cuenta Corriente e inversión directa, son sensibles al tipo de cambio.
Eso no es excusa para la desastrosa desestructruación política española de las últimas décadas, que ha acentuados os efectos de las rigideces inevitables del euro.
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