"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 2 de diciembre de 2012

Midiendo la eficiencia de la reforma laboral (actualizado)

(En la versión anterior había medido la elasticidad empleo-PIB sobre el total, lo que me había llevado a una conclusión precipitada. Si medimos la elasticidad empleo-PIB del empleo fijo privado, sí que observamos una mejora relativa desde que se hizo la reforma laboral).

Leo en el suplemento "Mercados" del Mundo, un artículo de Lorenzo Bernáldez de Quirós, que dice se aprecia ya un efecto positivo en la reforma del mercado laboral. Según su opinión,

Esa tesis se sostiene sobre una sólida base empírica. En un escenario de crisis, la probable reacción de los empresarios ante la liberalización de unas instituciones laborales muy rígidas en medio de una recesión es despedir trabajadores. Esta sobrerreacción inicial tiende a corregirse a medida que la confianza en el mantenimiento de las reformas aumenta y la flexibilidad permite ajustar las condiciones laborales a la realidad económica. Ese lapsus, como muestra la teoría económica, tarda en cerrarse entre seis meses y un año después de adoptados cambios sustanciales en la legislación laboral. La duración temporal de los cambios es sinónimo de la credibilidad en ellos. Esta regla, la célebre Ley de Snower, en homenaje a su descubridor, se ha contrastado con precisión milimétrica en España. El sector privado aún destruye empleo pero a ritmo decreciente, entre otras cosas, porque la reforma laboral ha inducido un descenso de los costes laborales unitarios, lo que se hubiese dilatado en el escenario pre-reforma.
Midamos las variaciones relativas de la producción y del empleo privado, el que se rige por el mercado. En el gráfico, la línea azul es la tasa anual del PIB.

La verde, para el empleo privado. La naranja, el empleo privado fijo. (La diferencia sería el empleo temporal).

Si la reforma tuviera efecto, debería verse que las variaciones relativas de empleo fueran menos intensas que de las del PIB.

Lo que se ve es que el empleo total, desde la reforma, ha caído aún a más velocidad el PIB. El empleo fijo, por contra, ha caído más o menos a la misma velocidad del PIB.

Para mayor precisión, un posible efecto de la reforma se aprecia mejor si resto la tasa de variación del empleo privado por la del PIB obtengo el gráfico de abajo, que es la elasticidad del empleo privado respecto al PIB. Hay un amago a la estabilización del indicador, aparentemente en el último trimestre (III), más o menos desde la reforma laboral. Es decir, en la caída, parece que hay una estabilización de la elasticidad empleo/PIB. De todas formas, la estabilización es a un -4,3% de caída del empleo por 1% de caída del PIB. Demasiado para echar las campanas al vuelo.

Si lo hago para el total (azul) y el empleo fijo (verde) vemos que la elasticidad negativa de éste disminuye, lo cual no refuta la hipótesis de que sí hay un efecto positivo de la reforma en el empleo fijo en el tercer trimestre.

Matizaciones: la mejora es relativa al PIB, no absoluta: el empleo fijo privado sigue cayendo a fuertes tasas, del -2,6% en el último trimestre.

Lo normal es que, cuando el PIB comenzara a crecer, se observara un mayor aumento del empleo por cada unidad de PIB añadida. Doy por hecho que cualquier reforma, por mínima que sea, tendrá ese efecto, pero desde luego eso no hará crecer el PIB. Hará crecer el empleo respecto al PIB, pero no el PIB.

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