"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 16 de diciembre de 2015

La inteligencia artificial y el destino

Aprovecho un artículo de Arcadi Espada para hablar de la inteligencia artificial, un tema recurrente en él.
 
Si le entiendo bien, es tan escéptico como yo, o incluso más, sobre que este proyecto un día nos supere y se adueñe de nosotros. La inteligencia artificial no es una cosa de sutileza, sino de imitación. Y para ello necesita un artefacto que combine millones de datos. Cuanta más capacidad tiene para añadir datos y combinarlos, mejores resultados obtiene.

El ejemplo es el jugador artificial de ajedrez, que ya ha conseguido batir al mejor jugador del mundo. Esto pone q la gente muy cachonda -mayormente a la gente incapaz- pero a mí me pone cachondo que un hombre/mujercon la ayuda de otros bípedos, haya sido capaz de diseñar la máquina.
 
El ajedrez es un inmensa combinación de acciones y reacciones que la memoria humana es incapaz de registrar. De ahí el misterio inalcanzable de este juego, que le dio un mítico prestigio a través de los siglos. El Gran Jugador era un ser escéptico al que salía cada varias décadas. El resplandor que emanaba de estas confusas historias alimento la mejor literatura, algunas piezas con el signo de la inmortalidad.
 
Eso se acabó. A partir de ahora esas historias no tendrán misterio, ni héroes, ni dramas, ni lecciones morales inmortales. Una maquina contra otra máquina, ambas notables sólo en potencia, no en sutileza, no dan para sugerir que una doncella apresada en un castillo de un rey malvado sea liberada y encuentre el amor gracias a una jugada impensada de ajedrez. Se acabó la magia. La magia, en último extremo, de la decisión con incertidumbre.
 
El ajedrez es una actividad que se presta a ser potenciado por la computadora. Podríamos decir que el ajedrez, con toda la información disponible, es determinista. La acción humana no. En el ajedrez, en una determinada posición de partida, habiendo computado toda la información relevante de la historia de partidas anteriores, con la matemáticas se puede llegar a mejorar la respuesta humana. Tenía que pasar que el desarrollo de la capacidad superara a las respuestas humanas del pasado. Frente a las combinaciones y su combinaciones que pueda albergar el mejor jugador del mundo, la máquina le superara por un múltiplo enorme de ellas, y tendrá en cuanta todas las posibles reacciones del adversario. Imposible de igualar.
 
No creo que el avance constante en este campo de para más que poder crear modelos económicos de Equilibrio General cada vez más complejos, con más y más ecuaciones, y sin embargo muy alejados de la realidad que quieren reflejar. Mientras Keynes tenga razón: hay variables inconmensurables, porque están en la mente de millones y miles de millones de agentes, y esos miles de millones de expectativas y decisiones intertemporales comenten errores no enmendables, sino acumulados, mucho tendrá que mejorar la tecnología para alcanzar el modelo perfecto que incorpore todas las posibilidades. La acción humana, la economía, no es el ajedrez, que a cada acción hay una reacción del adversario óptima teniendo en cuenta la sucesivas combinaciones de reacciones.
 
En la decisión humana hay incertidumbre, no sólo riesgo calculado, y siempre la habrá, o eso creo. Nunca una maquina podrá elegir por nosotros, por muchos datos que le demos, qué carrera estudiar. Bueno, sí dará una respuesta llena de sentido, pero solo decidiremos nosotros. Incluso en el caso de que aceptemos su dictamen, solos era eso, una opinión más, la decisión será nuestra. El destino de el hombre es decidir. Opor otra parte, siempre le exigiremos la responsabilidad a la personas al frente de una institución, no al modelo compiterizado que usen. Actuando así, nosotros mismos ponemos a las máquinas en su lugar de subordinado más o menos eficiente.

2 comentarios:

interbar dijo...

Si los ingenieros humanos fuesen capaces de crear una máquina más inteligente que ellos, ¿no se iría en contra de las leyes termodinámicas?

www.MiguelNavascues.com dijo...

algo así