No sabemos nada porque el hombre es incapaz de imaginar el extasis de la mujer. Santa Teresa:
«Hirióme con una flecha / enarbolada de amor / y mi alma quedó hecha / una con su Criador»... «Quien lo probó, lo sabe» ¿Qué probó Santa Teresa, quien dice que "quien lo probó lo sabe"?
Se ha estrenado en Roma una exposición de Juan Francisco Casas quien, digno hijo de su Tiempo, rehace la obra de grandes creadores, como por ejemplo, el "Extasis de Santa Teresa" del gran Bernini. En la imagen, un detalle del original, y la recreación de Casas.
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Imagen del El Español |
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http://thechildrenofthegreatempire.tumblr.com/post/113202898386/bernini-sculpting-in-clay-c-d-dickerson-iii |
Bernini alcanza una de los cumbres del arte. Además, el arte escultórico tiene una limitación de la que nace su virtud: no hay transcurso, debe ser simultáneo y atemporal, por lo que nosotros debemos poner con la imaginación lo que falta: el Ángel no ha penetrado con la flecha a Santa Teresa, que ya está en Éxtasis divino. Todo lo que sea dejar a nuestra imaginación (elipsis) lo que falta es todo un arte. Los mejores directores de cine eran -ya no son- maestros en eso.
Dice Sánchez Dragó ("el hombre no tiene orgasmos, sólo eyacula"), que le gustaría probar un éxtasis así, pero yo creo que es privilegio de la Mujer, no del hombre. Feliz el hombre que ha causado tal transposición, o transreverberación, como decía Bellini, en una mujer. Puede sentirse, fugazmente, pequeño Dios personal de alguien.
Hemos pasado del mundo del espíritu al de la carne, lo que no debería hacerse nunca, separarlos, como decía Octavio Paz en ese maravilloso libro, "La llama doble", sobre el doble origen del amor. O el éxtasis.
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