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Tremendo.
Tremendo.
En Irlanda, gran parte del año pasado se ha producido una "huida de depósitos silenciosa" de las instituciones financieras .En febrero, por ejemplo, Irlanda los depósitos del sector privado se redujeron a una tasa anual del 9,8 por ciento. Eso es en gran medida debido a que algunos depositantes dudan del compromiso del Gobierno irlandés con el euro. Temen que se despierten una mañana con las cuentas bancarias congeladas, seguido por la conversión de sus depósitos en euros a un menor con valores de la moneda irlandesa nuevo. De forma preventiva, los depositantes envian su dinero fuera de Irlanda, donde todavía representa euros o libras esterlinas seguro quizá, accesible mediante transferencia bancaria y cajeros automáticos con tarjetas.(En el gráfico, caída de los depósitos de las cajas en España en un año)
En la actualidad, los fondos de emergencia de la Unión Europea están ganando tiempo prestando más dinero a las naciones con problemas fiscales enla unión monetaria. Pero estos préstamos no revertirán la lógica de la Ley de Gresham. Por ejemplo, en sus notas a largo plazo, Portugal ya está pagando los rendimientos en el rango de 8 a 10 por ciento, y sin embargo, la economía portuguesa se está contrayendo. Los portugueses están hundiéndose más profundamente en la deuda, y la confianza en el sistema bancario y la fortaleza del gobierno portugués está disminuyendo.
En este punto, al final probablemente no habrá forma de escapar del desastre por la reducción del gasto del gobierno en los países con problemas. Este año Irlanda tiene un déficit presupuestario de más del 30 por ciento del PIB, mientras que en Portugal es de 8,6 por ciento. Incluso las mejores reformas económicas puede tomar muchos años para llegar a resultados concretos, y con los bancos zombis un cambio de tendencia es aún más difícil y quizás imposible. La mayoría de los cortes importantes en el inmenso gasto del gobierno a menudo son impopulares, y lo que los inversores se preguntan si el sistema político de un país en crisis tiene la voluntad de llevarlo a cabo. El problema sigue siendo la confianza.
Una segunda opción es un gigantesca quita de las deudas actuales, junto con planes de rescates nacionales a los bancos acreedores. En este enfoque, el gobierno de Merkel en Alemania podría reconocer que el status quo no está funcionando; decidiría la rápida recapitalización del sistema bancario alemán, mientras que deja a Irlanda, Portugal y otros que se busquen el dinero. Es fácil ver porqué esta política no es muy popular en Alemania, y de hecho, desde hace años los políticos alemanes prometieron a sus votantes que ese resultado no iba a suceder.
Eso del euro, en retrospectiva, parece haber sido un intento equivocado para igualar los valores de algunos activos muy desiguales, (como los depósitos bancarios de los países fuertes y los de los países débiles). Al final el valor real aparece, y la sorpresa es desagradable.
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