Cataluña y Grecia

Vaya por delante que no tengo ninguna confianza en la fidelidad de los mamporreros de Europa a su propia ley, fijada en los Tratados. Europa, como presumen sus mamporreros, es una magia en la que manda Franxi y Alemania, y los demas son meros coros u danzas presumidos y vacuos. Nunca se sabe lo que va a salir de una Cumbre.

Sin embargo, pese a la debilidad de Rajoy ante los desafíos de Artur Mas, no creo en la independencia de Cataluña. Es una intuición nada más, basada en el efecto altamente disuasorio de Grecia. Creo que vamos a seguir hablando de Grecia todo el verano, y me parece que va a ser imposible que los catalanes no vean con horror los que les puede pasar si se cuelgan de esa panda de locos que ni saben a donde conduce a su pueblo.
 
Según la legalidad de Europa, Cataluña sería inmediatamente expulsada de la UE y por tanto del Euro. Parece que esta amenaza no ha tenido ningua relevancia palpable hasta ahora, pero ante la visión concreta de un ejemplo como Grecia -pese a que Grecia no es Cataluña, ya sabemos, ya sabemos- el caso es que se trata de que Cataluña sí saldría del euro, y se quedaría colgada de la brocha de la nueva moneda, lo cual implicaría todos los pasos que hemos visto en Grecia, pero de verdad, sin limites: cierre de los bancos control del uso de depósitos, control de fuga de capitales, y sus efectos desagradables en la economía.
 
Esto, aparte de la deslocalización de empresas ante la pérdida de valor de sus activos, las dudas sobre qué ley regulará sus actividades, y la más que segura pérdida de sus lazos comerciales y filiales con España. Por no hablar del probable impago de su deuda, que recaerá en el Estado español: otra razón para no ser complaciente con el nuevo estado.


Y luego el tiempo se hace irreversible: o se endereza la cosa desde el principio, o pueden pasar 20 años desde que empiezan las algaradas hasta que cae Napoleón.
 
Así como los gobernantes de Cataluña son una partida de locos rabiosos, creo que entre el empresario catalán, donde hay cierta cultura económica, rige un cierto santo temor a las desestabilizaciones. Unos se irán antes que otros, pero seguro que eso, y la salida de depósitos, dejan las arcas vacías de un "estado" que, por muy listos que sean sus economistas (que lo son) tendría todas las papeletas para ser lo que llaman un estado fallido. Y no es fácil reconstruir una sociedad con sus empresarios, sus clases medias, su nivel de vida, cuando se decide tirar todo lo que vale algo por la borda, antes de que definitivamente llegue al control del poder una horda que se declaran republicanos de izquierdas.
 
Es lo malo de estas movidas: al final se apropian de ellas los mas extremistas, y como no hay extremistas de derechas, pues los Junqueras & Colaus tiene todas las papeletas para dar una patada el el culo a seguir a Artur Mas.
 
Es decir, un gobierno como el de Tsipras, que se ha quedado a milímetros de la expulsión del euro, y que la próxima vez saldrá de escopetazo. A ello se añade que a lo trago de su historia, Cataluña no ha demostrado un Seny del que tanto presume en las turbulencias sociales.
 
Ya he dicho que es una intuición. Pero no me creo que Grecia no influya en el ánimo de los catalanes que vayan a votar. En fin, un desideratum veraniego fruto del calor, quizás.
 
Eso sí, no me dío mucho de que Europa cumpla estrictamente su papel.