"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 16 de octubre de 2014

Lo que nos une

Antonio Muñoz Molina tiene un estimable artículo en el Financial, "Catalans have as much in common with the Spanish as with each other". A nosotros quizás no nos diga nada nuevo, pero a lo mejor penetra un poco en la dura mollera de los anglosajones que los independentistas no son unos seres reprimidos a los que se les hurta sus derechos constantemente.

"... Catalans are proud of their native language and a literary tradition that goes back to the Middle Ages. However Barcelona, Catalonia’s capital, is also the world capital of Spanish-language publishing. Most of the jobs generated by this market, of 350m Spanish-speakers, mainly in Latin America and Spain, are held by Catalans.

But drawing straight lines on a map is harder than it seems. We have been together for too long. No Spaniard, no Spanish territory, no part of Spanish history, culture, economy, daily life – none is alien or unrelated to some aspect or other of Catalonia. And very few things in Catalonia would be as they are were if not for their connection with the whole of Spain. Half of my peasant family fled our home province of Jaén in southern Spain in the late 1950s, heading for Catalonia and the promise of better lives and good factory jobs. My father might easily have joined them, as he often planned to. Had it been so I would be a Catalan. Such was the case with Javier Cercas, my fellow writer, whose family migrated to Catalonia from rural Extremadura in the west. Poor labourers from all over Spain found steady jobs and decent living conditions in Barcelona’s industrial belt: the goods they manufactured found their markets in the rest of Spain. And both the business acumen and the profit margins of Catalan entrepreneurs were usefully enhanced by the protectionist barriers put in place by governments in Madrid since the 19th century.

Some of the most prominent contemporary Spanish novels have been written by Catalans, who have inflected the language with a tinge of the vocabulary and the distinctive music of their other tongue. No influence has ever gone in only one direction; nothing has ever been clear-cut. Two of the most popular singers and songwriters in Spain in recent decades, Joan Manuel Serrat and Lluís Llach, are Catalan. Both were well known even before Franco’s death. At least since the late 1960s, the most popular avant-garde theatre companies and stage directors in Spain have been those from Catalonia."

Josep Pla’s El quadern gris, arguably the masterpiece of Catalan prose, was translated into Spanish in the 1950s by the late Dionisio Ridruejo, a leading member of the Falange or fascist party, who was as viscerally hostile to the Catalan language as he was to Spanish democracy. Nowadays the official line in Catalonia has it that the civil war was waged by totalitarian Spaniards against freedom-loving Catalans. But there were Catalan Francoists much as there were Catalans on the Republican side, and both Catalan and Spanish Republicans ended up enduring the same bitter exile after Franco’s victory. The Luftwaffe and the Italian air force made no distinctions between Catalans and Castilians when it came to bombing defenceless civilian populations in Madrid and Barcelona.

Sweeping narratives of national suffering and redemption are highly seductive, especially in these times of economic stagnation, unemployment and widespread political corruption. And it is always comforting to blame your misfortunes, real or imagined, on the foreign oppressor next door. But I still think that there is a lot to be gained by keeping national passions to a minimum and trying to reach a mutually beneficial compromise, not only between Catalonia and the rest of Spain, but even among Catalans with widely different allegiances and aspirations.So many complex and long-lasting ties cannot be severed without disrupting the fabric on both sides. Rather than breaking free from a supposedly oppressive foreign body, separation might well be like tearing off a vital part of oneself.

No creo que diga una sola mentira o exageración. Los que han desfigurado la realidad han sido la casta nacionalista, que además de envenenar la mente de los catalanes con mentiras gravísimas, han robado a los españoles un porcentaje no desdeñable de su renta y nuestra renta. Desgraciadamente, toda España lesa ha imitado.

Que unos personajes tan locos hayan sido capaces de arrastrar la pasión de millones de catalanes, es una demostración de que el populismo barato da resultado, pero es catastrófico a largo plazo. La democracia sin cumplimiento de las leyes no es democracia, sino un camino seguro hacia el caos, la arbitrariedad y la ley del más fuerte.

Lo curioso es que han conseguido acabar con la admiración que los de mi generación teníamos por los catalanes. Lo han convertido en hastío por su persistencia en el odio a España, que desde luego no se ha generado al sur del Ebro. Nosotros ya sólo sentimos hastío. Cuando el odio impulsado por los Pujol y los Mas se convierta en hastío de ellos mismos, acabara esta locura. Mientras, no se puede ceder, hay que resistir como decía Ortega y Gasset, hasta que "volvamos a conllevarnos". Porque están en juego muchas cosas, entre otras la vida y la hacienda de los catalanes españoles, a los que tenemos la obligación de defender. Y no sólo por sus intereses: además, tenemos que defendernos de una futura estrategia catalana expansionista hacia el sur y el este, porque hacia el norte no creo que se atrevan: serían recibidos como se merecen.

Lo que nos une está por encima de los odios lanzados irresponsablemente por este loco mediocre, que se aferra a su locura porque ya no tiene donde caerse muerto. Mediocres, como los describe Sostres en su columna de hoy en El Mundo:

"EL DÍA que nació uno de los hijos de Oriol Pujol, estaban reunidos en el despacho de Artur Mas los que eran entonces sus hombres de confianza: Alfons López Tena, Germà Gordó, David Madí y el propio Oriol. Eran los años de oposición al tripartito. De repente entró Quico Homs para sumarse a la reunión y Oriol al verle exclamó:

– Quico, qué bien que hayas venido, porque mi hijo ha nacido esta mañana y necesito que lleves unas flores al hospital y mires si todo funciona.

Le tenían por un ser tan insignificante que nadie se preocupó de cortarle las alas. ¿Qué alas? Le llamaban «el ceporro» y se ocupaba de los recados. Pero cuando David Madí dejó la política se cumplió la terrible ley de que un mediocre se rodea siempre de gente todavía más mediocre que le haga sentir bien, y así el ya presidente Artur Mas convirtió a Francesc Quico Homs en su persona de confianza.

La última degradación de una sociedad se produce cuando el servicio toma el poder. Mas era también una de las chachas de Pujol, y después de arruinar primero su negocio familiar, y al cabo de un tiempo una de las empresas de Lluís Prenafeta, ha arruinado su carrera política y el proyecto político de Convergència. No es que hubiera indicios de su incompetencia, es que se podían constatar una a una todas las evidencias. Las de Mas y las de Quico. Y no es que fueran elegidos pese a ellas, sino precisamente por ellas. La pavorosa dinámica catalana acabará destruyéndonos a todos.

Quico y las flores. Mas y sus compulsivos hundimientos. Por eso yo soy, antes que cualquier otra cosa, jerárquico. Y clasista. Son adjetivos que se usan como un insulto pero el mayor enemigo de la libertad es el caos y mira lo que pasa cuando el orden salta por los aires. Hace años que en Cataluña los dueños veranean y la casa la gobiernan los criados."

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