Una bonita e instructiva historia sobre el mercado del oro y el papel en él de los bancos centrales. Con qué técnicas operan y con qué fines. Gratitud de Víctor Hernán.
Parte 1.
Querido Miguel: pido disculpas por no explicar suficientemente algunos puntos; en muchas ocasiones doy por supuesto que todo el mundo está al corriente de ciertos detalles.
Sobre los triunfales anuncios como "Europa deja atrás la recesión" y todo eso, sí han llegado a mis oídos, pero si tenemos en cuenta que en cuatro semanas hay elecciones en Alemania; unas elecciones cruciales, no sólo para Merkel y el establishment alemán, sino también para la pandilla de Golfos apandadores próximos al Manneken pis. Son golfos pero no tontos y conocen bien el punto indomable, casi salvaje, que conservan los germanos de la vieja Sajonia, que nunca fueron romanizados completamente. Ya tienen bastante con ese forúnculo en su culo llamado UKIP, como para ahora les salga otro en el otro carrillo. Pues bien, doy por descontado que todo lo que oigamos y veamos de aquí a las elecciones es pura PROPAGANDA, y como en mis días de retiro he perdido las gafas con filtro de factor total AP (anti-propaganda), prefiero hacer como que ni veo ni oigo. Fíjate que estos montajes son globales; estos días no hay entrevista económica en Bloomberg, CNBC, dónde sea, que la cabeza parlante no pregunte al entrevistado si invertiría en Europa.
Para explicar las particularidades del préstamo o leasing de oro de las reservas nacionales tengo que remontarme a los 80 tras el hundimiento del precio del oro y la elevación a las nubes del tipo de interés americano por Paul Volcker.
Todo comienza con una brillante idea nacida en el Banco de Inglaterra. Con trescientos años de historia a sus espaldas, los funcionarios de la Old Lady han desarrollado, además de un gusto exquisito para el buen vino de Oporto (como afirman ciertas malas lenguas), un extraordinario dominio de la política monetaria, en particular del oro como parte del sistema monetario que, unido a su natural pragmatismo, les hace insuperables en su oficio. Así, dieron a luz una idea para burlar la sobada crítica "el oro no produce interés" prestándolo a ciertos Bancos a cambio de un interés fijado durante un plazo determinado. Se creó la London Bullion Market Association (LMBA) como mercado para esos préstamos y para negociar el oro, los bancos miembros de la LMBA, que se suelen denominar Bullion Banks y actúan como creadores de mercado. Su número se ha ido reduciendo (en consecuencia, aumentando su poder) hoy día creo que tan sólo quedan seis: Barclays, ScotiaMocatta, Deutsche Bank, HSBC, JPMorgan y UBS. De esta manera nació un excelente negocio: el Carry Gold Trade, que consistía en el préstamo del oro por parte del BoE o de otro banco central a un Bullion Bank, la venta de ese oro por parte del Bullion Bank a los inversores o a la industria y la reinversión del dinero obtenido en deuda soberana. En unos tiempos en los que, por ejemplo, el 10-años americano estaba al 9 por ciento, el negocio era excelente: ganaba el banco central, ganaba el bullion bank y tutti contenti. Claro que el negocio tenía riesgos; al tomar el oro prestado y venderlo, el Bullion Bank tomaba el riesgo de que subiera de precio y que, si tuviera que recomprarlo, perdiera dinero. Por supuesto, el Banco central también tomaba un riesgo: que el Bullion Bank quebrara y no devolviera el oro, pero este riesgo ni se consideraba entonces, ¿cómo iba a quebrar un Bullion bank?
Parte 2.
Además, estaban las consecuencias inconfesables:
Primera consecuencia: para el Banco central la explicación anterior (obtener unos réditos por una reserva que no producía nada) tenía una venta fácil pero, en realidad, el préstamo servía para inundar el mercado con oferta de oro y mantener su precio controlado, cosa que a los Bancos centrales siempre les ha gustado ya que esconde el envilecimiento progresivo de la moneda. El mecanismo era sutil (sin duda producto de un 20-years old tawny): el oro prestado se vendía, con lo que aumentaba la oferta pero seguía figurando en el balance del banco ya que era una propiedad "cedida temporalmente". De hecho, la mayoría de los bancos centrales (salvo el de Portugal y alguno más) ni declaran ni dan explicación de tales operaciones, o las dan mucho tiempo más tarde.
Segunda consecuencia: era imposible que no se despertara la codicia de los Bullion Banks ya que se encontraron con el completo dominio del mercado del oro: poseían información que nadie tenía y que no compartían (luego explicaré esto) y podían manejar los precios a su antojo. Si uno estudia los charts del oro desde 1987 hasta 1999 se aprecia con claridad desde la creación del LBMA una tendencia a la baja del precio que se hace escandalosa entre 1995 y 1999, en que el oro pasa de 400 a 250. Estos fueron los años en que los Bullion Banks cogieron confianza, eran los Amos del Universo, podían tomar prestado cantidades casi ilimitadas de oro y ponerlo a la venta hundiendo los precios a su gusto para recomprar barato. Para hacerse una idea, se estima que en 1999 el saldo de oro prestado era de 5000 toneladas, eso en un mercado en que la producción a anual de las minas es del orden de 2700 toneladas. Sobre la información privilegiada a que me refería, imaginemos este caso: un Bullion bank quiere tomar prestado oro, recibe distintas ofertas de varios Bancos centrales especificando sus condiciones, al fin escoge la que mejor le cuadra por tasa de interés y plazo, pero ya tiene una información que nadie posee, ni siquiera los Bancos centrales: conoce las disponibilidades de oro factible de ser prestado gracias a las ofertas de las que no ha hecho uso. Otra posibilidad, si un Bullion bank ha tomado prestado 200 toneladas de oro que se van a vender mañana a la apertura de Londres hundiendo el mercado, eso lo sabe él y puede aprovechar que el oro cotiza prácticamente 24 horas, en el Globex, en Hong Kong, en Dubai, etc. para hacer lo que en argot se denomina front running.
Si la información sobre los préstamos de Banco central a Bullion bank es de risa, la perfecta ocultación se logra poniendo por medio de swaps entre bancos centrales. El swap de oro entre dos bancos centrales es una operación que, como la anterior, nace llena de buenas intenciones y se pervierte pronto. No es más que un préstamo de divisas con garantía colateral del oro de la reserva. Un banco central, digamos A, que esté corto de una divisa, puede pedir una cantidad prestada a otro B a cambio de un interés con la garantía de XX toneladas de oro de su reserva. Esta operación entre Bancos centrales no exige ni siquiera el movimiento del oro, que suele estar depositado en custodia en Londres o Nueva York ni se contabiliza como una disminución de las reservas de A ni un incremento de las de B, sino como un aumento de efectivo y una deuda monetaria para A y una disminución de efectivo y un préstamo a cobrar para B. Si, tras el swap, B presta ese oro que tiene en garantía al Bullion bank C, el oro acabará vendido en el mercado mientras que en la Caja fuerte de B habrá un papel que diga "IOU XX toneladas, firmado C", mientras que en la de A hay otro papel que dice: "XX toneladas de nuestro oro lo tiene B". Así, otra vez, tutti contenti.
Parte 3.
Todo este montaje se ha ido poniendo en peligro durante dos décadas debido a la increíble demanda que tiene su origen en los particulares en Asia y en los bancos centrales de los países emergentes que ven el dólar como un abuso de poder por parte de los americanos y sueñan con liberarse de su yugo. La demanda REAL de oro es imposible de estimar con precisión, ya que no podemos estimar cuánto oro de las reservas ha sido vendido. Pensemos que durante casi diez años, no sólo se ha prestado el oro para su venta, sino que se ha vendido directamente por parte de los Bancos centrales. Hace tres años, tuvo mucha gracia una partida de 150 toneladas que el IMF amenazaba con poner a la venta; cada vez que el IMF anunciaba que la iba a vender, el precio bajaba; así estuvo jugando a amagar y no dar por un tiempo; al fin, en cuanto se decidió a sacarlo a la venta, de un golpe, el Banco de India dijo "trae pa cá" y se quedó con todo el paquete con gran cabreo de otros bancos centrales.
Desde 2002 la impresión general es que los préstamos se ha reducido, bien sea porque los bancos centrales occidentales se hayan asustado de la posible quiebra de algún Bullion bank (pese a su apoyo incondicional) debido a un típico squeeze de cortos, bien sea porque ya no tengan nada que prestar.
Hace unos meses, Alemania, ante la presión de la opinión pública, pidió a la FED la repatriación de 300 toneladas de las más de 1200 que tienen depositadas en USA (cosas de la Guerra fría), la respuesta de la Fed (que ha dado mucho que hablar y más que pensar) más o menos fue: "despacio y buena letra, os lo devolveremos poco a poco de aquí en siete años", de ahí a decir ad calendas graecas no hay más que un paso. Este pasado jueves, el precio subió 40 dólares en un parpadeo sólo por el rumor de que otro banco central había pedido la repatriación.
La posibilidad de un squeeze me parece real y es otra de las cosas que vigilo continuamente.
P.D. Tras vender el Bullion bank el oro que le han prestado, lo normal es cubrir la posición comprando una call en el mercado de futuros, con lo que estamos en pleno juego de los espejos (lo que hubiera disfrutado Orson Wells con todo esto!) donde un squeeze se puede llevar por delante a media Humanidad, ya que si el que vendió la call no puede satisfacer el contrato, el Bullion bank tampoco y el Banco central se queda a la Luna de Valencia. Eso, suponiendo el caso más simple de sólo tres eslabones de la cadena que, como hemos visto, puede ser bien larga gracias al juego de mete-saca, es decir de compro-vendo o vendo-compro.
Parte 1.
Querido Miguel: pido disculpas por no explicar suficientemente algunos puntos; en muchas ocasiones doy por supuesto que todo el mundo está al corriente de ciertos detalles.
Sobre los triunfales anuncios como "Europa deja atrás la recesión" y todo eso, sí han llegado a mis oídos, pero si tenemos en cuenta que en cuatro semanas hay elecciones en Alemania; unas elecciones cruciales, no sólo para Merkel y el establishment alemán, sino también para la pandilla de Golfos apandadores próximos al Manneken pis. Son golfos pero no tontos y conocen bien el punto indomable, casi salvaje, que conservan los germanos de la vieja Sajonia, que nunca fueron romanizados completamente. Ya tienen bastante con ese forúnculo en su culo llamado UKIP, como para ahora les salga otro en el otro carrillo. Pues bien, doy por descontado que todo lo que oigamos y veamos de aquí a las elecciones es pura PROPAGANDA, y como en mis días de retiro he perdido las gafas con filtro de factor total AP (anti-propaganda), prefiero hacer como que ni veo ni oigo. Fíjate que estos montajes son globales; estos días no hay entrevista económica en Bloomberg, CNBC, dónde sea, que la cabeza parlante no pregunte al entrevistado si invertiría en Europa.
Para explicar las particularidades del préstamo o leasing de oro de las reservas nacionales tengo que remontarme a los 80 tras el hundimiento del precio del oro y la elevación a las nubes del tipo de interés americano por Paul Volcker.
Todo comienza con una brillante idea nacida en el Banco de Inglaterra. Con trescientos años de historia a sus espaldas, los funcionarios de la Old Lady han desarrollado, además de un gusto exquisito para el buen vino de Oporto (como afirman ciertas malas lenguas), un extraordinario dominio de la política monetaria, en particular del oro como parte del sistema monetario que, unido a su natural pragmatismo, les hace insuperables en su oficio. Así, dieron a luz una idea para burlar la sobada crítica "el oro no produce interés" prestándolo a ciertos Bancos a cambio de un interés fijado durante un plazo determinado. Se creó la London Bullion Market Association (LMBA) como mercado para esos préstamos y para negociar el oro, los bancos miembros de la LMBA, que se suelen denominar Bullion Banks y actúan como creadores de mercado. Su número se ha ido reduciendo (en consecuencia, aumentando su poder) hoy día creo que tan sólo quedan seis: Barclays, ScotiaMocatta, Deutsche Bank, HSBC, JPMorgan y UBS. De esta manera nació un excelente negocio: el Carry Gold Trade, que consistía en el préstamo del oro por parte del BoE o de otro banco central a un Bullion Bank, la venta de ese oro por parte del Bullion Bank a los inversores o a la industria y la reinversión del dinero obtenido en deuda soberana. En unos tiempos en los que, por ejemplo, el 10-años americano estaba al 9 por ciento, el negocio era excelente: ganaba el banco central, ganaba el bullion bank y tutti contenti. Claro que el negocio tenía riesgos; al tomar el oro prestado y venderlo, el Bullion Bank tomaba el riesgo de que subiera de precio y que, si tuviera que recomprarlo, perdiera dinero. Por supuesto, el Banco central también tomaba un riesgo: que el Bullion Bank quebrara y no devolviera el oro, pero este riesgo ni se consideraba entonces, ¿cómo iba a quebrar un Bullion bank?
Parte 2.
Además, estaban las consecuencias inconfesables:
Primera consecuencia: para el Banco central la explicación anterior (obtener unos réditos por una reserva que no producía nada) tenía una venta fácil pero, en realidad, el préstamo servía para inundar el mercado con oferta de oro y mantener su precio controlado, cosa que a los Bancos centrales siempre les ha gustado ya que esconde el envilecimiento progresivo de la moneda. El mecanismo era sutil (sin duda producto de un 20-years old tawny): el oro prestado se vendía, con lo que aumentaba la oferta pero seguía figurando en el balance del banco ya que era una propiedad "cedida temporalmente". De hecho, la mayoría de los bancos centrales (salvo el de Portugal y alguno más) ni declaran ni dan explicación de tales operaciones, o las dan mucho tiempo más tarde.
Segunda consecuencia: era imposible que no se despertara la codicia de los Bullion Banks ya que se encontraron con el completo dominio del mercado del oro: poseían información que nadie tenía y que no compartían (luego explicaré esto) y podían manejar los precios a su antojo. Si uno estudia los charts del oro desde 1987 hasta 1999 se aprecia con claridad desde la creación del LBMA una tendencia a la baja del precio que se hace escandalosa entre 1995 y 1999, en que el oro pasa de 400 a 250. Estos fueron los años en que los Bullion Banks cogieron confianza, eran los Amos del Universo, podían tomar prestado cantidades casi ilimitadas de oro y ponerlo a la venta hundiendo los precios a su gusto para recomprar barato. Para hacerse una idea, se estima que en 1999 el saldo de oro prestado era de 5000 toneladas, eso en un mercado en que la producción a anual de las minas es del orden de 2700 toneladas. Sobre la información privilegiada a que me refería, imaginemos este caso: un Bullion bank quiere tomar prestado oro, recibe distintas ofertas de varios Bancos centrales especificando sus condiciones, al fin escoge la que mejor le cuadra por tasa de interés y plazo, pero ya tiene una información que nadie posee, ni siquiera los Bancos centrales: conoce las disponibilidades de oro factible de ser prestado gracias a las ofertas de las que no ha hecho uso. Otra posibilidad, si un Bullion bank ha tomado prestado 200 toneladas de oro que se van a vender mañana a la apertura de Londres hundiendo el mercado, eso lo sabe él y puede aprovechar que el oro cotiza prácticamente 24 horas, en el Globex, en Hong Kong, en Dubai, etc. para hacer lo que en argot se denomina front running.
Si la información sobre los préstamos de Banco central a Bullion bank es de risa, la perfecta ocultación se logra poniendo por medio de swaps entre bancos centrales. El swap de oro entre dos bancos centrales es una operación que, como la anterior, nace llena de buenas intenciones y se pervierte pronto. No es más que un préstamo de divisas con garantía colateral del oro de la reserva. Un banco central, digamos A, que esté corto de una divisa, puede pedir una cantidad prestada a otro B a cambio de un interés con la garantía de XX toneladas de oro de su reserva. Esta operación entre Bancos centrales no exige ni siquiera el movimiento del oro, que suele estar depositado en custodia en Londres o Nueva York ni se contabiliza como una disminución de las reservas de A ni un incremento de las de B, sino como un aumento de efectivo y una deuda monetaria para A y una disminución de efectivo y un préstamo a cobrar para B. Si, tras el swap, B presta ese oro que tiene en garantía al Bullion bank C, el oro acabará vendido en el mercado mientras que en la Caja fuerte de B habrá un papel que diga "IOU XX toneladas, firmado C", mientras que en la de A hay otro papel que dice: "XX toneladas de nuestro oro lo tiene B". Así, otra vez, tutti contenti.
Parte 3.
Todo este montaje se ha ido poniendo en peligro durante dos décadas debido a la increíble demanda que tiene su origen en los particulares en Asia y en los bancos centrales de los países emergentes que ven el dólar como un abuso de poder por parte de los americanos y sueñan con liberarse de su yugo. La demanda REAL de oro es imposible de estimar con precisión, ya que no podemos estimar cuánto oro de las reservas ha sido vendido. Pensemos que durante casi diez años, no sólo se ha prestado el oro para su venta, sino que se ha vendido directamente por parte de los Bancos centrales. Hace tres años, tuvo mucha gracia una partida de 150 toneladas que el IMF amenazaba con poner a la venta; cada vez que el IMF anunciaba que la iba a vender, el precio bajaba; así estuvo jugando a amagar y no dar por un tiempo; al fin, en cuanto se decidió a sacarlo a la venta, de un golpe, el Banco de India dijo "trae pa cá" y se quedó con todo el paquete con gran cabreo de otros bancos centrales.
Desde 2002 la impresión general es que los préstamos se ha reducido, bien sea porque los bancos centrales occidentales se hayan asustado de la posible quiebra de algún Bullion bank (pese a su apoyo incondicional) debido a un típico squeeze de cortos, bien sea porque ya no tengan nada que prestar.
Hace unos meses, Alemania, ante la presión de la opinión pública, pidió a la FED la repatriación de 300 toneladas de las más de 1200 que tienen depositadas en USA (cosas de la Guerra fría), la respuesta de la Fed (que ha dado mucho que hablar y más que pensar) más o menos fue: "despacio y buena letra, os lo devolveremos poco a poco de aquí en siete años", de ahí a decir ad calendas graecas no hay más que un paso. Este pasado jueves, el precio subió 40 dólares en un parpadeo sólo por el rumor de que otro banco central había pedido la repatriación.
La posibilidad de un squeeze me parece real y es otra de las cosas que vigilo continuamente.
P.D. Tras vender el Bullion bank el oro que le han prestado, lo normal es cubrir la posición comprando una call en el mercado de futuros, con lo que estamos en pleno juego de los espejos (lo que hubiera disfrutado Orson Wells con todo esto!) donde un squeeze se puede llevar por delante a media Humanidad, ya que si el que vendió la call no puede satisfacer el contrato, el Bullion bank tampoco y el Banco central se queda a la Luna de Valencia. Eso, suponiendo el caso más simple de sólo tres eslabones de la cadena que, como hemos visto, puede ser bien larga gracias al juego de mete-saca, es decir de compro-vendo o vendo-compro.
7 comentarios:
Menuda basura aurica:
"cosa que a los Bancos centrales siempre les ha gustado ya que esconde el envilecimiento progresivo de la moneda"
Mm mm.. Ese comentario... Pero la histórica de UE los bancos centrales (es decir, los gobiernos) ponen en leasing si oro para sacar pasta, me lo creo. Y no descarto de que haya algo así detrás se la oscura historia de MAFO/Zapatero cuando se de cubrió que el BdE había vendido no sé cuantas Tn de oro. A lo keor no sal avenido las perdió.
Parece escrito por Arpama, coño:
"los funcionarios de la Old Lady han desarrollado, además de un gusto exquisito para el buen vino de Oporto (como afirman ciertas malas lenguas), un extraordinario dominio de la política monetaria, en particular del oro como parte del sistema monetario que, unido a su natural pragmatismo, les hace insuperables en su oficio"
Menuda soplapollez
Tas celoso...
Por cierto, Arpama, menuda brasa ayer! M echo la bronca por leía a Assim Taleb y a Keynes. Baje muchos puntos ayer, si es e me quedaba alguno. ¿Qué voy a leer, a su amigo Ralllo?
Claro que eso pasa por dejarme sólo. HP. No dormí por la noche de remordimientos. HP
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