La palabra “corrupción “ seguida por “mafiosa” , como toda palabra que refleja un hecho extremo, tiene la desventaja que se desgasta rápidamente, por el hecho bien conocido de que cualquier hecho de menor gravedad, pero corrupta, ya no escandaliza tanto. Y la verdad, este gobierno ha alcanzado hace casi un lustro la corrupción más zafia. Zafia, hay que decirlo, gracias a la espesura cognitiva de sus militantes encargados de llevarla a acabo.
Nunca hemos visto tanta zafiedad en la ejecución de delitos encadenados; cabe sospechar que una ejecución más, digamos, maquiavélica, no nos hubiéramos enterado todos.
El problema es la ley universal de la utilidad marginal decreciente, que viene a decir que toda satisfacción o utilidad detraída de unidades encadenados bien, sea ejemplo “una caja de bombones”, tiene incrementos cada vez más pequeños de satisfacción. Ud come un bombón y le da una saturación digamos de 10 u. El segundo bombón le dará una gran satisfacción, pero menor que el primero: 7 u. Es decir, cada incremento de una unidad de un bombón le dará un incremento cada vez más pequeño de satisfacción. Al enésimo bombón el incremento será cero, y luego empezará a descender. Es una regla muy intuitiva.
Pues eso pasa con todo, y con las palabras que califican las acciones de este gobierno, que se desgastan, nos acostumbramos a oírlas y llegan a un punto que no dicen nada. Al final dirán algunos (o muchos): bah, son exageraciones, pues no cabe en cabeza humana que un gobierno haga lo que le sale de las narices sin que salten los cortafuegos.
Pero es que no los hay: cortafuegos, contrapoderes, balance de instituciones de control sobre el ejecutivo… Por eso se oye, “¿pero es que no hay españoles, es que no va a pasar nada?” Pues no va a pasar nada porque esas instituciones de control no existen o están muy dañadas. Porque corrupción siembra la habido. Jesús Cacho:
“A estas alturas caben pocas dudas de que Sánchez Pérez-Castejón es el Lucky Luciano de esta Sicilia capital Madrid, el jefe del grupo mafioso, el capo di tutti capi, enemigo declarado de la democracia española. En realidad nunca las hubo. Documentos gráficos aparecidos estos días certifican que Sánchez mantiene relación fluida con Leire Díez ("Si Balas está muerto, mejor") al menos desde agosto de 2011, del mismo modo que hay constancia de que la locuaz señora mantiene línea directa con el Presidente del Gobierno.”
Desgraciadamente, porque la olla está en ebullición y no tiene válvula que controle la presión (esas instituciones que decíamos). Entre ella podríamos poner la corona, que por un exceso de celo democrático del Rey padre, se zafó de cualquier poder de arbitraje de la corona sobre el desgobierno. Está claro que a la vista de los que se han mostrado sistemáticamente anti democráticos, no ha sido la corona precisamente. Hoy el rey, podía estar investido de la decisión de no firmar una ley si es manifiestamente anti constitucional, como la ley de amnistía. La ausencia de estos cortafuegos (que solo se debilitarían por el mal uso), garantiza que el grupo antiespañol que se señala a sí mismo como el único democrático sea el que realmente decide.
Hay otros muchos puntos débiles en nuestra Constitución, que no empecen el poder a los mafiosos y sus amigos; o como la ley electoral, que permite una representación desproporcionada a partidos enemigos de España y sus instituciones.
Es decir, las cosas van hacia peor, y están muy dañadas ya. Cada destrozo del gobierno mafioso se acumula sobre los anteriores. La esencia de la democracia no es votar, sino esas instituciones que ejercen de contrapoder, casi totalmente inanes en España, como si fueran de cartón-piedra que solo se ven cuando el escenario está iluminado. Hay mucho en juego. Del autor antes citado:
“Y vendrán cosas peores. Veremos cosas que nos helarán la sangre. No se trata de ganar o perder unas elecciones, sino de sobrevivir como nación.”
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