"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 28 de abril de 2015

Sobre la bandera republicana... Y otros mitos

... Que ondea alegremente en las calles, al lado de otros trapos que tienen en común el ansia de acabar con España, es decir, con España tal como es pensada por la mayoría. No son mayoría, pero creen que una vez implantada la vieja bandera manchada de sangre, todo el mundo llorará de alborozo y agradecimiento.

Ayer me preguntaba un anónimo qué es la izquierda cara frente a la que yo llamo barata. Creo que estaba claro en el texto: cualquier izquierda que no sea española. La española está trufada de mitos que no se han molestado en revisar, mitos que han crecido en los últimos años gracias al mitómano ZAPATERO, el mitómano más peligroso que hemos padecido desde la República.

La República fue la causa de la guerra civil, porque sus gestores no supieron sofocar los mitos que les llenaban la cabeza (dictadura del proletariado, segregación de Cataluña...), mitos todos ellos que odiaban la historia de España, que por lo visto había que revocar desde Isabel Y Fernando; tan llenos estaban que no tenían ni una idea realista o constructiva en la cabeza. Nada mas declarar la Constitución del 32, ya la querían cambiar por otra, pues la veían muy "burguesa". En 1934 declararon la revolución contra el orden civil, una revolución sangrienta, con el fin de hacer la República más separatista y más comunista. En los libros de historia no se dicen quienes fueron los líderes de esa revolución, pero no podían ser otro que una gran parte del PSOE, los anarquistas, mientras el "burgués" Azaña se escondía a esperar resultados. País de soñadores.

Ahora, la crisis y el malestar resucitan esas mitologías sobre las que se ha pasado de puntillas, para no ver que lo que había debajo no era precisamente brillante. En todo caso, en la izquierda, desde el PSOE a Podemos, pasando por Esquerra, no hay ni un sola idea acertada para solucionar los problemas, sino proposiciones de llevarlas al paroxismo, como ha hecho Syriza en Grecia, y hundir al país más hondo, mas hondo.

El PSOE porque su época de resplandor fue un espejismo, creado por la gran habilidad y carisma de Felipe González. En cuanto cerró la puerta por fuera empezaron a expulsar a todo lo que oliera a socialdemocracia, desde de Borrell a Almunia, y se hicieron con el chiringuito los soñadores, Zapatero a la cabeza.

(Una definición de izquierda plausible seria esa que bascula entre un Borrell y un Felipe González; como el laborismo inglés, en el que está a punto de ganar un Miliband, con unas ideas muy próximas a las de Borrell.)

En relación a todo esto, quería traer aquí algunas palabras de Arcadi Espada, de su artículo de hoy "una República roja y gualda". Son observaciones tan agudas como pertinentes.

"No existe en el universo visible un partido político que haga ondear en sus mítines una bandera nacional distinta de la constitucionalmente establecida. No veo dos banderas portuguesas, británicas, alemanas o francesas. Pero la ilusión óptica de la República continúa desgarrando los corazones adolescentes de España. Es significativo que a ningún partido que defiende la República como forma de gobierno se le haya ocurrido hacerlo con la bandera española. Este desprecio de la continuidad simbólica demuestra la inmadurez del proyecto y su alarde puramente estético; pero, igualmente, una voluntad de cambiar, no solo de régimen, sino también de nación, que emparenta fatalmente el republicanismo con el proyecto secesionista.
"La discusión de Podéis no es, en cualquier caso, anecdótica. Pasan los años, cambian las generaciones, pero una gran parte de la izquierda sigue rechazando la comunidad política española. La voluntad de Podéis de regresar al inicio del posfranquismo no es más que la expresión atenuada de la gran revolución pendiente de la izquierda, que es ganar la guerra civil. A diferencia de la derecha, la izquierda no tiene necesidad alguna de condenar el franquismo, porque en su mundo para lelos el franquismo aún no ha sucedido. Es verdad que entre 1977 y 1982 se abrió en la izquierda un esperanzador paréntesis simbólico e ideológico basado en el reconocimiento del derecho a la realidad, que debería ser el primero entre los humanos. Pero caló de una manera superficial. Pocos años después incluso un comunista tan querido por la derecha como Julio Anguita se ponía perfectamente morado de ideales: «El proyecto del PCE sigue llevando implícito el derecho a la autodeterminación y la forma republicana de Estado.»
"Todo es viejo en ese supuesto nuevo partido. Pero sobresale su incapacidad de sacar a los vivos de la fosa."
Esto configura un mapa político muy distorsionado, como dibujado por un simio borracho. Así solo queda un Partido, uno (parece que ahora se agrega otro) en el que los demás han depositado la carga de defender la unidad de España con el oprobio que eso es dederechas, como defender la Constitución, que todos los demás quiere laminar. Así que estaremos en precario mucho tiempo. No siento aprecio por el PP, ninguno, y por eso mismo me gustaría votar a un partido que no fuera una amenaza.

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