Órdenes pertinentes en

Gran articulo de Paul Krugman sobre el estancamiento y decadencia del proyecto europeo. Compara la unidad de EEUU celebrada el "Thanksgiving day" con la ausencia total de unidad en Europa para afrontar los problemas que la desbordan. No dice nada nuevo que yo no haya dicho ya, quizás porque el u otro lo dijo antes.

Es triste ver que hemos alcanzado nuestros limites insuperables. Ni somos un unidad, ni existe la voluntad política que se suponía que el euro iba a generar. Los intelectuales sonados, que hay muchos, sigue dando puñetazos al aire, esperando que alguna vez el puching ball se ponga delante de casualidad. Están agotados de perseguir sombras que no se están quietas. Hablan del euro como si no hubiera pasado nada. No tienen sentido del ridículo, porque les paga el poder generosamente. Son intelectuales orgánicos. Publican en revistas papel satén subvencionadas. Nadie las lee. Son insoportablemente aburridas y mentirosas.
 
Al menos en otros países hay más sentido crítico. Se pueden leer otras cosas. Aquí el papel lo aguanta todo, porque está subvencionado. Los medios se dirigen, como en tiempos de Franco, desde gobernación. Por ejemplo, El Mundo, (medio que se amolda igual a la oquedad de Pdr Snchz que la basura Podemista), ha recibido la orden de Moncloa de criticar más a Rivera. Más bien es un recordatorio de quién debe ganar la selecciones como sea.
 
Ahora los periódicos se hacen como cuando Franco: dejaron grandes espacios en blanco esperando recibir las órdenes pertinentes del poder pertinente. Al menos entonces había una prensa libre: la deportiva. Ahora ni eso.
 
Pero bueno, eso no es lo peor. Lo peor es que el pugilato se celebra en un ring de mentira, con guantes de mentira, y con temas censurados. El público es como el del mito de la Caverna de Platón: ve las sombras en la pared de la realidad exterior, que se imaginan, pobres, en blanco y negro y dos dimensiones. Entre la obediencia debida y el analfabetismo reinante en los medios, la desconexión entre ciudadanos y realidad es abismática. A ello ayuda mucho las redes a sociales, a las que los medios se han plegado humillantemente. Es más rentable hacerse eco de esa basura de la que se sirven los terroristas divinamente que crear opinión.