"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 19 de octubre de 2015

El capitalismo, como evolución de la confianza

Lord Keynes desenmascara a los liberal-austriacos de ser en realidad anticapitalistas, de defender un capitalismo mugriento, cuando dicen que los ciclos son originados por la reserva fraccionaria de los bancos.

"However, as we have seen, fractional reserve banking is a fundamental basis of capitalism and is not fraudulent. It cannot be abolished without rejecting capitalism. Capitalism is stuck with fractional reserve banking. It follows that Austrians and Rothbardians (if they were honest) must admit that capitalism – since fractional reserve banking is at its heart – is inherently and badly flawed and naturally tends to produce business cycles in its laissez faire state. Laissez faire capitalism is therefore obviously not the best system we could have. And Austrians must therefore hold the view that capitalism is inherently bad. They are just filthy anti-capitalists like their opponents."
Estoy totalmente de acuerdo en que la reserva fraccionaria es consustancial al capitalismo, que los austriacos dicen defender. A mí siempre me ha indignado que los austriacos se pretendan liberales, cuando empiezan a querer cohartar la libertad de contrato que hay en todo depósito bancario. En realidad son unos dogmáticos atrasados. Por una parte se dicen defensores a ultranza de la libertad de contratar, y por otra inmediatamente se declaran coercitivos del contrato del que nació el capitalismo: el contrato de depósito y la libertad de préstamo de los bancos.
 
¿Qué pasaría si los bancos se vieran constreñidos a que sus activos fueran el 100% de sus depósitos? Es una visión totalmente ahistórica. Desde que nació la banca y la letra de cambio, el proto-banquero empezó a prestar por encima de los depósitos que le hacían sus clientes. Si alguna vez fue una casa de depósitos solamente, la verdad es que pronto empezó a pagar por recibir el depósito, porque podría sacar una rentabilidad -un tipo de interés superior. Si se hubiera restringido a aceptar ser un custodia del dinero de los demás, tendría que haber cobrado por el servicio, pero es dudoso que se hubiera hecho rico. Y es dudoso que el crédito a la inversión se hubiera desarrollado.
 
Leyendo las líneas siguientes, deben pensar que la alternativa a la banca conocida es la usura.
 
Supongamos que un hombre renacentista, F (que fue cuando empezó esta historia), depositara el ingreso de sus ventas en una feria ganadera en su casa de cambios preferida, B. Está lejos de su casa, los caminos no son seguros, y deposita X gramos de oro a cambio de un certificado, que de vuelta a Florencia, podrá hacer efectivo. Conoce la casa de cambios y hay una confianza mutua.
 
Él sabe que el banquero va a hacer uso de ese dinero para prestarlo mientras viaja de vuelta. El banquero sabe que, hasta dentro de un mes, cuando llegue el cliente a su casa, no le pedirá el efectivo depositado. Además, allá tiene reservas para hacer frente a la retirada del fondo. Por eso el banquero le paga un interés, que se cobrará con el préstamo que haga, a un interés superior.
 
El banco B se encuentra con dos nuevas entradas contables: un pasivo X, y un activo, suma de 0,8X (crédito), y una reserva de 0,20X. Al plazo convenido, ingresará la devolución del préstamo, con lo que la actualización contable será: un Pasivo de X, un activo en líquido de X.
 
Como la costumbre establece que sólo el 20% de liquidez es suficiente, puede volver a prestar el resto a otro cliente. De nuevo vuelve a la posición contable anterior. Ahora, supongamos que el cliente F está ya en Florencia, pero no va a retirar sus fondos, sino que usa el certificado para emitir pagarés fraccionarios de su depósito, para pagar sus compras.
 
Si la fama del comerciante, el banco y los demás actuantes en esta historia son buenas (la fama, el respeto, era una de las virtudes más valoradas en el Renacimiento), los pagarés serían tan efectivos como el dinero, y podrían ser objeto de depósito en otro banco.
 
Y aquí se ha producido el cambio crucial que no comprenden los austriacos: el total del depósitos del sistema bancario ha aumentado por encima de la cantidad inicial X que había depositado el primer comerciante. Eso es lo que se llama el multiplicador bancario, que lógicamente, como cada vez es menor, es convergente hacia un nivel máximo de crédito global. Pero lo importante es que, pese a la regla del 100%, el crédito y los depósitos se han multiplicado por encima del X del depósito inicial. Es un sistema basado en la credibilidad de los actuantes, y mientras se dé esa credibilidad, es imposible poner un límite del 100% depósitos igual a crédito. Es una cadena decisiones que ha evolucionado pari passu con la credibilidad. El capitalismo es un sistema evolutivo de las instituciones que respaldan la confianza mutua. Esa confianza va asentándose y ampliándose, de personas conocidas a terceros no conocidos, en los que se va confiando a medida que la red de instituciones privadas y públicas van extendiendo, facilitando, y afirmando la confianza. Es ampliación de la confianza a terceros es esencial en la historia del capitalismo.
 
Obviamente, el avance de esa red invisible es un gran reductor de costes de transacción y financiación. Para verlo, no hay más que comparar el coste de la usura con el coste de un préstamo bancario hoy. No es ajeno a la crisis la súbita y brutal pérdida de la confianza en las instituciones crediticias que surgió como una bomba en 2007-08 y desató el pánico.
 
Esto no resta ningún punto a la necesidad de regular el sistema financiero, precisamente para que esa confianza no sufra graves caídas. Pero eso es otro tema.
 

No hay comentarios: