Hoy tienes una discrepancia con el estado y hay varias vías para solucionarlo, empezando por salir en TV chillando. Si no hay estado, no. Quizás vivimos un exceso de intervención del sector público en lo privado, pero eso no anula la necesidad de éste. Es inimaginable un país sin estado, del presidente o rey al último funcionario. Todos los pasivos del Estado actuales quebrarán. Olvídense de cobrar la pensión. No habrá dinero ni vía de obtenerlo. Ídem, colegios, ídem, fuerzas del orden. La anarquia se apoderará de las calles y nuestras vidas,
El estado roto será invadido por la chusma que está deseando apoderarse de él. Nuevas normas - o ninguna norma - prevalecerán, nuevas, desconcertantes e inicuas. Olvídense de La Corona: la nueva máxima autoridad será un cambalache entre bandas que se auto designarán como los nuevos reyes de la selva. Vendrán las hienas y dirán que son leones.
La vida será un infierno, y no es descartable una guerra. ¿Otra?
Todo lo que ha contenido hasta ahora el turbión que se cuece en ciertos lugares se resquebrajó. La jerarquía, esencial en la funcionalidad del estado, se esfumará.
Este es el panorama que nos ofrece el camino de Sánchez hacia un acuerdo con los independentistas, nada menos. A eso juega frívolamente este señor que los descerebrados han votado. Comparen el riesgo. No hay duda de que no es tan tanto como para pensar que no sabe lo que hace. Él eligió a sus compañeros y no quiere pactos con la España constitucional. Allá va con todas las consecuencias, que por lo visto la mayoría no puede imaginar.
2 comentarios:
La ruptura de España no le interesa a casi nadie. Bastante tiene la gente con sobrevivir a las dos crisis económicas grandísimas que nos han tocado.
Será peor la que provoque la ruptura de España pero la gente no está en pensar en eso. Eso es asunto de gente del barrio de Salamanca y poco más.
Te recuerdo que, en economía, la racionalidad de los agentes económicos es limitada. También lo es en política.
¡Qué cosas!
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