"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 11 de octubre de 2013

La vergüenza

Por enésima vez, un partido en el gobierno aprueba una ley de educación que la oposición promete anular en cuanto ame la mayoría. Recuerdo a Espetanza Aguirre salir llorando del Congreso cuando le tocó a ella el papelón. Luego fue Pilar del Castilo. Ahora es Wert.
Esto  o es más que la expresión de intereses de cuerpos funcionariales que no quieren que entre la libertad y la mejora en su profesión, sumados a los nacionalistas que no quieren que haya una ley eficaz nacional. Es más, no la van a cumplir.
Lo que me pregunto es por qué insisten en el desgaste de infinidad de tiempo, trabajo y dinero en imponer una ley que debería ser consensuada. Si no va a ser consensuada, gasten sus energías en otras cosas. Pero Wert, al que  no he entendido una palabra cuando habla o escribe, ya tiene su nombre enganchado a la historia. La Ley Wert. No es moco de paco. No sé que tipo de satisfacción "histórica" se siente al saber que una ley lleva tu nombre, aunque se sepa seguro que caerá en breves años.
Tengo la sospecha que la derecha ha querido aprovechar la mayoría para satisfacer a la iglesia (asignatura de religión), meter una apariencia de más rigor en las calificaciones y meter el dedo en el ojo a los independentistas, cuando lo que hay que meter es a estos en donde to me sé.
Más o menos eso es lo que ha salido a debate, y al final no sé cuál es el resultado ni si tiene algún tipo de coherencia o el la suma de elementos discordantes para satisfacer las peticiones de los grupos de presión.
El caso es que el lío de planes que se solapan ahora en España debe ser de aúpa. Pero lo más paradójico es que la ley la interpretan las autonomías. Las autonomías tiene ya unos estatutos renovados que les permite aspirar a las competencias de la más independiente. Mientras, en España seguimos con la vergüenza de que los libros no sirvan de una generación a otra, para beneficio de los editores, que así se forran todos los años. Ni siquiera se atiende a las necesidades de los más necesitados.
La Educación ha sido el gran fracaso español desde el XIX, cuando los estados nacionales empezaron a consolidarse por la base creando una ciudadanía interesada en defenderlo. España no fue capaz de hacerlo, porque siempre ha sido un estado pobre en recursos que tenía que gastar en guerras coloniales devastadoras. Supongo que por eso nunca ha habido una educación nacional igual para todos, sino un enjuague con la iglesia para quitarse de encima el paquete. Lo malo es que así la iglesia sigue siendo necesaria, cuando debía ser complementaria.
Ahora mismo los mejores colegios en calidad son los la Iglesia, simplemente porque los padres de esos colegios prefieren que sus hijos aprendan. Pero no es la solución, es un parche. Eso es la vergüenza nacional, una más. 

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