"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

martes, 4 de diciembre de 2012

Regulación versus desregulación. Embrollo de muchos quilates

Aquí hay una cadena de post entrelazados que hablan de Basilea III. Basilea III es el compendio de nuevas normas de regulación bancaria que regirán en breve sobre los bancos de los principales países, si es que no hay moratoria ( otra, pues creo que ya hubo una).

Basilea III se traduce en una subida notable de la ratio de capital sobre el activo bancario, prorrateado en función del riesgo de cada activo. Esto ha llevado a criticar la nueva norma a) como demasiado complicada y abtrusa, que exigirá a los bancos complicaciones y gastos sin fin para cumplirla. Como veremos, esta es la crítica del Cato Journal y los austéricos liberticidas/libertarios.

B) Otros la critican porque se traducirá, al menos al principio, en una contracción del crédito, sobre todo en la países como España, donde la contracción es ya asfixiante.

Un banco que no cumple la norma sólo tiene dos formas de adaptarse: o aumentando capital con el que sustiuir otras fuentes financieras, o reducir activos. En ambos casos, se produce una reducción de los depósitos del sistema y por lo tanto, de la liquidez. Así lo explica Steve Hanke en el Cato Journal:

Now, we have Basel III and its higher capital-asset ratio requirements being imposed on banks in the middle of a weak, drawn-out economic recovery. This is one of the major reasons why the recovery is so anemic.
How could this be? Well, banks produce bank money, which accounts for roughly 85% of the total U.S. money supply (M4). Mandated increases in bank capital requirements result in contractions in bank money, and thus in the total money supply.
Here’s how it works:
While the higher capital-asset ratios that are required by Basel III are intended to strengthen banks (and economies), these higher capital requirements destroy money. Under the Basel III regime, banks will have to increase their capital-asset ratios. They can do this by either boosting capital or shrinking assets. If banks shrink their assets, their deposit liabilities will decline. In consequence, money balances will be destroyed.
So, paradoxically, the drive to deleverage banks and shrink their balance sheets, in the name of making banks safer, destroys money balances. This, in turn, dents company liquidity and asset prices. It also reduces spending relative to where it would have been without higher capital-asset ratios.
The other way to increase a bank’s capital-asset ratio is by raising new capital. This, too, destroys money. When an investor purchases newly-issued bank equity, the investor exchanges funds from a bank account for new shares. This reduces deposit liabilities in the banking system and wipes out money.
A esto se añade una complicación más. Los bancos son multinacionales, y no se sabe bien si una Regulación consolidada en el país de la casa matriz (del grupo en su totalidad) o por filiales en cada país, es suficiente para garantizar la estabilidad. La FED piensa que no, que si una filial de un banco suizo, por ejemplo, revienta en EEUU, el problema sistémico es de EEUU, y la regulación desde el país de la sede matriz no habría hecho nada para evitarlo.
El embrollo es mayúsculo, pues es un trade-off entre la necesaria competitividad y la seguridad sistémica. La crisis ha sido en gran parte por confiar totalmente en la primera, y ahora el desplazamiento al polo opuesto está erizado de dificultades y de incertidumbres sobre lao efectos en la economía real.

De momento el miedo ha llevado a aumentar sin tasa las restricciones y las garantías de capital. Pero eso, evidentemente, restringe el crédito y aumenta los costes de gestión internos y externos a los bancos. Más recursos al control interno, más reguladores, más supervisores, etc: crédito más caro. Crédito más caro, más difícil desendeudamiento, y menos inversión.

Por eso Steve Hanke es partidario de quitar regulación, no añadirla. No se sorprendan: es fiel miembro de la secta de los liberticidas (perdón, los libertarios) que creen que los bancos se pueden regular a sí mismos. La crisis ha sido una contundente prueba de que no. Si algo ha quedado claro es que las manufacturas pueden y deben competir. Los bancos ni en broma. El gran fracaso de Greenspan no fue bajar el tipo al 1%, sino pensar que el sistema financiero se autoregulaba, que la innovación financiera mejoraba esa regulación, pues el riesgo iba a quien lo aceptaba a cambio de una recompensaba mayor. El problema es que las primas de riesgo bajaban cuanto más aumentaba el riesgo sistémico. Luego la desregulación no funcionó, al revés.

Sin embargo, la amenaza del shock regulador existe. En Europa es más acuciante, porque los bancos están descapitalizados, y no encuentran recursos privados ni publicos para aumentar capital, lo que llevará a una contracción sine die del crédito. Crédito que, como acabamos de saber, sigue cayendo aceleradamente en octubre, tanto a empresas (-4,2% anual) como a familias (-3,4% anual) como se puede ver en los cuadros 8.5 a 8.7 del Banco de España.

Y es más acuciante aun por la política surrealista del BCE, que no saca dinero más que mezquinamente, empeñado que de alcance la perfeccion antes de que él haga nada. Cuando quiera actuar habremos alcanzado la paz perpetua de los cementerios. Sin embargo, alimentar ahora a los bancos a tipos de interés muy bajos, tan bajos como se quiera, no sería inflacionario, pues el canal bancario está cegado por mucho, demasiado, tiempo. Sería a lo mejor inflacionario en Alemania (que, por cierto, tiene una inflación menor al 2% y esta en recesión), pero sería bueno para los países periféricos, aunque, oh sorpresa, nadie lo piensa ni lo dice.

Sospecho que arreglar los bancos sin aportaciones externas (de otrso sectores) no sólo contrae la liquidez, sino que frena en seco a los demás sectores en su desapalancamiento, pues no pueden sustituir deuda por otra más asequible.

Recuerden como están en España los demás sectores en Deuda/PIB (gráfico. En gris, el total. Verde, familias. Naranja empresas. Rojo, Gobierno). Recuerden que si un sector externo a los demás no pone dinero, las deudas quedan en su sitio. Los bancos están en proceso de adelgazamiento. Del sector exterior, nada de nada.

Un embrollo de muchos quilates.




No hay comentarios: