Esta idea es la que Keynes destrozó, pero luego Friedman volvió a poner en el centro de su Modelo:
"Thanks to Wicksell, we are all acquainted with the concept of a "natural"rate of interest and the possibility of a discrepancy betweenthe "natural"and the "market"rate. The preceding analysis of interestrates can be translated fairly directly into Wickse]lian terms. The mon-etary authority can make the market rate less than the natural rate only by inflation. It can make market rate higher than the natural rate only by deflation. We have added only one wrinkle to Wicksell-the Irving Fisher distinction between the nominal and the real rate of interest. Let the monetary authority keep thenominal markit rate for a time below the natural rate by inflation. That in turn will raise the nominal natural rate itself, once anticipations of inflation become wide-spread, thus requiring still more rapid inflation to hold down the mar-ket rate. Similarly, because of the Fisher effect, it will require not merely deflation but more and more rapid deflation to hold the marketrate above the initial "natural"rate."
En los siguientes parráfos, Friedman aprovechaba la bonita etiqueta para en trocarla con su "Tasa Natural de Desempleo" fruto de de que el tipo de interés de mercado fuera igual al tipo e interes natural. Hay que decir que a Friedman admitía que el dinero podía tener efectos reales, pero sólo al corto plazo. La idea e una depresión prolongada por culpa de la Trampa de la Liquidez, entraba en contradicción con su liberalismo.
Es el símbolo perfecto del triunfo del monetarismo liberal sobre el keynesianismo, que se ofició en esta Alocución a la Presidencia de la AER en 1968. Aquí hablé sobre el tema y ahí están todas la referencias.¿Y cual es el origen de ésta idea que ha dominado el tronco de la economía salvo un intervalo de unas décadas, de Fisher (1933) a la alocución referida en 1968?
La idea de fondo es que el dinero en la economía es un velo: el dinero es neutral, no tiene efectos reales, porque los agentes no se dejan engañar, al menos a largo plazo: ven un tipo de interés en el mercado, pero vislumbran, con su capacidad ilimitada de racionalidad, el tipo de interés real de equilibrio, al que se vuelve siempre.
¿Quién se puede tragar semejante simpleza? Pues todos, todos estamos sometidos a tal barbaridad, especialmente desde Lucas: la economía tiene dos niveles: uno monetario y otro real, que es "una economía de trueque". El dinero es neutral: no afecta a los precios relativos, sólo al Nivel de Precios. Sobre esa "sólida"piedra se construyo por ejemplo, el euro...
Retomemos: según la inmensa mayoría de economistas sagaces - o como diría Krugman, los "Very Serius Economists"-, la economía es un trueque a pesar de que circule el dinero por "conveniencia". La crítica a esa idea, que yo sepa, se originó en Piero Sraffa, amigo de Keynes, que le influyó para que renunciara a tal disparate. El siguiente fue Irving Fisher. Como dice Koning,
Sraffa's point that there are different own-rates was not a new one. Irving Fisher pointed this out many years before, in Appreciation and Interest (1896):
If we seek to eliminate the money element by expressing the rate of interest in terms of real " capital," we are immediately confronted with the fact that no two forms of capital maintain or are expected to maintain a constant price ratio. There are therefore just as many rates of interest on capital as there are forms of capital diverging in value.
El siguiente fue Keynes, declarándole arrepentido de haberse fiado de la idea en su "Treatise on Money":
In my Treatise on Money I defined what purported to be a unique rate of interest, which I called the natural rate of interest – namely, the rate of interest which, in the terminology of my Treatise, preserved equality between the rate of saving (as there defined) and the rate of investment. I believed this to be a development and clarification of of Wicksell’s “natural rate of interest,” which was, according to him, the rate which would preserve the stability of some, not quite clearly specified, price-level.
I had, however, overlooked the fact that in any given society there is, on this definition, a different natural rate for each hypothetical level of employment. And, similarly, for every rate of interest there is a level of employment for which that rate is the “natural” rate, in the sense that the system will be in equilibrium with that rate of interest and that level of employment. Thus, it was a mistake to speak of the natural rate of interest or to suggest that the above definition would yield a unique value for the rate of interest irrespective of the level of employment. . . .
If there is any such rate of interest, which is unique and significant, it must be the rate which we might term the neutral rate of interest, namely, the natural rate in the above sense which is consistent with full employment, given the other parameters of the system; though this rate might be better described, perhaps, as the optimum rate. (pp. 242-43)
Con un concepto como el Tipo de Interés Natutal se hacen modelos más elegantes y fluidos. Reconozcamos que ha sido durante cierto tiempo, en los albores del siglo XX, una idea creativa. Lo que pasa es que se basa en que vivimos en una economía en la que el dinero no nos impide ver el valor de los bienes de capital y consumo.
Ahora bien, como tal idea, hay que decir que no es neutral ideológicamente: echa la carga del ajuste sobre el salario, ideología pura y dura de la que se ha abusado en España desde todos los gobiernos.Los keynesianos rechazaron esa idea en mor del realismo. En Keynes el dinero no es algo neutral, es un medio de pago con características de activo, y a veces es demandado como tal frente a todos los demás activos, lo que define la Trampa de la Liquidez. En suma, el dinero puede "romper" ese equilibrio del Tipo de interés natural y mantener durante mucho tiempo lo precios de los activos y sus rentabilidades fuera del equilibrio de pleno empleo. Lo que concluye Keynes es que una economía puede estar indefinidamente en distintos equilibrios (sin fuerzas propias que la saquen del bache) con tasa de paro no deseadas, aunque los salarios fueron perfectamente flexibles.
Si aceptas que hay un tipo de interés que equilibra el deseo de ahorro y de inversión, y que cuando lo hace hay pleno empleo, pues las cosas son mucho más sencillas. Si el paro sube, es culpa de los trabajadores, por resistirse a revisar el salario.
Por el contrario, Keynes, que fue sobre todo un gran economista monetario, negó que existiera ese equilibrio constante de equilibrio con pleno empleo (salvo breves interrupciones), porque la rentabilidad esperada e la inversión de capital (que es lo que los neoclásicos-austriacos sintetizan en el tipo natural) es enormemente volátil e incierto. Es la tasa de la rentabilidad de un inmovilizado durante años, o décadas, mientras que el tipos e interés de mercado es la retribución al ahorro, que se decide en un mercado bancario que conecta al ahorrador último con el inversor último. Borrar esa zona e intermediación en nombre de la elegancia y decir que siempre coinciden ambos tipos, es un supuesto más que heroico. De un plumazo eliminas de la escena el foco donde se generan todas las burbujas y las crisis. No me extraña que de esta base hayan nacido millones de modelos matemáticos del Ciclo Real que deciden que los ciclos y laa crisis son de origen real.
Claro que para mantener la mentira en pie ha sido necesario apuntalarla mediante artificios Ad hoc como la eficiencia de los mercados financieros (lo que permite seguir pensando en terminao de trueque), la racionalidad clarividente de los sujetos... Y cada vez que esto se hundía por la fuerza de los hechos, se reapuntalaba, diciendo que Lucas se refiere, en su racionalismo, que que el sujeto aprovecha toda la información que hay en el mercado, aunque esta puede ser imperfecta... Claro, así cualquiera se mantiene en la cima cuarenta años.
Los que esperan todo del mercado laboral y sus reformas están errados. Vimos el otro día lo que había caído el salario en España (ver gráfico),
y lo orgulloso que estaba el ministro Guindos de ese "logro" de la reforma laboral. Es como decir que no hay otra cosa en la economía, que lo que pase en el mercado de capital, la banca, los tipos es interés, etc... No importa. Es la quintaesencia de la economía liberal: los mercados y sectores son independientes, todos se ajusten por sí mismos, si no lo hacen es por culpa de sus agentes que operan en ellos, no admiten el precio real de sus activos y capacidades...
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