Breve narración de lo que veríamos el lunes

Alistair Heath, en el Telegraph, describe lo que pasará según el resultado del referéndum. En todo caso, dice, no habrá ganadores claros, porque las instituciones europeas actuales se tambalearán. Ya nada será igual.

Sin embargo, lo que pase en Grecia será muy distinto, al menos al corto plazo. Si sale SÍ (a Europa), Grecia, al menos, no se hundirá en un abismo de pobreza. Si sale, como desea el gobierno irresponsable, NO, el pueblo griego va a pasar penalidades que ni se imagina. La UE ya a preparado un plan de ayuda humanitaria, para ayudar a los griegos donando se colapse el sistema financiero. Eso no evitará que le es pican y vilipendien, porque nunca será suficiente en el imaginario de los irresenristas siempre insaciables.

Al largo plazo, el NO podría suponer una esperanza de salida, sí sólo sí, el gobierno sabe gobernar con firmeza la ventaja de la devaluación que sufrirá la nueva moneda. Pero tendrá que ganarse la confianza de los prestamistas e inversores privados, a los que tanto desprecia. Alistair Heath:
 

So what are the options after the Greek vote? If they vote No, it’s game over for Greece’s membership of the single currency. The country’s banks don’t have enough money to last for much longer, and there is little reason why the European Central Bank would wish to extend them billions more if it is snubbed by voters. Either the banks would have to stay shut, which means that the country will run out of food and essentials as it becomes impossible to pay for imports, or depositors would have to be bailed in, wiping out a large chunk of their wealth but recapitalising financial institutions.

The only other alternative would be for the Greek state to introduce IOUs and then a new physical currency, while re-denominating all Greek bank accounts into drachmas. The national debt, which is owed in euros, would explicitly be repudiated, triggering a major crisis and inflicting vast losses on the European Central Bank, IMF and other creditors. The new drachmas would, of course, plummet in value, and it would be hard to avoid widespread chaos and hyperinflation if the government is forced to crank up the printing presses to pay for its bills.

Los IOU (i owe you) se refieren a una forma sustitutiva de dinero cuando el dinero real ha desaparecido. Es una promesa de pago -un pagaré del gobierno a sus proveedores, funcionarios, y jubilados, y sólo funcionaría si estos consiguen que las tiendas confíen en el gobierno y acepten eso en vez de dinero. El problema es cuando se ponga en marcha la nueva moneda, y sustituya a estos pagarés, a que tipo de cambio van a cotizar realmente. Es decir, es de temer que le gobierno hará un debasing, que se sumará al que haga por su cuenta el tendero o proveedores, en previsión del que haga el gobierno. Los IOU ciecularan como dinero sólo se s aceptado con confianza en el emisor, en este caso el gobierno comunista griego.

 
Todo esto no es un ambiente propicio para reducir incertidumbres, pero sí para se produzcan manifestaciones y protestas, naturalmente dirigidas por partidos que están contra este gobierno. Un aparte de los que le han votado le abandonarán, se sentirán frustrados por el incumplimiento de la prosperidad que dijeron traer. La represión dará lugar a enfrentamientos, víctimas, y mas protestas. Mientras dure este ambiente inestable, no habrá seguridad jurídica - y Grecia ya es un país con escasa seguridad jurídica -. Mucho analistas han dicho que Grecia tiene papeletas para convertirse en un "estado fallido". Es decir, la prolongación en el tiempo, indefinidamente, del estado de caos inicial.
 
Por eso, pese a que el SÍ no solucionaría todo (no cierra la brecha que se ha abierto en la UE), para todos seria mejor el SÍ que el NO. Pero hay que tener en cuenta también el margen del resultado, que, previsiblemente será corto, lo que augura el descontento del perdedor.
 
Hay mucha gente que por romanticismo, se ha identificado con Grecia. O eso creen, porque en realidad se identifican con, y creen a Tsipras, que es y seguirá siendo - si gana el NO- el verdugo de su pueblo. Hay otros que se creen economistas, que no han visto en su puta cada una crisis de un país entero, instituciones, patrimonios, sistema productivo, etc. Algunos creen que con la devaluación se arregla todo. En economía no hay milagros. Una devaluación puede ser necesaria, pero si no es gestionada con pericia, y aceptada por el capital extranjero, es una carrera inflacionista si el gobierno no puede parar de emitir dinero para gastar, pies no lo,consigue en los mercados. A estos les diría que repasen u. poco la historia de la caída del muro de Berlín, uno de los acontecimientos más decisivos del siglo XX: la desmitificacion completa de un régimen fallido, la implosión interna por descomposición económica y moral.
 
Por eso me pregunto cuánto es ese corto plazo que auguran los economistas optimistas. Algunos que se declaran keynesianos, como Krugman, Coppola, y tanto otros, deberían meditar en lo que decía Keynes, que las instituciones en las que, y con las que, se ejecutan las políticas económicas, son determinantes. Si no hay confianza en esas instituciones, no la hay en los resultados de esas políticas, y el país tendrá que pagar una sobre prima par conseguir el capital que necesita, como todo país en ruinas.