Por mucho que se empeñe Pablo Iglesias en felicitarse a sí mismo por la próxima victoria de Syrizas en Grecia, la verdad aplastante es que, si se produce, el seísmo europeo abrirá lo ojos a los españoles. Sus posibilidades electorales se habrán acabado mucho antes de las ansiadas elecciones.
Pueden suceder dos cosas, en caso de la victoria de Syrizas: que sigan la letra de su programa, y Grecia sea expulsada del euro: primero de facto (suspensión de oferta de liquidez del BCE) y luego de hecho. Tenganse en cuenta, como precedente, que el FMI ha suspendido su programa de ayuda a Grecia hasta que no haya un gobierno nuevo... Pero esto no es nada comparado con la suspensión de liquidez y la huida por tierra mar y aire de los depósitos desde Grecia a los cuatro puntos cardinales.
La otra cosa que puede pasar es que Syrizas diga que va a cumplir escrupulosamente los pagos de su deuda, y haga gestos tranquilizadores, como mantener al Gobernador del Banco de Grecia, o nombrar a un afamado técnico como ministro de economía; lo cual no es creíble, porque la presión de sus bases va a ser incontenible, por mucho que hayan leído a Gramsci, como demuestra Pablo Iglesias en su artículo:
Desde luego que los zares y zarinas se merecían una patada en el coscis. Pero díganme si sí valía la pena pagar el precio de setenta años de dictadura stalinista.
Vale la pena la lectura del artículo, porque Pablo se quita la mordaza, deja ver cual es su verdadero pensamiento: hacer una revolución, que es hacer tabula rasa de todo y empezar desde el erial, pero él encima de la montaña de basura que quede, decidiendo sobre la vida y hacienda de todos los que no han podido huir.
Pero reitero: Grecia va a ser la demostración de lo que puede pasar, y eso va a quitar la venda de los ojos a los españoles que se declaran votantes de este fenómeno. Así que no se sienta tan contento, Porque su colega Tsipras le va a hacer la Pascua. Lo malo es que también puede hacernosla a nosotros, porque es verdad el riesgo de que todo salte por los aires, además no es un riesgo controlas, como suponen algunos.
Hasta ahora Europa ha sido capaz de reconducir las crisis cediendo un poquito: permitiendo algo más de laxitud monetaria y tolerando más déficits públicos (véase España). Pero esta vez se enfrenta a una movida que puede ser imparable. Una movida que si intenta frenar contentando a los griegos, producirá una avalancha de peticiones de los demás, lo que aumentará la marea incontenible de liquidaciones y fugas de capitales.
Podría ser una ocasión única para coger el toro por los cuernos y cambiar la gobernanza de la UE y hacerla más eficiente. Eso exigiría un mínimo de unión fiscal y monetaria. Pero eso sería exigir demasiado a los teutones.
En suma, estamos ante un verdadero desafío. Veamos de qué son capaces, hasta donde llegan, los oxidados gobernantes europeos, a ver si son capaces de darle un impulso nuevo al proyecto hace ya tiempo descarrilado, o permite que los Tsipras y Pablos nos dejen sin futuro. Los dioses de guarden de vivir épocas interesantes.
Pueden suceder dos cosas, en caso de la victoria de Syrizas: que sigan la letra de su programa, y Grecia sea expulsada del euro: primero de facto (suspensión de oferta de liquidez del BCE) y luego de hecho. Tenganse en cuenta, como precedente, que el FMI ha suspendido su programa de ayuda a Grecia hasta que no haya un gobierno nuevo... Pero esto no es nada comparado con la suspensión de liquidez y la huida por tierra mar y aire de los depósitos desde Grecia a los cuatro puntos cardinales.
La otra cosa que puede pasar es que Syrizas diga que va a cumplir escrupulosamente los pagos de su deuda, y haga gestos tranquilizadores, como mantener al Gobernador del Banco de Grecia, o nombrar a un afamado técnico como ministro de economía; lo cual no es creíble, porque la presión de sus bases va a ser incontenible, por mucho que hayan leído a Gramsci, como demuestra Pablo Iglesias en su artículo:
Por lo demás, ¿qué nos enseña este artículo sobre Podemos? Lo que han venido mostrando desde hace meses y que nadie a querido ver: que son leninistas que sueñan con asaltar el "palacio de invierno", y que cualquier medio es lícito, hasta provocar terremotos e incendios que asolen Europa. No es más que leninismo "aggionartto", cambiando los zares por "las élites transnacionales". Lo malo es que esas elites están buscando su refugio, y eso implica asolar Europa." Decía Antonio Gramsci que el Estado es apenas una trinchera avanzada tras la que se asienta la robusta cadena de fortalezas y fortines de la sociedad civil. Robert Cox primero y la escuela de Amsterdam después, adaptaron la teoría del genio sardo a las relaciones internacionales y a la comprensión de la Unión Europea, para concluir la existencia de unas elites transnacionales europeas vinculadas a poderes financieros capaces de dominar hegemónicamente la voluntad de cualquier Estado de la Unión, y no digamos ya de uno del Sur."
Desde luego que los zares y zarinas se merecían una patada en el coscis. Pero díganme si sí valía la pena pagar el precio de setenta años de dictadura stalinista.
Vale la pena la lectura del artículo, porque Pablo se quita la mordaza, deja ver cual es su verdadero pensamiento: hacer una revolución, que es hacer tabula rasa de todo y empezar desde el erial, pero él encima de la montaña de basura que quede, decidiendo sobre la vida y hacienda de todos los que no han podido huir.
Pero reitero: Grecia va a ser la demostración de lo que puede pasar, y eso va a quitar la venda de los ojos a los españoles que se declaran votantes de este fenómeno. Así que no se sienta tan contento, Porque su colega Tsipras le va a hacer la Pascua. Lo malo es que también puede hacernosla a nosotros, porque es verdad el riesgo de que todo salte por los aires, además no es un riesgo controlas, como suponen algunos.
Hasta ahora Europa ha sido capaz de reconducir las crisis cediendo un poquito: permitiendo algo más de laxitud monetaria y tolerando más déficits públicos (véase España). Pero esta vez se enfrenta a una movida que puede ser imparable. Una movida que si intenta frenar contentando a los griegos, producirá una avalancha de peticiones de los demás, lo que aumentará la marea incontenible de liquidaciones y fugas de capitales.
Podría ser una ocasión única para coger el toro por los cuernos y cambiar la gobernanza de la UE y hacerla más eficiente. Eso exigiría un mínimo de unión fiscal y monetaria. Pero eso sería exigir demasiado a los teutones.
En suma, estamos ante un verdadero desafío. Veamos de qué son capaces, hasta donde llegan, los oxidados gobernantes europeos, a ver si son capaces de darle un impulso nuevo al proyecto hace ya tiempo descarrilado, o permite que los Tsipras y Pablos nos dejen sin futuro. Los dioses de guarden de vivir épocas interesantes.
1 comentario:
Hace unos días A. E-P. publicaba esto en el Telegraph:
"Mr Tsipras knows that he is likely to receive a call from the ECB within weeks of taking office, reminding him that Greece owes some €40bn in emergency support (ELAs) for the banking system, a threat to cut off funding as occurred in Ireland and Cyprus. I am reliably informed that his answer to the EU authorities will be “do your worst”.
Suena a desafío espartano, como en 300, cuando el rey Leónidas manda al pozo al embajador del rey Jerjes ("¡Esto es Esparta!"). Demasiado hermoso para ser verdad.
La presentación de Syriza en la City de Londres había sido un desastre: “Everybody coming out of the meeting wants to sell everything Greek,” pero todo quedó en una locura de juventud; alguien respetable como el profesor Varoufakis, y llamado a ocupar puestos de gobierno en la nueva etapa calmó los ánimos: un programa de "food stamps" como en los Estados Unidos y reestructurar la deuda, se conformarán con eso y poco más. ¿Serán tan cafres como para no transigir con tan poco y arriesgarse a que se forme la de dios es cristo, contagio a los demás países del sur incluidos? Pues tal vez sí, porque precisamente el escarmiento ejemplar que se ha hecho con Grecia obedece enseñarnos a nosotros y a los italianos que no debemos esperar compasión de nuestros amigos europeos.
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