Las grandes noches del Bernabéu

No sé por qué, pero las filípicas de Florentino me retrotraen al franquismo. No digo que Florentino me recuerde a Franco. Pero sí que me recuerda a la pesada losa sobre la información que había entonces. Pero claro, entonces los medios estaban controlados, por lo que engañar era fácil: no tenías contraste. Te desinformaban sistemáticamente.
De todas maneras Florentino tiene un soniquete melifluo parecido al de Franco, y haba del Real Madrid con una untuosidad que ya hubiera querido Franco.

Poco que ver con lo que vimos anteayer: un equipo supermillonario naufragando en manos de un equipo mediocre, que ante el RM parecía el Bayern o el Barcelona. Parecía. Pero si analizan el último gol del Shalcke, el balón pasa por Kroos, Varane, Pepe, que se quedan clavados, como hipnotizados, y finalmente el mejor Toportero de la historia, Casillas.

Eso indica que físicamente no están bien ¡demasiadas sesiones publicitarias y falta de entrenamiento! ¡Y demasiadas madrugadas viendo amanecer!

Luego, Toportero se quiere redimir haciendo un corro de la patata para pedir perdón, un perdón colectivo, cuando lo que tenía que hacer es retirase de una puta vez. ¿Cómo se puede pedir perdón con lo que ganan? ¡Anda y que les den por atrás! Menos mal que les silbaron estruendosamente y con ganas, todos, sin fisuras.

Ah! Como me gustan estas noches de tragedia madrileña, y cómo me gusta el sentido crítico del madridista, que no deja pasar una. Ojo! El madridista, que en eso es único, lo que primero que pita, es la falta de ganas. Si un tío torpe se deja los cuernos en el césped, se llevará el aplauso del Bernabéu. El Bernabéu perdona la falta de excelencia, pero no la falta de cojones. Menos millones y más cojones. Ese es el lema del madridismo desde que llegó este "ser superior", que siempre acaba cagándola por su mercantilismo publicitario, que acaba aplastando el espíritu deportivo. Afortunadamente, el madridista está al quite. Es como el tendido del siete de las Ventas. No ha perdido el fino sentido de la música de viento. Y que le dure.

Por eso me escojono de los atléticos que dicen ahora que aprendamos de ellos, que no abandonan a su equipo ni aunque juegue mal. ¡Que aprendan ellos el alto sentido de la excelencia que tenemos nosotros!

Queremos ganar y jugar bien, y somos muy críticos con unos tipos que ganan más de uno y dos millones al día. Ojalá sea así siempre. Lo fue cuando jugaba Di Stefano y cuando jugaba Juanito, a ese que ahora le dedican dos minutos por partido in memoriam. Pero menuda música de aire tuvo que soportar. ¿Y Puskas, el pobre, que a veces no daba ni una, pero cuando se despertaba era el jugador más exquisito que he visto? Eso, sí, que yo recuerde - y puede que recuerde mal-, nunca he oído silbar a Di Stefano, ni cuando tenía 37 años y hizo la mejor temporada de su vida, aunque perdió la final de Europa con El Inter. Por algo será.

Así que no intente engañar diciendo que sintió una satisfacción enorme por pasar la eliminatoria de cuartos que "es muy difícil" (Sic). Estuvieron a punto de perderla, si el partido dura cinco minutos más la pierde. Lo que sintió fue in alivio económico enorme, eso sí. Tiene que taponar los agujeros que él mismo crea. Y l "lucro cesante" hubiera sido enorme. Y que no intente culpar a los periodistas por meter ideas falsas en el aficionado. El aficionado tiene un alto sentido crítico, por eso el RM ha ganado tanto.