"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 23 de octubre de 2015

Calentamiento, religiones laicas, refugiados

Acabo de leer que el hombre del Tiempo de la Televisión francesa ha sido despedido. ¿Por qué? Por hacer un comentario escéptico sobre la teoría del calentamiento.
Lo cual viene a demostrar que dicha teoría es una religión, un acto de fe, pues no soporta que se ponga en duda. Claro, lo insoportable es que un experto en el tema sea el que duda. No ha sido capaz de convertirse en sacerdote de la nueva Fe. Un sacerdote no hubiera dudado en público. Los sacerdotes resabiados ocultan sus opiniones y dudas. Por eso tienen esa capacidad de abroncar al que, en el confesionario, se confiesa de haber dudado.
Hijo mío, ¿cómo dudas? diría el sacerdote untuoso al imbécil que se le ocurra decir sus dudas a un profesional de la duda, un corrector magister en esos asuntos. La penitencia vendría determinada por el criterio del sacerdote, que ahí tiene manga ancha, por eso del secreto. ¿Quién va a reprocharle que ha sido demasiado duro, o lo contrario?

La religión del Calentamiento no necesita mucha reprensión, de momento, porque la turba traga lo que sea. La turba, sin religión mágica desde hace décadas, y tras la caída del Muro (que proporcionaba un refugio sólido contra la duda) se ha acomodado a nuevas religiones milenaristas-laicas: el Calentamiento es una nueva religión científista, algo que empezó a bullir desde el siglo de la siembra del ateísmo y de la sobrevaloración de la ciencia, el XIX, sobre todo con el darwinismo. El darwinismo estuvo tan en boga en el solo XIX, que Marx dedicó el Kapital al mismo Darwin, con la idea preconcebida que si éste había descubierto las leyes de la naturaleza, él se equiparaba en mérito, pues había descubierto las leyes férreas de la historia materialista.

Darwin sigue en pie, pues es una verdadera teoría científica, es decir, susceptible de ser contrastada, y no hay una refutación solvente. En cambio, el marxismo se ha ido al guano, donde algunos revuelven sus restos, pues es posible que haga ganar elecciones en algunos países europeos. Sobre todo, si va aderezado con un buen dogma como el del Calentamiento, que tiene su propia jerarquía, sus Papas, y la "toma de conciencia" de una gran parte de la población. Al que, por cierto, se adhiere sin reservas el Papa de siempre, en busca de nueva mercancía que vender.

Lo bueno que tiene el Calentamiento es que es "transversal", las derechas y de izquierdas se han apoderado de él. Le pagan buenos diezmos y primicias -comisiones a las empresas que se encargan de la aplicación técnica, que salen del bolsillo del contribuyente en impuestos y en facturas de la luz, que podría ser más barata.

Pero la gente tiene fe, y si le preguntas a una buena señora de la compra, dirá que está bien pagar más la luz si con ello se "lucha" contra el calentamiento, pero ya de paso dirá que si no le pueden dar una buena ayuda, que no llega a final de mes: es el problema de la gente, que no se entera de las verdaderas conexiones, que si una cosa se encarece hay que pagarlo, aunque sea injusto, porque la luz podría ser más barata, pero tú has votado eso, ciudadano, y estás conforme.

La religión se ha entrometido en la política. ¿No ha sido siempre así? Antes la verdadera religión, ahora la falsa religión revestida de científismo, imposible de refutar, pues es de mal gusto y te juegas el puesto, y el alpiste.

Otra religión que intentaron propagar hace 15 años es el euro, pero se ha desacreditado mucho. El euro se nos vendió como un nuevo Maná. No ha sido así. Ahora es una religión decadente, y por ello a la defensiva, baluarte contra las hordas izquierdistas y separatistas que nos invaden. O Euro, o el Kaos.

Es la implacable lógica del Poder con mayúscula. Mientras el euro ate (pues no une, ata) a los poderosos, al conglomerado de políticos y intereses a los que les va bien, no hay nada que hacer. Pero se le ven los harapos. Por debajo de ellos se ven las miserias de un joven apenas 15 años nacido viejo. Sus carnes son entecas, colgantes de unos huesos que se trasparentan. Sus sacerdotes intentan taparlo, pero la realidad es tozuda, y se empeña - que si Grecia, que si refugiados- en cuestionarlo. Así que se ha empezado a negar la realidad. No hay tanto refugiados, estamos saliendo de la crisis...

Yo veo la imagen que ponen en los telediarios de los refugiados, pasando frío, cada vez más apretados, más numerosos, y no tengo más remedio que pensar: "esto es el fin de Europa". Es imposible contener esa invasión -porque es una invasión; sin armas, pero invasión. Es imposible que Europa sostenga su caritativa visión de que es una tierra de acogida. Eso era antes, con los refugiados venían por centenares. Ahora viene por oleadas de cientos de miles, y posiblemente de millones dentro de poco.

De momento, países como Hungría son los únicos en negarse en abrir, y opone una teoría al buenismo oficial. Pero dentro de poco serán más y más países. Como poco, esto va a dividir Europa en varios pedazos. Luego esos pedazos se emparejarán, y habrá una Europa de dereche dura y una izquierda no socialdemócrata, precisamente.

Como decía hace un par de meses (aquí y aquí), un país sin fronteras no es un país. Europa no tiene una frontera, tiene 28. Si Hungría decide que sus fronteras son suyas, y Euopa no pueden decir nada de como las gestiona, desde ese momento, no existe Europa.

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