"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 17 de marzo de 2010

Incertidumbre. El daño está hecho

La incertidumbre que está generando la (falta de) solución al problema griego  -que se extiende a otros países- tendrá un efecto adverso sobre las líneas de producción afectadas que no saben qué rayos pasará con el euro, con la deuda griega, y con la de los demás países afectados, como España.
Hasta ahora, La indecisión ha ampliado el abanico de "salidas" al problema, sin que ninguna de ellas no sea dolorosa para unos o para otros. Las alternativas pueden resumirse así:
- Grecia se las arregla sola, lo que seguramente la expulsará del euro, como Alemania reconoce ya friamente, sin pestañear. Esto abre nuevas incertidumbres sobre España y otros países, para todo tipo de líneas exportadoras e importadoras, que necesitan un panorama razonablemente claro de por dónde van a ir las cosas. Pero decirles que habrá euro, aunque no seguro, que España será o no expulsada, que será ayudada. etc., no ayuda a establecer planes.
- Grecia es ayudada para que se mantenga en el euro. Esto despejaría bastantes incógnitas, aunque seguiría abierto qué pasa con los demás. Eso sí, el euro inicicaría una lenta carrera a la baja. Lo cual, ciertamente, ayudaría a España.
- Alemania se queda sola, se rompe el euro, y que cada uno siga su camino. Esto sería lo peor para todos, incluidos los alemanes, que se quedarían sin mercados seguros.
El problema de estas "salidas" es que están en el alero; que no se les puede asignar un rango de probabilidades; que, en suma, son inmanejables para todo posible afectado. Por ello, son una invitación a invertir lo mínimo, a mantenerse en el mercado esperando que escanpe, a no crecer en suma.
La incertidumbre reduce y estrecha mercados, sin duda.
Esto, por no hablar de las nefastas consecuencias financieras. En condiciones normales -sin tanta incertidumbre campando por sus respetos- los mercados financieros ofrecerían productos financieros compensadores de un riesgo calculado, a cambio de una prima de riesgo. Pero tanta distorsión elevará las primas de riesgo a niveles imposibles de pagar: muchas posibles o efectivas empresas cerrarán o pondrán el "punto muerto".
(Es decir: habrá menos "especuladores" para asumir el riesgo -ese tipejo odiado por Zapatero y Papandreu.)
En definitiva, la incertidumbre generada por la indecisión de los poderes, tanto cuando diseñaron el euro como ahora, tendrá un efecto contractivo notable en la recuperación, efecto que no se ha tenido en cuenta en las previsiones actuales, ya de por sí no muy boyantes, pero que se dejará notar.
Lo mejor que podrían hacer es acortar plazos de decisión, y marcar una línea clara de actuación que hasta ahora han ocultado cuidadosamente. La indecisión conduce, por sí misma, a la peor salida: la tercera, la
Mega-Incertidumbre.
Lo que pasa es que las Instituciones europeas están diseñadas para producir eso, indecisión: ¿Quién carga con el mochuelo de "quemar" su segura carrera de AFE (Alto Funcionario Europeo) por una propuesta que puede "molestar" a posibles electores futuros?

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