"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 22 de julio de 2007

Motivaciones humanas

¿qué mueve a los seres humanos a actuar económicamente? ya insinuamos a principio que la misma naturaleza humana. Ortega, tanto como Pascal, ambos grandes pensadores, decían que el hombre es un ser que mira siempre al futuro con inquietud. Eso sí, luego cada uno recomendaba una cosa distinta: par Ortega esa inquietud requería actuar,tomar medidas, mientras que Pascal era de la opinión que sólo la sumisión a Dios podía quitarle la "in" a inquietud y quedarse en quietud.

Aquí vemos dos respuestas distintas al mismo análisis. Siempre ha sido así: cada persona, cada cultura y cada civilizaición ha dado respuestas diferentes a esa inquietud. Y según ha sido la respuesta, ha sido el resultado social.

Lo que podemos decir con razonable seguridad es que la primera respuesta, la que ha sido del conjunto de la sociedad de que se trate, a esa inquietud, ha sido la religiosa. No es concebible que una civilización más o menos grande en la historia no haya sido impulsada por una cosmovisión que se derivaba de su religión. Y, desde luego, las respuestas encontradas en esa religión, amada y adorada por los pueblos todos - su signo más fuerte de identidad -, ha sido bien distinta en uno y otro caso. Pero, en todo caso, las civilizaciones nacen con su religión y mueren cuando el pueblo ha dejado de confiar o de creer en sus dioses.

Hay civilizaciones que han favorecido el derecho, la justicia y la propiedad, como la romana y la occidental; y las hay que han favorecido el poder tiránico de su déspota/sacerdote,en general las orientales. En las primeras ha tendido a florecer la economía y el aumento del nivel de vida; en las otras el etancamiento y la ausencia de protección de los individuos frente al abuso de poder.

De manera que todos los hombres tienen una naturaleza, y unas necesidades espirituales, pero las consecuencias de haberse acogido a una u otra religión para satisfacer esa demanda de espiritualidad (o de aplacar la inquietud de la que hablábamos), son muy distintas. Del cristianismo occidental nació la sociedad abierta; de otras religiones nació las tiranías más totalitarias. Y como se puede comprobar, esas diferencias y asperezas no son simples de eliminar o limar.

De modo que el hombre nace con una inquietud futuriza (julián Marías) que afronta de diferente manera según qué sistema de valores le han inculcado las tradiciones y la sociedad. Esto, con matices, es evidente se se mira un atlas coloreado según el régimen político de cada zona y la religión que se practica o se practicó.