"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


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Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 14 de febrero de 2016

Correlación de fuerzas. Democracia o Revolución

        "Si a España llega la Républica serán la izquierdas sociales las que las dominen y, probablemente, las que las deshagan". Francesc Cambó

No sé si la gente se da cuenta, creo que no, pero estamos cada vez más cerca de un cambio de régimen. Esto se parece cada vez más al derrumbe de la monarquia de Alfonso XIII, y la súbita ascensión, y advenimiento (Josep Pla) de la II Républica. Para muchos soñadores fue una bendición, pero la Républica que añoran no fue bendecida por los dioses de la concordia.

Hubo un momento en que parecía que los moderados apoyarían una reforma del régimen de la Restauración, ampliando la democracia, y acabando con sus vicios. Enfrente, tenían a los partidos republicanos, unos grupitos de intelectuales insignificantes, y la consolidada fuerza del PSOE, consolidada gracias a su innegable colaboración con la dictadura de Primo de Rivera, cuyo máximo exponente fue que Largo Caballero tuvo un alto cargo de consejero en dicha dictadura.

Por eso hubo un momento de duda, en que parte de los socialistas, liderados por Largo, querían una transición suave sin destronar al rey, y otra parte, curiosamente liderada por Indalecio Prieto, estaba radicalizada y a favor de una Républica de izquierdas. Luego los papeles, como se sabe muy buen, se intercambiaron.

Lo que quizás decidió la cuestión entre moderantismo o radicalismo fue la defección súbitanea de los monarquicos demócratas de la corona. Repentinamente, o casi, gente monarquica muy significativa, como Miguel Maura y Nicero Alcalá Zamora, que habían colaborado y el segundo llegó a ministro de la monarquía, decidieron que era mejor una Républica controlada por los conservadores que así podría hacer frente a las embrionarias fuerzas de revolución que estaban cuajando. El rey se quedó solo; como se puede quedar este Felipe VI, como ya dije en un post de ese título. Primer error de los moderados: creer que se iban a hacer con el control de la Républica y que está sería equilibrada. La verdad es que el PSOE quería una Républica de izquierda, anti burguesa, y los nacionalistas solo querían debilitar la Nación Española. No había ninguna basa para la conciliación.

Quien supo muy bien ver la jugada fue Cambó, que previó "Si a España llega la Républica serán la izquierdas sociales las que las dominen y, probablemente, las que las deshagan".

Una vez que los moderados del régimen se pasaron a la Républica, y empezaron a negociar con repubicanos y socialistas, la suerte quedo echada. El famoso Pacto de SanSebastián, no sólo dio el pistoletazo de salida a la rebelión (rebelión además no pacífica, sino militar y violenta), y la subsiguiente defección de los monarquicos fue total, hasta el punto de que Romanones fue el encargado de aconsejar a Alfonso XIII que se exiliara. La soledad del rey se hizo patente al ver que nadie estaba dispuesto a arriesgar nada, y menos su vida, por defenderle. Se le acusó de haber traicionado la Constitución del 1876 cuando admitió la dictadura de de Primo de Rivera, pero la verdad es que casi todos lo hicieron, empezando, como hemos visto antes, por los socialistas. Al final, los ex monárquicos entregaron literalmente las llaves del gobierno a los nuevos repubicanos sin condiciones a cambio. Romanones fue el encargado de "negociar" la rendición, y los propios republicanos quedaron sorprendidos de lo allanado que era el camino que les dejaban.

Por cierto, otro paralelismo no baladí, fue que en San Sebastián, los catalanes empezaron exigiendo la autodeterminación para llegar a un acuerdo, lo que produjo un silencio glacial. Miguel Maura les hizo ver qu eso era el camino más recto a la guerra civil. Entonces se acordó concederles la autonomía, una vez formada la Républica. ¿Les recuerda algo, es decir, se conformaron con ella? Pese a esa concesión, los catalanes hicieron un comunicado aparte del oficial, diciendo que les habían conocido el derecho de autodeterminación.

El rey se fue, deprisa y corriendo, dejando a su familia detrás, algo no muy gallardo, teniendo en cuenta las ganas que les tenían algunas fuerzas sin escrúpulos.

Los republicanos tomaron el poder del ministerio de gobernación (Plaza del Sol) en un taxi (sic) y cuando Miguel Maura se bajó diciendo que eran el nuevo gobierno de la Républica, el guardia civil de la puerta se le cuadró. En el taxi, pálido de miedo, estaba Azaña, que tuvieron que ir a buscar a su escondite (casa de su cuñado y amigo, Rivas Cherif) donde se ocultó cuando sus compañeros fueron encarcelados. No participó en nada hasta que le metieron en el taxi. Parece que el coraje no era una de sus numerosas virtudes.

Pero el equilibrio de moderados y radicales en la nueva Républica no pasó de esa fase inicial. La Républica nació dividida en dos, con muy poco peso de los moderados, que además dimitieron pronto ante la primera quema de iglesias (que Azaña, ministro de la gobernación, no hizo nada por evitar). Los socialistas y republicanos fueron mayoría en las cortes constituyentes de 1931-32. Lo que hizo inevitable una constitución con un sesgo izquierdista y separatista. A pesar de ello, los mismos socialistas, esta vez todos a una, se rebelaron contra ella, porque en 1933, en las primeras elecciones legislativas, ganaron las derechas. No concibieron que éstas se apropiaran del gobierno y de las cortes diseñadas por ellos, y montaron en 1934 un golpe de estado en toda regla, que tuvo solo repercusión relevante en Asturias (por eso se la llama la revolución de Asturias, pero el plan era establecer una nueva Républica de izquierdas, quizás bolchevique, en toda España). La llamada a los cuarteles a la rebelión fue apenas relevante, pero en Asturias, los mineros, bien organizados, hicieron frente al ejército enviado a imponer el orden.

La historia siguió por la senda de la revolución... Pero lo que me interesa resaltar aquí es la debilidad, hoy, cada vez más evidente, de la Corona y del único partido constitucional que queda, que es el PP (no sé si añadirle Ciudadanos, pero le veo cada vez más pieza de caza de los partidos a su izquierda, por su actitud parecida a los moderados monárquicos de entonces). No, no considero al PSOE de Pedro Sánchez constitucional, lo siento. Quizás el PSOE de Susana Díaz lo sea, pero el de hoy, no.

Por eso veo la correlación de fuerzas cada vez más inclinada hacia un cambio de régimen, y no para mejor de la mayoría. Alguno me podrá tachar de derechista, pero yo he sido del PSOE, hasta que me decepcionó. No creo en Rajoy, pero prefiero lo malo a lo peor, y en política, hay que elegir siempre entre estas dos únicas opciones. En Albert Rivera está reequilibrar en parte esa correlación de fuerzas, pero me parece que se está dejando llevar por los cantos de sirena que sedujeron a Nicero Alcalá Zamora, Miguel Maura, y tantos otros que luego se dieron cuenta tarde de su error.

Todos los días abro los periódicos para ver signos de esperanza de que no se produzca la catástrofe. No los encuentro. Las fuerzas razonables son cada vez más insignificantes. El rey está cada vez más solo. Todo a su alrededor (juicio Noos, por ejemplo, aunque él no haya tenido nada que ver) conspira para debilitarlo. Las facciones de los partidos moderadas han sido amortizadas. Todo está en manos de gente sin sesera, deschavetada, como decía Azaña de sus propios correligionarios. Pero Azaña quedó engullido por esas fuerzas que él pensaba controlar y dirigir con su inteligencia. En política la inteligencia no es suficiente si no es capaz de aunar voluntades en torno a un proyecto de convivencia. Y lo que vemos es todo lo contrario.

Ahora asistimos al mismo espíritu que destrozó España. El espíritu de ponerse por encima del partido más cercano, aniquilarlo si es posible, diciendo los mayores desvaríos sobre los proyectos de gobierno. Solo hay unas fuerzas, izquierdistas además de separatistas, que sacará partido de todo esto. Son fuerza que ya están en el poder en Cataluña y muchas ciudades de España. ¿Gracias a, al apoyo de?

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