Ayer me di de baja de mi abono al tinglado de Orbyt. No es por dinero, es como manera de protestar de lo que ha hecho Casimiro García Abadillo con un periódico: de tener vida, ahora es una hoja parroquial que se te deshace en las manos. Ya sólo me interesan los columnistas, pero espero pillarlos por ahí.
La línea editorial es especialmente expresiva de como se puede matar un medio de expresión por dentro mientras sigue tieso por fuera. Ya sólo leo los títulos de los editoriales para corroborar uno y otro día de que lo que importa es no molestar al poder. Todo lo que hace o no hace el gobierno está bien, sí acaso un par de sugerencias humildes para que vayan mejor aún en las intenciones salvificas de Rajoy.
Véase el editorial de hoy por ejemplo, sobre las medidas económicas tomadas con nocturnidad y alevosía siete días después de la castrófica jornada electoral. Ya sólo el título dice todo del buenismo y la melifluidad de don Casimiro:
"Un plan inversor para afianzar la salida de la crisis y recuperar votos"
Y así todos los editoriales día tras día. El gobierno es justo y benéfico, lo que hace lo hace por nuestro bien, y si no lo consigue no es intencionadamente, pero siempre en todo caso va en la buena dirección. En realidad todos somos buenos, si nos aplicamos a ello.
Por supuesto, el plan inversor, que es como un plan E de Zp pero más pobre, es más gasto público, que, como demostramos anteayer, es lo único que tira en esta economía, como se ve en el gráfico
Ya vimos que el aumento del PIB del autobombo en el primer trimestre es gracias al consumo público. Sin eso, el PIB habría sido otra vez negativo.
Así que el plan de urgencia de Rajoy es meter más carbón del Erario a la economía, no para que se recupere, sino para que mantenga un calorcillo hasta las elecciones de 2015 (autonómicas y municipales), a ver si hay suerte y... Pero no funcionará, porque las cantidades son ridículas y porque tendrán que recortar de otro sitio, ya que la madrastra europea y el FMI vigilan y pegan en los nudillos cuando el alumno se sale de madre.
Mientras las deudas del sector privado sean agobiantes, la economía no puede funcionar. En otro contexto institucional, fuera del garrote vil europeo, con los bajos tipos de interés púbicos, el gobierno podría endeudarse para insuflar dinero en la economía privada y acelerar el desendeudamiento. Porque, hasta ahora, los tipos de interés cargados al sector privado no han bajado un ápice y en términos reales, es decir, deflactados por la no inflación, han aumentado. Y así será mientas el sector privado esté endeudado y tenga tan pobres activos que ofrecer como garantía. La banca no está como para correr grandes riesgos, puesto que su rescate se ha hecho a medias...
A medias porque Europa no consiente otra cosa: todo a medias, así la crisis dura más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario