"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 23 de octubre de 2017

Un debate de hoy: ¿Que pasó con la curva de Phillips? (I y II)

I) La curva de Phillips fue "descubierta" por el economista del mismo nombre en los años 50. Era un modelo sencillo que establecía una relación adversa entre la tasa de paro y la subida de los salarios: cuando el pato descendía, los salarios subían más deprisa, lo que alimentaba la inflación, y viceversa. Esa relación inversa permitía una "elección social" entre menos paro a cambio de mas inflación, o al revés. Suponiendo que la sociedad tiene claras sus preferencias, manifestadas en las elecciones, las autoridades monetarias podían ser mandatarias de una combinación de paro e inflación aproximadamente correspondiente con las preferencias mayoritarias. 

Y como sabrán si tienen suficientes años, la Curva de Phillips (CP) fue triturada y tirada a la basura por los nuevos economistas clásicos, con George Lucas a la cabeza, pues la economía de esposos años dejo de funcionar como predecía el modelo: la inflación y el paro se pusieron a subir a la vez, lo un due aprovechado, en esta guerra de guerrillas constante que es la Economía académica, para pregonar una economía más flexible, pues de lo contrario los agentes "aprendían el modelo" que usaba el Gobierno y el banco central y se anticipaban a ellos, lo que frustraba cualquier intento de suavizar el ciclo con la política monetaria. Esro fue lo que se llamó y se reverencio como "La Critica de Lucas", una bombacha destructiva que exigía que cualquier modelo fuera pasado por dicha crítica, y no era admitido en casi ninguna revista si no se consideraba libre de la Crítica. 

Lucas fue crucial para explicar la revolución clásica, llevada a cabo por Reagan y Thatcher en los ochenta, liberalizando los mercados de bienes y financieros. (No es exagerado afirmar que la liberalización de estos últimos fueron la cauda principal de las burbujas financieras, hasta que la última se llevó por delante la economía mundial, que  no ha sido reparada todavía.)

La liberalización de los mercados labolares flexibilizó enormemente la relación precios-desempleo, es decir, la Curva de Phillips. Los bancos centrales siguieron contando con una pauta que empezó a llamarse "La regla de Taylor", en honor de un economista de ese nombre. Taylor definió en principio la regla como empírica, como una observación de que se podía ver en las series estadísticas, según la cual los bancos centrales seguían una curva de Phillips para determinar su tipo de interés. En efecto, el tipo de interés parecía ser función de la desviación de tasa de paro de lo que se consideraba idóneo (NAIRU) y de la desviación de la tasa de inflación de un nivel considerado óptimo. NAIRU son las siglas de Non Acelerating Inflation Rate of Unemployment, expresión que se deriva de la nueva economía clásica, y que quiere decir una Tasa de Paro no Aceleradora de la Inflación. Es decir, la Tasa de Paro compatible con una inflación estable. 

De ahí se pasó a modelizar la NAIRU de cada país. Un país con mercados poco flexibles y muchas trabas tendrían una NAIRU superior a un país con mercados flexibles y escasa intervención estatal en ellos. Cualquier intento de bajar la tasa de paro real por debajo de la NAIRU ineludiblemente llevaría a una subida de la tasa de inflación, tanto más intensa cuanto más se bajara el tipo de interés oficial para perseguir el objetivo. 

Redefiniendo la Regla de Taylor, que según él mismo autor pasó de ser una regla empírica a un modelo para el banco central, éste debería reaccionar con una subida de tipos cuando la tasa de paro bajara por debajo de la NAIRU, que inevitablemente se traduciría en una desviación de sentido contrario en la inflación respecto al objetivo. Este modelo era idóneo para la FED, como saben el único banco central que tiene el doble objetivo de conseguir la  imita tasa de paro con inflación estable. Pero los demás bancos centrales sólo tienen el objetivo de inflación, dando por hecho que logrado éste, la tasa de paro, gracias a la flexibilidad del mercado laboral, se aproximaría a la NAIRU. 

Como ven, hay un cierto enredo entre la Nueva Economía Clásica, la NAIRU, y la curva de Phillips, que no acaba de desaperecer... hasta hoy en día, en que se debate si existe, se ha extinguido, y si es así, qué tienen que hacer los bancos centrales. Como sabrán si siguen la economía de los ultimos diez años - es decir, desde la crisis -, la inflación ha desaparecido, pero el paro se ha reducido, lo que parece invocar una ruptura de la famosa relación, como a ve en el gráfico: la relación inversa paro inflación apenas se ve en la curva roja, frente a la azul, previa a 2010.



Este gráfico es cortesía de Gavyn Davies, que dedica un artículo a la desaparición de la CP, sobre el cual seguimos desarrollando el tema del debate. 

II) En último extremo, si la PC desaparece, la regla de Taylor deja de tener sentido. Ergo, los bancos centrales se quedan sin "modus operandi", que se basaba al fin y al cabo en la última síntesis teórica, llamada neokeynesiana - aunque no tiene nada de keynesiana - y que en realidad es un regreso por una puerta distinta de Lucas a Friedman, quien siempre dijo que la Curva de Phillips era poco fiable a largo plazo (pues tendía a hacerse vertical, es decir, a convertir todo impulso monetario en meramente inflacionista), pero a corto plazo sí que había momentos de desconcierto que retraían la cantidad de dinero en circulación y hacían convenientebque el banco central reaccionara. 

Por ende, la desaparición de la PC, si es que es definitiva, cosa que algunos niegan (véase artículo de Gavyn Davies), nos devuelve al mundo lucasiano, en el que no hay política monetaria que tenga sentido, pues todo está determinado por las Expectativas de inflación. Éstas, a su vez, como decíamos antes de Lucas, si conocen el modelo del Banco Central, en cuanto éste quiera activar la economía con una bajada de tipos de interés, haría aumentar la inflación, y el resultado final sería un tipo real y nominal superior al pretendido. Estaríamos en el mundo de los años setenta, de stagflation: crecimiento de la inflación y del paro a la vez y tipos de interesa cada vez más altos y fuera del control de los bancos centrales. 

¿Estamos cerca de ese mundo realmente, o sólo es una consecuencia más de la crisis?  
Hay que decir, como apuntan Summers y Blanchard  que una de las políticas más férreamente aplicadas contra ésta ha sido la flexibilización de los mercados laborales, que han debilitado en la negociación a la parte salarial, lo que trae por sí misma un aplanamiento de la PC. Un ejemplo paradigmático es la reforma laboral española, que ha fragmentado el poder negociador de los trabajadores, dejando una oferta de trabajo totalmente en manos del empresariado. De ahí que los salarios se hayan estancado, aunque el paro ha disminuido gracias a un empleo indigno de ese nombre. Si al menos se hubieran hecho políticas de demanda más contundentes, obviamente la calidad del trabajo se habría visto reforzada. A ello ha contribuido con gran dureza la globalización, que ha tendido a bajar el salario real de los países desarrollados, para poder mantener sus equilibrios exteriores. Sin embargo, esta lucha no ha sido del todo (o nada) leal, dada la manipulación de los tipos de cambio que han hecho los países emergentes, política que nosotros no podemos contrarrestar por el euro. La apreciación actual del euro respecto al dólar agrava el problema. 

Como puede ver el lector, hay condicionantes estructurales que tienden a restar efectividad a la PC. Cuanto más presencia de estos factores, es obvio que la política monetaria pierde contundencia. De modo que no se puede decir que el problema es de la crisis, o que es permanente. 
La política monetaria ha contado con tres instrumentos interdependientes: la cantidad de dinero inyectada, el tipo de interés, y el tipo de cambio. En los paises desarrollados han aumentado los puntos de fuga del control de  estas tres variables, y la expansión monetaria ha ido a inflar las bolsas, sin que la economía real se haya beneficiado, como se ve en el siguiente gráfico, que representa la distancia que hay en renta y riqueza entre el 1% más rico y el 10% más pobre.



Es un gráfico que expresa la frustración de la política monetaria en su objetivo de mover la economía real, lo que está en consonancia con la desaparición de la Curva de Phillips. Lo que se puede expresar de una manera paradójica: sin quererlo, los BC se encuentran en la necesidad de enfriar la economía financiera, harto desatada y peligrosa, con un instrumental que hasta ahora se ceñía a la economía real, representada por la tasa de paro y la inflación. Pero en el mundo de hoy estas cosas tan "pedrestes" no tiene influencia en las altas capas siderales en que se mueven las bolsas, a las que lo único que les interesa es si mañana habrá subida o habrá que esperar un poco más...
Es importante que los países mantengan el control de la efectividad de su política monetaria. La fuerte desviación hacia al populismo en Occidente debe una buena parte a esto. 

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