Aquí, Miguel Otero Iglesias, nada menos que investigador del Instituto Juan Sebastián Elcano ( a título de qué, me pregunto), predice que el dólar subirá poco tiempo, porque EEUU está en decadencia interna y externa. Además au poder militar ya no es lo que era. Es un argumento apenas camuflado de izquierda antiyankee. Está bien porque en España somos todos anti yankees. Debe ser porque tenemos muy reciente 1898. Por eso ganó las elecciones Zapatero, por tirarse un cuesco cuando pasaba la bandera americana (en realidad no es que no quisiera levantarse, es que tenía un apretón).
Curioso como coinciden la izquierda salvadora con la derecha redentora en sus odios y sus fobias. Recuerdo un articulazo del sin par Manuel Llamas diciendo que el dólar era una porquería que iba a ser sustituido por una moneda emitida por Arabia Saudí ligada al oro, porque estaban hasta los webs los de la la OPEP de poner el precio del barril en una moneda tan mediocre.
Ahora el dólar rompe barreras hacia arriba, porque es la única economía que empieza a carburar y tiene pinta de seguir haciéndolo.
El error de estos fuertes ideólogos que se dejan llevar por sus oscuras pasiones, es que sacralizan el valor simbólico de la divisa. Ello es por la manía periodística de mitificar palabras, con expresiones como "el imperio de dólar" frente "al imperio de marco", o el imperio del yen, - ahora el imperio del euro, y así.
Bobadas. Las monedas no son imperios. Son el resultado de un mercado de divisas, en el que cotizan una heterogénea demanda y no menos heterogénea oferta de de divisas frente a divisas. Para simplificar, se utiliza una unidad de cuenta, que resulta ser el dólar. Es decir, todas las monedas se miden el dólares, y el recio cotizado de dos divisas, por ejemplo, el, yen frente al peso mexicano, se expresa a través de su precio en dólares. Hay mucha gente que confunde ese papel de unidad de cuenta con fortaleza del dólar. Pero ese papel no le da fortaleza al dólar, porque éste sube y baja según la demanda y oferta finales de dólares frente a las demás divisas.
La demanda de una divisa, como toda demanda de dinero, tiene un componente de transacción para comprar cosas, como importaciones, o para comprara activos, físicos o financieros, y un componente especulativo, de reserva temporal de valor en previsión de una transacción futuro, o simplemente como apuesta a que va a subir de precio en x días o semanas.
Además, en esa demanda pero una sola moneda se combinan distintos plazos, así que hay un dólar/día, dólar semana, dólar/mes... Es decir, un mercado a plazo en que se cotizan contratos de entrega a ese plazo a un precio fijado hoy.
Es fácil comprender que el tramo de la demanda que más pesa es el de expectativas, que es el factor determinante del precio de una divisa en cada momento. Las expectativas hoy son que la economía de EEUU se está fortaleciendo, porque ha tomado mucho hierro y muchas vitaminas (gracia a una política de inyección masiva de de una cosa que no es productiva, pero que tiene un peso innegable: dinero). Es simplemente eso: al fin los inversores reales de EEUU han recuperado la confianza y se ha lanzado a invertir: los beneficios y salarios despegan. La gente invierte en EEUU de todas las formas posibles, aunque sea comprando un depósito en dólares. Las demás zonas del mundo ayudan, sobre todo Europa, con su depresión.
Un inversión particular que ha tenido mucha importancia en este subidón del dólar (que, por cierto, a nosotros nos viene muy bien, por mucho que moleste a los talibánes de izquierdas y derechas) es que EEUU se ha convertido en el primer productor de petróleo y gas a precios por los suelos, y me temo que eso no se va a terminar de hoy para mañana. Para empezar se acabaron los déficits de balanza de pagos: más holgura financiera.
En fin, que las divisas un día suben y otro día bajan. No son determinadas por la política monetaria, como prueba que la política monetaria de la FED tiene el tipo de interés a cero, y sí embargo el dólar sube.
Curioso como coinciden la izquierda salvadora con la derecha redentora en sus odios y sus fobias. Recuerdo un articulazo del sin par Manuel Llamas diciendo que el dólar era una porquería que iba a ser sustituido por una moneda emitida por Arabia Saudí ligada al oro, porque estaban hasta los webs los de la la OPEP de poner el precio del barril en una moneda tan mediocre.
Ahora el dólar rompe barreras hacia arriba, porque es la única economía que empieza a carburar y tiene pinta de seguir haciéndolo.
El error de estos fuertes ideólogos que se dejan llevar por sus oscuras pasiones, es que sacralizan el valor simbólico de la divisa. Ello es por la manía periodística de mitificar palabras, con expresiones como "el imperio de dólar" frente "al imperio de marco", o el imperio del yen, - ahora el imperio del euro, y así.
Bobadas. Las monedas no son imperios. Son el resultado de un mercado de divisas, en el que cotizan una heterogénea demanda y no menos heterogénea oferta de de divisas frente a divisas. Para simplificar, se utiliza una unidad de cuenta, que resulta ser el dólar. Es decir, todas las monedas se miden el dólares, y el recio cotizado de dos divisas, por ejemplo, el, yen frente al peso mexicano, se expresa a través de su precio en dólares. Hay mucha gente que confunde ese papel de unidad de cuenta con fortaleza del dólar. Pero ese papel no le da fortaleza al dólar, porque éste sube y baja según la demanda y oferta finales de dólares frente a las demás divisas.
La demanda de una divisa, como toda demanda de dinero, tiene un componente de transacción para comprar cosas, como importaciones, o para comprara activos, físicos o financieros, y un componente especulativo, de reserva temporal de valor en previsión de una transacción futuro, o simplemente como apuesta a que va a subir de precio en x días o semanas.
Además, en esa demanda pero una sola moneda se combinan distintos plazos, así que hay un dólar/día, dólar semana, dólar/mes... Es decir, un mercado a plazo en que se cotizan contratos de entrega a ese plazo a un precio fijado hoy.
Es fácil comprender que el tramo de la demanda que más pesa es el de expectativas, que es el factor determinante del precio de una divisa en cada momento. Las expectativas hoy son que la economía de EEUU se está fortaleciendo, porque ha tomado mucho hierro y muchas vitaminas (gracia a una política de inyección masiva de de una cosa que no es productiva, pero que tiene un peso innegable: dinero). Es simplemente eso: al fin los inversores reales de EEUU han recuperado la confianza y se ha lanzado a invertir: los beneficios y salarios despegan. La gente invierte en EEUU de todas las formas posibles, aunque sea comprando un depósito en dólares. Las demás zonas del mundo ayudan, sobre todo Europa, con su depresión.
Un inversión particular que ha tenido mucha importancia en este subidón del dólar (que, por cierto, a nosotros nos viene muy bien, por mucho que moleste a los talibánes de izquierdas y derechas) es que EEUU se ha convertido en el primer productor de petróleo y gas a precios por los suelos, y me temo que eso no se va a terminar de hoy para mañana. Para empezar se acabaron los déficits de balanza de pagos: más holgura financiera.
En fin, que las divisas un día suben y otro día bajan. No son determinadas por la política monetaria, como prueba que la política monetaria de la FED tiene el tipo de interés a cero, y sí embargo el dólar sube.
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