En "Dinero con o sin Estado" explicaba suscintamente el papel crucial del dinero en una economía morderna, es decir, una economía de hoy.
Aquí voy a mostrar la relación del dinero con los ciclos en la economía real.
La función principal del dinero es sacar a la economia del trueque. Se suele describir una economía de trueque con ejemplos de comercio sin dinero: es decir, hay mercados donde se intercambian bienes de dos en dos. Pero pocas veces se habla de las complicaciones que surgirían en el mercado laboral si no hubiese dinero. Imaginen un trabajador cuyo contrato define su salario en especies. Eso le obligaría a ir luego a intercambiar los bienes que no le interesan por otros, lo que nos lleva a las limitaciones del trueque. Lo mismo para el empresario, que se vería obligado todos los meses a adquirir mediante trueque los bienes que ha prometido pagar a los trabajadores.
Esto, suponiendo que hay empresas que se encargan de invertir en ¿capital? para obtener un beneficio. ¿Cómo expresar el valor del capital y su rentabilidad? ¿En montoncitos de bienes? Tantos tablones, tanta tierra, ladrillos, etc.
Si la empresa produce digamos, patatas, podría expresar sus beneficios en términos de patatas producidas, menos patatas pagadas a los trabajadores. Esas patatas sobrantes sería el beneficio, que luego el empresario tendría que intercambiar por otras cosas que le interesan: carne y leche, por ejemplo. Si le intersa invertir y ampliar ¿capital?, las cosas serían más complicadas.
En suma, es fácil ver que los coste de intercambio de mercancías por otras mercancías sería enorme. Requeriría una gran parte del esfuerzo máximo que la gente podría haber cada periodo de tiempo. Por lo tanto, el nivel de producción por cabeza (productividad) sería muy inferior al caso de que hubiera dinero. El trueque fomenta el autoconsumo u disuade el comercio, lo que reduce enormemente el nivel de vida.
Es facil imaginar que lo más probable es que hubiera un acuerdo rápido, incluso tácito, para usar una de las mercancías como unidad de cuenta de todo lo demás. "Te pago X patatas al mes por ocho horas de trabajo al día": si esto lo dice el productor de carne, o de cebollinos, indicaría que la patata se ha convertido en el bien en el que se expresan los precios relativos de de todo lo demás. Uno de los bienes tendría tendencia a ser usado como mumerario (unidad de cuenta), medio de cambio, es decir: como dinero.
En vez de precios relativos de bienes por parejas, tendríamos todos los precios referidos a un bien, la patata, que sería el numerario: es decir, el dinero. Ya sólo falta que sea menos imperecedero, como el trigo, para que sea dinero de pleno contenido. Todo se expresaría en celemines de trigo. "Este capón vale tres celemines de trigo, ni uno menos", sería una expresión muy oída. "Te pago cien celemines de trigo al mes", ni uno más, etc.
Es fácil imaginar también una tendencia a usar como dinero cosas de ciertas características: Fácilmente divisible, llevadero, imperecedero, y de poco uso práctico. Porque si puede tener un uso alternativo, su precio respecto a la demás puede fluctuar, y eso presenta problemas. Sin embargo, aunque no tenga ninguna utilidad intrínseca, siempre tendrá una extrínseca derivada de ser dinero: que es el bien más líquido, el bien al que acuden todos cuando hay problemas de incertidumbre. La liquidez es la última ratio del dinero.
Por ejemplo, el oro (damos un salto en el tiempo para acercarnos a la economía moderna). El oro tiene un uso industrial: joyería, adornos, etc -Ese uso no está desligado de cierto misticismo asociado a él. Eso, a su vez, hace que la demanda de oro no sea estable. Un aumento del apetito por poseer oro desestabiliza el funcionamiento del dinero, que se haría un bien escaso.
Pero el motivo último por la que es demandado el dinero es su liquidez. Cuando la demanda superaría a la oferta, se apreciaría respecto a todos los demás bienes. En otras palabras, los demás bienes bajarían de precio respecto al oro: es lo que se conoce por deflación. Cuando el bien usado como dinero es absolutamente deseado frente a lo demás, su precio sube: los precios de los demás bienes bajan en términos de dinero.
Nótese que, en este caso, la gente individualmente es totalmente racional en sus deseos y sus acciones: cada uno desea oro y vende otras cosas para poseerlo. El precio del oro empeora a subir frente a todo lo demás. Puede incluso que la noticia de que esto está pasando acelere la movida hacia el oro. Con lo cual la deflación se acelera. Pero esa racionalidad NO garantiza que el resultado conjunto de toda la sociedad sea racional. Pensar que las acciones individuales llevan al mejor resultado colectivo es lo que se llama "falacia de la composición" (keynes).
No hace falta pensar en todo el mundo atesorando oro o lo que se use como dinero. Basta que la "industria del dinero", es decir, la banca, tenga dudas sobre la solvencia de una entidad importante para que a dicha entidad se le deje de prestar dinero. Eso la pone en dificultades de pagar a sus acreedores. Entonces las dudas se pueden extender a dichos acreedores, a los que se deja de prestar dinero como antes. Se puede encadenar el miedo hasta que no quede ni una gota de dinero en el mercado bancario. Entonces todos los mercados, empezando por los del crédito, se hunden.
Con cualquier clase de dinero ha habido terribles fluctuaciones de dinero... Y de producción. Algunos economistas defienden que las fluctuaciones o ciclos se deben a factores reales, que el dinero no tiene efectos duraderos. Esto es difícil de afirmar, porque lo que se ve es que las fluctuaciones reales siempre han estado acompañadas de fluctuaciones financieras. No voy a detenerme en esto, pero es difícil que la cadena de causa a efecto empiece en un problema real que se transmite al sistema financiero, y no al revés.
En todo caso, el sistema financiero es por su esencia de una sensibilidad extrema a los cambios en las expectativas. Y es que los mercados de activos son mercados de expectativas. En ellos se intenta ver cuales serán los costes de endeudarse a cierto plazo, para colocarse en un activo que le de una rentabilidad superior al coste. Cuando las expectativas generales sobre todos los productos que hay en el mercado cambian, se producen variaciones en los precios de los activos (y en las rentabilidades esperadas).
El cruce de los tipos de interés pagados y las rentabilidades esperadas nunca es seguro. El centro del sistema, que son los bancos, transforman pasivos a corto plazo en activos alargo plazo. (Ese es el principal papel de un banco, sin el cual la gente desconocida, sin nombre, no podría financiarse.) Corren el riesgo de que el tipo de interés varíe en su contra y en contra delrestatario. Por ejemplo, un cliente hipotecario puede declarar impago porque los tipos de interés suben, mientras que el nominal de la hipoteca no varía. Además, el riesgo de tipos de interés puede extenderse a toda la economía, hacer cerrar empresas, aumentar los despidos... En este breve esbozo se puede apreciar que la economía real es muy sensible a los avatares financieros, que determinan en suma el coste y las expectativas de la inversión a largo plazo. Integrar la inestabilidad financiera con la economía real fue la principal aportación de Keynes.
Es un sistema que se nace en el fraccionamiento bancario, lo que acentúa el apalancamiento. El apalancamiento -o volumen de deuda por activos totales- tiene la funesta manía de crecer en las fases alcistas. Cuanto más alto sea el apalancamiento de una economía, más dura será la caída posterior. Porque la caída de los precios de todo, especialmente de los activos, deja al descubierto las deudas, que no caen de precio. Una crisis es una caída del precio de los activos que se habían financiado con deudas que siguen valiendo lo mismo. Los deudores buscan dinero para pagar a sus acreedores, lo que les lleva a vender sus activos. No es un proceso único, sino encadenado. Si las autoridades al menos no reponen el dinero que todos acumulan, los precios se caen. El ejemplo paradigmático es el de la crisis del 29: las auroridades monetarias contrajeron aún más el dinero (pensando que el problema era el exceso), lo que provocó una deflación del 30% en el nivel precios de EEUU, por no hablar de precios de activos.
En eso creo coincidir con los austéricos: los excesos del dinero pueden crear un ciclo alcista excesivo, que al romperse hace caer la economía en una depresión. En lo que no coincido es que sea el momento de contraer más el dinero y la economía. Sí, ha habido un exceso de creación de dinero. Pero en la crisis no es el momento de corregir eso, que ya se ha corregido por sí sólo, y en exceso. Es como intentar volver al pasado para enmendarlo. El pasado es pasado, y lo que hay que hacer es contrarrestar los daños del presente.
Lo que es ridículo es intentar solucionar un problema monetario/financiero mediante reformas en la economía real. Ese ha sido el gran error de la UE: ante una crisis monetaria, ha elegido arreglar los problemas de competitividad y de déficit fiscal por países, lo que es imposible porque cada país tiene efectos externos contractivos en los demás: se contrae la demanda interna de cada uno (lo que no deja de contraer la demanda de los demás). Eso ha agravado el problema monetario que, por otra parte, ha sido muy mal gestionado por el BCE.
5 comentarios:
Creo que la ue lo está haciendo fatal, pero en un punto estoy de acuerdo, en el de hacer ahora las reformas.
Cada individuo no es siempre racional, a veces hacemos lo que sabemos que no nos conviene. Por ejemplo puedo atiborrarme a chocolate, sabiendo que en mi familia todos padecen del hígado, porque ¡total! me sienta bien; ya cambiaré de conducta cuando acabe en urgencias. Este comportamiento necio es antiguo como el hombre.
Por eso los grupos de poder han estado compuestos al menos por ancianos (y además por la ley en sociedades más complejas), para contar con la experiencia y transmitir lo bueno de generación en generación.
En nuestra sociedad esto lo hace el estado, con su brazo ejecutor el gobierno. Pero éste depende de las elecciones cada cuatro años. Así que si el que sabe, que es el gobierno, me da chocolate, será porque no es tan malo.
Con lo que hemos retrocedido a que la sociedad se comporte como el individuo necio, y los cambios sólo se pueden hacer cuando las cosas van mal, porque no voy a dejar el chocolate si me sienta estupendamente.
Opino que esta situación es la peor, porque se genera más sufrimiento, y la recuperación es más lenta, pero no se me ocurre otra para cambiar algo las cosas.
Un saludo
No entiendo nada, vaya al taller a hacerse un ajuste.
Hay un libro muy simpático que se llama "La Tesis de Nancy" , creo que es de RJ Sender.
Un zapatero anarquista le está contando a un banderillero lo maravilloso que sería implantar el trueque y abolir el uso del dinero.
A lo que el banderillero contestó:
"Me parece estupendo. Tu me arreglas los zapatos y yo te pongo dos banderillas en todo lo alto"
Aunque parezca increible, el otro día vi en Bilbao anunciada una conferencia de economía sostenible. Uno de los temas de los que se iba a hablar es el trueque...
A veces sorprende lo poco que progresan los progresistas...
Me despollo Mike
Jajajaja!!
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