Ha escrito un libro autobiográfico, "Stress Tests: Reflections on Financial Crisis". Es un libro ameno, sin un ápice de engolamiento. Ni siquiera es, ni pretende serlo, un economista renombrado. Pero durante la crisis fue presidente de la FED de Nueva York (que tiene un papel especial como ejecutora de la política monetaria del FOMC), y luego Secretario del Tesoro como sucesor de Paul Johnson.
Como desveló Ambrose Evans-Prichard, en su libro desvela las manipulaciones de los líderes europeos para expulsar a Berlusconi como primer ministro de Italia, y los intentos de confabularle a él en la operación, a lo que se negó.
No he llegado a esa parte del libro, pero quiero resaltar la educación que recibió y cómo fue encauzado hacia el servicio público. Para una persona que no tenía ninguna vocación definida, es curioso como llegó a donde llegó... Al acabar sus estudios entró a trabajar en la sección internacional del Tesoro. Su única inclinación aparente era lo internacional, por su vida desde pequeño en el extranjero, en países asiáticos, y su conocimiento de japonés y del chino. En su primer año tuvo un jefe que le enseñó cómo debía de pensar actuar para un superior:
"Céntrate en lo que es correcto. Dile a tus jefes lo que realmente piensas. Comprende la política, pero no prentendas dar una versión óptima de cómo debería ser. Ten siempre en cuenta que lo que haces afecta al mundo."
Lo destaco, no porque sea verdad, que no lo sé, sino porque es justo lo contrario de lo que yo aprendí como funcionario español.
Nunca me dijeron "escribe lo que piensas, que ya tomaremos las decisiones en función de las opiniones", sino al revés: escribe lo que tus jefes quieren que oír. Sí crees que has descubierto algo, te lo metes por donde te quepa. Cuanto más objetivo seas, o crees que seas, peor para ti. No entiendas de política: hay un sólo partido correcto (el que gobierna), no te desvíes de él. No te preocupes, hagas lo que hagas es una mierda que no tiene trascendencia. Nunca permitiremos que eso suceda. Aún así nunca me dejaron en paz.
5 comentarios:
Buenísimo Miguel, lo peor de todo es que es verdad.
Si lo sabré yo...
Pues casi igual de asqueroso que trabajar en las mega-empresas post-modernas.
Mucho lametraserismo.
Luego dirán que con Franco y la dictadura... je je Como para comparar la función pública de entonces y la de ahora. Democracia dicen... Ya, claro.
Toca tragar. En todos sitios.
Precisamente. Yo he sido testigo de la libertad de pensamiento que había antes. Cuando Suárez era presidente, fui testigo del disgusto que le mostró al ministro de economía de entonces, García Díez, por el criticismo con que se expresaran los economistas del ministerio en la publicación oficial.
Ahora las cosas están "atadas y bien atadas", jajajajaja
Precisamente. Yo he sido testigo de la libertad de pensamiento que había antes. Cuando Suárez era presidente, fui testigo del disgusto que le mostró al ministro de economía de entonces, García Díez, por el criticismo con que se expresaran los economistas del ministerio en la publicación oficial.
Ahora las cosas están "atadas y bien atadas", jajajajaja
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