"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 2 de mayo de 2022

El gran error de Occidente con China: El Progreso no es democracia

No cabe duda que después del conflicto Rusia-Ucrania, Occidente habrá de enfrentarse al creciente enigma chino. Pero este enigma fue fomentado por EEUU para hacer frente a la URSS, la potencia comunista más temida entonces. Se inició en EEUU un proceso heredado de presidente a presidente, de China como pieza clave del futuro mundo globalizado, que sería atraído por el Progreso económico debido al comercio mundial creciente. Como dice George Magnus  en su magnífico artículo del Telegraph, 

En 2000, cuando el Congreso acordó la liberalización comercial permanente con Beijing, United Steelworkers of America denunció el acuerdo como una “traición a los intereses de los trabajadores” y advirtió que las fábricas desaparecerían como resultado. El descontento de los obreros ha persistido desde entonces y Donald Trump lo aprovechó mucho.

Pero Clinton creía que mejoraría las exportaciones estadounidenses y empujaría a China aún más hacia las reformas económicas. La idea era que a medida que China se hiciera más rica y estable, la amenaza a la estabilidad global disminuiría y la liberalización liberaría el potencial del pueblo chino para exigir un gobierno más inclusivo.

Hoy, estos juicios parecen al menos ingenuos. A pesar de las preocupaciones sobre las políticas industriales, la gestión de la moneda y las prácticas de transferencia de tecnología y acceso al mercado de China, la dirección del viaje con respecto al compromiso económico y comercial fue inamovible e impulsada tanto por George W Bush como por Barack Obama.

Bush etiquetó a China como un competidor estratégico, pero de todos modos coqueteó con el régimen. Permitió negociaciones en curso en una amplia gama de asuntos económicos y financieros. Creía que los incentivos comerciales, incluso en países totalitarios, harían que “el paso a la democracia se volviera inexorable”.

La administración Obama, formada en el huracán de la crisis financiera, fue igualmente cálida con China y se resistió a las demandas de hacer frente al país a medida que se volvía más truculento en política exterior. Obama hizo poco después de 2012, cuando el nuevo líder del país, Xi Jinping, desarrolló la Iniciativa de la Franja y la Ruta para influir en el comercio mundial y las islas armadas en el Mar de China Meridional.

China también aprovechó la crisis financiera para hablar con más fuerza. Si bien señaló que la inversión extranjera aún fluía fuertemente hacia el país, Beijing trató de enfatizar que el modelo económico estadounidense ya no era adecuado para su propósito y que el mundo debería abandonar un sistema financiero moribundo basado en el dólar estadounidense.

Fue un tema que el partido continuó después de la toma de posesión de Trump en 2017, cuando la prensa estatal de China atacó los "graves inconvenientes" de la democracia occidental y dijo que el futuro pertenecía al "socialismo con características chinas".

China hoy es efecto de la enorme “miscalculation” de EEUU, seguido de los demás países occidentales, del intento de integración de China en el sistema político occidental vía comercio mundial. “Si conseguimos incorporar a China en el comercio con Occidente, y vía esto en un sistema capitalista, tarde o temprano será un país homologable con el nuestro”. Esto era la idea cuando Nixon, presidente a punto de ser expulsado por su corrupción, fue a China en 1972 para iniciar el largo proceso de conversión de China a un país aliado con el que la URRS no tendría más remedio que rendirse. No deja de ser una manifestación colateral del error americano de que El Progreso llevaba indefectiblemente a la democracia.

Hay que decir que China aceptó el papel asignado, pero no jugó con lealtad. Manipuló descaradamente su tipo de cambio frente al dólar para impulsar las exportaciones, que fueron invasivas en EEUU, sin que éste pusiera objeciones. Alguna vez China se convertiría en comprador ¿no?

Pues no. Lo que hizo fue acumular montañas de reservas - dólares -, que colocaba en deuda y acciones americanas, lo que llegó a crear una gigantesca deuda exterior de EEUU con China, cuyos superávits exportadores eran la fuente de ese capital. Gran parte de éste desequilibrio financiero fue un factor esencial en la crisis de 2008.

Ahora nos encontramos con un elefante entre la vajilla que empieza a moverse en las direcciones más variopintas, una potencia económica temible por ser centralizada, y una amenaza cada vez más patente por sus ambiciones geoestratégicas. 
EEUU ya no tiene capacidad ni ganas de ser la primera potencia mundial, superada por su criatura creada con tanto mimo como éxito. Y resulta que antes tenemos que lidiar con Putin, el amigo de China.

jueves, 28 de abril de 2022

¿Cuanto durará la guerra?

En el Telegraph, Ben Marlow nos dice,

Hasta ahora, Putin se ha equivocado en todas las cosas importantes, incluida la invasión misma. Pensó que los ucranianos eran débiles y se derrumbarían. Se equivocó en eso.

Lo mismo ocurre con su expectativa de que la unidad occidental se rompería rápidamente. No lo ha hecho. Y también pensó que los aliados de Ucrania no estarían dispuestos a armar al país. Resultó que sí.

En todos los giros posibles, Putin ha actuado como si Rusia siguiera siendo una gran potencia mundial, pero lo que está haciendo sin darse cuenta es exponer a ojos vista su condición de país de tercera categoría con un ejército lamentable y sin una influencia real en el escenario mundial.

Han pasado solo nueve semanas desde la invasión, pero algunos expertos creen que el ejército ruso ya está tan agotado que, sin una movilización nacional completa, la ofensiva de Donbas podría ser la última, por lo que incluso si gana Putin, será una victoria vacía.”

Todo esto está muy bien razonado, pero nos enfrentamos a un loco que ya amenazado con sacar la artillería nuclear, contra Ucrania la táctica y contra países occidentales la estratégica. Es verdad que eso último lo ha hecho solo una vez, pero debemos estar convencidos de que si se le ocurre usar la táctica en Ucrania, Occidente tendría que elevar su respuesta. 
No me imagino a Putin razonablemente diciendo: nos hemos equivocado, retrocedamos y conformémonos con esto. 
La verdad es que no es poco el daño que ha hecho, descontando Ucrania. Ha hecho subir la inflación, ha desconcertado a los bancos centrales en su ruta hacia la normalización, y puede provocar una recesión occidental grave. 
De momento, lo serio no es la inflación en sí, sino la actuación de los bancos centrales que quieren recuperar su prestigio antiinflacionista, pero sin provocar una recesión. Los expertos ya han dicho que lo tienen muy difícil. 
Es que, además, no sabemos cuando tiempo este tipo va a estar distorsionando los mercados mundiales con sus monopolios. Los gobiernos deberían pensar en cómo diversificar fuentes energéticas y olvidarse del momento de restringir la oferta a sólo las renovables. Hay prioridades impuestas por una guerra, un guerra que no se sabe cuando acabará. Pero supongamos que acaba pronto. Pese a ello, los chantajes con las exhortaciones energéticas y de materias primas continuará, y desde luego no volveremos a la normalidad de preguerra.
Es decir, tenemos por delante años de escasez, volatilidad de precios, e incertidumbre. 
Los países van a tener que cambiar radicalmente su política, quitar presión fiscal a la actividad económica (no bajar los precios al consumo necesariamente) y procurar que la política monetaria no cree una recesión. 
Por supuesto, la unión es más necesaria que nuca.

martes, 26 de abril de 2022

El mundo de ayer

En octubre publiqué un artículo en el que explicaba que la ruptura de la geopolítica estaba anulando la importancia de la Macroeconomía y dando paso a marchas forzadas a poner en primer lugar la Geoestrategia. Es decir: lo militar lo primero.
El mundo, tras la II Guerra Mundial y la victoria de los aliados, se dividió en dos bloques antagónicos: Occidente, bajo el liderazgo de EEUU, y el bloque soviético. Ambos se repartían su influencia en todo el globo manteniendo ciertas reglas, con la disuasión para ambos de la Destrucción Mutua Asegurada  (DMA), lo que hacía suponer que las armas nucleares no se usarían. Esto dejaba una amplia franja de pulsión y reacción en zonas de influencia repartidas por el globo. En suma, que los conflictos entre los dos grandes bloques se dirimían en países lejanos, quedando a salvo Europa occidental, oriente y EEUU. Campos para dirimir conflictos de influencia eran el resto del mundo, como Latinoamérica, África, Mundo Árabe, etc. 
Europa se desarrolló institucional y económicamente bajo el paraguas militar de EEUU, encantado de ocuparse de proteger a Europa de la amenaza real de invasión por la URSS, con la instalación de misiles nucleares en territorio nuestro. Entretanto, se comerciaba.
En suma, habían una paz vigilada que eliminaba el riesgo de una guerra mundial-nuclear, lo que permitió crear un ámbito provechoso para la inversión, el comercio y el crecimiento casi continuo, ya fuera bajo el influjo de los keynesianos, o de los friedmanitas, hasta que se presentaron otros en la disputa. (Disputa, digamos, completamente estéril desde la crisis financiera de 2008, que cuestionó toda la economía académica en boga).
Este mundo cuasi idílico se acabó, primero, con la caída del Muro de Berlín, que hizo nacer esperanzas, casi inmediatamente frustradas, de un mundo sin conflictos bélicos. El Segundo aldabonazo lo recibió EEUU desde el Terrorismo árabe, con el impacto de los dos aviones en la Torres Gemelas de Nueva York, visión apoteósica que nos abrió los ojos sobre que ya nada sería igual. Y nada lo fue.
El tercer aldabonazo es, creo, el asalto ignominioso de Rusia a Ucrania, que introduce nuevos elementos de desesperanza sobre una posible guerra mundial; al menos, condiciona pesadamente el futuro económico. Los mercados financieros ya se han orientado a la baja, de momento poco, pero con signos bien claros de que no les gusta lo que ven. 
He de decir que nunca confié en que Rusia asimilara la globalización y el comercio como ideario antibélico. Rusia ha demostrado una impermeabilidad total a la economía floreciente, al mercado; odian a EEUU y a Occidente, y tampoco en el fondo han dejado de ser zaristas. Les gusta el sometimiento. Una casta aristocrática ha sido laminada por el comunismo, pero la cuestión sigue incólume: nos gusta como somos. 
Y con esto hay que pechar. Olvidémonos de la Macroeconomía, porque hoy lo que se impone es la Geoestrategia. Es decir, la inseguridad de los mercados, la amenaza perpetua de cortar el suministro de los bienes internacionales, la interrupción de transportes y comunicaciones, etc. El “Mundo de ayer” como diría Stefan Zweig en su esplendorosa y melancólica novela, se ha acabado, y me temo que por mucho tiempo. Es muy difícil pensar en dar marcha atrás, dado el punto al que hemos llegado. Hay un cierto olor a 1914. 







lunes, 25 de abril de 2022

Inflación, PP, bajada de impuestos

Con esta propuesta del PP de controlar la inflación bajando impuestos han demostrado su ignorancia total sobre lo más básico de economía. 
La inflación que padecemos no se debe a una subida de impuestos -como nunca sucederá -, sino a una demanda muy elevada en relación a la oferta en determinadas materias primas cuya oferta está restringida. Ejemplo, el Gas Natural.
Bajar los impuestos sobre la energía bajaría el precio de ésta, aumentaría su demanda y avivaría la llama de la inflación. Ergo obtendríamos más inflación. ¿Se lograría más renta disponible para el consumidor? Si, renta disponible que rápidamente sería englutida por el nuevo rebrote inflacionario.
A la inflación no se la combate fiscalmente. A la inflación se la combate reprimiendo la demanda e incentivando el aumento de la oferta para que la distancia entre ambas disminuyera.
Si esas son la novísimas ideas del PP, apaga y vámonos. Si esto es lo que ofrece el partido de la esperanza, mejor no celebramos elecciones, nombramos una comisión interventora europea que no lo hará peor.
Como dije ayer, cuando venga el PP NO PODRÁ BAJAR IMPUESTOS, pues la deuda que va a heredar del gobierno actual impide cualquier floritura en el frente fiscal. Ídem como le paso a Rajoy, que ganó las elecciones con la promesa de bajar los impuestos y tuvo que subirlos drásticamente. 
Además, bajando un componente del precio de, digamos, el gas, no disminuye la inflación del gas ni de nada, sino que baja momentáneamente el NIVEL de precio pero no la inflación. Efecto transitorio hasta que la inflación relanzada tape el hueco abierto. 
Si el único problema fuera la inflación... pero es que la economía se está enfriando, de ahí la dificultad para los Bancos Centrales frenar la demanda y controlar los precios sin provocar una recesión. 
En el artículo de Hugo Ferrer leo que es casi un imposible que los bancos centrales, en su repliegue de oferta monetaria, no acaben generando una recesión  no deseada, pero difícil de evitar. Todo depende de si los precios moderan su avance, como se espera, antes del año que viene... o no, con lo que los BC, contra su voluntad manifiesta, subirían aún más los tipos de interés. 
La inflación es la velocidad de aumento del nivel de precios. No es el nivel de precios, es su velocidad de avance. Combatirla depende exclusivamente del Banco Central, tenga el origen que tenga, sea de materias primas, sea de bienes finales. En 1980 la FED provocó una recesión  dolorosísima para atajar una inflación de dos dígitos.en el gráfico se puede ver la subida del paro que originó.



Para bajar la inflación al 4%, la tasa de paro subió al 11%, con el agravante de que el dólar se apreció mucho, lo que contrajo las exportaciones netas y elevó el déficit exterior. Sólo en 1989 se normalizó la tasa de paro al 5%.
De la habilidad con la que la FED y el BCE manejen su enfriamiento, permitiendo un objetivo de inflación más alto, esperando que las fuerzas que han desatado la inflación tan brusca se vayan disipando, depende que el choque en la economía real sea más o menos benigno. Atentos a la duración de la guerra. Los suministros de energía no se normalizarán mientras no acabe.

Victoria de Macron

Como se esperaba, ha ganado Macron las presidenciales francesas. A Le Pen se le está pasando el arroz, como se le pasó a su padre. 
Muchas abstenciones, y muy poca diferencia entre ellos. ¿Qué hubiera pasado si? Pues que hubiera sido una revolución populista. Una cultura de la Administración completamente diferente. Acercamiento de Le Pen. Sus compinches Orban & al ¿Hubiera prevalecido el buen rollito de Le Pen con Putin? Putin, a falta de invadir su terreno de expansión vital, ha creado y mimado unos monstruitos derechistas en su entorno que pueden funcionar en Hungría, país ya apresado por Orban el Magnífico (de por vida), con resultados que en España creo que no gustarían. 
El caso es que Europa esta cada vez más rota, porque Macron no tiene ni una idea creativa, y un día la abstención se volcará en Le Pen o similar. Alemania sigue de perfil con la guerra. 
Francia ya no es Francia, la UE ya no es la UE. Sus instituciones están cada vez más trufada de extremistas de derecha, y un día caerá en sus manos.
Cuando Hitler invadió los sudetes con el permiso de Chamberlain en Múnich, y luego Polonia, Inglaterra dijo basta. Demasiado tarde: deshonor y guerra, como predijo Churchill. 
A Putin se le ha permitido seguir financiándose la guerra-masacre sobre Ucrania. El Useño Biden no quiere poner muertos. EEUU ya no es el de la PAX Americana. Putin avanza lenta, pero constantemente, masacrándo población civil. Toc toc: La guerra a nuestras puertas. ¿Que haremos, una UE mortecina y unos EEUU que ya no son EEUU, quizás para siempre? ¿rendirnos? Yo no veo a Putin ofreciendo una paz generosa a Ucrania, sino vengativa y con toda la crueldad posible. Una humillación duradera. Una paz que Europa tragará más o menos elegantemente, lo que facilitaría la continuación expansionista. 
Los tiempos no están para heroicidades. Demasiados vectores nucleares en manos de cualquiera. Pero están aquí las exigencias, se acercan, y a nosotros que tenemos este elenco de políticos provincianos, o peor, nos atacan por todos lados. 
Primero decaeremos económica, poblacional y fiscalmente. Seremos más mendicantes (¿A quién?) no tenemos nada que ofrecer, salvo un hueco para refugiados. 
La victoria de Macron, cinco años más de inanidad.

domingo, 24 de abril de 2022

El golpe económico de la guerra

El FMI ofrece un artículo sobre el impacto de la guerra de Ucrania en las economías europeas. No será baladí. 5 millones de expatriados a los demás países son una cantidad difícil de asimilar, sobre todo porque la subida de costes de las materias primas alientan la inflación y reducen las capacidades de inversión y producción. Es un choque de oferta, indudablemente, pero que los Bancos centrales no pueden atajar como cuando la inflación se ve acompañada de fortaleza de la economía. 
EL peso de la Guerra supondrá un crecimiento menor, como se ve en el gráfico, incluso una recesión en algunos países, mermando en todo caso el crecimiento de PIB previsto. 



Estas previsiones están hechas a datos de hoy, lo que significa que la profundidad de la caída puede - y será - mayor. 
Esto por no hablar de la reconstrucción de Ucrania, quizás entelequia por lo que tememos del comportamiento de Rusia en Ucrania: que no quede piedra sobre piedra. 
En realidad no sabemos cuando acabará esta guerra, a la que Rusia no ha puesto objetivos claros y puede extenderse a reconquistar las fronteras de la antigua URSS.
Por lo que puede ser perfectamente una catástrofe económica, que afecte a toda a Europa, a su proyecto de integración (que es claro que Putin repele), y a la misma existencia de Occidente (también objeto de la ira de Putin) que parece que a EEUU se la trae al pairo. 
España, con su economía puesta ya en duda por la OCDE, puede verse inmersa en un torbellino de deuda pública sin recursos para incentivar la economía productiva. Lo que no veo claro es que una  Europa en precario tenga el peso suficiente para intervenir- ayudarnos - a salvar el escollo de deuda con recesión. 




Una lectura fructífera

Acabo de terminar “Operación Kazán”, De Vicente Vallés. Es una novela, ficción, de espionaje, pero que te invita a pensar sobre el mundo en que vivimos. (Vicente Valles le conocerán por ser presentador del Telediario de Antena 3.)
Para los que no creen en estas novelas o no las aprecian, diré que está de escrita magistralmente  que te cautiva desde el principio hasta el final. No voy a desvelar la trama aquí. Solo diré que es perfectamente creíble, y que te hace creer en que las elecciones de una potencia como EEUU estuviera muy probablemente interferida por Rusia cuando la victoria de Trump. 
Cuando digo que Occidente está en decadencia lo digo por muchas razones, pero esta es principal. ¿Si las elecciones de la Potencia que ha guardado el orden democrático actual puede manipularse por una potencia extranjera, qué queda del orden occidental? Desde luego ya no podemos confiar en EEUU como potencia hegemónica y protectora de sus aliados, ni de futuras inferencias de todo tipo.
Pensemos en el hundimiento de la URSS y la caída del Muro de Berlín. Se pensó seriamente que era el final de la Historia, que el fracaso de la URSS era el advenimiento del capitalismo occidental para todos los países, la muerte en vida del comunismo, y un solo paradigma para todo el mundo. 
Desde luego que significó la muerte del comunismo como alternativa válida para acabar con la pobreza de la gente, pero las ideologías no se dejan matar tan fácilmente. Los comunistas no dieron su brazo a torcer, no revisaron a ver dónde estaba el error que había llevado a tanta sangre y muerte, y a tanta penalización y hambruna. Tacharon de error, siquiera, a la instrumentación del marxismo, y se aferraron aún más a sus ideas: Materialismo histórico, mísera del capitalismo, determinismo de la historia y infalibilidad del hombre nuevo, una vez muerto el burgués - al que hubo que pedir ayuda en momentos de hambruna, pero condenado por Lenin a morir una vez cumplida su misión.
La historia refutó estas estrafalarias teorías, se hundió el comunismo, huyendo la mayoría de los sometidos a su fierro hacia los países capitalistas, que les dio sueldo y trabajo. Pero no todos. Algunos se quedaron esperando que los nuevos mandatarios tuvieran una solución... que no se presentó como se puede ver en el gráfico del post anterior.
La URSS se dio cuenta que no era una nación, si no un Imperio que se desmembró en cuanto el poder central se debilitó, entre Gorbachev y Yeltsin. Pero la Rusia que quedó, la Rusia zarista, no renegó de sus antiguas posesiones, y en cuanto hubo un hombre fuerte en el poder - que además tergiversó las leyes para quedarse de por vida en él mismo - empezó a conspirar para acabar con la disidencia y para conquistar el antiguo poder tras sus mermadas fronteras. Si su ámbito de influencia era con el comunismo todos los países del Este - que tan mala defensa habían tenido en Yalta y Postdam (conferencias de las potencias vencedoras del la II Guerra Mundial) -, muy mal se iba a tomar que esos países entraran en la OTAN, algo considerado una amenaza geoestratégica por Rusia.
Lo malo es que a ésta no le ha importado llegar a la guerra cruenta para relanzar sus planes y recuperar sus áreas de influencias, por mucho que esos países, en su mayoría, haya demostrado una vocación sin duda occidental. Que Polonia, valga el ejemplo, no quiera saber nada de sus ex relaciones con la URSS debería ser motivo suficiente para entrar en la UE y en la OTAN. 
Pero he aquí que la OTAN huele a cadaverina, y la UE otro tanto. La unidad de la que se ha visto cuestionada por la actitud alemana pro Rusia, por no hablar de otros “países sombra”, como nosotros. La que, después de Brexit, es la sombra de sí misma, que ya es decir. Cada país rema frenéticamente de su lado, unas hacia no saben dónde, pero el caso es que el proyecto inicial de un poder político repartido entre una derecha e izquierda moderadas se ha roto en mil pedazos. 
También ese proyecto (con sus matices), de EEUU se ha ido al carajo. Ya no hay quórum mínimo necesario para conservar los intereses comunes.
De ahí, vuelvo al principio, el interés del libro por todo esto reflejado en una novela que sintetiza los tiempos actuales partiendo de la Guerra Fría. ¡Bendita guerra fría, cuando todo estaba más claro!. Su fin no ha traído el esperado espacio común, donde cada uno se ocupa de sus cosas y comercia con los demás. Esta visión liberal se ha demostrado imposible; incluso ingenua y perjudicial para sus promotores, los que creyeron que la globalización traería intereses comunes y La Paz mundial.
No es esa, me permito decir, la naturaleza humana, desgraciadamente no tan materialista como para ocuparse de sus cosas y dejar al vecino en paz. Nuestro hemisferio cerebral de las emociones no tiene límite, y la envidia, la pereza, la ambición de poder, son fuerzas individuales y colectivas que nunca cesarán. 
Digan adiós al mundo de las buenas intenciones, pues siempre habrá alguien dispuesto a aprovecharse del ellas, como pronosticó Hobbes. 

De nuevo el PP, economicista

De nuevo el PP rechaza la invitación de VOX y de unos pocos miembros suyos - por ejemplo Cayetana AT - para no ensimismarse en la economía y nada más que la eficacia económica. Me parece muy bien la eficacia económica, pero a tus votantes tienes que ofrecerles una valoración conjunta, ideológica, de lo que ofreces. No puedes pretender que te compren unas frías ofertas económicas, fiscales, y la gente salte de alegría. Más en un país que se está descomponiendo por el independentismo: necesitamos algunas seguridades, algún plan distinto del del gobierno de despiece de España.
Sobre todo porque no habrá olvidado la tradición que les hizo el PP de Rajoy, que llegó a ganar las elecciones prometiendo que iba a bajar los impuestos y los subió estruendosamente, con su ministro de Hacienda Cristóbal Montoro como gran mago del que se le caían los nuevos impuestos de las mangas ininterrumpidamente
Con la deuda pública que sigue creciendo, sí o sí, el próximo gobierno va a tener que subir la recaudación a niveles estratosféricos, sin remedio, con lo cual España se pondrá al nivel de presión fiscal de Francia, por poner un ejemplo de abuso fiscal expropiatorio, el más notable de Europa, incluida Suecia. Por otra parte, Vox, aparte de que no expone claramente eso sí valores ideológicos, más que en voz baja, lo único que repite machaconamemte es que hay que rebajar los impuestos. Por lo tanto, ambos partidos, condenados a entenderse para gobernar desde el centro derecha son distintos (uno ideológico y el otro pragmático), quizás muy distintos, distinción que la Izquierda quiere agrandar para clasificar a VOX de extrema derecha, y reprochar al PP sus relaciones con ellos, táctica de propaganda que les ha funcionado a medias, pues ya hay muchos gobiernos regionales fruto de un entendimiento de PP y VOX. 
Vox tiene a veces pérdidas, fugas, por donde se le escapan afirmaciones chocantes, sobre todo en política exterior, donde parece que anda perdido. No sabemos aún su posición oficial sobre la guerra, si han dejado sus relaciones con Putin, si siguen compartiendo mesa y comida con el impresentable Orban de Hungría, o Le Pen, de Francia. 
Todos estos partidos ha estado alentandos y nutridos por Putin, que ha jugado a desestabilizar la política de continente, y no sólo eso, sino de EEUU también. Rusia es un país cuya población no es occidental, ni tiene valores occidentales; es más, en sus medios de masas están constantemente denigrando a Occidente, su opulencia, en programas sin límite horario y donde se puede hartarse uno de denigrar nuestra sociedad. Es un país zarista, en el que a la menor oportunidad canta a la pobreza. No se les ocurre que trabajo bien organizado trae bienestar para los trabajadores.
Fue una ingenuidad de Occidente creer que la caída del Muro de Berlín iba a traernos con humildad y pidiendo perdón a a las masas comunistas, queriendo participar en nuestro “eficaz” sistema de crear una sociedad e consumo. En lo referente a Rusia, el siguiente gráfico demuestra que al pueblo ruso le atrae más la propaganda de Putin, su antiamericanismo profundo, que cualquier esfuerzo por salir de la pobreza. La renta per capita española, que no es desde luego la más alta del mundo, supera ampliamente la de Rusia en casi El triple. Los rusos prefieren vivir y alimentarse del odio, a organizarse para explotar sus recursos naturales inmensos y reducir la pobreza. 



No cabe duda, por lo tanto, que subsiste el rencor de la guerra fría, que Rusia vive en buena parte de creerse una gran potencia. Lo malo es que cuando la propaganda oficial se pone a prueba con un guerra cruel y sin justificación, resulta que Putin tiene que recurrir rápidamente a la amenaza nuclear porque su ejército convencional es disfuncional y atrasado, mal organizado, y sobre todo con una pésima logística que al final es básica para poder avanzar obtener victorias. El ridículo cosechado por el ejército ruso en Ucrania no se olvidará, pero nos acerca más a la amenaza nuclear.
Pues con este panorama, el PP se empeña en que unas fórmulas y gráficos económicos que la inmensa mayoría de los españoles no entiende, va a llegar  al poder y gobernar simplemente bajando impuestos. 
El ejemplo de Rajoy-Montoro refuta esto radicalmente. El PP, si llega al gobierno, tendrá que subir los impuestos, porque además la curva de Laffer, si están pensando en ello, solo funciona cuando la economía crece y los tipos de interés sean bajos. Me temo que éstos apuntan al alza. 
Así que cambien de gobierno, que buena falta nos hace para frenar los agujeros del del presente. Pero no se hagan ilusiones. O háganse ilusiones modestas: Rajoy, en la primera legislatura subió los impuestos dramáticamente, pero en la segunda la economía creció y se creó empleo. El paro bajó al nivel de ore crisis. 
Todo esto para alcanzar en 2015 un PIB per capita igual al de 2009, un éxito realmente deprimente.
Así que preparémonos rara pagar más impuesto, cobras menos subsidios, y que bajen las rentas de los más necesitados. 
¿Lo aguantará la ciudadanía?
 

lunes, 11 de abril de 2022

El mundo se está descomponiendo

Les invito a que lean el inquietante artículo de Garcia Domínguez , que analiza el resultado de las elecciones francesas. No es un resultado ordinario; por el contrario, es un resultado que augura grandes problemas para nuestro mundo. Como resume Garcia Domínguez, en Francia se van a enfrentar a la presidencia de la República la derecha y la extrema derecha. La izquierda no tiene nada que decir. ¿Qué sugiere esto?
Europa, y en gran parte EEUU, se han debatido desde el final de la II Guerra Mundial una derecha y una izquierda, con coqueteos, en Europa, con grupos de extrema izquierda apoyados más o menos por el PCUS de la URSS. 
En fin, esos grupos de extrema izquierda, que de vez en cuando amenazaban con romper el sistema (recuerden el mayo de 68 francés) se ha negado a sí mismo diluido en la extrema derecha de hoy (piensen en lo que significa eso), o se han disipado en la nada, sea porque sus representantes se han hecho hiper ricos en las bolsas, sea porque se han hecho burgueses de derechas, funcionarios de alto standing que han trepado por el muro de la burguesía. Muchos izquierdistas de ayer son líderes en la Empresa y el Estado.
El próximo domingo, o cuando sea la segunda vuelta de estas elecciones, Le Pen podrá haber alcanzado el Eliseo. Un revolcón en toda regla al status quo bajo el que estamos viviendo los últimos momentos del Imperio Occidental, algo que merecía otro ocaso que él se nos anuncia, y eso independientemente de que gane Macron. Como dice García Domínguez, 

Conclusión de la que pende un corolario no menos desolador, a saber: que en Francia, la patria de la Ilustración, la gran confrontación política ha devenido ya una partida a dos en la que solo participan la derecha y la extrema derecha. O sea, Macron y Le Pen. Todos los demás, incluido Mélenchon, no cuentan. La desindustrialización acelerada que provocaron los procesos consecutivos de la adopción del euro, primero, y de las deslocalizaciones empresariales asociadas a la irrupción de China en la economía de Occidente, segundo, han llevado, junto a la inmigración masiva e incontrolada, a esto. Porque la extrema derecha no ha nacido de la nada. Ni tampoco volverá a la nada, por cierto. En los campos de batalla del Este estamos viendo el principio del fin de la segunda globalización. Y en las cabinas electorales del Oeste también. Francia solo es la avanzadilla.

Es un anuncio de la descomposición de nuestro mundo, en el que hasta los noventa vivíamos con certezas en cuanto al nivel de vida y nuestro trabajo, nuestra jubilación. 
Miramos alrededor buscando causas, y solo vemos destacar la globalización como causa de la descomposición de nuestras certezas. La globalización ha sido el fluido mágico que ha desprotegido a las clases medias, crecientemente, de su status quo de sólido fundamento de la sociedad occidental. No hay ya clase media que, como tal, no tema al futuro. El futuro es para todos, menos para los súper ricos, un túnel oscuro. 
 Gracias a esa globalización se han enriquecido otros, como China, ahora la gran amenaza. 
La guerra Rusia-Ucrania no es más que el preludio. Nuestro mundo está en las últimas. ¿Como van a gobernar ahora la UE Alemania y Francia, estos dos estados cada vez más de cartón-piedra?

martes, 5 de abril de 2022

Comunistas et al en España

Sin ninguna sorpresa, ha habido varios grupos que ha hecho mohines y amagos de boicotear la exposición de Zelenski en el Congreso. No es de extrañar: comunistas, separatistas, y demás ralea se sienten alentados por Putin. España es un país occidental pese a Sánchez y su coqueteo con esas fuerzas que quieren cambiar el régimen por una tercera República más horrorosa aún que la anterior. 
Pero no empece que la guerra en la que está enredándose Putin es un execrable ejercicio de matanza indiscriminada, digan lo que digan los defensores de Putin. Y lo peor está por venir. Tanto si a Putin le salen los planes - que de momento no le son favorables -, como si no. Putin ha echado un órdago a Occidente, y de momento lo va ganando pese a sus torpes tropiezos en Ucrania. Si no consigue sus objetivos, se buscará otros, y nosotros pagaremos las consecuencias. 
Se discute si Putin es más comunista que fascista, lo cual no creo que sea relevante. Putin es agresor de un país independiente, miembro de la ONU, y sus métodos pueden ser identificados por ambos bandos: matanza indiscriminada, terror entre los civiles, limpieza étnica...
El mundo y sobre todo Occidente ya no será igual tras esta guerra malhadada. No sabemos calcular el alcance económico que nos aguarda, pero va ser una buena mordida. Nuestras rentas van a sufrir un recorte significativo, y la recuperación de una cierta estabilidad no estará exenta de una subida de impuestos para cubrir esa deuda que este gobierno ha creado porque le ha salido de las narices. 
Sí, vamos a ser más pobres. Ya lo somos, pero no hemos empezado a pagar los pasivos que están a nuestro nombre. Y suerte tendremos si no necesitamos un rescate. No importa, seremos más pobres. 

No se puede

Un país no puede controlar simultáneamente su tipo de cambio, su tipo de interés y su saldo exterior. 
Si pretende controlar el tipo de cambio por encíma de lo que dicen los mercados, el tipo de interés subirá a niveles no deseados y su saldo exterior será más deficitario de lo deseado. Si quiere controlar el tipo de interés, su tipo de cambio irá a un nivel acorde con los flujos de entrada y salida del capitales. 
Si quiere controlar el saldo exterior (y su PIB) las otras dos variables, tipo de cambio y de interés, los determinará el mercado.
Rusia, en guerra, pretende controlar el rublo por cuestión de imagen, ergo deja de controlar las otras dos. 
Esto se deduce el modelo Mundell Fleming IS-LM con sector exterior. Es irrebatible, siempre que haya mercados de capitales libres. 
Ergo Putin está vendiendo humo.
Rusia están en guerra invasiva contra Ucrania, y eso es un suplemento de gasto y de necesidades que tiende a: depreciar el tipo de cambio y subir los tipos de interés, pues la valoración de sus activos en los mercados tiende a bajar precipitadamente. No hay más que leer memorias o historias sobre Churchill para ver qué lo mas difícil de una guerra es financiarla, y sólo se puede hacer emitiendo deuda. Esta emisión rebaja aún más el crédito de país, lo que hace caer más al rublo y subir el tipo de interés. 
En el interior lo difícil será controlar la inflación, y seguramente se llegará al control de precios y la cartilla de racionamiento. El PIB, al guano. 
Rusia podrá ganar la guerra, pero no ciertamente la posguerra. Y desde luego que su rublo se irá al guano, la inflación a los cielos,  etc.
Esa es la baza que debe jugar Occidente contra Putin. Que vea que la guerra es aparte de un asesinato en masa, la ruina. Occidente debe apoyar ese proceso.

sábado, 2 de abril de 2022

El misterio del rublo, desvelado

Recientemente me cuestionaba sobre una decisión de Putin, que había sido exigir el pago de las ventas de gas al exterior en rublos. Decisión extraña, Pues cobrar en rublos, tu propia moneda, cuando necesitas moneda extranjera para comprar cosas de primera necesidad - estás en guerra, no lo olvides - es un sin sentido. Krugman despeja el misterio de la ecuación, creo que con acierto. Lo que quiere Putin es precisamente proteger el signo del rublo sacándolo de los mercados, que desaparezca cualquier amago de cotización. Los avatares bélicos se disimulan mejor tras la mentira, pero el nivel de una divisa es el que hay en los mercados. Y Putin no se puede permitir dejar al rublo al albur de que un día baje estruendosamente... que es lo que pasa cuando un país está en guerra y no es autosuficiente. 
Pero hay más: una buena parte de material militar necesitado por Rusia se produce y compra en... Ucrania, que es lo que pone a Putin de los nervios. Por ello necesita cogerlo por la fuerza... o cogerlo por la fuerza (¿no va a hacer treguas para montar mercadillos?... ¡sería una infamia!), cosa que además Ucrania no está dispuesta. 
Ergo es una cuestion de imagen: el rublo no tendrá cotización salvo la que dicte Putin.


jueves, 31 de marzo de 2022

Inflación y recesión. ¿Que se puede hacer?

Aunque no parece haber consciencia de ello, el problema actual en la economía mundial es de dimensiones cósmicas, del que carecemos de antecedentes cercanos. Unas  bolsas de liquidez originadas para aliviar la contracción de la pandemia, precisamente ahora que está rebrotando la inflación con gran empuje, y una recesión que se anuncia ya en algunos indicadores; lo que algunos traducen como una estanflación ineludiblemente dura, con  subida del desempleo, PIBs a la baja, inflación... y rebeliones innumerables para colorear las calles de camioneros, o de cualquier otro sector que repentinamente se da cuenta que su servicio no es solo útil, sino que tienen poder de mercado... Vamos, que puede obtener un precio desmesurado por él. Camioneros, buques, aviones, pueden paralizar la economía cuando y como quieran, y sin estar sindicados, como es el caso. El simple interés basta para prender la chispa. 
Se suele admitir con demasiada facilidad que la inflación es y será siempre un problema monetario. Cuidado. Esto es verdad siempre que uno se refiera al proceso de subidas de precios, a tasas constantes o crecientes. Porque es verdad que sin una aumento constante del dinero, no se puede mantener un proceso inflacionista, que se vería abortado en cuanto la liquidez dejara de crecer. Ergo, es fácil relativamente cortar un proceso inflacionista en cuanto se rompan las expectativas sobre la tolerancia del Banco Central. Si se cree que efectivamente va a cortar en seco sus emisiones de liquidez, el público cambiaría sus expectativas hacían una inflación cada vez más moderada. Eso sí, un corte seco en el suministro de dinero crearía una cruel recesión, como hizo la FED en los años setenta. Como se ve en la imagen,




Por eso se dice que la confianza en el Banco Central, bien asentada, es la mejor baza que tiene este para proyectar a largo plazo una senda de inflación moderada en la que confiarán cada vez más los agentes. Los años noventa fueron un ejemplo de sutil confianza mutua entre el Banco Central y la sociedad. Se creció constantemente, pero la inflación fue moderada y sin sobresaltos. Se estableció una regla no escrita sobre el crecimiento del PIB nominal (3% crecimiento real y 2% inflación, aproximadamente), que se cumplió sin grandes problemas. 
Bien. Pero esta vez es que la inflación ha desatado sus fuerzas, alcanzando niveles no vistos desde los años ochenta, y no podemos culpar sólo la política monetaria, que se había desplegado para hacer frente a la aguda contracción que originó la pandemia. La subida en flecha del PIB  demostró que la política era la acertada. Especialmente en EEUU, al que le costó menos de un año volver a los niveles originales de producción y empleo. ¿Por qué está amenazadora (hiper)inflación ahora?
Desgraciadamente, la pandemia no desapareció sin dejar sus huellas en ramas de actividad básicas, en forma de cierres y estrangulamientos y contracción de la oferta, lo que hizo surgir la inflación en mercados de materias primas, porque volver a la normalidad suponía reabrir las empresas, restablecer conductos de comercio que se habían cerrado, etc. Hemos pasado un pandemia que ha distorsionado tramos clave de la producción, impulsando al alza precios de materias básicas cuya influencia se traslada a todas las fases la cadena, de la extractiva al consumidor final de bien. La propia pandemia ha influido en ese proceso al incitar a cerrar negocios para reducir costes. Esto era de esperar que se normalizara con el tiempo.
Pero había otra cosa. Durante la pandemia, los gobernantes siguieron acelerando su programa de limpieza energética, con nuevos protocolos y fechas que superaban cualquier límite prudencial, dado el contexto crítico en el que no a movíamos: se han suprimido fuentes energéticas “antiguas” como si estuviera asegurada una transición suave a las “renovables”, algo que no es así en absoluto. 
Se empiezan a oír quejas de que el proceso de limpieza energética ha ido demasiado rápido, queriendo hacer una transición ecológica que hubiera requerido más años, relegando así fuentes de energía que hoy por hoy no tienen sustitutos limpios, que no son más que proyectos vendidos muy deprisa como alternativas viables, cuando no hay nada firme todavía. Par dessus le marché, España, en una muestra de autosuficiencia chulesca (cuando es uno de los países más dependientes de energía), ha dicho NO a la propuesta de la UE en el sentido de que la energía nuclear y la gasista sean consideradas de momento ecológicamente viables. Pues España no, y tiene programado cerrar en 2035 las nucleares en funcionamiento. 
Todo eso no puede más que desestabilizar la oferta energética y hacer subir los precios hasta donde mande el mercado, si acaso el mercado negro. Es poner a la economía del país a los pies de los caballos. Por eso decía que no se podía culpar a la política monetaria de la inflación: que hay raíces en los mercados mundiales de suma potencia destructiva.
En otras palabras, no sólo la pandemia y la guerra han distorsionado la oferta energética; la actuación precipitada de los políticos, el voluntarismo incomprensible, ha reducido fuentes a cero de energía indispensables, haciendo muy difícil ahora volver a poner en marcha procedimientos industriales cancelados con un optimismo sin sentido. 

Ahora nos encontramos con el dilema siguiente: (1), o ser ortodoxamente monetaristas, ordenando a los bancos centrales a que cercenen, o incluso reduzcan, la oferta monetaria y suban los tipos de interés, con todas las consecuencias esperables en caída del PIB y del empleo a los niveles máximos conocidos en la pandemia, 
o (2) hacer una política de oferta que haga el menor daño posible a la actividad, con una tolerable inflación más elevada que el 2% al que nos habíamos acostumbrado. Y eso nos obliga a mirar y reformar lo que sea posible en los mercados mundiales.
Como señala Bion Lomborg, prestigioso ecologista (pero no dogmático), 

Durante décadas, la UE ha afirmado que las energías renovables pueden aportar seguridad energética porque se pueden producir en casa y no es necesario importarlas. Pero las energías renovables clave, la solar y la eólica, no son fiables: sólo funcionan cuando brilla el sol o sopla el viento. Para conseguir una energía fiable las 24 horas del día, la solar y la eólica necesitan el respaldo proporcionado por el gas.
La política energética verde de la UE contribuye pagando a Rusia más de 500 millones de dólares diarios, sobre todo en concepto de combustibles fósiles y especialmente de gas, para que ofrezca un soporte a la energía solar y eólica europea.
Los defensores de la energía solar y eólica afirman que las baterías pueden ser un factor clave cuando el sol no brilla y el viento no sopla. En realidad, el conjunto de todas las baterías de Europa apenas puede almacenar energía para 1 minuto y 21 segundos de la demanda media de electricidad del continente, después de lo cual volvemos a depender principalmente de los combustibles fósiles. A modo de comparación, en Alemania hay periodos en invierno de calma del viento que duran más de 5 días.
Además, la electricidad sólo representa una quinta parte del consumo energético total de Europa, casi tres cuartas partes del cual se satisface con gas y otros combustibles fósiles. A pesar de la propaganda, la energía solar y la eólica aportan menos del 4% de la energía total de Europa. Cuando el canciller alemán Olaf Scholz insiste en que las renovables harán que Alemania sea "independiente y menos susceptible de chantaje", se equivoca.

Necesitamos una cura de realismo y humildad para enderezar el arduo camino que tenemos que hacer para llegar a bueno puerto sin poner la economía mundial en un grave riesgo de colapsar por falta de energía absolutamente necesaria. Esta falta de energía no ha sido causada por la guerra, pues los aumentos  precios ya se habían manifestado antes, sino por un frívolo optimismo sobre la Transición a fuentes de energía renovables sin tener en cuenta la subida enorme de costes que conlleva la sucesión tajante de las viejas fuentes - como es obvio, de esto se han aprovechado monopolistas como Putin para subir el coste a la estratosfera de la energía que necesitamos. 
De manera que no hay más remedio, hasta que los mercados se normalicen - y no lo harán a corto plazo - hacer las cosas fáciles para que los bancos centrales puedan moderar lo máximo posible su política que será, necesariamente restrictiva. Mientras, debemos dar cabida a energías fiables, que no son de futuro porque generan CO2, pero que necesitamos un tiempo mayor del esperado por las circunstancias excepcionales que nos condicionan. Bion Lomborg propone que dejemos de cerrar nucleares y que incentivemos el fracking, energía que se ha demostrado en EEUU barata y más respetuosa que otras con el medio ambiente. Yo añadiría usar, sí necesario, combustibles fósiles.
Sean cuáles sean las fuentes transicionales elegidas, mantener el nivel de capacidad productiva es una prioridad sobre el dogmatismo hoy por hoy adoptado, cuyos riesgos harán mucho más difíciles la transición ecológica hasta el punto de hacerla imposible.

jueves, 24 de marzo de 2022

La propiedad

No hay derecho fundamental del hombre más difícil de explicar, y por qué está junto a los demás derechos, como la Libertad, o la Libre expresión, o el derecho a la Vida, por ejemplo, que tienen una solemnidad en su enunciado que no necesitan muchas explicaciones para hacer vibrar nuestra emoción por la misma palabra sagrada. 
Isaiah Berlin decía, que siendo esto cierto, no se imaginaba a las masas levantándose para defender la propiedad de sus cosas. Y así lo hemos visto en los países que han cambiado de un régimen liberal a uno comunista. Se han visto revueltas para defender derechos políticos pero no algo tan “prosaico” como La propiedad. 
El derecho a la propiedad es sin embargo, un derecho sin el cual no habría Libertad. En efecto, el derecho a la propiedad es condición sine qua non para que el derecho a la libertad no sea papel mojado. Sin derecho irrestricto a la propiedad individual no habría mercados. ¿Como vas a ir a comprar o vender algo si no tienes nada?
Sin mercados no habría precios de las cosas. Imaginen una economía sin precios de hasta el último producto existente: bienes alimenticios, bienes intermedios, maquinaria pesada, etc. La economía se hundiría en un marasmo de trueques que no transmitiría información concreta y veraz sobre el valor de las cosas. Sin propiedad no hay información libre, ¿como se ejerce la libertad sin información veraz?
Que no es una mala descripción de lo que pasa en un país comunista, en el que la gente trueca en mercados limitados lo que puede, sin llegar a alcanzar el deseo concreto, sino un subterfugio quizás no deseado, pero al que se le puede encontrar un uso más o menos voluntarista. 
Sin mercados plenos y comunicados, no hay Libertad. Y basta la amenaza latente, pero legal, del derecho a la expropiación para que la propiedad privada sea seriamente amenazada. 
En España tenemos una Constitución que declara plenamente el derecho a la propiedad, aunque luego introduce groseramente un derecho a la expropiación por utilidad pública:

Título I. De los derechos y deberes fundamentales

Capítulo segundo. Derechos y libertades

Sección 2.ª De los derechos y deberes de los ciudadanos

Artículo 33
    1. Se reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia.

    2. La función social de estos derechos delimitará su contenido, de acuerdo con las leyes.

    3. Nadie podrá ser privado de sus bienes y derechos sino por causa justificada de utilidad pública o interés social, mediante la correspondiente indemnización y de conformidad con lo dispuesto por las leyes.

En realidad es un derecho a la propiedad y herencia amputada seriamente, según cual sea la voluntad de Ejecutivo. Esto se ha visto claramente en los últimos años, con los okupas apropiándose de viviendas e incluso ejerciendo derechos de propietario como la venta y el alquiler, con una mala praxis de las autoridades totalmente inaceptable. ¿Y cuántas expropiaciones legales no han sido injustos?
Podemos decir que el derecho de propiedad es la base de los demás derechos fundamentales, sin que puedan ser defendidos sin propiedad plenamente reconocida. Así, podríamos decir:

Propiedad>Mercados>Información>Libertad

Una decisión extraña

Putin ha decidido exigir el pago del gas que vende en rublos, para países compradores “inamistosos”. No entiendo muy bien esta jugada, pues lo que necesita Rusia imperativamente es detentar divisas fuertes, y el rublo no lo es, obviamente: Rusia es un país en guerra. 
Que a un comprador el exijan pagar en rublos no requiere más que convertir sus euros o dólares en rublos y pagar, por lo que los rublos emitidos por el Banco Central de Rusia volverían a sus cajas y no hubiera hecho niguna operación en sentido de aumentar los activos frente al exterior.
El pago en cualquiera divisa fuerte - y llamo fuerte a las que tienen mercado, euro y dólar, en las que cotizan las materias primas - hubiera hecho ingresar en el Banco Central de Rusia un medio de cambio y un activo que, probablemente, se revalorizarán frente al rublo. 
En la parte del activo del Banco Central se anotan como activos la cantidad en moneda extranjera ingresada, parte muy esencial del balance. 
Es como si Rusia hubiera declarado que le importa un pito el valor de sus activos frente al exterior. Si se ingresara sólo moneda nacional, el rublo del activo se igualará ineludiblemente al rublo del pasivo como emitido por el BC. 
Hasta aquí la lógica implacable de la contabilidad: no habría aumentos de activos frente al exterior, de los que Rusia tiene una gran necesidad. 
Por buscar tres pies al gato, supongamos que lo que quiere Putin es ¿dinamizar? el mercado de rublos, obligando a los clientes a comprarlo para saldar sus cuentas. Pero ya hemos visto que esos rublos van al BC, sin añadir un activo neto a su balance exterior. ¿Estará Putin falto de moneda propia por algunas de las medidas tomadas por los países occidentales contra su infame guerra? No lo creo, porque todo banco central tiene la potestad de emitir su moneda, y para ello nada mejor que detentar en el activo moneda extranjera. Las medidas tomadas son en el sentido precisamente de dificultar la llegada de monedas fuertes, como es lógico. Esperemos que lleguen otras explicaciones a tan extraña decisión. 

sábado, 19 de marzo de 2022

Shlomo Ben Ami, Ucrania, Putin

Extraordinaria entrevista de Shlomo Ben Ami sobre la guerra actual, motivaciones de Putin, a lo que no puede aspirar Ucrania... muy esclarecedora. Shlomo fue ministro de Exteriores de Israel, embajador en España, implicado en negociaciones clave, y es uno de los estudiosos más destacados de geopolítica. Entrevista clarividente de un auténtico conocedor del problema. 

viernes, 18 de marzo de 2022

La sociedad ideal

En palabras de Émile Durkheim,

 «una sociedad es sobre todo la idea que se forma de sí misma».

Las ideas y creencias, válidas o no, son las que gobiernan el mundo. Keynes decía que detrás de las acciones de un político están las ideas mal asimiladas y obsoletas de un economista del pasado que no tienen ya vigencia alguna.
¿O creen Uds que el político actúa justo después de haber leído las últimas opiniones contrastadas de los profesionales?
Tenemos un ejemplo en la gestión de la pandemia de este gobierno a través del portavoz de dicha gestión, Pedro Simón, personaje indescriptible que erraba continuamente e sus previsiones por no hacer caso a lo que decían los profesionales. Y hay más:
La desorientación total que muestra este gobierno sobre la crisis económica, sus impulsos de dejarnos sin abastecimiento por su codicia recaudatoria, su tentación de no seguir el consejo de Europa, hablan por sí solos. 
Ortega y Gasset distinguían entre las “Idas y Creencias”, librito que recomiendo encarecidamente. Para él, creencias eran ideas automáticas que tenemos de cosas que son obvias para nosotros, como que tendré que bajar tres pisos para salir a la calle, la cual, como siempre, estará llena de gente, tiendas, y coches. Ni pensamos conscientemente en ello. 
En Economía se forman creencias, difícilmente borrarles, de ideas traspuestas de algún economista famoso y muerto. Se está viendo mucho hoy con lo de la stangflacion, que nunca ha existido, pues la inflación elevada nunca ha impedido que la economía creciera. En la stangflacion de los 1970, lo que trajo la recesión brutal fue una política monetaria stricta, dirigida solo a frenar la inflación. Paul Volcker, presidente de la FED, lo consiguió a un coste cruel para la actividad y el empleo. Todo el Muño se felicitó tras el paso de huracán, aunque algunos manifestaron sus dudas sobre si era necesario atravesar ese desierto. 
En la prensa diaria de puede observar corrientes de opinión de economistas y políticos, y se puede detectar lo que son opiniones creativas no dogmáticas de lo que, expresado con rotundidad, no tienenel mínimo fundamento. Aquí el existo depende de que se diga lo que la gente quiere oír, lo que le reafirma en sus creencias. 
Tenemos dos mitades de cerebro completamente distintas. Una es la que se encarga de la la lógica, el racionamiento, y la otra las emociones. Esta última es la da proporciona la felicidad. Los sentimientos de felicidad tienen numerosas fuentes, como todos sabemos. Ambos hemisferios interactúan, no están rígidamente separados. Nosotros racionalizamos los sentimientos, e intentamos cuando nos son propicios guardar su esencia para volver a repetirlos. Es suma, no somos libres e independientes de nuestras pasiones, lo que no garantiza la rectitud con la que juzgamos nuestras acciones y la de los demás. 
Con este material es con el que una sociedad se forma una idea colectiva de sí misma. Si esa idea está próxima  la idea de felicidad, esa sociedad serán feliz por muchas deficiencias que tenga en su juicio. 
Pero lo normal es que haya diferentes fuentes colectivas de esa idea colectiva, por lo que unos serán más felices que otros. Los que se nutren de ideas comunistas no serán felices hasta colectivizar la sociedad suprimiendo la propiedad privada. 
Ya que nombramos ésta ¿proporciona al individuo felicidad su propiedad? Ahí dejo la pregunta, para que reflexionen los que quiere castigarle con la expropiación en nombre de una sociedad más feliz. 
En todo caso creo evidente que los individuos siente placer en poseer ciertas cosas, sean casas, sean yates. Es evidente por sí mismo. ¿Hay razones para expropiarles en nombre del bienestar general? Un motivo jamás aducido, pero evidente, es la envidia que sienten los pro expropiación por los bienes de que se ufanan tener los otros. Sí, pero los argumentos van por otro lado. Los argumentos van por igualar la renta y la riqueza de todos, sin tener en cuenta las consecuencias económicas nefastas. Nunca ha habido una sociedad comunista funcional y feliz. 
Para mí la propiedad es un instinto profundo en el hombre, que además contribuye al avance económico. Abortarlo es, como hemos aprendido del comunismo, un lastre para el desarrollo. Detrás de sus argumentarios está otro fuerte instinto, la envidia, lo que hace que muchas veces cuando se desata la revolución, la gente más inculta vaya a expropiar no al más rico, sino al vecino al que odiaba por tener algo que el no tenía. 

De John HICKS, “value and Capital”

Los modelos neoclásicos estándar de los libros de texto de economía suelen asumir información completa y competencia perfecta. Pero estos supuestos son, o deberían ser, solo el punto de partida, no el final, del análisis. Reconocer cuándo y por qué es necesario relajar estos supuestos y qué implicaciones empíricas se derivan de relajar esos supuestos es la forma en que los economistas obtienen una visión práctica y una comprensión de los fenómenos económicos complejos.
Desde finales del siglo XVIII o principios del XIX, gran parte, si no la mayoría, de los instrumentos financieros realmente utilizados como medios de intercambio (dinero) han sido producidos por instituciones financieras privadas (generalmente bancos comerciales); la cantidad de dinero que se produce de forma privada se rige por los ingresos generados y el costo incurrido al crear dinero.
El modelo estándar de libro de texto de ajuste monetario internacional bajo el patrón oro (o cualquier sistema de tipo de cambio fijo), el mecanismo de flujo de precios en especie, introducido por David Hume caracterizó erróneamente el mecanismo de ajuste al pasar por alto que los precios de los bienes comerciables en cualquier país son restringidos
por los precios de esos bienes comerciables en otros países. Esa restricción de arbitraje sobre los precios de los bienes comerciables en cualquier país evita que los niveles de precios en diferentes áreas monetarias se desvíen, independientemente de los cambios locales en la cantidad de dinero, de un nivel internacional común.
La Gran Depresión fue causada por una rápida apreciación del oro como resultado de la creciente demanda monetaria de oro ocasionada por la restauración del patrón oro internacional en la década de 1920 después de la desmonetización del oro en la Primera Guerra Mundial.
Si la tasa de deflación esperada excede la tasa de interés real, los precios de los activos reales se desploman y las economías colapsan.
La principal preocupación de la macroeconomía como campo de la economía es explicar las fallas sistémicas de coordinación que conducen a lapsos significativos del pleno empleo.
Los lapsus del pleno empleo son el resultado de una decepción sustancial y generalizada de las expectativas de los agentes sobre los precios futuros.
El único, o al menos el mejor, enfoque analítico sistemático para el estudio de tales lapsos es el enfoque de equilibrio temporal introducido por Hicks en Value and Capital.

domingo, 13 de marzo de 2022

Cartilla de racionamiento o hiperinflación

Nos acercamos con velocidad de crucero a una hiperinflación consentida, o la alternativa que es la cartilla de racionamiento. En el fondo son lo mismo. La Segunda se establece por el gobierno para se supone que domeñar la inflación, con lo cual ésta se desplaza a los mercados negros. La Primera respeta lo mercados, pero en ello se solo tienen juego todos si el banco central alimentan la hiperinflación. 
La cartilla de racionamiento supone que la oferta es controlada por la administración férreamente, y ésta la reparte según méritos adjudicados por esa misma administración. En un ambiente así, sin embargo, la corrupción campea por sus respetos, y la objetividad supuesta de la distribución por cartilla se pervierte y lo que pasa es que la oferta, como he dicho, se va la mayoría al mercado negro, donde los precios corren como liebres. 
Con un gobierno corrupto como el que tenemos, ¿creen Uds que podríamos fiarnos de lo que nos adjudicasen en nuestra cartilla?
Yo no. Entre cartilla + mercado negro (prohibido y arriesgado, mortal es posible) , o mercados libres + hiperinflación, prefiero lo Segundo. Prefiero la aplicación posibilidad de elegir, aunque tenga que arrastrar uña carretilla con billetes, a que me den una mierda elegida por ellos en la cartilla, e ir a un mercado negro a jugarme el tipo y no tener suficiente para comprar lo que necesito. 
Pero me juego el tipo a que este gobierno nos impone la cartilla. Y el mercado negro.
Yo prefiero la libertad de elegir.

viernes, 11 de marzo de 2022

Biden y la tercera Guerra Mundial

Biden ha dicho que no intervendrá en Ucrania porque seria el preludio de la tercera Guerra Mundial. Me temo que Biden se parece cada vez más al Chamberlain de Munich. Porque no me creo que, una vez aplastada Ucrania, se establezca La Paz Mundial. En Ucrania no se acaba la guerra, como muy bien demuestra Putin todos los días. O Ucrania se lo pone muy difícil y costoso, y la población rusa empieza a recelar de Putin, o esto no será más que el principio de un nuevo ataque de Rusia hasta que restablezca las fronteras que para Putin son las adecuadas - las antiguas fronteras de la URSS.
No nos hagamos ilusiones sobre nuestro agachamiento de cabeza sobre lo que pasa en Ucrania. Biden ha dicho que distinta será su respuesta si está en juego territorio de la OTAN, pero debería ir pensando en esa posibilidad. Para Putin la OTAN está acabada, y no le falta razón. La OTAN es el ejército norteamericano más unos flecos de Gran Bretaña y Francia. No ha sido más que la cristalización de la debilidad europea, que ha gozado de la presencia imperante de EEUU para apropiarse de la rentabilidad de La Paz. Paz defendida por los americanos, cuando eran la potencia primaria en el mundo. 
Nos encaminamos a un mundo distinto, en el que la democracia que gozamos será cada vez más difícil. China es la amenazante presencia tras Rusia, y ya es muy superior a EEUU en Defensa. No sé si llegaré a ver ese mundo tiránico - no sé cuánto tiempo tardará China en invadir Taiwan - pero estoy seguro que eso sería un factor seguro de Guerra Mundial.