Garzón

Garzón vuelve en agosto, cuando todo está con el cierre echado, par dar el coñazo. Siempre hay un Rector dispuesto a invitar a un delincuente procesado para dar una charla ética, que aquí los que saben de eso son los progres irredentos, los que siguen montados en el marxismo y no creen en la "superestructura burguesa". Y siempre hay cuatro gilipollas para ir a escucharlo con la ayuda de una empresa, o institución, que paga el curso. Mientras, Garzi no cesa de hacer caja: ingresa e ingresa, a cambio de su florido verso rencoroso y anti español.
Garzón no cree en la ley de amnistía del 77. No cree, luego no la cumple. Le molesta, va contra su divina ética, y la incumple. Con un par. No rige para él, que es juez, que "La ley está para cumplirse". Chorradas. El sabe lo que ha de cumplirse y lo que no. Por eso a venido a profetizarnos, a los que estamos en la playa cumpliendo religiosamente con nuestro deber de españoles, que nos han engañado, que somos gilipollas, y que debemos rehacer nuestra historia y condenar a Franco, los curas, las monjas, y toda esa paturrela  que se intenta exterminar desde el fondo de los siglos y no hay manera, se crían como...
Garzón está por encima del bien y del mal. A él le gusta condenar y absolver, como Dios, y entre tanto va a los toros, o va de caza, a matar; a saber en quién piensa cuando mata a un cervato, o un muflón (nada de conejos, eso es de pobres). Es como un sociata rico, o sea, perfecto, aunque él se crea a la izquierda de esos que estuvo a punto de meter en el trullo; Es como un demócrata americano, otros que dan lecciones de ética desde sus yates de gran eslora.
Garzón, el Hombre, único Juez de la Historia...