"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 24 de octubre de 2020

La ruina

No sé si, como aseguran algunos, es lo que desea el gobierno, pero nuevas medidas de confinamiento y cierre o limitación de horarios serán la ruina de España. Lo de que quizás lo desea el gobierno viene de la conjetura de que “Cuanto peor, mejor, antes nos apoderaremos del país y sus instituciones, además de la economía”. Total nadie se va a mover, nosotros controlamos la calle... lo queremos sería un motivo para los “poderes fácticos” para apoyar a este gobierno, pues con otro habría luchas callejeras. 
Yo diría a los de esta teoría que no se preocupen, que no hay ninguna posibilidad de desbancar a este gobierno, tal como está la oposición (Lean mi post anterior). Este gobierno es inamovible porque la mitad de la oposición a decidido apoyarle (PP), y a la otra mitad no se la ve, ni de lejos, con capacidad de formar un gobierno. PP se ha entregado esposado a Sánchez e Iglesias, lo que le impide siquiera soñar con una mayoría absoluta. El sonrojo de ayer cuando recibió las alabanzas de Sánchez e Iglesias le condena a no ser alternativa y desbarata su mezquina estrategia del “Cuanto peor mejor”, como hizo Rajoy con el anterior gobierno Zapaterista y como ha hecho siempre el PP. Véase Aznar, por ejemplo. 
El PP, lo dicen ellos, no quiere batalles ideológicas y culturales, son por definición la gestión, la eficacia, la creación de empleo, los economicistas. Pero resulta que así no te votan más que en determinadas condiciones, que estén gobierno se encargará de querer no se repitan. 
Por lo tanto, estamos curiosamente en dos grupos interesados en el “cuanto mejor”, a la derecha (PP) y a la extrema izquierda (Gobierno), lo que desde ya hace muy factible que nos arruinemos. 
España ya ha dado la nota por habérse dejado en los dos primeros trimestres un cuarto de su PIB, que se dice pronto y es además es récord mundial. Pero es que además, no vamos a rebotar.
El paro real no es 17% confesado oficialmente. Si incluimos como parados el limbo donde el INE mete a 1.640.000 gentes que no trabajan pero son catalogados como no activos, “gente que quiere trabajar pero no encuentra la forma” (Sic), el paro sería casi de 22% de la población activa. Con nuevas medidas de restricción económica, ¿podríamos llegar a superar el 25-27%? En mi opinión, desde luego. Y esto sin tener en cuenta los ERTES, que ahora sí, muchos se truncarán, y los cataloguen como los cataloguen, serán parados. 
Por mucho que controlen la calle, creo a este gobierno, con esas cifras, no van a poder sofocar el enfado. Otra cosa es que definitivamente vayan a por un golpe de estado que les permita perpetuarse en el poder. Pero ¡ojo! Eso no dejará de desatar violencia, lo que configura un futuro tenebroso además de muy incierto. Les recomiendo un libro que relata magistralmente la toma del poder por Hugo Chávez en Venezuela:



Con la apariencia de novela, describe punto por punto la trama que llevó al fracaso primero, luego al poder, a Hugo Chávez. 
En resumen: violencia, violencia y más violencia. Y después más violencia, una fomentada por el poder, otra de los pobres venezolanos, la inmensa mayoría, que tiene hambre. 
Quiero decir con esto que tenemos un panorama de descontento creciente, y yo no sé si habrá turno de elecciones pacifico para el turno de poder. Pero lo único que sé es que habrá ruina, y no será fácil salir de ella si no hay un mínimo de normalidad democrática. ¿Quien nos ayudará?

viernes, 23 de octubre de 2020

Sospechas al hilo del debate

Me ha entrado una sospecha sobre la que no hay pruebas, sólo indicios. La sospecha es que antes del debate ya había negociaciones secretas entre el Gobierno y el PP. 
Antecedentes: el gobierno se ha visto la oreja mojada por Europa, que le cantó las cuarenta a Sánchez por su proyecto de modificar la ley sobre nombramientos de los miembros del Poder Judicial (CGDPJ), ley que dejaba a la arbitrariedad de éste los nombramientos y se cargaba lo poco que queda de independencia de dicho poder. Sánchez anuncia su renuncia a seguir ese camino de una manera sospechosamente fácil. 
Pero Sánchez es cualquier cosa menos tonto, y le viene como regalo la moción de censura de Vox, de la que puede extraer un buen partido. Le interesa sobre todo agudizar las pendencias entre el PP y Vox. Para ello - esta es mi sospecha -, habla con el líder del PP, Casado, le invita a reanudar las negociaciones sobre el nombramiento de los jueces, y de paso le hace ver que le conviene, por el aluvión de sentencias judiciales que le van a caer al PP por los casos judiciales aún no vistos, especialmente el caso Kitchen. Creo además, que las relaciones entre Casado y Sánchez son continuas, y que una de las piezas sacrificadas es la destitución de Cayetana AT como portavoz del PP, que con sus intervenciones- especialmente esa en la que llamó “hijo de terrorista” al vicepresidente Pablo Iglesias -, abrió una profunda herida en el gobierno que había que reparar. Solución: cesar a Cayetana... no renuncio a creer que hubo conversaciones gobierno-PP antes del cese.
Las claves de esta podredumbre, desgraciadamente legal, son las palabras de unos y otros en la moción de censura promovida por Abascal, líder de Vox.
Éste no estuvo acertado precisamente, pero es que Casado dedicó su intervención a una agria y monologa crítica conta Abascal, además de anunciar que votaría contra su moción. Algo inesperado por todos, que esperaba una abstención. Una agria crítica que complació enormemente a Sánchez y a Pablo Iglesias. Daba sonrojo oír las loas de éste a Casado, a quien semanas antes le había augurado que jamás volvería a gobernar en España... lo que no dijo es el porqué de esta seguridad. 
Las palabras de Sánchez no fueron menos complacientes con Casado, al que invitó a reanudar negociaciones sobre el nombramiento de los jueces, como si le perdonara la vida.
En resumen, Casado y Sánchez más amiguitos que nunca, Cayetana desfenestrada y prácticamente sin partido, Abascal fuera de juego, y los jueces... pues los jueces que acuerden nombrar estos dos taimados, nos darán la clave de ésta que yo llamo sospecha. 
Sánchez no es tonto. No gobierna para España, sino para sí mismo, y cuando necesita a alguien primero le aplasta y luego le redime, pero cuando está bien herido. Nos hemos quedado sin oposición, Sánchez está más consolidado que nunca, y Casado se queda como marioneta articulada por Sánchez. El partido Popular, que siempre desdeñó a Vox, pese al apoyo de gobierno de éste en varias regiones, algunas clave como Madrid, entra en una fase de lenta depresión que va a influir en las elecciones, cuando sean, y cuyos resultados no son difíciles de adivinar. Es a lo que ha jugado el PP siempre, a que España vaya muy mal para que el hartazgo de la gente le dé la mayoría absoluta. No es una manera muy noble de desgastar al poder, pero es incapaz de hacer otra cosa, siquiera porque está metido hasta las trancas en procesos judiciales inacabables. Casado no ha sabido limpiar, y ha metido la basura debajo de la alfombra. No puede permitir que los jueces los nombres el gobierno, aunque es un pájaro con un ala herida, maltrecho y sin fuerza para imponerse, así que no creo que tenga ventaja en este juego al que le invita Sánchez, relamiéndose de antemano. Será que tiene razón Pablo Iglesias: “ustedes no gobernarán nunca más en España”. Cierto, al menos en un largo tiempo.
Ahora, a esperar a ver cómo reacciona Sánchez ante el deterioro económico evidente ante la pandemia y el malestar social que se avecina. 
Lo que está claro es que España esta en manos de tahures, que juegan a una partida en la que el rehén es España, herida a muerte por la pandemia. No esperemos un cambio radical de expectativas. Mientras los demás países empiezan a virar hacia la recuperación, liderados por el fuerte repunte de EEUU (yo no esperaría que las elecciones las perdiera Trump, por mucho que nos vendan esa moto en nuestra servil prensa), España se hunde más. En suma, una situación aberrante sin que nadie apunte a un liderazgo serio, que en estas horas tendría que ser de alguien sobrehumano, inmune a los cantos de sirena y con un gran apoyo de la ciudadanía.

jueves, 22 de octubre de 2020

Entre el tremendismo y la rendición

Se veía venir que el choque de trenes iba a ser entre Vox y el PP. Lo que no se preveía es que se iban abrir tanto las brechas de dos partidos que gobiernan juntos en varias autonomías y municipios.
Abascal, líder de Vox, ha cometido el inmenso error de optar por el tremendismo de declarase antieuropeista, algo que muchos españoles no van a entender, como no entenderán quien es esa bicha malaya llamada Soros. Este tremendismo ha facilitado el papel de Casado, dejándole terreno para ataques aéreos y tanquistas, tipo blitz, contra Abascal, no contra Sánchez, ante quien parece rendirse esperando que sea él quien caiga, como Zapatero. Me indigna esa táctica del PP de esperar que las cosas se pudran para recolectar una mayoría... que no será tal, porque el bipartidismo no existe ya. 
Ruptura total entre las dos derechas que, repetimos, gobiernan juntos muchas regiones y municipios.
Hay que reconocer que el trato del PP a Vox ha sido más que vejatorio, tomando con desdén esos votos de Abascal que necesitan en Andalucía et all. 
Pero Vox no ha medido bien sus pasos. Se ha enajenado los votos de muchos españoles con su alarde anti Europeo y otras cosas que rememoran a Le Pen. Quizás pensaba romper su techo y lo que ha hecho es cimentarlo. 
Mientras, Pedro y sus compis se frotan las manos. Los ganadores han sido ellos, para que nos vamos a engañar.
EL futuro no es de los españoles siempre que sean unos los que quieran liderarlo a costa de lo suyo demás. 

miércoles, 21 de octubre de 2020

Sí señor

De El Mundo tomo este brillante - y melancólico - artículo de Jorge Bustos.

EL MUNDO 
J. Bustos 
14-10-20

Un periodista cualquiera se asoma a la sesión de control de este miércoles y sacude sutilmente la cabeza. "No es esto, no esto. Qué bronco espectáculo. La oposición llama a Sánchez dictador, el presidente llama a Casado antisistema. Qué feo todo". Y en este plan. Pero este análisis bobalicón -cuando no mercenario- delata la profundidad de un charco, el calado propio del periodismo de cabotaje. Ahora alejémonos un poco del cuadro goyesco de octubre de 2020 hasta situarnos en octubre de 2016. Se ve a Pedro Sánchez sacando una urna de detrás de una cortina. Lo hace porque le ha dimitido toda la ejecutiva socialista para forzar su expulsión, porque saben que se propone fundir el PSOE con Podemos y el nacionalismo para construir una hegemonía destituyente, sí, pero electoralmente invencible. Susana Díaz rompe a llorar, hay gritos de pucherazo en la sala. En la siguiente escena Sánchez sale de Ferraz a medianoche en un coche oscuro con los ojos rojos y la mirada fija. Va jurando venganza. Y la obtendrá.
El problema es que el deseo de venganza de Sánchez no se sacia jamás. No lo satisfizo la toma y desmontaje del PSOE. Ni la conquista del poder por censura gracias a una sentencia arreglada y falaz. Se vengó de los barones, se vengó del Rajoy que le vapuleaba en tribuna, se vengó de la dirección del diario El País que desnudó su falta de escrúpulos, se vengó de Rivera por airear su tesis plagiada, se vengó de Franco -con algo de retraso-, se vengó de Pérez de los Cobos y la cúpula de la Guardia Civil, se vengó de Ayuso con la alarma por tumbarle su primera intervención de Madrid en los tribunales. Y se va a vengar de Casado en la carrera de los jueces que le parezcan fachas. Se vengará de todo lo que le ha causado un agravio real o bien uno imaginario. En la lógica psicopática de Sánchez, no importa tanto que alguien le haya humillado de verdad como que él lo sienta así. Él ve enemigos. Europa será el siguiente.

Que a la presidencia del país de Caín haya llegado un hombre gobernado por la pulsión de venganza es como si a un violador lo encierras en la Mansión Playboy. Siempre encontrará cómplices para la orgía. Y en honor a la verdad, no todo el mérito es suyo. Zapatero empezó a inocular en la sociedad un odio metafísico a la derecha democrática que hoy comparte una mayoría de ciudadanos lobotomizados por el narcisismo moral y periodistas convencidos de que Sánchez siempre será mejor a su alternativa. Y lo seguirán manteniendo cuando Europa nos imponga sanciones por haber putinizado el Estado de derecho. Porque Sánchez, el jinete polaco, no cabalga solo: en su aquelarre cainita participan con entusiasmo españoles avergonzados de serlo que prefieren una dictadura de izquierdas a una democracia en la que pueda volver a ganar la derecha. Esos españoles dirigen medios de comunicación, bancos, empresas estratégicas. Son buenos burgueses aterrados ante la mera idea de que la nueva inquisición les coloque el capirote del fascista. Lo mismito que en Cataluña. Una Polonia de izquierdas, si es que esa palabra significa aún algo distinto de despreciar a la derecha. Que a su vez reacciona con una cólera impotente, y en su autodefensa aspaventosa queda fácilmente retratada como el agresor.
Por supuesto, la culpa de Rajoy en esta deriva, ubicándose a años luz de la de Sánchez, debe ser señalada. Y no solo por su rendición ideológica o su renuncia a asumir responsabilidades a medida que se desbordaba la corrupción y se fraguaba el relato que allanaría la censura. Nadie como Rajoy conocía a Sánchez. Y le dejó ganar. Pero es que además algunas de las sendas iliberales por las que Sánchez galopa hoy fueron desbrozadas, aunque fuera tímidamente, por el PP. El sanchismo solo añade brutalidad, descaro y hondura al deterioro democrático.
Sánchez tendrá éxito porque el odio no necesita gestión. Votamos con las vísceras, ya lo dice Redondo. El 78, una arquitectura de reconciliación, será destruido. Las empresas se irán yendo lentamente, como se fueron de Cataluña, y el hachazo fiscal para seguir vendiendo bienestarismo a las innumerables víctimas de una recesión bananera solo logrará disparar el paro y la fuga de capitales y talentos. España se hundirá en una larga decadencia al tiempo que se acelerará su desmembramiento territorial. Se convocarán referendos, esta vez con el Rey reducido al silencio. Y si para entonces se ha completado la purga judicial, la confederación ibérica, la Yugoslavia del sur, será un programa factible. Sobre esa Commonwealth de Puerto Hurraco, compuesta por terruños partidos y postrados pero orgullosísimos de su identidad histórica, reinará la venganza consumada de Pedro Sánchez. Vuestro progresista, banda de cobardes.

martes, 20 de octubre de 2020

Deuda pública. ¿Cuando mucho es demasiado?

Esa es la pregunta que se hace Lars Syll. Esta es su respuesta:

La deuda pública normalmente no Hay que temerla, especialmente si se financia dentro del propio país (pero incluso los préstamos externos pueden ser beneficiosos para la economía si se invierten de la manera correcta). Algunos miembros de la sociedad tienen bonos y ganan intereses sobre ellos, mientras que otros pagan impuestos que finalmente pagan los intereses de la deuda. La deuda no es una carga neta para la sociedad en su conjunto, ya que la deuda "se cancela" entre los dos grupos. Si el estado emite bonos a una tasa de interés baja, el desempleo puede reducirse sin que necesariamente resulte en una fuerte presión inflacionaria. Y la carga intergeneracional tampoco es una carga real, ya que, si se utiliza de forma adecuada, la deuda, a través de sus efectos sobre las inversiones y el empleo, convierte en realidad a las generaciones futuras en ganadoras netas. Por supuesto, puede haber efectos secundarios de distribución negativos no deseados para la generación futura, pero ese es principalmente un problema menor, ya que cuando nuestros hijos y nietos "reembolsen" la deuda pública, estos pagos se harán a nuestros hijos y nietos.

Tanto para Keynes como para Lerner, como para los MMT de hoy, era evidente que el estado tiene la capacidad de promover el pleno empleo y un nivel de precios estable, y que debería usar sus poderes para hacerlo. Si eso significa que tiene que endeudarse y desequilibrar su presupuesto, ¡que así sea! La deuda pública no es buena ni mala. Es un medio para lograr dos objetivos macroeconómicos fundamentales: pleno empleo y estabilidad de precios. Lo sagrado es no tener un presupuesto equilibrado o reducir la deuda pública per se, independientemente de los efectos sobre las metas macroeconómicas. Si "finanzas sólidas", austeridad y presupuestos equilibrados significan un aumento del desempleo y precios desestabilizadores, deben abandonarse.

¿Puede un gobierno ir a la quiebra?
No. No puedes estar en deuda contigo mismo.

¿Puede un banco central ir a la quiebra?
No. En principio, un banco central siempre puede "imprimir" más dinero.

¿Tienen los contribuyentes que pagar las deudas del gobierno?
No, al menos no siempre que la deuda se contraiga en la propia moneda del país.

¿El aumento de la deuda pública supone una carga para las generaciones futuras?
No, no necesariamente. Depende de para qué se utilice la deuda.

¿Mantener el pleno empleo significa que el gobierno tiene que aumentar su deuda?
No.”

¿Estoy de acuerdo con esta afirmación? Pues no, porque a nosotros no nos sirve. Esto es defendible cuando dispones de un Banco Central dispuesto a comprar el exceso de deuda pública hasta que el tipo de interés sea el óptimo, en el doble sentido de:
- No generar inflación.
- preservar el empleo para que haya el mínimo paro posible.
En realidad ese es el doble mandato de la FED: que la inflación a largo plazo (según la nueva estrategia) sea de media el 2%, y que no haya desempleo más allá de un mínimo considerado no generador de inflación. 
Pero EEUU es una nación, con un Gobierno y un Banco Central, la FED, que pueden articularse muy bien para ejercitar a medio plazo una política monetaria acorde con esos principios.
Por lo tanto, la declaración de Lars Syll es sólo válida para el caso de EEUU, que además tiene el tamaño suficiente para no ser interferido por la política monetaria de otros países. 
Nosotros en cambio somos países monetariamente no independientes, pues estamos sometidos a una Unión monetaria regida por el BCE, sobre el que, además, tienen mucha más influencia otros países que nosotros. Por lo tanto, el BCE es todopoderoso y puede condicionar - o delegarlo a otro organismo de la UE -, a cualquier país miembro de la Unión para darle dinero o préstamos. No tiene un Gobierno supranacional que emita una deuda común a todos, con la que ejercer una política monetaria mínimamente relevante. Excepto para Alemania y sus países satélites, nada descontentos con esta situación. 
La verdad, dado nuestro caso especial de gobierno social-comunista que no aclara si va a respetar la Constitución y las instituciones, como la Jefatura del Estado y la Judicatura, yo también estoy satisfecho con esta situación.
Parece ser que el otro día, en Europa, Sánchez recibió un sonoro rapapolvo por su loco proyecto de apoderarse del nombramiento de los jueces del CGDPJ. Debió ser gorda, porque de momento, ha renunciado. También ha renunciado a subir un 1% el sueldo de los diputados, algo injustificable cuando la inflación es negativa. 
Sí, me he hecho pro europeo, aunque sólo sea como la última muralla contra el bolivarianismo que nos inflige este gobierno. Espero que un día lleguemos a una deuda única, que serviría para disciplinar aún más la política fiscal, pues en la situación tan indefinida de la UE, sí tiene importancia lo que pase con el déficit. Sobre todo tal y como está concebido por este gobierno: nacionalización de la economía a través de la invasión del sector público. 

Entonces, ¿cuando la Deuda Pública es demasiada? Depende de la credibilidad de instituciones como el gobierno y el banco central, credibilidad en relación inversa con el tipo de interés devengado. Y nosotros de eso, tenemos poco.



lunes, 19 de octubre de 2020

El PP debería apoyar la moción de censura de VOX

Cayetana Alvarez de Toledo apenas disimula sus ganas de votar sí a la moción de censura que presentará VOX. Mientras, Pablo Casado no aclara cuál será la posición del grupo popular, salvo que no habrá libertad de voto. Olé la democracia española partitocrática. Es lo que hay: una democracia limitadísima, como lo demuestra el proyecto del gobierno de elegir por mayoría simple del parlamento los miembros del Consejo General del Poder Judicial. 
En Europa se han echado las manos a la cabeza, pues este desafío se viene a sumar al de Polonia y Hungría, países que han traspasado todas La líneas rojas en demoler sus democracias. Por lo que cuenta Luis Herrero

 “El momento más chusco de todos los momentos chuscos que nos ha deparado la iniciativa socialcomunista para hacerse con elcontrol del órgano de gobierno de los jueces se produjo el jueves pasado. Ese día, Sánchez llegó a Bruselas para participar en la reunión del Consejo y se encontró con un varapalo que no esperaba. la Comisión, con una presteza impropia de la artrítica burocracia europea, puso su plan a caer de un burro. Sánchez torció el gesto. Hizo eso que hace siempre cuando alguna contrariedad le toca las narices: endurecer la mandíbula como si masticara un bocado correoso. Atraídos por el espectáculo insólito del desaire express a un jefe de Gobierno, los periodistas se arremolinaron en torno al séquito sanchista para medir su reacción.”
(Sí pero Herrero, no sé si aún miembro del PP, marea la perdiz para no dejar claro cuál es su postura ante la moción.)

Lo único claro es que la moción de censura no va a reunir los votos necesarios para desbancar al gobierno. Pero ante los continuos desatinos de este gobierno, y sobre todo, los que nos deparará en el futuro, con riesgo incluido de acabar con la Constitución y España, ¿no deberían la derecha unirse en reprobarle? ¿No debería llegar a la calle el apoyo de la oposición a un sentimiento que está muy extendido de reprobación? 
El PP está jugando con su excesiva prudencia al riesgo de perder protagonismo y quedarse en el limbo, con una excusa falaz que culpa a VOX de ser un partido de extrema derecha. Si es así, ¿por qué estas gobernando con sus votos en varias regiones? ¿Y si, como consecuencia, te quita el apoyo de gobierno en dichas regiones? 
Mezquindades. Es el signo de la política española, sobre todo en la derecha, donde rige esa esquizofrenia de que en Sevilla acepto que me apoyes pero aquí en Madrid somos enemigos. 
Me queda por ver que hará Cayetana AT. No descarto que me de una satisfacción. 

viernes, 16 de octubre de 2020

El tiempo, el cambio generacional

Esta foto me parece inspiradora. Tanto tiempo ha pasado, setenta años,  ¡como cambian las cosas! 




Ahora las mujeres van hechas unas guarras, pero no por dejadez, sino todo lo contrario. Ellas buscan incesantemente la identificación. Siguen siendo mujeres, pero no pueden dejar de cambiar. Observen la diferencia entre los cambios en los hombres y en las mujeres. Algo significa de la esencia de ser hombre o mujer. Si no, es inexplicable. 
Decía Ortega y Gasset que lo definitivo de la historia era el cambio generacional. “Cambian dos generaciones, y todo ha cambiado”. Tenía razón. En España han cambiado más de dos generaciones desde la Transición. ¡Que aburrido, la Constitución y todo eso! Vamos a empezar de nuevo. No, no reformemos sus defectos evidentes, derribémosla. Y de paso, al Rey, pongamos una República, que la anterior duró muy poco. Por culpa de una sola persona: Franco. Borremos su memoria, sus cuarenta años de régimen, y edifiquemos de cero. Además, está Transición la defienden cuatro chalaos viejales que están a punto de palmarla y a los que nadie hace caso. 
Pero eso es imposible. Borrar la memoria es imposible, aunque ya apenas queden generaciones que vivieron aquello. No podría hacerse sin un gran conflicto. El resultado sería una tragedia. Una imposición de una minoría, que se ha apoderado de los mandos, sobre la inmensa mayoría, a la que van dejando sin resortes para defenderse. Necesitamos un liderazgo que lidere a esa mayoría que quiere quedarse como está.

martes, 13 de octubre de 2020

El garrafal error de los tipos de interés negativos

La depresión y la caída de la inflación - o incluso deflación - han llevado a los bancos centrales a probar un experimento nefasto: los tipos de interés negativos. Incluso Christine Lagarde habla de poner el tipo de interés de referencia en el -2%...
Esto ha sido un error por varias razones. Desincentiva la tenencia de depósitos líquidos (que lógicamente rinden cero o negativo), pero no hace a la gente adelantar el consumo, si los precios se estanca o caen. Es de suponer que se puede establecer un punto de indiferencia teórico entre el % pagado por el depositante, y el % que espera que baje el precio del producto. A igualdad de estas cifras, le será indiferente guardar el dinero en el banco y esperar que se cumplan sus expectativas de caída del precio, aunque un aumento marginal del tipo de interés devengado le llevará a preferir guardar el dinero en casa y ahorrase el depósito, según sean los costes de gestión de ese dinero en billetes. 
¿Y la banca? La banca siempre tiene el problema de la pendiente de la curva de rendimientos, que cuanto más alta sea, más margen de beneficios: simplificando, la banca se endeuda a corto en depósitos, y presta a largo en préstamos, y cuanto mayor diferencia positiva hay entre ambos tipos, más margen para cubrir riesgos y beneficios. 
Pero si en Europa los tipos de interés son negativos, la pendiente de la curva es positiva, como se ve en el gráfico 


Ahora bien, pensemos cómo funciona el margen de la banca en este caso de tipos negativos. A corto plazo, la banca “le cobra” al depositante un 0,8% y “le paga” al prestatario a 30 años un 0,1%, lo que hace un diferencial para la banca, aparte de muy estrecho, que el margen depende del pasivo, no del activo. Algo extraño verdaderamente, y que explica por qué a la banca no le es igual tipos de interés positivos que negativos: porque el tipo de interés a corto -del que recibe el beneficio - tiene un suelo, como hemos señalado, si quiere evitar la huida de depósitos... Ergo, la pendiente de la curva en tipos negativos podrá ser positiva, pero siempre muy estrecha.
La banca, que se encuentra, a la postre, como si la curva fuera plana, con un estrechamiento brutal de sus márgenes y sus resultados, la descapitaliza por necesidad de provisionar, y la convierte en un zombi candidato a caer estrepitosamente, como se ve en el bajísimo nivel de las acciones de los bancos españoles.
No sólo arruina a los bancos, como se puede leer en el artículo de Martin Jacomb en el Telegraph, sino a una variedad del instituciones financieras como las Cajas de pensiones, que se ven obligadas a poner dinero para salvar el contrato con la clientela.
Lo único que favorecen los tipos negativos es la deriva hacia la especulación de riesgo (bolsa, inmuebles), lo que distorsiona todo el sistema financiero y genera burbujas.
En EEUU, donde la FED se ha negado a seguir Estel camino de los tipos negativos, el spread entre el tipo oficial (0%) y el de 30 años (1,67%) ofrece un margen más amplio. 




Siguiendo a Jacomb, que advierte al Banco de Inglaterra que no caiga en el error que ya está considerando. El único “beneficiario es el Gobierno”, que puede endeudarse más barato.


“El atractivo teórico de las tasas negativas parece plausible: la idea es que si deposita su dinero y luego recupera menos de lo que invirtió, se le incentivará a gastar antes que después para evitar la penalización de quedarse con el dinero. dinero en depósito. Entonces, sí, las tasas negativas lo desaniman de retrasar el gasto que planeaba hacer.

Sin embargo, este no es el final de la historia. Las tasas de interés negativas o ultrabajas pueden ser económicamente perjudiciales. Hay varias razones para ello.

Primero, la política envía una advertencia clara de que el banco central cree que hay problemas por delante. Esto da como resultado que la gente no gaste sino que ahorre su dinero en preparación para la tormenta que se avecina. Por lo tanto, la política disuade no solo el gasto minorista sino también la inversión comercial, ya que la inversión empresarial depende del consumo individual, aunque indirectamente en algunos casos. Un gerente industrial no va a invertir en una planta para duplicar la producción a menos que crea que existe una posibilidad razonable de aumentar las ventas en el futuro.

En segundo lugar, a medida que bajan las tasas de interés, las empresas con planes de pensiones de beneficios definidos, y todavía hay miles de ellos, necesitan poner más dinero en sus fondos de pensiones para pagar el nivel prometido de ingresos de jubilación. Esto deja menos dinero para invertir en el negocio y para dividendos para los accionistas.

En tercer lugar, cuanto menor es el rendimiento de los depósitos con intereses, más necesita ahorrar un individuo para mantener un ingreso determinado. En un entorno de tipos de interés bajos, todo el mundo tira de donde puede. Es probable que las tasas negativas sean aún peores. Todos estos factores tienden a ralentizar la actividad económica.

La escasa o nula inflación también actúa como freno a la recuperación económica. La gente tiende a posponer el gasto si no le preocupa que los precios suban. De hecho, el aumento de las compras en línea ha provocado una fuerte competencia que ha provocado la caída de los precios de algunos productos.

Las bajas tasas de interés aumentan el valor de los activos de capital, como propiedades o acciones. De hecho, los mercados de valores han producido buenos rendimientos desde que se redujeron drásticamente las tasas de interés hace más de una década. Desafortunadamente, esto ha ensanchado la brecha entre los que "tienen" y los que "no tienen".

El único grupo que se beneficia de las bajas tasas de interés son los prestatarios. Dado que nuestro Gobierno está pidiendo préstamos a una escala mayor que nunca, es una suerte que el interés que tiene que pagar sea menor en un orden de magnitud de lo que hubiera sido de otra manera.

Es hora de que los bancos centrales de EE. UU., Canadá, Japón y la UE, así como el Banco de Inglaterra, que se supone que son independientes de sus respectivos gobiernos, envíen una señal de que el próximo movimiento de las tasas de interés será hacia un aumento gradual. (Se necesita coordinación para evitar el riesgo de una devaluación competitiva disruptiva).

Esta señal revertiría las tendencias descritas anteriormente y también podría, contrariamente a la teoría convencional, fomentar una modesta reactivación de la inflación. Esto en sí mismo sería bienvenido ya que la inflación es la mejor manera de reducir la deuda nacional.

Otro beneficio de los modestos aumentos en las tasas de interés sería hacer que la banca sea más rentable. Esto es necesario. Los bancos rentables son más seguros y cada vez es más probable que presten dinero a las empresas que lo necesitan.

Un círculo vicioso podría convertirse en uno virtuoso.”

Ahora ya sabemos la causa de la mala salud de nuestros bancos y los de Europa.

lunes, 12 de octubre de 2020

Dos escenarios para la economía española. ¿Cual cree ud más certero?

FUNCAS (Fundación Cajas de Ahorros), tiene un análisis muy acertado del futuro de la economía española. El dilema de España es cómo se van a utilizar los fondos de ayuda diseñados por la UE para los próximos años. Todo el mundo está de acuerdo que si se usan para hacer reformas necesaria, que aproximen la productividad de España a la de los países UE, no se habrá perdido ni el tiempo ni la ventaja que suponen dichos fondos, y España avanzará más rápidamente. Por el contrario, si, como yo me temo, se despilfarran dichoso fondos en comprar o seducir a la clientela electoral, habremos perdido una oportunidad - una más - para ponernos al día. De FUNCAS traslado aquí su opinión sobre tan grave tema. Como verán, las magnitudes barajadas son muy distintas en un caso u otro. ¿La razón de mi pesimismo? Si en cuarenta años no hemos sido capaces, ¿por qué ahora con un gobierno tan antieconomicista?

“En todo caso, el impacto de las subvenciones y préstamos europeos dependerá en gran medida de las reformas diseñadas para facilitar su uso (además de las medidas destinadas a mejorar la gestión de fondos en España y acelerar la burocracia en Bruselas). Estas reformas coinciden con las que necesita España para abordar sus principales desequilibrios económicos y sociales (educación, mercado laboral, sistema de pensiones y la transición digital y energética). Según varios estudios, las reformas son vitales
para cerrar la brecha de productividad con el resto de la UE, que se amplía en 0,2 puntos porcentuales cada año.
Para analizar el impacto de los fondos de recuperación en la economía con y sin reformas, hemos modelado dos escenarios durante el período presupuestario: 2021-2027 (Anexo 3). Ambos asumen mejoras administrativas para movilizar proyectos y acelerar la aprobación de la financiación en Bruselas.
El primer escenario —status quo— supone la recepción de los fondos europeos en ausencia de reformas encaminadas a reducir los déficits económicos y sociales de España. La ayuda elevaría el PIB a través de medidas de estímulo fiscal e inversión pública. Sin embargo, en ausencia de reformas, el crecimiento del aumento del gasto público sería transitorio y el crecimiento del PIB tendría una tendencia hacia su tasa inercial (estimada en 1,6% anual). El resultado es una recuperación incompleta, una tasa de desempleo por encima de los niveles previos a la crisis hasta 2024 y un continuo crecimiento constante de la deuda pública, que alcanzaría el 133% del PIB en 2027.
En otro escenario, además de actuar en los fondos europeos, asumimos reformas destinadas a cerrar la brecha de crecimiento de la productividad con el resto de Europa y reducir el desempleo y la precariedad laboral. Como resultado, las medidas de estímulo fiscal proporcionarían al PIB un impulso temporal, como en el escenario del statu quo, pero también elevarían el producto potencial al 1,9% anual. Desempleo
se reduciría al 10% para 2027 y la tendencia alcista de la deuda pública se revertiría, cerrando el período en un 124% estimado del PIB. Sin embargo, ese nivel sigue siendo demasiado alto, lo que indica la necesidad de una consolidación presupuestaria.”


domingo, 11 de octubre de 2020

El modelo IS-LM. Qué nos puede explicar

El modelo IS- LM es la mejor introducción a la macroeconomía, pues explicar correctamente la relación entre las variables más importantes, además de permitir añadir hipótesis ad-hoc que le hacen más potente.

A la izquierda tienen una muestra. Para entenderlo mejor, recomiendo que se consideren participantes en él, como un agente que consume, o invierte, o compra bonos, todo ello con el dinero que produce el banco central. Para simplificar, no hay renta variable.

Uds. Buscan su equilibrio entre esas tres actividades: consumo, ahorro e inversión. Cada decisión que tome producirá efectos en las tres, que están representadas por las curvas IS y LM. 



IS es el conjunto de combinaciones de PIB y de tipo de interés que equilibran el mercado de "fondos prestables" (o bonos) y de PIB. Supongamos que el tipo de interés de los bonos baja. Eso hará aumentar la demanda de inversión y de gasto. Por lo tanto, habrá un aumento de PIB a lo largo de la curva, de izquierda a derecha. A menos interés, más PIB, Y viceversa. 

La LM es la combinación de PIB y de interés que equilibra otros dos mercados, el monetario con el de bonos. Silmutaneamente a la formación de IS, la gente está decidiendo cómo guardar sus ahorro: en dinero o en bonos. Esto determina la demanda de dinero frente a la colocación en bonos. Si aumenta la primera, aumenta el tipo de interés de los bonos (que vimos que influye en IS). Si la gente se pasa a bonos por menos dinero, el tipo de interés de los bonos bajará. Cuando sube el PIB, aumenta la demanda de dinero para transacciones y bajará la de bonos, lo cual aumenta el tipo de interés. Por eso la curva está inclinada a la derecha. A más PIB, más interés. (Esta curva está influenciada por la oferta de dinero, es decir, por el Banco Central). 

Tenemos tres mercados: dinero, bonos y PIB. En ello se deciden dos variables, interés (de los bonos) y el PIB. Una curva, IS, es el PIB en función del tipo de interés. La otra es el tipo de interés en función de la demanda de dinero/oferta de bonos. 

El punto donde coinciden las dos curvas es el de equilibrio de los tres mercados y dos variables: en ese lugar se equilibran los mercados del dinero, de los bonos (fondos prestables) y del PIB. Se trata de un modelo real, de PIB y tipo de interés reales. Supongamos que el punto de partida es de pleno empleo. 

Ahora juguemos con el modelo introduciendo preguntas del tipo, "qué pasa si..." hay un cambio exógeno que perturba estas relaciones y las diferentes respuestas que dan las escuelas Clásica y Keynesiana.

Veamos cómo se desarrollan cada uno de lo modelos en esta cuestión esencial, la inversión. 

A) Clásicos: una disminución de la demanda de dinero se convierte en un aumento de la demanda de bonos, que es como un aumento del ahorro. Esto hace bajar los tipos de interés para cada nivel de PIB. La curva LM se desplaza a la derecha. Aumentará la inversión a lo largo de la curva, e IS, LM se cruzan en un nuevo punto, a la derecha. El nuevo punto de equilibrio estará más a la derecha, con un PIB mayor y un interés igual. Este aumento del PIB ha sido gracias al aumento del ahorro y la reducción del consumo. El crecimiento sólo puede venir por esa vía

Se ha producido un cambio en la composición del PIB: tiene menos consumo y más inversión(= ahorro), y la mayor rentabilidad, como recompensa al ahorro, es el aumento del PIB. La virtud recompensada. 

B) Keynesianos: un aumento del ahorro bajara el tipo de interés. Pero no necesariamente aumentará la inversión. La inversión depende de unas expectativas de ventas futuras. Si aumenta el ahorro, disminuye la demanda de consumo y las ventas futuras. Por lo tanto, la inversión puede caer, lo que desplazará la curva IS a la izquierda. Ahora LM-IS se cruzan en un punto a la izquierda del equilibrio, con un PIB menor, (y posiblemente más paro). 

Esta es la diferencia más señalada entre el modelo clásico, en que las reacciones de los agentes conducen solas al equilibrio, y el modelo keynesiano, en que los agentes no sólo están pendientes de los precios. La incertidumbre y las expectativas son decisivas. Y si se filtra la idea de que la demanda (y las ventas) serán menores, aunque el ahorro suba no lo hará la inversión, al contrario. 

El caso extremo es el de la Trampa de la Liquidez, negada por los clásicos. La trampa de la liquidez es el caso extremo de que en caso de pánico se desate la demanda de atesoramiento de dinero.

En el siguiente gráfico de Krugman, vemos en qué consiste. 

Un proceso acumulativo de caídas de las cantidades y de los precios conduce a que los agentes, ante la incertidumbre, prefieran tener liquidez a bonos. Incluso aunque el banco central ofrezca cantidades ilimitadas de dinero a interés cero, la gente mantiene sus ahorros en liquidez. La LM es como la del gráfico, plana a interés cero. Corta con la IS fuera de la zona el pleno empleo. 

La política monetaria ha alcanzado su máxima eficacia, y no puede añadir más para impulsar el gasto. Lo único que puede mover las cosas es hacer que un aumento de la inflación reduzca el tipo de interés real y eso anime la inversión. O, también, que el gasto público aumente y eso anime las expectativas de ventas. 


viernes, 9 de octubre de 2020

El auténtico paro en España. ¿Por qué seguir ciegamente al INE?

Las cifras de empleo y paro en España, de la Encuesta de Población activa en España, ocultan una gran falsedad. El mismo INE explica en su nota oficial, que paso a citar, la trampa que esconden las cifras oficiales, trampa que es bendecida por EUROSTAT y la OIT.

Los resultados de la EPA del segundo trimestre de 2020 continúan reflejando la situación derivada de la pandemia.
 La ocupación ha bajado en 1.074.000 personas en el segundo trimestre. Hay que tener en cuenta que esta cifra no incluye a los afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) con suspensión de empleo que, según la metodología de la Oficina Estadística de la Unión Europea (Eurostat) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que se aplica en la EPA, se consideran ocupados.
 En cambio, la suspensión o reducción de jornada de los trabajadores afectados por ERTE, junto con otros tipos de ausencias al trabajo (como paro parcial por razones técnicas o económicas, o enfermedad, accidente o incapacidad temporal), sí ha tenido reflejo en las horas efectivas de trabajo realizadas, que han disminuido un 22,59% respecto al primer trimestre. Con ello, el número de ocupados que efectivamente han trabajado en el segundo trimestre se reduce a 13.901.000 (el 35,14% de la población de 16 y más años).
 El 16,20% de los ocupados (3.015.200) trabajaron desde su propio domicilio más de la mitad de los días, frente al 4,81% observado en 2019.
 Por su parte, el paro ha aumentado en 55.000 personas. La tasa de paro se sitúa en el 15,33%. Hay que tener en cuenta que no todos los que han perdido su empleo han pasado a clasificarse como parados según la definición de la OIT. Una parte considerable ha pasado a la inactividad, categoría que ha aumentado en 1.062.800 personas.
 Este incremento de la inactividad se debe fundamentalmente a que el confinamiento y el cierre de empresas han impedido a 1.628.500 personas buscar empleo a pesar de estar disponibles para trabajar. Por ello, no han podido cumplir todas las condiciones que la definición OIT exige para ser clasificado como parado y han quedado clasificados como inactivos.
 Una visión más pormenorizada de las transiciones observadas entre ocupación, paro e inactividad se obtiene con la Estadística de Flujos, que refleja que 1.034.200 ocupados y 1.107.600 parados del primer trimestre han pasado a la inactividad en el segundo. 

1. Es decir - esto ya lo sabíamos - los ERTES en vigor no se contabilizan como parados, pues se supone que al final del ERTE, mediante el cual el gobierno le paga al trabajador una parte de su salario, se reintegrarán a su puesto eventualmente abandonado por culpa de la pandemia. Obsérvese, de todas formas, la lógica burocrática del INE cuando dice, páginas más adelante, que 

En concreto, según las especificaciones de Eurostat para el caso de los ERTE, los suspendidos de empleo se clasifican como ocupados cuando existe una garantía de reincorporación al puesto de trabajo, una vez finalizado el periodo de suspensión.
Una serie de Reales Decretos publicados durante la pandemia, que culminan con el Real Decreto-ley 24/2020, de 26 de junio, de medidas sociales de reactivación del empleo y protección del trabajo autónomo y de competitividad del sector industrial, establecen dicha garantía.

Es decir, unos simples decretos garantizan que los que disfrutan de ERTES volverán a sus puestos de trabajo sí o sí. Magia potagia. Aunque se derrumbe el empleo y esos puestos desaparezcan, el empleo de ellos está garantizado por obra de un decreto. Ese es el espíritu de gobernabilidad de este gobierno. 

2. Aparte de los ERTES, hay un grupo que no trabaja pero que se sustrae a la cifra de parados, por la dudosa logística de que están inactivos por “causas ajenas a su voluntad”, pues las circunstancias les “ha impedido volver a su puesto o buscar otro”. Con el truco de clasificarlos como “inactivos”, se sustrae  de la cifra de parados. 

3. Sí sumamos esto extraños cuerpos zombies que no son parados, pero tampoco trabajan, llegaríamos, según el texto transcrito, 

Este incremento de la inactividad se debe fundamentalmente a que el confinamiento y el cierre de empresas han impedido a 1.628.500 personas buscar empleo a pesar de estar disponibles para trabajar.

1628500 “inactivos”, más los probables ERTES que acaben en el paro a poco que las cosas se tuerzan y no se cumplan las previsiones del gobierno, llegamos a una cifra de parados mucho más alta que la oficial de 15,33% sobre población activa, o de 3.368.000 oficiales. Olvidémonos de los ERTES. Obtendríamos una cifra de 5.160.000 parados, o un  21,2% frente al 15,33% oficial, debido a que el numerador subiría al menos en 1.628.500.

3. No sólo se han producido más parados, si no que los que guardan empleo lo hacen a un volumen mucho más bajo, al haber caído las horas trabajadas un 22,59% nada menos, lo cual es una dentellada seria al volumen de producto final. En realidad la cifra de empleo relevante es la de horas trabajadas, y si están caen están reflejando menos productividad, aunque sea sólo por un decaimiento de la calidad del empleo. 

martes, 6 de octubre de 2020

Extractos del Informe Anual del BDE

Algunos aspectos de interés de la presentación en el Congreso del Informe anual del Banco De España por el Gobernador. A destacar que el segundo escenario, el más pesimista (y quizás el más probable), proyecta que el PIB no recuperará su nivel previsto antes de la crisis hasta finales del 2022, cuando estaremos a un 6% de ese nivel.

1. Actividad, PIB, Empleo


En cualquiera de los dos escenarios, la caída del PIB español sería muy elevada en 2020. De media, este año el retroceso ascendería, respectivamente, al −10,5 % y al −12,6 %. En el caso de España, se pone aún en mayor medida de manifiesto que en el de otros países que, a pesar de que el origen de la crisis es una perturbación que en principio tiene un carácter transitorio, sus consecuencias tendrán un grado de persistencia relativamente elevado. En este sentido, el nivel de PIB proyectado al final de 2022 todavía se situaría, en el primer escenario, en torno a 2 puntos porcentuales (pp) por debajo del nivel previo a la pandemia, a finales del año pasado, y en más de 6 pp en el escenario menos favorable.

El impacto de la crisis sobre la utilización del factor trabajo está siendo muy severo. Una parte de este efecto se ha producido a través de la finalización de relaciones laborales, lo que ha hecho que, a finales de septiembre, la afiliación a la Seguridad Social fuera un 2,3 % inferior a la que había un año antes (casi 440.000 personas). Además, una parte aún mayor de la disminución en el uso de este factor productivo se ha materializado en forma del recurso a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). De hecho, a finales de septiembre, todavía permanecían en situación de suspensión total o parcial de su actividad laboral casi 730.000 trabajadores (cifra aún muy elevada, si bien es cierto que es casi un 80 % inferior a los máximos de abril).
La serie de afiliación efectiva, construida descontando de las cifras de afiliados a la Seguridad Social los trabajadores en situación de ERTE, mostraba todavía, con datos medios mensuales, un descenso interanual del 6,2 % en septiembre, mes en el que se mantuvo la senda de progresiva recuperación observada desde mayo, aunque a un ritmo menor que en los meses previos. Además, la heterogeneidad es muy elevada por ramas productivas.

En los próximos trimestres se espera que el empleo, en términos de horas trabajadas, siga un perfil muy similar al de la actividad económica y muestre caídas superiores al 10 % en 2020 y una recuperación posterior. Por lo que respecta al paro, su aumento se está viendo contenido a corto plazo por el recurso a los ERTE. De media anual, la tasa de desempleo aumentaría significativamente este año (hasta el 17,1 % de la población activa en el primer escenario y hasta el 18,6 % en el segundo) y también en 2021, antes de comenzar a descender en 2022 (período en el que, de media anual, se situaría en el 18,2 % y el 20,2 % en un escenario y otro).

Los riesgos que subyacen a los escenarios para la actividad económica que el Banco ha publicado permanecen orientados a la baja y no se pueden descartar desarrollos más desfavorables que los contenidos en el segundo escenario, es decir, el más adverso de los dos considerados. En particular, no parece que podamos desechar, a la luz de la evolución reciente de la epidemia, el recurso adicional a medidas de contención más severas que las contempladas en los escenarios. Además, la incertidumbre acerca del plazo necesario para disponer de un tratamiento médico eficaz es elevada, y existen ciertos riesgos de que se demore hasta más allá de mediados del año próximo. Por último, en el plano exterior subsisten incertidumbres, en particular en torno a la posibilidad de que las negociaciones sobre el brexit concluyan sin un acuerdo al final del período transitorio o de que se recrudezcan las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.

El impacto sin precedentes que la pandemia ha tenido en la actividad económica ha supuesto un aumento muy significativo de los riesgos para la estabilidad financiera global. La contundente respuesta de la política económica —de las autoridades monetarias, fiscales y supervisoras—, así como el efecto de la profunda reforma financiera internacional implementada en la última década, están ayudando a mitigar y gestionar estos riesgos. De hecho, hasta el momento el sistema financiero está actuando como factor mitigador, y no amplificador, del impacto de esta crisis.

 2. Desequilibrios financieros

Por su parte, el aumento del ahorro de los hogares no destinado al servicio de la deuda, consecuencia de la fuerte caída del consumo, parece haberse canalizado hacia los depósitos b ancarios, que mostraron un avance interanual del 7,1 % en julio. No obstante, no se dispone de información actualizada de la distribución de este ahorro dentro del sector de hogares, por lo que es difícil valorar hasta qué punto este desarrollo ejerce un efecto mitigante sobre el mayor grado de presión financiera para determinados colectivos de hogares.

En conjunto, por tanto, la posición financiera del sector privado no financiero se ha deteriorado. Las consecuencias de este deterioro sobre los resultados de las entidades crediticias se manifestarán en su plenitud en los próximos trimestres. También es evidente que las mejoras experimentadas por el sector bancario español en la calidad de su balance y en sus niveles de solvencia en la última década lo han colocado en una mejor situación para absorber esta crisis y para seguir facilitando la financiación que la economía precisa.

En todo caso, las cuentas de resultados de los bancos se han visto ya negativamente afectadas. En concreto, en la primera mitad del año 2020 el resultado neto consolidado del conjunto del sistema bancario español fue negativo por un importe de alrededor de 9.500 millones de euros, lo que supone un retroceso de casi 20.000 millones respecto a los beneficios registrados en junio de 2019, que se traduce en una ROA del −0,5 % (1,1 pp menos que en junio de 2019) y una rentabilidad sobre patrimonio neto (ROE) del −7,3 % (15 pp menos que un año antes).
Esta evolución negativa se debe, en particular en el caso de las dos entidades de mayor tamaño, al deterioro de los fondos de comercio de sus filiales en el extranjero, lo que ilustra que, en el caso de una crisis global como la actual, la diversificación internacional del negocio de los bancos españoles será previsiblemente menos útil que en pasadas crisis para la contención y mitigación de sus efectos.
De hecho, el resultado neto para el conjunto del sistema bancario español habría sido positivo si no se tuviese en cuenta este deterioro de los fondos de comercio y otros ajustes extraordinarios. En todo caso, el deterioro de la rentabilidad se debió también a la mayor dotación de provisiones en anticipación de futuros deterioros de activos, de manera que las pérdidas por deterioro se duplicaron en comparación con 2019, lo que explica que, para el resto de los bancos sin presencia internacional, la reducción de beneficios fuera, en promedio, del 60 %.
Con ello, la rentabilidad del sector se ha situado muy por debajo de la que exigen los inversores. Como resultado, la evolución de la ratio precio-valor contable (Price-to-Book) —que compara la capitalización bursátil de los bancos cotizados con su valor contable en libros— mostró en España, al igual que en el resto de los países europeos, una marcada contracción en marzo, al descender hasta niveles en el entorno de 0,4, aunque posteriormente se recuperó en alguna medida.

3. Potencial futuro

Cometeríamos, sin embargo, un enorme error si pensáramos que la mera recepción de los fondos permitirá que nuestro país extraiga los mayores beneficios posibles de estos. Como condición inicial, es preciso establecer la capacidad de diseñar y desarrollar un volumen suficiente de nuevos proyectos, de modo que los recursos no sean destinados a la financiación de gasto que se hubiera llevado a cabo en todo caso o a sufragar proyectos de escaso valor añadido. Además, una ejecución temprana de estos proyectos permitiría que la recuperación de la economía española fuera más robusta, una vez cesen las limitaciones impuestas por la pandemia. Por último, es crucial que la elección de los proyectos sea tal que se maximice la magnitud de su impacto en la actividad económica y las finanzas públicas, lo cual se vería favorecido si la distribución de los recursos se articulara en torno a un plan de reformas estructurales cuyo diseño partiera del objetivo de fortalecer el crecimiento a largo plazo de la economía. De hecho, la introducción de las mejoras de naturaleza estructural que necesita la economía española podría verse facilitada mediante la aplicación de parte de los recursos procedentes del fondo europeo. Algunas de estas mejoras estructurales pueden requerir de una cierta inversión para su puesta en marcha o para suavizar los costes de transición, como en algunos de los casos a los que me referiré a continuación, por lo que emplear recursos financieros públicos para estos fines estaría, en mi opinión, plenamente justificado.
Por lo tanto, según la rapidez con que se ejecuten los fondos, su naturaleza –préstamos o transferencias desde el presupuesto comunitario- y, sobre todo, según el grado en que se destinen a fortalecer el crecimiento, el impacto sobre la actividad en los próximos años de estos fondos puede variar entre apenas unas décimas de PIB a varios puntos. Así, por cada 10.000 millones de ejecución temprana de transferencias europeas destinadas a inversiones productivas el impacto estimado sobre el PIB durante los próximos dos años se situaría en el entorno de tres décimas. Por el contrario, si se destinase ese mismo importe a la financiación del gasto, el impacto sobre la recuperación apenas llegaría, en promedio, a una décima del PIB durante los próximos dos años.

La piedra angular de cualquier estrategia encaminada a mejorar la dinámica de la productividad, favoreciendo así las oportunidades de todos los ciudadanos y una transición hacia una economía más sostenible, debe girar en torno a dos dimensiones en las que España presenta un déficit preocupante: el capital humano y el capital tecnológico.

4. Confianza

Una de las funciones de la política económica es, precisamente, contribuir a dar un horizonte de mayor certidumbre a empresas y familias. Esta es una tarea que atañe a todos los niveles institucionales, tanto en el contexto nacional como en el internacional.

viernes, 2 de octubre de 2020

La extrema importancia de las expectativas y la confianza

EEUU muestra signos de recuperación de la aguda caídas experimentada, gracia a que las políticas han recuperado la confianza de los agentes económicos, lo que es visible en la la evolución negativa del ahorro y la fuerte subida del consumo. El ahorro personal se había disparado con la crisis, contrayendo el consumo, pero esto se ha corregido en el segundo trimestre, como se ve en el gráfico: la contracción de ahorro se ve acompañada de una recuperación del consumo, lo que ayuda a sostener la demanda.



Hay que tener en cuenta, además, que esa subida del ahorro se concreta entre activos muy líquidos, pues el público puja por vender sus activos y recuperar fuertes posiciones de liquidez por miedo y para poder hacer frente a sus pagos de deuda. Esta es la razón de que la FED aumente la emisión de liquidez mediante sus operaciones de QE, para intentar reponer la velocidad de circulación de dinero. 
En España, para el mismo periodo, tenemos una evolución bien distinta. En segundo trimestre la tasa de ahorro sobre renta disponible alcanza una cota récord, como se ve aquí, hasta el 31,1%,



Mientras el consumo, lógicamente, caía a pique. Es decir, en España, en el segundo trimestre, hemos sido teñido un episodio similar al de EEUU que luego fue corregido parcialmente por la actuación de la FED y el gobierno, mientras que en España, hasta el momento, ha primado el miedo a la incertidumbre y una ausencia de confianza.



En suma, la economía de EEUU se está recuperando antes, como veremos seguramente en el PIB del tercer trimestre, que ya se estima alcanzará un crecimiento trimestral del 6,8%, lo que lo dejaría a un 4,4% del máximo de 2019.
Por el contrario, en España el significado de el ahorro compulsivo es unas expectativas funestas sobre el futuro, como revelan las encuestas nacionales. En un país se ha recuperado la confianza en su política, mientras que en el otro se agiganta la desconfianza. Esto no quiere decir que una eventualidad, como el COVID de Trump en plena campaña electoral, desbarate el trabajo hecho por la aportación instituciones para taponar la fuga de confianza, pues el final no está,muy, ciertamente, escrito.
Están en un error los Austriacos que creen que el aumento del ahorro es una buena noticia. Lo es o no lo es, depende del momento. Pero el ahorro, en contra de la teoría clásica, no determina la inversión, si no es por una carambola, pues la inversión depende de las expectativas de las empresas de las ventas y la rentabilidad, que acrecienten el valor de la empresa. Y ello a su vez depende de la demanda efectiva, que determina el volumen de ventas.  Sin volumen de ventas a la vista, no hay demanda y el PIB se contrae.
La demanda en España - salvo la del exterior - está todavía digiriendo el colapso de la pandemia, y lo que es peor, su reanudación.
Permítanme un comentario sobre el ahorro. Hasta Keynes, el ahorro se consideraba, en toda circunstancia, de efecto positivo. Un aumento del ahorro debería traducirse, según los clásicos y los Austriacos, en un aumento de la inversión. Ahorro = inversión. 
Pero eso depende de la rentabilidad del ahorro (tipo de interés o dividendos esperados), que en teoría debería equipararse a la rentabilidad de la inversión. Esta cadena simplista nunca se ha cumplido, salvo en la Contabilidad Nacional, porque ambos, en ese ámbito, son dos identidades residuales del cálculo de la renta y el PIB. el l ahorro depende de unas motivaciones y la inversión de otras, aparte de que entre ambos hay una incertidumbre que no se puede medir. No es riesgo más o menos probable, es absoluta falta de información y seguridad.
Además, entre medias de las dos magnitudes hay otras influencias que hemos mencionado aquí, como la confianza en el sentido de no incertidumbre. Hemos visto que en una crisis, si no se consigue disipar la incertidumbre, la política monetaria y fiscal fracasan. Si desde el poder estás  sugiriendo que no te gustan las empresas privadas, y menos las grandes, que no te importaría cargarlas de impuestos resdistributivos (en contra de la inversión y en favor del consumo), incluso nacionalizarlas, sólo lograrás fuga de capitales y poco apetito en el extranjero para invertir aquí. Crearás un clima de desconfianza permanente difícil de combatir. En suma, prolongarás la crisis, o, si no existe, la causarás. 
El gobierno español está mandando señales muy equivocadas para que la economía se recupere. En realidad está actuando como si quisiera que la economía no recuperase un nivel de actividad similar, al menos, al máximo de 2019. Insiste en subir los impuestos a la situación rentas más altas, que son las que la logran eludir el ataque, lo que deja frente a las autoridades fiscales a los perceptores de rentas fijas. Está jugando, o deja jugar, con la idea de que España va a cambiar radicalmente de modelo de Estado, que el régimen actual está muerto, rectificando después, a regañadientes, estas sugerencias que afectan muy negativamente al factor de la confianza. 
Si no se restablecen los lineamientos de unas expectativas normales, estables, será muy difícil que se cumpla el modelo de recuperación en V vendido por el gobierno.

lunes, 28 de septiembre de 2020

¿Por qué las empresas españolas no crecen de escala?

Como explica Magistralmente Benito Arruñada, la legislación laboral y fiscal española es un auténtico dislate para el desarrollo natural de las empresas, que sufren fuertes desincentivos para pasar de 50 trabajadores. Estas son las disposiciones legales contra el crecimiento de la empresa, resumidas por el autor:

Frenos legales al crecimiento de la empresa

Cuando una empresa alcanza 50 trabajadores, los sindicatos pueden promover que se constituya un comité de empresa de 5 miembros que ya liberan 75 horas al mes. Por ley, no solo el número de miembros sino también el número de horas que libra cada uno de ellos crece con el tamaño. Su número pasa de 5 hasta un máximo de 75, cada uno de los cuales libra hasta 40 horas en las empresas de más de 750 trabajadores. (Se trata de un aumento que no parece tener justificación en el coste: de hecho, sería de esperar una reducción puesto que la representación laboral disfruta de economías de escala, como indica el que se suelan acumular las horas de libranza en los “liberados” sindicales).

Más gravoso aún que este coste directo de la representación es quelas relaciones laborales se hacen más rígidas y burocráticas, pues los comités son más activos como órganos fiscalizadores, y la empresa ha de negociar con ellos casi cualquier cambio relevante y no sólo los relativos a las condiciones de trabajo o a los novísimos planes de igualdad.

Además, muchas otras regulaciones laborales rigen solo a partir de cierto tamaño. Así, las que emplean más de 50 trabajadores están obligadas a contratar al menos un 2% de ellos con discapacidad y a preparar un detallado “plan de igualdad”. También varían otros muchos costes. Por ejemplo, a raíz del Covid, las cotizaciones sociales de los ERTE se bonifican con 20 puntos porcentuales más en empresas con menos de 50 empleados.

Ya fuera del derecho laboral, muchas otras regulaciones contables y fiscales también se tornan más estrictas al aumentar el tamaño de la empresa. Por ejemplo, las empresas con más de 50 empleados que excedan los 2,85 millones de activos o los 4,7 millones de facturación no pueden formular cuentas abreviadas, y han de someterse a auditoría anual, establecer canales de denuncia interna y organizar una compliance office independiente si aspiran a la eximente de responsabilidad penal. Asimismo, las que rebasan los 6 millones de cifra de negocio han de liquidar el IVA mensualmente, ven aumentar sus pagos fraccionados y son vigiladas por unidades de Hacienda especializadas en grandes empresas. Es lógico que se observe también otro agolpamiento de empresas en los 6 millones de ventas.

Añaso dos comentarios muy atinados
{Blogger xxavier dijo...

A lo escrito en el artículo, que está bien puesto en razón, habría que añadir los requisitos que se piden, a partir de 50 empleados, en cuanto a otro comité... El comité de seguridad y salud...

28 de septiembre de 2020, 12:53

Blogger Pablo dijo...

Exacto, la legislación de riesgos laborales se puede resumir en un artículo: la empresa (el empresario) siempre tiene la culpa.}


Una empresa, cuando aumenta de tamaño, reduce sus costes medios y marginales, lo cual aumenta su capacidad de aumentar el margen manteniendo o reduciendo el precio. Es lo que se llama “Economías de Escala”. Cuanto mayor es la empresa en volumen de ventas, más margen obtiene para invertir e innovar, más productividad por empleado y por factores productivos. En suma, se haca más resistente a la competencia exterior, más dotada de capital, y más dura contra los embates externos a la empresa.
Como se ve en el gráfico del autor citado, el número de empresas con más de 50 trabajadores se reduce drásticamente, pues su vida fiscal y laboral se endurece radicalmente. Al llegar a 50 trabajadores, las empresariales hacen malabarismos para no crecer más.



Así es muy difícil que empresas pymes lleguen a convertirse en fuertes multinacionales que sean dominantes en precio. Las empresas españolas son la mayoría precio aceptantes, con márgenes estrechos, por lo que cualquier soplo de viento las elimina del mercado, externo, pero también interno, pues en España también compiten con las extranjeras. Además, las expymes al crecer dejan hueco para nuevas pymes.
Eso explica un mal español que contribuye a reducirnos a la categoría de país mediano. 
Esto no es más que un cachito de ese inmenso agujero negro de España que es la ausencia, imterruptus, etc, de Libertad de mercado.
El izquierdismo soterrado, o no tanto, que padecemos como nación víctima de la envidia es un cáncer para la economía.

sábado, 26 de septiembre de 2020

Libertad acosada

A los españoles, hoy como ayer, y como siempre, les gustan las caenas. Pocos países hay, si hay alguno, en los que asuste tanto la libertad.
(Sánchez Dragó, en “esos días azules”)

No hay más remedio que pensar lo mismo que Sánchez Dragó, si vemos la indolencia con la que los españoles contemplan el rapto de la Libertad oficiada ante sus narices. Este autor piensa que “la democracia no es más que el intervalo entre dictadura y dictadura, que llegará”.
Difícil es explicarle a un español de a pie lo crucial que es la libertad para que la vida sea soportable y próspera. Sin Libertad es la asfixia, terreno fértil a la delación, la arbitrariedad judicial, a la inestabilidad permanente, no saber cuándo te va a tocar a ti lo que le pasó ayer al vecino, llevado de madrugada en un coche sin matrícula, a la desesperación que mueve a algunos a entregarse de motu propio a la policía política por acabar con las dudas... como hacían muchos rusos cuando Lenin, como hipnotizados por el destino (Lean “Archipiélago Gulag”). 
Sí, los españoles han demostrado en la Historia muchas cosas encomiables, pero ningún aprecio a la Libertad. El colmo fue cuando hicieron una Constitución liberal para entregársela al felón de Fernando VII...
Desde entonces, los intentos de homologación con Europa, cómo la Restauración, fracasaron por el acoso y derribo de los hunos y la cobardía  desorientación de los hotros, empezando por Alfonso XIII, que no dudó un segundo en salir huyendo dejando a su propia familia al arbitrio de los republicanos.
Hoy, la Libertad de que nos dotamos en 1978 está acosada y cada vez más en peligro. Los frentes son varios, desde el Independentismo al Comunismo aliado y en el poder. Ya se ha  quitado la careta y actúan en la más amplia ilegalidad.
Poco a poco, las fuerzas destructoras avanzan, los demás asistimos pasivamente. El Rey es prisionero del gobierno, que le dicta cada vez más descaradamente lo que ha o no ha de hacer. Digo bien: del gobierno, pese a que su presidente pretende echar balones fuera y que la culpa recaiga en la parte comunista del mismo.
La mayoría asiste pasivamente, supongo porque piensa que es imposible, impensable. Suponen que Europa saldrá en defensa del Rey, y la Constitución.
¡Qué fácil es echarse la manta a la cabeza y no ver lo que nos está destinado! Nunca la Transición, y con ella la Libertad, ha estado tan en peligro. Cataluña no obedece las leyes y es premiada. El vicepresidente de gobierno declara abiertamente que la República es cuestión de tiempo...
Que nadie se llame a engaño. No es solo un cambio de la forma de Estado. Es una revolución en toda regla.