"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 30 de mayo de 2009

Gente interesante se cuela en casa

Hoy he cerrado ventanas y puertas, he puesto el aire acondicionado, la cerveza en el congelador, y he empezado con fruición una buena novela negra.He vuelto a la novela policíaca de serie negra como a una droga olvidada. La dejé con la absoluta convicción de que no volvería a a ella. Esas cosas tontas de la vida, cuando se dice "nunca más fumaré, o beberé", y se vuelve. Otra promesa incumplida. Lo bueno es que es un vicio que no hace daño. Lo malo quizás es eso, que no hace daño.
Necesitamos acercarnos al daño, al menos en dosis no letales, eso es seguro. Convencernos de que el mal está ahí, a la vuelta de la esquina. Por lo menos relacionarnos con el mal de vez en cuando, verlo a distancia, como radiación desactivada. Para eso están las buenas novelas de malos. De malos y de perdedores, pues todos somo perdedores, todos perdemos jirones en la vida, todos nos dejamos cachos de honradez y acabamos sucios,con algo debajo de la cama que esconder, o en el armario, cuando hay que esconderlo más tiempo. Hay cosas que más vale que no salgan del armario.Las novelas de malos sirven para eso, para tranquilizarnos un poco, para ver que hay gente peor que nosotros, que tienen un lado oscuro que ocultar... y para ver a los malos hacer lo que nosotros no nos atrevemos. Mejor que ir al Psico. Y más barato.
Hay dos tipos de novelas del género,o así lo creo: El europeo y el americano. El primero se ha desarrollado bastante, ha crecido, sus personajes ya no son muñecos de paja; son malos de verdad, no como en Agatha Cristie. Pero siguen siendo fundamentalmente moralistas-europeos.
Los segundos siguen liderando -en mi opinión- la calidad literaria: Primero, son más expresivos, luego son mejores. Segundo, la moralina se la dejan al lector.En las novelas de Mankell, ese sueco -un gran autor, sin duda- la moralina se escapa por todas las páginas; pierde aceite moralizante a chorros. Hay moralina, del tipo, ¿Hum dios, que le ha pasado a esta sociedad, de dónde viene esta maldad sin tasa, qué ha cambiado, donde está el autocontrol de antaño? -que yo creo que le restan mordiente. En una novela americana sobresale su objetivo primordial, que es narrar. Hay buenos y malos, o malos y peores, un poco porque sí, un poco por destino fatal, no porque la maldita sociedad sea mejor o peor, sino porque siempre los ha habido. Y los habrá. desde antes de Freud -con todos sus errores, incontables, un usurpador- sabemos que el mal lo llevamos dentro, y que la mayoría lo reprimimos como podemos. Necesitamos saber que el mal ronda al acecho, que nosotros estamos a salvo de sucesos truculentos. Un día se le va la mano a uno, y las yoyas que se le escapan son letales y matan. En la novela americana, eso se tapa o se paga, y ya no vuelves a ser una persona respetable. No hay esa mariconería de la reinserción. Eres un ser marcado, y más vale proteger a los más indefesos de , que al revés, como en le europea: intentar empezar de nuevo con la comprensión de los demás, y ese rollo lacrimógeno. Si alguien te quiere echar una mano, bien, allá él. Pero nadie le presiona a ello.
Son dos modos de ver la cosa, y creo -no soy un experto-, que eso se refleja en la novela negra...Curioso, porque esa doble visión queda totalmente desleída en otro tipo de manifestaciones... Por eso me gusta la maldita y desacreditada novela negra. Porque a veces, es mejor que la otra. Muchas veces, la verdad.

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