"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 6 de noviembre de 2024

La caída acelerada del Estado

Sánchez ha dejado bien claro con sus últimas decisiones que va por delante de nosotros en su fervor de demolición de España con la ayuda de sus compañeros de viaje separatistas. Lo ha dejado claro como el agua: hay que dejar funcionar la iniciativa de las autonomías. España es un país ¿federal?, las comunidades son autónomas y deben tomar la iniciativa en casos de catástrofes naturales. De paso, ya que la oposición a mí Yo me pide que declare caso de emergencia nacional, les digo que me aprueben los presupuestos, que no he presentado ni siquiera formulado.

Doble trampa: que las autonomías del PP dejen ver su vaciedad incompetente, lo cual le ha salido muy bien – Mazón está amortizado -, y tengo cogido por sus partes al memo de Feijóo, que quedará mal me apoye o no me apoye en mis presupuestos trampa.

Al fin a estallado a la luz la verdadera política maquiavélica de este sujeto sin par, muy dotado para sacar fuego de una astilla verde y mojada, simplemente porque se la da bien ver como joder al contrincante y marcar una muesca más en su revólver silencioso.

No le hace falta ni siquiera los últimos avances de IA. Prefiere rodearse de una tribu cerril de necios que beben los vientos por el, le corean y le imitan cuando hacen declaraciones. El puto amo. El puto amo ha salido vivo de los desastres en cadena que ha provocado, y la ira de los afectados apenas le ha rozado. Estoy de acuerdo con Pérez Reverte: lo volverá a hacer. Volverá a ganar, pero antes habrá machacado a Feijóo hasta la ignominia; antes habrá roto la nación más antigua de Europa en dos o tres fragmentos, y Cataluña recibirá un tratamiento especial, (“único” dice Marichús), que arruinará a España para siempre, porque lo que quede de Estado será suyo y lo hará a su imagen y semejanza.

Porque, es así, despídanse de elecciones porque ya está avanzando con sus socios separatistas para construir (o destruir) un Estado asimétrico, dividido entre autónomos pobres, sin recursos, los cuales estarán en su mano y la de sus socios.

Ese es el panorama: una España rota “asimétricamente” con una economía empantanada por el peso de los impuestos y la deuda, cuyo recurso será totalmente arbitrario, como ya lo está empezando a hacer.

En la tragedia de Valencia hemos visto dos caras de este personaje único. Primero querer aparecer en el escenario dantesco como un salvador, lo que fue un error que pudo pagar caro. Luego, el desfallecimiento en el que cayó cuando repentinamente se dio cuenta de que le odiaban y amenazaban con matarle (si no llega a ser por los guardaespaldas). Solo hecho de menos la ausencia de su amada Begoña, para mayor contraste entre la pareja real y estos desalmados que se creen impunes (y la verdad es que lo son).

Hay quien dice que lo decisivo en la historia son las estructuras, las instituciones en las que encaja la decisiones humanas. Yo creo que este ser demuestra que el individuo maquiavélico también es decisivo cuando sabe leer las debilidades de esas instituciones y empieza a apoderarse de ellas y anularlas de su verdadero sentido de su existencia y las pone a su servicio. No es fácil lo que hace; no me imagino a otro. Tristemente ha nacido para aprovecharse de todas las debilidades del Estado democrático español, que son muchas.

Pero ya es tarde para remediarlo. Él ya tiene demasiados resortes en su poder, y va a tener más cuando consiga su operación fiscal Cataluña, que dejará seca financieramente al resto de España. Sabe, como cualquier déspota, que la pobreza del pueblo le hace más dependiente de las migajas que tira a boleo desde el balcón, por las que los miserables luchan por ellas. No dura mucho tiempo un déspota que permita un sector privado productivo.

No son las “condiciones objetivas” las que mueven la historia. Son los raros individuos sin alma especialmente diseñados para adueñarse de esas estructuras y ponerlas a su servicio. Ejemplos, Lenin, Hitler… monstruos de capacidades rara vez vistas, amorales que se fabrican una moral suya que justifica las aberraciones que se le ocurren.

Leer de ellos a toro pasado es fascinante porque encarnan el mal casi absoluto. Que te toque vivir bajo la bota de alguno de estos “seres excepcionales” es una mala suerte inmensa.


lunes, 4 de noviembre de 2024

La desnudez de la verdad

A veces la verdad sale de una imagen: los afectados por el diluvio insultando y persiguiendo al presidente del gobierno, llamándole « perro ».
A la tragedia de Valencia se le ha adherido como una lapa la idea de que España es un Estado fallido. Algunos niegan tamaña expresión: no, no no es un Estado fallido. Es un gobierno fallido. Es decir, no hay más que echar este gobierno para que todo vuelva a la normalidad. 
Pero la “normalidad” ya no existe. Ni en España (ni en Europa, por cierto). La normalidad es un escenario de cartón piedra, que cuando llueve masivamente se moja y se deshace en migajas. 
El estrepitoso fallo del gobierno, su reticencia a tomar la iniciativa, a decretar Zona Catastrófica, tiene una explicación que nos da Federico J. Losantos: el gobierno ha arrastrado los pies y todavía no ha decretado la Zona Catastrófica, porque no les gusta a sus socios antiespañoles (Bildu, Puigdemont, Junquera) la imagen de España ayudándose a sí misma en un momento de solidaridad. Es una imagen letal para sus planes respecto a España. En efecto: hasta ahí llega el compromiso del gobierno de la nación con sus compinches anti españoles. Y, ojo, en ello han colaborado todos los ministros, hasta la menos insensata, Margarita Robles: “el ejército no está para esas cosas”. Ella lo debe saber, porque es la ministra. No decía esas cosas cuando España envió ayuda al terremoto de Marruecos…
Los que al principio del milenio creían que estábamos fundando un futuro brillante, una Constitución europea con moneda única, etc., es decir, “el mejor de los mundos posibles” - como decía el Cándido, de Voltaire -, ahora están desorientados, buscando un salvavidas que no aparece por el horizonte.
La DANA nos ha desvelado que todo está prendido con alfileres. Ciertamente este gobierno ha mostrado sus peores instintos. “Si quieren más ayuda, que la pidan” es una frase que tardará de borrarse de la memoria. La podría acuñar en moneda el insensato que la ha dicho. Hasta ahora solo se le podía achacar a un dictador bananero. Es del mismo nivel rastrero que lo que dijo María Antonieta cuando respondió: “si tienen hambre y no hay pan, que coman pasteles.”
Creo que habrá un antes y un después de estos tristes sucesos. Creo que el pueblo, espontáneamente - ni  remotamente dirigidos por la la ultraderecha, como dice el gobierno noqueado-, ha dejado a la clase política desnuda tal cual es, una gente codiciosa y mal intencionada, que vive en un mundo aparte (como dijo un manifestante indignado y desesperado: “fuera, cabrones, que vivís fuera del país”). 
Cierto, aunque no viven en otro país, sino en una burbuja que no toca el suelo. (Por cierto, excluyo al rey de estos personajes deplorables, pues supo estar en su papel jugándose el físico. Porque hubo un momento…)
Ha quedado claro, negro sobre blanco, aparte de la ignominia del gobierno, que el Estado está sobredimensionado, es carísimo y además ineficaz. Hay demasiadas instituciones duplicadas, algunas vacías de competencias, pero que mantienen una casta extractiva expoliadora para su bien. Ahora resulta que tantos poderes solo sirven para pisotearse, acusarse mutuamente, retrasar las decisiones urgentes, y fracasar. 
Y ahora, con este nivel de claridad instantánea que nos ofrece la tragedia, pensemos que este gobierno tiene el proyecto de darle a Cataluña un acuerdo fiscal “singular” que supondría transferir del resto de España la recaudación fiscal catalana, sin contrapartida de Cataluña a España (y con aportaciones extras “cuando lo pidan”). Un latrocinio que éste sí, podría acabar con el Estado y la nación. Hay que impedirlo a toda costa. Hay que echar a estas garrapatas de las numerosas covachas que okupan, de las que extraen montañas de dinero para su bolsillo. 

domingo, 3 de noviembre de 2024

La España que odia el gobierno

En España unos pocos veníamos avisando de que las autonomías suponían un duplicación del coste del Estado, sin que a la vez fuera una duplicación del servicio. ¿Nos abrirá los ojos la enorme tragedia de Valencia?
Puede ser, pero podría ser tarde en este momento, cuando el gobierno tiene en marcha un trasvase de riqueza enorme a Cataluña del resto del país, a costa de España, lo que sería el golpe definitivo al tambaleante estado de las autonomías. Pomposo nombre para designar un no-estado, una entelequia que hasta ahora se ha sostenido porque “no pasaba nada”. Un entelequia además carísimaª. 
Por ese motivo, aunque no el único, este gobierno ha endeudado al Estado para su propio beneficio, pues apenas ha habido inversión pública bajo su mandato. Irremediablemente, cuando se haga recuento de los inmensos daños materiales de la tragedia, tendremos que endeudarnos, esta vez con razón. Pero la razón no cancela el coste del endeudamiento pasado y venidero. Además, ¿quién nos va a dar dinero, a qué coste, cuando ya tenemos sobrecarga de deuda? ¿La UE? Los países de la UE está endeudados como nosotros o más; el país rico de antaño, Alemania, está en grave recesión. Francia no está para ser prestamista. Y España no es un socio fiable, visto lo que no ha hecho con los fondos europeos.
Se podría hacer de la necesidad virtud e inaugurar una emisión de deuda unitaria de la UE, como pedía Mario Draghi en su informe. Eso impulsaría una unión decaída y pondría en marcha algunos sectores, si la emisión es vasta como para incentivar otras actividades. 
Además, como este gobierno ha manifestado de varias formas que no les gusta este Estado (ni por cierto España), pues echemos el ancla en Europa y hagámosla más unida y potente. 
Es una ocasión única y no es tarde para eso. Y lo necesitamos con urgencia.

a. Cuando la inundación de 1957, el gobierno hizo obras que ayudaran a la zona a estar más protegida. Para su financiación emitió un sello a 0,25 pesetas. Desde entonces no se hecho nada, salvo este gobierno ha derribado cientos de pantanos que contenía las aguas de la torrentera. 
Mario Draghi

sábado, 2 de noviembre de 2024

Suplicatorio a vuesa merced

Catástrofe y fallo estrepitoso del Estado. Un Estado parcelado que no sabe quién debe tomar las decisiones y cuyos componentes están en guerra unos con otros. Un Estado baldío, enormemente costoso, endeudado, y subido a un globo alejado de la tierra y sus habitantes. Por favor, rectifiquen, váyanse, que por esta senda nos llevan al desastre nacional, del que serán Uds los máximos responsables. Desastre que se ha visto en esta tragedia en toda su esplendor: detrás de la tramoya no hay más que delincuentes agarrados a la ubre del Estado, que van a dejar seca. Cuando no simplemente gente dormitando, o atando moscas por el rabo.
Y dejen de echarse la culpa a través del muro que han montado. Están Uds haciendo el ridículo ante el mundo, rechazando ofertas de ayuda de otros países, insensibles a la magnitud de la tragedia que os ha dejado desnudos. Por favor, políticos, váyanse. Dejen de agarrarse a la ubre del Estado, que van a dejarla seca. 
Primer paso para emprender el rescate de España: que el Estado central reasuma competencias que jamás deberían haberse cedido: es vital tener un mando único para reducir el disparatado coste y ser más eficaz. 
Es claro que en los grandes desafíos se necesitan decisiones heroicas. Gracias a la tragedia “hemos visto”. Dejen de embarrar, de creerse la sal de la tierra, y den un paso atrás antes de que destrocen la maltrecha España en la que es claro que no creen.

martes, 29 de octubre de 2024

“Pero después las cosas no han ido bien”

No pensaba escribir, pero acabo de leer una entrevista a Álvaro Delgado-Gal en TheObjective que no sé si calificar de aplastante.
He aquí un trozo, el del final. Es una entrevista larga, larguísima, pero fecunda

P.- No sé si quieres cerrar con una reflexión en torno a la relación de los distintos espectros políticos con la historia o con el pasado. 

R.- Voy a hablar de España para centrar la discusión y de la situación en que estamos. Creo que estamos en un momento históricamente grave y creo que estamos también en un momento decepcionante. Fue una aventura para España que existiera la Constitución. Que existiera una Constitución, aunque la Constitución que llegó a existir era probablemente mejorable. Pero después las cosas no han ido bien. ¿En qué sentido? A mí, por ejemplo, me decepciona la derecha. No hablo de la extrema derecha reaccionaria, hablo del PP. La derecha no constituye un peligro para la democracia. Nunca lo ha constituido. Pero sí le ha dado a uno la sensación de que la derecha ha considerado que tenía que resignarse a la democracia, puesto que no había alternativas razonables. Es verdad. Pero no estoy seguro de que la haya sentido verdaderamente desde dentro. Me refiero a la derecha política. No me refiero a la gente que vota a un partido de derechas. Están ahí porque es el armatoste que se construyó en el 78 y en el que ellos tienen que medrar. No veo detrás una auténtica ambición. Eso se nota en parte en el carácter vacilante de muchos de los dirigentes de derechas. La izquierda ha tenido siempre la tentación de la hegemonía, desde el comienzo. Yo recuerdo que cuando el centenario, o lo que fuere, no recuerdo qué clase de aniversario era, de Carlos III, aparecieron en televisión Sabina y otros dos rockeros, Víctor Manuel y Miguel Ríos. Lo recuerdo porque me impresionó. Aparecieron cantado Ningún tiempo pasado fue mejor, y cuando decían eso se referían a ellos en el poder, es decir, al PSOE en el poder. Aun así, hay que decir que Felipe era otra cosa. Aunque su conducta en muchos aspectos fue manifiestamente mejorable. Pero después, desde Zapatero hasta aquí, el comportamiento del PSOE ha sido sorprendente e imperdonable. ¿Se inventan las cosas? Sí, se las inventan. ¿Se inventan el pasado? Sí, se lo inventan. Y el presente también. El otro día la portavoz Alegría estuvo repitiendo mal lo que acaba de saberse por otros conductos. Eso es adulterar el presente, que es todavía más meritorio que adulterar que adulterar el pasado. Es un caso de degradación política gigantesco. 

P.- ¿Y cómo salimos del laberinto? 

R.- Estamos en crisis, pero va a haber una crisis que se va a materializar también en el terreno económico. Va a pasar algo en el terreno económico de aquí a cinco años como mucho, y probablemente mucho antes. Va a haber una enorme crisis. Y las piezas quedarán en el tablero como queden. Y de ahí podrá reconstruir algo o no, no sé cómo se haría. Pero no se trata ya de que gane un partido o que gane otro. Se trata de, en parte, refundar una democracia que está profundamente herida por malos comportamientos de los partidos durante los últimos años. En un contexto también socioeconómico muy mal orientado. ¿Qué va a pasar? No lo sé. ¿Cuándo se va a ir Sánchez? Probablemente no dentro de mucho, pero no lo sé. Lo que sé es que va a dejar al país muy mal. Y que lo más preocupante es que lo va a dejar sin recursos políticos visibles para poder reconstruirlo. Un PP tan vacilante como el actual y sin la garantía de tener la posibilidad de dialogar con un PSOE reconstruido, que no sé cómo se reconstruiría, no da de sí para hacer lo que lo más elemental que necesitamos, si queremos que este país tenga sentido dentro de cinco años. 

Errejón y el 15-M

El caso Errejón y el 15-M

El reciente escándalo y desfenestramiento de Iñigo Errejón es más viejo que el mundo. Aparentemente comenzó con el Movimiento 15-M, consistente en invadir un espacio público, como es la Puerta del Sol de Madrid, y apropiárselo sine die hasta que tuvieran a bien desalojar.

Esto ocurría el 15 de mayo de 2011(de ahí su nombre 15-M). Pretendía ser el núcleo de una refundación desde cero, desde abajo, de todo el entramado social español. Tenían ticks marxistas, y se pasaron meses allí, en sus tiendas de campaña y dejando detritus, mientras escribían incesantes constituciones y proclamaciones ilegibles, al ritmo de varias al día. Se votaba a mano alzaba y al día siguiente se volvía a empezar. Esa creatividad irrestricta iba a ser una característica fundamental en este movimiento, que con los años desembocó en el parido Podemos; el cual después parió decenas de partidos. En el camino recorrido hasta ahí, hubo muchas refundaciones tras la que se ocultaba la realidad de unas depuraciones nada lejanas a las depuraciones de cualquier parido marxista.

Mucha gente digamos que culta, se dejó engañar por la belleza de esa juventud retadora - aunque también con vistos de tirana -. Recuerdo a un reconocido intelectual catalán, llamado Punset, llegando en coche con chaufeur hasta el cogollito de la acampada, a decir lo encantado que estaba con este movimiento que iba a acabar con el bipartidismo, la crisis, el paro, la pobreza, en fin, todos los males que en realidad siempre han existido.

Porque males sociales siempre han existido. Además de ser constantes, tienen la manía de reproducirse periódicamente en crisis recurrentes, que no tienen origen en el capitalismo y la propiedad. Pero en ocasiones de crisis económicas profundas, es muy atractivo formar movimientos regeracionistas a partir desde cero, a poder ser con derramamiento de sangre (Pablo Iglesias dixit: “El cielo se conquista con violencia).

Estos movimientos tienen su fundamento ideológico en Rousseau (aunque ellos crean que en Marx; pero como nadie ha leído a estos autores…). Rousseau fue padre de la Revolución Francesa, con su proposición fundamental de que el hombre nace inocente y le pervierte la sociedad de privilegios. La propiedad privada es el vértice inicial y ha de que acabarse con ella. Aquí se puede ver el rastro que lleva directo a al movimiento okupa y algo peor: que cada vez está más imbricado en algún poder oficial que lo defiende y lo articula.

He aquí como, a través de Marx y una secuela de de autores de toda laya, llegamos a una papilla ideológica indigesta que, con un salto de pértiga, vuela por encima de la sociedad libre, productiva y solidaria, y pretende fundar un engendro estableciendo el adamismo más infantil, tanto como las ilusiones de un Bakunista ácrata. Con la diferencia de que estos revolucionarios de salón, lo que han hecho de primeras es adquirir propiedad casas (con piscina), esposas intercambiables y, sobre todo, como hemos visto en el caso Errejón: doble moral realmente burguesa, angelitos de día y sátiros de noche, mientras predican que el “no es no” y el “sí es sí”.

Bertram Russell decía en su “Historia de la filosofía occidental” que “Rousseau era el inicio de la senda que lleva a Stalin”. No lo decía en vano. Estas ideas con aspecto de lógicas hegelianas siempre han llevado directo a las ideologías que, como la marxista (nunca leída por sus fervientes seguidores), han propiciado tiranías sangrientas.

Estas movidas son meandros del ancho río de la historia cuyo destino nadie conoce, aunque hay signos en esa historia de que algunas ideas han funcionado mejor que otras. Los movimientos revolucionarios incendiarios siempre quieren cambiar el estado de cosas, pero casi siempre se extralimitan hasta que desembocan en una tiranía.


sábado, 26 de octubre de 2024

El comunismo histórico

Sobre el “Caso” Errejón: Primero y ante todo, el comunismo siempre ha justificado la violencia de cualquier tipo, por que ellos, sus feligreses, están en posesión de la Verdad. Siempre ha sido así en los sucesivos renacimientos, cuando ya se le creía muerto.
Sin embargo, todavía hay gente alelada que cree que son más defensores de la libertad que los demás. Es decir, que están seguros que cuando llegue la sociedad perfecta, emergerá un “Homo Novo” y no serán necesario derechos, deberes, ni leyes… eso sí, a eso se llega tras un largo periodo de “dictadura del proletariado”. La historia demuestra que tal dictadura, totalitaria, nunca se acaba por voluntad propia. Si acaso por implosión, léase URSS & Países abducidos, caída del Muro de (la vergüenza) Berlín, etc...
Mientras llega el paraíso terrenal (estos tipos son muy mesiánicos), el comunista tiene derecho a a hacerle a una mujer casi lo que le de la gana. Invocan leyes que ellos no cumplen (solo dicen cumplir la Ley de la Dialéctica, fundada por Marx, inexorable ley de hierro que traerá el mundo sin cadenas. 
(Aunque no debe ser tan inexorable, pues el autor dijo que ese proceso se podía acelerar… mediante la violencia, claro). 
Eso es, siguiendo la tradición de Marx, fundador, maltratador de su esclavizada mujer, violador de la sirvienta, a la que una vez le hizo un hijo del que no quiso saber nada y le traspasó a su amigo Engels -Normal si tú crees que la Mujer debe caer rendida a los pies del Homo Novo -.Quién no sabe todo esto es porque no quiere.
Y siguiendo con el escabroso tema, hay que llamar la atención en lo siguiente: El tal Errejón- como su “amigo” Pablo Iglesias & co -, es un indigente intelectual. Eso es lo triste, porque esta gente en sus primeras elecciones, el famoso “pueblo” 
(famoso por no estar nunca en su lugar), le dio 5 (cinco) millones de votos. Lo cual es muy deprimente. Que cinco millones de jóvenes o no tan jóvenes (que los hay así de inmaduros), voten a estos analfabetos funcionales en la España de hoy significa muchas cosas. Por ejemplo, dice algo bochornoso de nuestro sistema educativo, no casualmente corroborado por el informe PISA, que retrata cincuenta años de incuria y despilfarro y empanada mental.
Así, este indigente moral se permite poner la excusa de que ha sido abducido por el “maligno” espíritu neoliberal-patriarcal (sic), lo que no es pedir perdón exactamente. Es echar la culpa al resto de la sociedad, como siempre ha hecho al izquierda. 
Y ese es el espíritu de hoy dominante: la culpa es de todos menos Yo (mayestático).
Estos eran los que iban a conquistar el cielo con violencia, Pablenín dixit. De momento se han pegado un galletazo de aúpa que les ha dejado en porretas. No se preocupen; les ayudarán a rehacerse.

jueves, 24 de octubre de 2024

La Economía Política. Verdad versus precisión

Lo que más me gusta de Daren Acemoglu, premio Nobel de Economía, es que rasga el velo que siempre ha ocultado la cruda verdad de la economía:
“Los países pobres lo son porque quienes tienen el poder toman decisiones que crean pobreza. No lo hacen bien, no porque se equivoquen o por su ignorancia, sino a propósito. Para comprenderlo, tenemos que ir más allá de la economía y el asesoramiento experto sobre lo mejor que se puede hacer y, en su lugar, debemos estudiar cómo se toman realmente las decisiones…La comprensión de la política resulta esencial para explicar la desigualdad del mundo.”
Añado: No por azar la Economía de antes se llamaba Economía Política. La economía no es neutral políticamente. En la España de hoy tenemos innumerables ejemplos de esto: fracaso económico de un bien intencionado régimen democrático.
No se dejen engañar por los charlatanes que venden humo: sin una política expresamente orientada al bien común (el cual depende de la eficiencia económica), no puede haber bienestar económico. Y sólo un estado de bienestar (que no  hipoteque el futuro) puede ser la base de una sociedad estable.
¿Contradice esto la regla número uno de la economía más usual, que todo pasa por el mercado? De ninguna manera. Lo que señala es que el mercado, sobre todo algunos mercados, no son capaces de ofrecer lo que necesita la economía. Pero no se trata de anular el mercado y cambiarlo con la economía dirigida. La economía de este tipo ha fracasado. De lo que se trata es de crear las instituciones que enmarquen y propicien el libre mercado, pero asegurando que sus aspectos deficientes sean compensadas. 
Desgraciadamente, no pueden establecerse reglas fijas, normas duraderas, que desvelen la mezcla exacta del mix de libertad y norma política. Lo único que hay es lo que nos desvela la historia - cierto, no muy claramente-, de cómo algunos países consiguieron una combinación fructífera de progreso y libertad. La acción humana dista de ser perfecta. Pero no tenemos más remedio que escuchar el pasado y distinguir entre sus voces (y la posibilidad de rectificar), las que son más probables de llegar a buen puerto.
Desde casi sus principios, la Economía ha dado la espalda a la historia y ha intentado erigirse como tribunal abstracto de una verdad absoluta derivada de la lógica matemática. Ha sido una senda falaz, cada vez más alejada de la realidad.  

martes, 22 de octubre de 2024

El destrozo de Sánchez a España

Me permito recomendarles tres enlaces de TheObjective que dan cuenta del destrozo que está haciendo Sánchez a España. No lo digo en plan patriotero; lo digo como la posible aniquilación del Estado y, por ende, del devenir de los futuro ex-españoles. La voladura de un Estado no es gratis: reconstruirlo será muy difícil, sino imposible, porque se generarán inmediatamente unas inercias que reforzarán las posiciones de los separatistas, izquierdistas, republicanos  y yolistas (libre interpretación), que están desando cumplir su sueño respectivo.
Los textos los he puesto en el orden siguiente: primero, el artículo de Antonio Elorza, historiador de largo recorrido, que nos explica las barrabasadas políticas del siniestro personaje (no se pierdan las calificaciones y comparaciones que hace con la mafia). Segundo, el de Martín-Seco, que explica cómo sucederán las cosas en el desarrollo del nuevo concierto fiscal con Cataluña. Se hará lentamente y con anestesia. Cuando nos lo hayan metido, ya será tarde. Ambos cronistas señalan que la debilidad de la oposición como factor clave en la “suavidad del proceso”(1).
Les encarezco, por último, a visionar el vídeo de Angel Fuentes, fiscalista de prestigio mundial. Explica, con sencillas palabras, las consecuencias del funesto concierto fiscal que quiere Sánchez conceder a Cataluña como precio por su continuidad en la Moncloa(2). No recuerdo ahora si él lo dice, pero yo reitero que sería la explosión descontrolada del Estado español (descontrolada por lo que he dicho antes: porque de los cascotes que queden no se puede reconstruir nada). Pero también nos explica cómo funciona la hacienda española, que necesitada de algunas reformas, y, sin embargo, “no es la peor del mundo”. Con la excepción catalana, sencillamente dejaría de ser. Buen provecho.

1. como es patente en lo que han dicho los barones del PP cuando han ido a ver a Sánchez: yo igual y más- No es extraño que Isabel Díaz Ayuso los haya puesto en evidencia; y al mismo Feijóo, su presidente, que cada se entera menos de la gravedad a la que se enfrenta. 

2. Obsérvese que la debilidad del Estado juega a favor de los planes de Sánchez: cuanto más débil sea la Administración, más débiles serán sus adversarios; empezando por la merma en la financiación de las demás CCAA. 



sábado, 19 de octubre de 2024

La elusiva verdad

“Mentir constantemente no tiene como objetivo hacer que la gente crea una mentira, sino garantizar que ya nadie crea en nada. Un pueblo que ya no puede distinguir entre la verdad y la mentira no puede distinguir entre el bien y el mal. Y un pueblo así, privado del poder de pensar y juzgar, está, sin saberlo ni quererlo, completamente sometido al imperio de la mentira. Con gente así, puedes hacer lo que quieras.”

Hannah Arendt,
historiadora y filósofa alemana, desarrolló el concepto de “La banalidad del mal”.

Más allá de esta opinión - acertada - de Hannah Arendt, yo veo en la mentira algo congénito al hombre más potente que el deseo de verdad:
Desde la infancia se aprende a desinformar. Lo llevamos en los genes, no hay más que refinar su capacidad. P.ej., cuando Pedrito le dice a Juanito: “eso es mentira, y lo sabes”, es desinformación si no se pueden comprobar los hechos. No sabemos de cierto quien dice la verdad. En el colegio estábamos todo el día “desinformando” sobre cualquier cosa. Las discusiones eran una pugna por ver a quién se le daba la razón; a nadie le interesaba la verdad. El resultado final no era demasiado ético. En el mejor de los casos, un dictamen lo más ecuánime posible. 
La opinión pública es el telar donde se fabrica la alfombra que tapa la verdad de los hechos, y al día siguiente volverá a ser tejida para envolver y ocultar los hechos. 
Un ejemplo. Hace meses que no sabemos nada de Ucrania después de unas contundentes victorias en suelo ruso. ¿Qué ha pasado desde entonces? Solo nos hablan de la guerra palestina, nada de la de Ucrania. Sospecho que algo ha cambiado y alguien ha decidido echar la cortina. ¿Esto es debido a la libertad de los medios o a instrucciones de los que deciden de qué se habla? 
Desde Galileo, Newton etc., sabemos que la verdad solo se alcanza si hay hechos contrastables que la confirman. Después de cada especulación debe venir la búsqueda de hechos que corroboren la hipótesis, siendo esta siempre provisional hasta que con el tiempo se encuentran otros hechos que no encajan, y alguien formula otra hipótesis más potente que da cuenta de los nuevos hechos. Esto solo existe en las ciencias naturales. En los demás campos, que son la gran mayoría - y los más importantes -, nos conformamos con una burda imitación del método científico, nunca perfecta, y susceptible de ser manoseada por unos y otros. 
Por eso decía Josep Pla que los “constructores de pueblos no eran los ingenieros ni los científicos, sino los poetas”. Eso es quizás una maldición del género humano: que las emociones sean más capaces de absorber lo que está en el aire, sin discriminar si es verdad o no. 
El mayor sueño distorsionante de la humanidad es, probablemente, el marxismo como fundador de sociedades. El marxismo era una falacia como se comprobó mucho después, setenta años después de su despegue en el 1917 con Lenin. Éste sabía muy bien lo que le convenía para establecer su revolución: mentir y exterminar a sus posibles enemigos, incluidos a los que confiaban más en la democracia pacífica. 
Durante años y años, casi hasta 1989, nadie se cuestionó- todo lo contrario - en occidente la veracidad y la nobleza de la sociedad soviética. Algunos intelectuales justificaban los crímenes y hambrunas como “un mal necesario”. Otros sencillamente no lo veían. La opinión pública, durante décadas, tuvo un sesgo a favor del “Hombre Nuevo”, que es lo que estaba surgiendo en ese experimento social sofocante y criminal. 
Algunos, pocos, intelectuales anglosajones (los franceses cerraron filas hasta los años noventa, cuando fue publicado por Stéphane Courtois “El libro negro sobre el comunismo”) informaron sobre la realidad de lo que pasaba: Stalin era, sencillamente, un monstruo de maldad no muy diferente a Hitler. Así lo declararon Kingsley Amis y su hijo Martin (Koba el Terrible), posiblemente reanudando la línea abierta por Arthur Koestler, ex comunista y ex miembro del Comintern al servicio de Stalin (hay que leer sus lúcidas memorias). También Kingsley fue miembro del partido, como tantos otros que fueron los primeros en ser conscientes de lo que había dentro. Otro ejemplo: Jorge Semprún, que se enfrentó a Carrillo (y se fue), por su dictadura en el partido y la distopia de éste sobre la realidad de España: estaba empeñado en derribar a Franco con las armas (luego cambió).
Toda esta ceguedad y empanada de occidente fue en buena parte debida a la política de propaganda iniciada por Lenin y seguida por Stalin, que puso en manos de un genio inteligente y malvado (llamado Munzenberg) el Comintern, al que convirtió en la oficina propagandística más eficiente de la historia. 
Como dije en un post anterior, su objetivo no era propaganda, sino mentiras contrapropagandistas para que la gente sintiera desconfianza y rechazo hacia su sistema democrático. 
Si estos hechos son ciertos, se puede concluir que la mentira es muy rentable, en todo caso más que la verdad, aunque sólo sea por el deseo de muchos de guiarse por ella y sus encantos. La mentira que nos viene cuando los Putines del mundo controlen la IA, posiblemente multiplicará por miles la eficiencia de la mentira sin necesidad de “acción de campo”, sino de potentes ordenadores. Así llegamos a la paradoja de Russell: “lo que dice en la otra cara de esta hoja es mentira. En la otra cara pone: lo que dice en la otra cara es verdad”… En la historia no siempre ganan los buenos.
No le auguro una vida plena a nuestra libertad y desarrollo (íntimamente unidos, no se sabe por qué). 
La historia ¿tiene sentido?¿es unidireccional? En Macbeth leemos una frase que siempre me ha fascinado; algo que podría decirse de la historia:

“La vida no es más que una sombra… una historia narrada por un idiota llena de ruido y furia que no significa nada.”

viernes, 18 de octubre de 2024

La conspiración casposa

Hombre, hombre, hay que reconocer que los tejemanejes de Ábalos cuando fue ministro evidencian que este sujeto no es muy sutil. Debía creerse impune para hacer chapucerías como lo de pagarle a su amiguita un pisito, viajes a todo tren y un salario… eso lo podía hacer, hace ya décadas, un señor de Bilbao cuando venía a Madrid con cualquier excusa “profesional”. Estos empresarios bilbaínos comían y cenaban a cuerpo de rey, fumaban grandes puros habanos en la sobremesa, con los amigotes. Luego algunos iban de pilinguis, pero otros, los más potentes, ya tenían una mantenida que les guardaba las ausencias en un pisito subsistido por él (esto lo contaba muy bien Juan Benet en uno de sus cuentos de “Otoño en Madrid hacia 1950”). Eran tiempos propicios, tiempos de malas comunicaciones, el viaje tardaba horas y eso alarga la distancia (por eso del tema del espacio/tiempo, que a mí me abruma); las conferencias telefónicas eran azarosas.
Ábalos, de imaginación alicorta, gallinácea, quería vivir ese sueño ya anticuado. Además él no es de Bilbao, sino de Valencia. Yo no digo que los de Valencia no sean astutos, pero les pierde el fardar. Se les ve el plumero. Demasiado obvio. Además, la ecuación “einsteiniana” espacio/tiempo se ha comprimido mucho con las nuevas tecnologías, una barbaridad que, al parecer, Ábalos no concebía.
Además, con dinero público. Pisito, sueldo y dietas de viajes con dinero del contribuyente. ¡No se iba a gastar lo que trincaba para él! eso era para mantener a su familia y el divorcio posterior, que esas cosas son muy caras (eso supongo, igual también eso lo ponía el ministerio). En todo caso, da igual: la fuente última era el erario. Eso sí, el se apropió de un chaletazo en Sotogrande; seguro que su ex ni se enteró.
Y la pobre Jessica se ha quedado sin avío, en la calle como quien dice. Y la carrera sin acabar.

martes, 15 de octubre de 2024

Con Sánchez hacia el futuro

Sánchez no es un político al uso democrático. Un político demócrata sabe y acepta que su tiempo de mando está limitado. Por poner un ejemplo cercano a Sánchez, véase la dimisión de Felipe González cuando vio que se le había acabado su hora. O el caso de Alfonso Guerra, que no solo aceptó ser el secundario, que no sucesor, y dimitió cuando perdió la confianza de su jefe. Por no mencionar a Aznar, primer presidente que autolimitó su tiempo a dos legislaturas. 
Sánchez no se conforma con eso. Su enorme egotismo le impulsa a ser Él, designado por sus dioses (por supuesto interiores) para ser el mesías enviado a la tierra llamada España. Alrededor de Él, nadie le hace sombra. Por ende, lo primero que hace aplastar a su partido, al que desdeña (Todavía no ha acabado la demolición. Cuando tenga a mano su permanencia, veremos). No se vislumbra en los restos del PSOE un sucesor. Sánchez es sucesor de sí mismo. Y lo más importante: no tiene ideas sobre su deber, que él mismo se marca. El único problema no es la realidad, o sus actos, sino Él, su Mismidad. No responde a los problemas con ideas, debates… Él es la solución,  fuera las sucias manos de sus peones, y se va incluso de las votaciones del parlamento, al que por supuesto desdeña. Ejemplo, la votación del sí es sí, o la reciente de la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana: se rio de la oposición, se marchó cuando se empezó a votar. No era cosa suya, no iba a mancharse la toga sagrada; para eso está su siervo Conde Pumpido. 
El no ha dicho nada de su intención en permanecer en el puesto; no se siente obligado, más bien da la sensación de que si puede, será ilimitado, Incluso ampliará sus poderes, que ya son extensos, a través de sus lémures colocados en las instituciones a sus pies, que son muchas, y más que caerán: Tribunal Supremo, Fiscal General, Banco de España, Fiscala auxiliar contra la corrupción, Instituto Nacional de Estadística (en el que sus esbirros masajean las cifras clave de la economía, como el PIB y la Inflación), Sindicatos devotos ( ni una huelga a cambio de reiteradas donaciones millonarias), y alguno se me olvida. Esto le otorga un poder inmenso comparado con el de sus antecesores en el cargo. Sería raro que usara ese poder para autolimitar su mandato; lo más lógico es que lo emplee para aumentarlo, como lo han hecho todos los dictadores que señala Elorza en su artículo. Si éstos tienen algo en común, es su lógica mesiánica, su egotismo, su enfado con que haya intermediarios entre él y su “pueblo” (que no es más que una idea de sí mismo), como ministros y diputados (absolutamente mediocres, cuando no analfabetos, o ambos), a los que fulmina cuando ya no le sirven, como el anterior a Bolaños, Iván Redondo, estrella tan fugaz y triturada cuando más creía en su poder e influencia ¿dónde está Iván?. Qué es Bolaños sino un reptil más sinuoso, al que le gusta que Cayetana A.T. le castigue en el parlamento y así exhibir su “dotes oratorias” de las que se cree dotado. 
En resumen: no ha dicho nada de marcharse, ha sometido a instituciones claves en democracia, ha logrado que la oposición se muestre inane para echarle, intentará aumentar su poder y prorrogarlo sine die. Los casos de corrupción que le acosan no le penalizan de momento. Tendrá que montar una estrategia para desviar el fuego, para lo cual dispone de mucho tiempo, pues las cuestiones terrenales, como promover leyes y gobernar, no le interesan. Como se aprecia en el reciente conflicto de la vivienda, en el que ha conseguido burlar a los interesados prometiendo darles un “bono” de 200 millones y no mancharse resolviendo el intrincado problema. Que es lo que suele hacer ante problemas que requieren decisiones impopulares.
Quién mejor y descubrió hace años es el escritor Arturo Pérez Reverte, en un programa del Hormiguero, que dejó aquí para sus solaz. https://youtu.be/yQOm0JUh00M?si=a81gzZxEBbJlrEZb “Es muy bueno el cabrón en lo suyo”. Me fascina (sic).

jueves, 10 de octubre de 2024

Psicopatía


Me pregunto con frecuencia si Sánchez es un cínico consciente de las mentiras que dice o, por el contrario, padece una psicopatía que mantiene su conciencia adormilada 😴. 
Juzguen Uds mismos en este video, donde se ve al Sánchez más íntimo. 
Y pensar que hay tantos sometidos a este conductor embriagado (de sí mismo), que le siguen a ciegas, ¡y tantos votantes que no lo ven porque no quieren!
No deja de darme terror esta imagen… que supongo será una imagen muy alabada en su círculo.
No ha habido nadie así de trastocado desde los tristemente famoso emperadores de Roma, como Nerón u Calígula. En su desvarío, va mucho más allá que Largo Caballero, que no ocultó que deseaba una guerra civil para establecer la dictadura del proletariado, y dio un golpe de estado contra su propia república para llegar cuanto antes a un régimen como el de Lenin. Negrín, el último presidente de gobierno de esa infausta república era también un poco deschavetado en su comportamiento privado y público: quiso prolongar la guerra más allá de la derrota para que los aliados llegaran a salvar la república. 

domingo, 6 de octubre de 2024

La rebelión de las masas

La rebelión de las masas

 

La “Rebelión de las masas”  de Ortega y Gasset es uno de los textos más importantes del siglo XX. Como dice Vargas Llosa (2010),

 

Hace cincuenta años falleció en España don José Ortega y Gasset, y hace 75 se publicó La rebelión de las masas (1930), uno de sus libros más importantes, acaso el que se leyó y tradujo más en todo el mundo. Dos aniversarios que deberían servir para revalorizar el pensamiento de uno de los más elegantes e inteligentes filósofos liberales del siglo xx, al que circunstancias varias –la Guerra Civil en España, los cuarenta años de dictadura franquista y el auge de las doctrinas marxistas y revolucionarias que caracterizó a Europa en la segunda mitad del siglo xx– han tenido arrumbado injustamente en el desván de las antiguallas, o, peor aún, han desnaturalizado, convirtiéndolo en un exclusivo referente del pensamiento conservador. Y entre el liberalismo y el conservadurismo, como mostró Hayek en un ensayo célebre, media un abismo.


Es verdad que Ortega hoy está “mal visto”, si no es un círculo estrecho de expertos y conocedores. Los motivos de este menosprecio que aduce Vargas Llosa son exactos, aunque yo añadiría el deplorable nivel actual de los tiempos y su apogeo de la vulgaridad e ignorancia. 

No es que Ortega esté acertado en toda su larga obra. La “España invertebrada”, o “meditaciones del Quijote”, están gravemente lastrados por errores insalvables. Sin embargo, practicó una filosofía alejada de la dogmática y muy próxima a la realidad, con una intuición además muy notable, además con una perspectiva histórica notable. Y creo que es lo que debemos recuperar de él, esa intuición sin rigideces académicas, “a pie de obra”, siempre empeñado en iluminar la vida con su elegante prosa. 

Hoy vivimos en el apogeo de la masificación detectada por Ortega en 1930. Masificación que ha de entenderse no en el sentido marxista de clase económica, todo lo contrario. Para Ortega, masificación es el efecto del desgaste de las élites fecundas, y la entronización del ser que cree que lo que le rodea es una cosa natural, sin historia detrás, y a lo que tiene pleno derecho. Esas élites, en una sociedad estable, serían las encargadas de nutrir, con su talento, el cuerpo espiritual básico de una sociedad libre, justa y próspera. 

Como Élite, Ortega no se refiere a los políticos exclusivamente, sino también a todos los más destacados en las distintas profesiones y actividades, como médicos, ingenieros, economistas, intelectuales, etc, que con sus trabajos y opiniones fecundan a todo el entramado social. Cuando falla una articulación de individuos (no de grupos o clases) jerárquica, la sociedad empobrece y muere.

Además, contra lo que se cree comúnmente, jerarquía no quiere decir rigidez sostenida por la fuerza, todo lo contrario; se trata de una jerarquía flexible, que permite con naturalidad el ascenso de los mejores, que dan a la sociedad una estructura cultural. Ortega parte, como dice Vargas Llosa, 


… de una intuición genial: ha terminado la primacía de las elites; las masas, liberadas de la sujeción de aquéllas, han irrumpido en la vida de manera determinante, provocando un trastorno profundo de los valores cívicos y culturales y de las maneras de comportamiento social. Escrito en plena ascensión del comunismo y los fascismos, del sindicalismo y los nacionalismos, y de los primeros brotes de una cultura popular de consumo masivo, la intuición de Ortega es exacta y establece uno de los rasgos claves de la vida moderna.


Con buen olfato, Ortega señala que uno de los efectos, en el campo de la cultura, de esta irrupción de las masas en la vida política y social será el abaratamiento y la vulgarización; en otras palabras, la sustitución del producto artístico genuino por su caricatura o versión estereotipada y mecánica, y por una marejada de mal gusto, chabacanería y estupidez.

 

¿Como se forman las élites? Se forman con la educación y la cultura, en un sistema educacional diseñado por un amplio consenso de las fuerzas políticas, aunque debe congeniarse con una oferta privada. 

Si contrastamos esta intuiciones de hace cien años con la realidad actual, salta a la vista que el problema detectado en los años 1920 por Ortega se ha agravado muchísimo. Un problema que, como ya detectó el filósofo de la vida, estaba muy extendido en el mundo. Y si constatamos que se ha avanzado mucho, entonces quizás estemos, fatalmente, a pocos pasos de la extinción de nuestra forma de vida. Desde un punto de vista más lejano, digamos desde la más lejana antigüedad, hemos avanzado muchísimo) Y, entre otras cosas, lo que nos dice esa perspectiva que solo el orden de los imperios fue capaz de dar sociedades seguras y modestamente prósperas. Esos imperios cayeron, dejando unas piezas valiosas como herencia de los que vinieron después. Como decía Isaac Newton, “si venís más lejos es porque estamos aupados a los hombros de gigantes que nos precedieron”.

Como dice Harari en su best seller “Sapiens”, nuestro bienestar, tanto material como político y cultural, en democracia libertad y seguridad (valores imprescindibles y cada vez más menospreciados)… cosas que hasta hace poco tiempo eran un sueño inalcanzable, son hoy (de momento) una cosa al alcance de muchos. Los de mi generación y la siguiente, que hemos vivido en el mundo libre, no hemos conocido la guerra, una maldición omnipresente en el pasado (aunque algunos han pagado con su vida por mantener ese orden libre). Se ha reducido la hambruna en el mundo a casi cero. Sólo en África quedan bolsas de pobreza extrema. El sistema democrático, más o menos escrupuloso, se ha extendido a muchos rincones del mundo. 

Aún así, este bienestar, nunca vivido en el pasado, es menospreciado por las nuevas generaciones, vendido a la baja por cualquier bagatela. Ya no hay discurso intelectivo enfrente de los valores básicos de nuestra vida. Lo más que obtenemos son frases cortas y sincopadas, que se pisotean unas a otras a gran velocidad. Son la expresión de las masas orteguianas, que se rebelan contra este orden social, quizás el más justo y más libre  conocido, que amenaza con derrumbarse como un castillo de naipes, ante la mirada pasiva, o beocia, de la gran mayoría. 

En todos los órdenes estamos asistiendo a esa rebelión de las masas, que han delegado su voz a viejos partidos seudo demócratas, cáscaras vacías que representan ahora intereses identitarios que han hecho trizas la igualdad de derechos, base de una democracia. Algunos ejemplos: derechos individuales hechos trizas por la profusión de leyes dictadas en favor de caprichosas entelequias; jóvenes que no vacunan a sus hijos, por las más peregrinas razones, lo cual tiene obviamente efectos colaterales sobre los demás (riesgo de contagio y pandemia); desprotección de la infancia total y absoluta, bajo la idea absurda de que el niño es un adulto con “derechos” que puede defenderse a sí mismo, cuando obviamente es un ser con derecho a ser protegido de ejemplos y abusos que pueden condicionar el resto de sus vidas; fractura total de la familia - además propiciada desde el poder -, unidad básica de la educación que ha perdido casi toda la influencia que debe tener en sus hijos…

Y luego está la guerra, que poco a poco se cierne sobre nosotros por el norte y por el sur. Guerra que amenaza con extenderse hasta nuestra orilla, a la que quizás nosotros les abramos las puertas gentilmente; al fin y al cabo, los mandarines de la guerra llevan décadas infiltrando y engordando su quinta columna en nuestro suelo.

Todo esto es una decadencia sin freno, ya muy avanzada, contra nuestro bienestar material y espiritual (por cierto, una enorme conquista que hayan venido unidos de la mano), hoy cuestionado desde cada vez más focos que, a cambio, no ofrecen ninguna alternativa articulada, sino una acumulación de caprichos de niños malcriados.

Dicen que lo único que debe prevalecer es la esperanza. Esperemos pues que aparezca una señal de que esta trayectoria es sólo un sueño de pesadilla, y que pronto volveremos a visitar nuestras esperanzas y sueños de antaño.

 


jueves, 3 de octubre de 2024

La triste y moribunda universidad española

Cuando yo fui a la universidad española, las cosas eran bien distintas. Era una universidad pobre, pero asequible a las clases medias y a bajas, que conseguían por méritos propios una beca. 
Como en todo los países de Europa, algunos pocos soñaban con alcanzar la excelencia de la universidad de EEUU, inalcanzable para un país entonces pobre, aparte de que esas universidades inalcanzables eran privadas. Sí, privadas. Algunos españoles destacados en sus estudios podían aspirar a ir allí mediante becas de la administración americana. Yo conocí a algunos de ellos, que me contaron cómo funcionaba esa cosa milagrosa. 
“Las universidades americanas, me decía un amigo beneficiario, compiten entre sí para llegar a la excelencia. Se financian con  el cobro de un precio a los que pueden pagarlo, pero también tienen acceso los estudiantes brillantes mediante una beca concedida por la universidad, que a su vez se financiaba por aportaciones de fondos e instituciones privadas, receptores éstas de donaciones de gente rica a cambio, o no, de una rebaja impositiva”. Mi amigo consiguió la beca Fullbraith, como otros españolitos, que luego fueron destacados profesionales e incluso premios Nobel, como Severo Ochoa, que, como otros, decía que no podría haber llegado donde llegó si no fuera por EEUU.
(En EEUU la presión fiscal es 10pp más baja que en Europa, pero las donaciones de los más ricos a la sanidad, educación y demás servicios públicos, representan casi ese porcentaje de diferencia. Esto ha sido una diferencia fundamental entre Europa y EEUU: ambas, en los años dorados de 1945-2000, han sido de hecho sociedades socialdemócratas, pero con una mínima carga impositiva en EEUU (cuya presión fiscal es del 18% de PIB, frente al 38% de España).
Lo importante es que las universidades tenían solo un afán, que viene marcado nada menos que por Jefferson, uno de los padres fundadores: la búsqueda de la excelencia para beneficio de toda la sociedad. Se buscaba formar óptimamente a los mejores para que su trabajo posterior tuviera efectos externos al resto de la sociedad, y que la nación estuviera a la vanguardia de la investigación. No es casual que EEUU sea el país con más premios Nobel (errores y corruptelas aparte, que nunca faltan). Tampoco es casual que en EEUU no haya como aquí el odio más o menos patente contra el éxito del rico, que allí se da por supuesto, mientras no haya pruebas en contra, que es fruto de sus capacidades y su esfuerzo. 
Con lo que he dicho, es fácilmente visible que aquí sería muy difícil imitar con éxito ese modelo. No son los mismo valores sociales que permiten esa predisposición a que los más dotados triunfen. Además, lamentablemente - aunque seguro que muchos se alegran -, ese modelo claudicó con el tiempo cuando empezaron a cambiar sigilosamente los valores sociales, y comenzó la injerencia de diverso signo, como los cupos reservados a mujeres, a personas de raza negra, o de minorías “perseguidas”, etc., lo que hizo un agujero creciente en el objetivo de la excelencia…
No se han librado, por lo tanto, de los efectos de la infiltración de las nuevas ideas que invaden a nuestras sociedades, como el Woke, Me too, y otros, que han dinamitado por dentro las instituciones básicas para el funcionamiento de la democracia, la separación de poderes, y todas esas ideas que un día fueron el alma de la revolución liberal. Revolución que ha devenido en algo en lo que ya nadie cree, aunque hayamos vivido en una sociedad guiada por esas creencias y sepamos de sobra lo acontecido con otros sistemas políticos. 
El caso es que, hace algunos años, en España se intentó imitar ese sistema, pero con un lastre desde la raíz: la intención de muchos para llenarse los bolsillos ante la posibilidad de captar fondos nuevos que luego se distribuirían entre bandoleros. Ejemplo, la llamada cátedra de “Begoña”, con la complicidad de dirigentes corruptos y empresarios no menos corruptos, a la que todavía no se le ha dado el cierre definitivo pese a que ya nadie se atreve a poner dinero. 
En definitiva, el gran paso de la universidad hacia la colaboración con la empresa de disponer de más fuentes de recursos y medios, ha sido una carrera, maricón el último, para atrapar los billetes voladores lanzados al aire por taimados empresarios que esperan una recompensa fiscal, o de otorgamiento de un concurso público, etc. 
el resultado ha sido, salvo excepciones, una degradación de la calidad de la educación enorme. En este artículo se puede leer sobre una de las innumerables plagas que están matando a la universidad, como es el aprobado general y la salida del centro con la mente en blanco. 
Hace años, comentando con unos compañeros estos temas, uno preguntó: “vosotros pensáis que un día sería posible tener una universidad de calidad similar a la de EEUU?”
Todos decían que sí, con rotundidad, aunque alguno dijo que eso era una leyenda, que la española era mejor…
Yo dije que no, por la distinta sociedad en la que están implementadas. Me miraron con frialdad manifiesta, y alguno me preguntó qué tenía de decisivo que fueran privadas… efectivamente - contesté -, no es el único condicionante decisivo.

martes, 1 de octubre de 2024

El pensamiento confortable

En Project Syndicate encuentro un artículo de James Galbraith de lo más sugestivo, (aunque no comparto la totalidad de su valoración): una teoría alternativa al creciente fracaso de la economía practicada en nuestro mundo libre, que cristalizó (y esto es discutible) en el llamado “Consenso de Washington(*)”. Dicha teoría “mainstream”, dominante en Occidente - y en aquellos países que han recibido alguna vez ayuda de Occidente - no es más que una síntesis (matematizada, por supuesto) de la teoría neoclásica nacida en el XIX de la mano de Jevons, Menger y Walras (y sus herederos los racionalistas), que era una formulación solapada de la bondad sin tasa del capitalismo libre. El mercado lo soluciona todo, incluso la distribución equitativa de la renta, pues él mismo se encarga de retribuir a cada uno según su aportación al producto total que conciliar, milagrosamente, en una remuneración justa. Y si es verdad que el capitalismo se ha demostrado mucho más eficiente en crecer y aumentar el nivel de vida - como jamás sospecharon los marginalistas -, también es cierto que el “Laisser faire” no ha sido más que un reglamento sistemáticamente violado. Gracias a esa transgresión, las economías libres han prosperado por intervención de un estado democrático y con una visión de futuro que no tienen algunos mercados. Pero los supuestos que sustentaron ese modelo anacrónico se han ido al guano. Como dice el historiado Darem Acemoglu, “lo que ha funcionado no ha sido la libertad sin reglas, sino un sabia combinación de política y economía” lo que ha mantenido equilibrios sociales sin los que sería inimaginable, como vemos hoy, la paz social de la segunda mitad del siglo XX. Porque no es creíble la prosperidad sin unas leyes que encaucen los mercados, que se preocupen de la distribución de la renta, de incentivar los motivos que son propicios a la prosperidad y la confianza en un futuro mejor. Incluso el derecho de propiedad que sustenta todo el entramado se debe a una política de defensa de ese derecho. El modelo ‘confortable” no tenía en cuenta los desequilibrios innatos originados en la importancia de articular el presente con el futuro, algo que se ha demostrado imposible de gestionar sólo por mercados libres. 
 Es claro que algo pasó al cambiar de siglo, y que la teoría dominante entró en una confusión precipitada. Esta confusión se ha expandido a toda la sociedad, que ya no cree que valga la pena una serie de valores antaño indiscutibles: tener hijos, incentivar los motivos productivos, crear empleo, que la gente pueda ahorrar y legar a sus hijos… 
Todo esto se ha hundido en un mar de confusión. El problema poblacional es alarmante, y  la solución dictada por la teoría decadente al uso ha sido la inmigración masiva (muy aplaudida por nuestros gobiernos), algo que YA ha hecho tambalearse a la sociedad democrática de manera casi irreversible(**). La base de la redistribución de la renta se ha basado, en las décadas prodigiosas de 1945-2000, en la creación de empleo remunerado por el avance de la productividad, lo que permitía unas recaudaciones de impuestos capaces de corregir los mercados de difícil acceso, como la educación superior. Ahora, como dice Galbraith, ya no ha productividad, los salarios han caído a niveles casi de miseria sin futuro para engendrar riqueza y una familia a quien legarla. Ahora los hijos son una carga, su coste de mantenimiento y educación es prohibitivo para los padres, además de quedar cada vez menos horizontes sin nubes.
Aunque, en mi opinión, el fallo más estrepitoso del dogma confortable es la liberación total de los mercados financieros (que se supone que son los expertos en conectar el presente con el futuro), que no han aportado nada al equilibrio ahorro/inversión y sí ha contribuido a un desequilibrio latente, que se ha traducido en crisis financieras cada vez más graves hasta la de 2008, que podría haber sido tan grave o más que la de 1929. Tan solo la intervención masiva de los mercados y una política monetaria extrema nos salvó de caer en una situación crítica. Lejos de el acceso de todos a la financiación, la liberación de la globalización financiera, propiciada para integrar a todos en la prosperidad, solo ha servido a los intereses geoestratégicos de China, que fraudulentamente se apoderó de los mercados occidentales, primero los de consumo y luego los financieros y de inversión.

Cedo la palabra a Galbraith…
(Otro día comentaré sus propuestas para sustituir el “mainstream”.)

Pensemos en los dogmas de la economía dominante actual, que incluyen la competencia perfecta, los rendimientos constantes, la productividad marginal, la neutralidad monetaria, las expectativas racionales, el potencial autoorganizativo de los mercados supuestamente libres y el equilibrio general. Traducidos a políticas, estos dogmas nos dieron el Consenso de Washington, que exige presupuestos equilibrados, restricción monetaria, privatización, desregulación, libre comercio, mercados de capital abiertos, etcétera.

Los fracasos de política de esta extraña invención son ahora obvios, pero la teoría subyacente aún más extraña se discute poco hoy en día, y es comprensible. ¿Quién quiere admitir que ha sido esclavo de nociones tan peculiares, y mucho menos haber dedicado su carrera a ellas?

Las doctrinas dominantes fracasaron porque sus proselitistas nunca salieron de la complacencia del siglo XVIII -es decir, del diseño inteligente, el orden cósmico y la mecánica clásica- para entrar en la problemática visión dinámica de la ciencia de los siglos XIX y XX: evolución, relatividad y termodinámica. Rechazaron o ignoraron las palabras de Marx y Thorstein Veblen, que invocaron a Darwin; de Keynes, que invocó a Einstein, y de Nicolas Georgescu-Roegen, que invocó la ley de la entropía. Pequeñas desviaciones del reducto del equilibrio general –como los trabajos sobre la competencia imperfecta, la información asimétrica, las regularidades del comportamiento y el caos y la complejidad– no son suficientes para romper los antiguos hábitos del pensamiento cómodo.


(*) 
Wikipedia. Aunque las propuestas de dicho consenso no son tan disparatadas, pues contempla, por ejemplo, la inversión pública como una clave esencial para aumentar la productividad. A lo que apela es al equilibrio financiero/patrimonial, que ha saltado por los aires con la globalización. El formulador del consenso, Williamson, declara:
 Yo por supuesto nunca tuve la intención de que mi término implique políticas como la liberación de la cuenta de capital (...deliberadamente excluí eso), el monetarismo, la economía centrada en la oferta, o de un Estado Mínimo (quitando al estado de la Previsión Social y la redistribución de los ingresos), las cuales creo que son las ideas neoliberales por excelencia. Si así es como el término es interpretado, entonces todos podemos disfrutar de sus consecuencias, aunque permítasenos al menos tener la decencia de reconocer que rara vez estas ideas han dominado el pensamiento de Washington y ciertamente nunca han dirigido un consenso allí ni en otro lugar...” Yo me declaro 100% de acuerdo con él.

(**) si la solución de futuro  de España es la inmigración, tendría que haber en 2050 45 millones de población inmigrante, lo que sería irrelevante porque ya no existirí.