"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 2 de noviembre de 2019

La liquidez y la falta de ella

Al decidir cuánto ahorrar y en qué instrumentos, la persona física o jurídica, decía Keynes, toma dos tipos de decisiones consecutivas: una, cuánto dejar de consumir de su renta y guardarlo para el futuro, otra, en forma de qué instrumento va a inmovilizar ese ahorro. 
El ahorro es efectivamente una decisión de no consumir (y no invertir). Cuando una persona decide aumentar la proporción de renta no consumida, aumenta su tasa de ahorro. Cuando una empresa decide reducir su gasto en inversión, también aumenta su tasa de ahorro. 
A la hora de inmovilizar el aumento de ahorro entre los varios instrumentos disponibles, el primero que acude a la vista es el dinero líquido. Tras él, podemos clasificar todos ellos de mayor a menor liquidez, aumentando correspondientemente la rentabilidad en relación al aumento del riesgo, siendo el dinero líquido, por definición, el de más baja rentabilidad. 
Según la Ley de Say, sacrosanta para los clásicos (y los de la escuela austriaca), toda liquidez retenida no tiene sentido, pues no renta nada, por lo que apenas existirá una demanda de liquidez si no es por motivos transitorios de espera entre el ingreso y la compra de un bienestar de consumo, de inversión, o un instrumento financiero. Ergo, la tasa de liquidez de cada sujeto será baja y estable, no influyendo para nada en la economía.
Pero una de las aportaciones de Keynes fue precisamente darle la vuelta a ese argumento, demostrando que cualquier ahorrador mediría siempre la seguridad de su sus ahorros en función de su liquidez, pues el fin último de un activo es venderlo, y cuanto menos líquido sea más se exigirá una compensación por retenerlo, habiendo por lo tanto una prima de liquidez diferente para cada uno. Y desde luego esa prima de liquidez no tienen nada de estable, y su variabilidad puede afectar mucho a la economía. La tasa de liquidez deseada depende básicamente de las expectativas que tenga el sujeto sobre el futuro, y a mayor incertidumbre y dificultad de calcular lo suficiente riesgos, mayor será la tasa de ahorro deseada.
En los siguientes gráficos he reconstruido la tasa de liquidez sobre el patrimonio de los consumidores, empresas no financieras y entidades financieras para EEUU, y podemos observar que la razón está del lado de Keynes: la tasa o proporción de los activos guardada en liquidez no es estable, y depende de la variable seguridad que se tenga sobre el futuro futuro. 


Aquí vemos cómo las personas físicas mostraron una gran confianza Justo ante su de la crisis de 2008, que, cuando estalló, desencadenó una busca de liquidez muy brusca


... como hicieron las empresas no financieras, hasta que se recuperó cierta confianza, aunque no la de tiempos pretéritos.



... y las financieras: al aumentar la proporción total de liquidez deseada, para lo cual, si el banco central no ofrece esa cantidad extra de liquidez demandada, tanto más se venderán activos de cualquier tipo, financieros o físicos, con tal de recuperar la liquidez que se ha hecho imprescindible, tanto para hacer frente a las deudas que han aumentado durante la euforia como por incertidumbre ante el futuro. 
Supongamos que el Banco Central decide no suministrar esa liquidez, o incluso subir los tipos de interés (como hizo en 1929 para respetar la paridad oficial oro-dólar)... la crisis se agudizará y la demanda de liquidez se hará infinitamente elástica al tipo de interés, no importa cual sea éste. (Bagehot, el gran economista del XIX, recomendaba que los BC no se andaran pusilánimes en esas circunstancias, y que compraran a los bancos, en la ventanilla de descuento, todo los que éstos quisieran vender.)
Sin embargo, entonces había un límite, que era el patrón oro. La paridad oro-esterlina obligaba no pasar el límite que hubiera comprometido dicha paridad. Pero quizás hubiera sido peor que el Banco de Inglaterra hubiese perdido su stock de oro y reservas en nombre de la ortodoxia, en la tesitura en que está Argentina hoy mismo, por no admitir que la paridad peso- dólar es indefendible. Con límites como el patrón oro no se restablece la confianza, como se demostró en infinidad de ocasiones, la más sonada en la crisis de 1929, según Friedman causada principalmente por la negativa de la FED a saciar la demanda de liquidez, lo que ahondó la caída de los precios de los valores, deflación sin fondo, y una tasa de paro nunca vista... Lo cual no sucedió en 2008, porque la FED y su presidente tenían la lección aprendida. No así el BCE de Trichet, que anduvo remiso en sus paquetes de medidas, salvadoras, que dejaron de ser tales cuando en 2011 éste subió dos veces los tipos de interés - con gran regocijo de los austriacos. En el gráfico, a gran trastada de Trichet que pido liquidar al euro (de Bond vigilantes).




La demanda de liquidez no puede compensarse con una subida de tipos de interés que, se supone, restablecería el interés por los activos financieros - Sí es que hay algún que loco ha pensado eso. Todo lo contrario, la agudiza, pues no puede más que acelerar el deseo de venta de bienes y activos.


viernes, 1 de noviembre de 2019

La Constitución en manos de Sánchez

Sánchez lanza ahora, después del federalismo, la idea de la plurinacionalidad. ¿Qué significa esto? Significa eludir el trámite de reformar la Constitución, trámite engorroso para el que se necesita un Gran consenso, y hacer una lecturas “transversal” de la Carta Magna, escogiendo bien los artículos y eludiendo otros, de tal manera que habrá CCAA con un estatus especial, de “nacionalidad”, que le otorgarán ventajas especiales de autogobierno. 
Si cree que con eso va a desarmar las ansias creadas de independencia, va dado. En todo caso es un ataque a la unidad esencial de España, sin la cual se derrumba el edificio institucional acordado en la Transición, monarquía incluida. Una vez más, todas las alarmas sobre las consecuencias de esta amenaza están justificadas. España no puede desprenderse de su caparazón sin que todo se venga abajo, pues se multiplicará por mil la presión de los que están deseando una República laica,  a ser posible con eliminación de la Iglesia o, al menos, un cambio sustancial de su estatus actual. 
Claro que éste tránsito no podrá hacerse pacíficamente, eso para empezar. Habrá conflictos serios, la polarización entre dos Españas, ya en marcha, llegará a su paroxismo, y la tensión social será enorme. Aquí se ha divulgado poco la historia de la caída de Alfonso XIII y la llegada de la República, y su evolución estrambótica y trágica para España. 
Pero soñadores con una República no faltan, y un día tendrán en sus manos todas las cartas para jugar a ese juego de pierde y puede. 

domingo, 27 de octubre de 2019

La “virtud” del ahorro como espejismo

He leído un artículo (Manuel Llamas), dicese que liberal (o mejor, libertario) donde se critica a Draghi por haber penalizado a los ahorradores con una política de tipo social de tipo de interés negativo y de Expansión Cuantitativa (o Quantitavity Easing). Para esta gente no hay más virtud que el ahorro, en su equiparación de la economía familiar con la Economía estatal. 
Vayamos por partes. Draghi no ha penalizado el ahorro, pues en la UME el problema es precisamente que el ahorro es excesivo y la inversión insuficiente. Pero si confunde el ahorro con la inversión, como hace esta gente, si crees que todo lo que se ahorra se convierte en aumento de capital físico o humano, estas confundiendo el culo con las témporas, algo usual en el liberalismo dogmático que cree en la Ley de Say. 
El ahorro, ¿es el ahorro virtud? Depende. Una familia que ahorra de cara al futuro para cubrir el gasto futuro de la educación de sus hijos es, obviamente, una familia virtuosa. Quién puede negarlo. Por el contrario, un estado que ahorra por encima de su inversión por la idea que así es virtuoso, puede estar cometiendo un craso error. El gobierno no debe ahorrar más que para cancelar deuda o invertir en gastos con efectos externos positivos, como la educación o la sanidad, o bien las obras públicas, que a largo plazo plazo aumentan la eficiencia de la economía. Saldar deuda es bueno, porque te liberas de cargas futuras, así como gastar con tino en bienes públicos que aportan economías externas. Pero una posición de ahorro público constante, como es el caso Alemania, está injustificado y provoca además malestar a los países con los que comercia, pues si el sector público más el privado ahorran, necesariamente habrá un permanente superávit exterior que aumentará sin cesar el capital acumulado frente al exterior, lo cual, a su vez, provocará un déficit de igual cuantía en dichos países, obligándoles a endeudarse o a fomentar el ahorro interno para saldar ese déficit y esa deuda. Eso crearía una situación absurda de exceso de ahorro mundial. 
Alemania se ha convertido en el pais más “virtuosoº del mundo, a costa de los demás. La suma de su ahorro privado y público es una aberración. Como dice Wolfgang Münchau (el mejor comentarista de las cosas de Europa),

“La norma presupuestaria constitucional equilibrada de Alemania es otro ejemplo. Lo clasificaría como la decisión de política económica más estúpida tomada por un país del G7 en mi vida.”

Así es. Si todos los países hicieran lo mismo, se daría un ahorro mundial muy por encima del necesario para pagar la inversión presente y futura. 
Por lo tanto, el ahorro no siempre es una virtud. Puede ser un castigo con efectos externos indeseables para los demás. A menos que no seas un economista libertario que crea en la Ley de Say, en virtud de la cual todo lo ingresado se consume o se ahorra y éste es igual a la inversión. 
Así pues, Draghi no ha penalizado el ahorro, que está más boyante que nunca. El ahorro sobre la inversión es excesivo, y por eso Draghi, ante la inflación tan baja (con riesgo de convertirse en deflación), no tiene más remedio que hacer una política expansiva - aunque yo no creo en la necesidad de los tipos de interés negativos. 
No hay que olvidar - algo que no reconocen los libertarios - que en 2012 Draghi salvo al euro de saltar por los aires, cosa que no reconoce esta dogmática escuela. 
Si el sector privado decide ahorrar por encima de la inversión en capital, lo mejor que puede hacer el estado es endeudarse y financiar gastos en bienes públicos, es decir, todos aquello que hoy o en el futuro tienen efectos productivos sobre la economía. Por eso Draghi ha alejado varías veces a lo seguro países sin deuda para que hicieran un esfuerzo de gasto superior a sus ingresos, compensando así el excesivo ahorro de su saldo ciudadanos. 

El Estado, en la cuerda floja

Es claro, para los que no estén ciegos, que lo que pasa en las calles de Cataluña es gravísimos para España. Si Cataluña consiguiera eventualmente la independencia, no duden ni por un segundo que el Pais Vasco seguirá después; si no al mismo tiempo, pues como se puede leer en Jesús Cacho  hay negociaciones muy avanzadas entre ambos para conseguir un estatus de paridad, de igual a igual, con el Estado español y a partir de ahí, a volar.  
A esto añádase la ñoñería y melifluidad, acompañada de impotencia, del Estado español. Un estado que ha vendido a los españoles el cuento “Aquí no pasa nada”, y que además está trufado de simpatizantes con la izquierda cañí que siempre ha visto con buenos ojos las ambiciones nacionalistas, pues la palabra federal no les es ajena.
¿Consecuencias de ese avance hacia la separación de dos (o más: no se puede eludir que en valenciano y Baleares se está cociendo el mismo guiso) CCAA? La desintegración del tinglado institucional, montado en la Transición, español, del rey abajo, hasta la última coma. Sería inevitable. Para empezar habría que hacer una nueva Constitución, ¿y quien asegura que no fuera republicana?
El separatismo está en correlación con la tolerancia que ha mostrado siempre el PSOE, y ahora más. El PSOE, que no sé si lo ha quitado  su estatuto, ha sido siempre “federal”: nunca le ha hecho ascos a la denigración de España, a la que siempre ha identificado con la derecha, desde los tiempos de Pablo Iglesias. 
No estamos a salvo, pues, de una República similar a la I República Federal, que acabó en una caos de violencia, hasta que llegó Alfonso XII de la mano de Cánovas, dos Grandes políticos que lograron la Paz y la estabilidad durante casi medio siglo, hasta el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923. Sólo que esta vez me temo que la cosa va más en serio. 
Me gustaría pensar lo contrario, pero por algo firmo mis artículos con el sobrenombre de Casandra. Y lo malo es que ahora la senda que vi venir el fúnebre 11 de marzo de 2004, que propició la llegada de Zapatero al poder, se ha ido cumpliendo con peores designios que yo preveía. 
Han pasado 15 años largos, y si comparamos aquella España con ésta, no se puede negar el avance hacia el abismo. 

viernes, 25 de octubre de 2019

Bueno, pues ya está exhumado

Franco ya está exhumado. Pero no es más que el principio de una operación dirigida contra la Transición y su origen. 
Recordemos: la Transición, que se consideró modélica en buena parte del mundo, se basó en un gran pacto de Perdón y Olvido entre los dos bandos que se entremataron en la Guerra Civil. Pero una parte de los políticos, entre los que sobresalen los del PSOE, no abandonaron jamás su republicanismo, ni han reconocido que parte del origen de esa guerra estuvo enquistado en la segunda República, que se dio a sí misma un golpe de estado en 1934, porque no podían soportar que la derecha hubiera ganado las elecciones y gobernara. Según muchos historiadores, entre los que se cuenta Madariaga (republicano. Golpe promovido por el PSOE, Indalecio Prieto incluido), ese golpe de estado fue el detonante de la guerra. 
Pedro Sánchez ha manifestado ya que piensa continuar su acción contra la memoría de la Transición, porque parece que le escuece ser tan joven como para no participar en aquella operación de Perdón y Olvido, que, por cierto, no fue fácil, pues hubo nostálgicos de Franco, azuzados por asesinatos de militares constantes de ETA, que querían abortarla (Sí, ETA nunca quiso la democracias española). El golpe de estado frustrado del 23-F de 1981 fue el canto del cisme de estos añorantes del franquismo. 
¿Y ahora qué? Mi opinión es que la exhumación es el principio de más acciones perversas, aparentemente contra la dictadura - muerta y bien muerta -, en realidad contra la Transición y, a la postre, contra la forma de Estado, es decir, contra la Monarquía. En ello están empeñados muchos grupos políticos que justamente no tienen ningún pedigrí democrático, todo lo contrario.
El Estado democrático está en peligro no sólo por lo de Cataluña, sino por la acción concertada de aquellos que sienten fidelidad a un marxismo espúreo, y a una violeta concepción del independentismo. La postura de dejar hacer del gobierno no ayuda a tranquilizarnos, todo lo contrario. Los cuarenta años de Paz vividos desde la muerte del exhumado yo los veo en peligro a un plazo no muy lejano, Lo que puede acabar como el rosario de la aurora.
No se puede renegar de un trozo de la historia por poco que les guste a determinados políticos, repito, sin pedigrí democrático como para dar lecciones a nadie. Franco fue dictador, cierto, pero no se puede hacer tabula rasa de lo que los españoles españoles hicieron bien entonces. Por cierto, que el PSOE, en la dictadura estuvo ausente mientras otros se jugaban la vida. Con Franco o sin Franco, España dio un gran estirón social y económico que no se puede obviar si se respeta la verdad. 

jueves, 24 de octubre de 2019

Cuando la balanza financiera determina la de cuenta corriente, no al revés

Suele pensarse que el saldo exterior por cuenta corriente es consecuencia de las operaciones de exportación e importación. Cuando hay déficit, es porque éstas son mayores que aquellas. De ello se infiere que la balanzas financiera, reflejo de las necesidades impuestas por ese déficit, ha de ser superavitaria, es decir, importadora neta de financiación. 
Pero, como dice Frances Coppola, al menos  en el caso de EEUU sucede al revés. El gran atractivo mundial por el dólar y las emisiones americanas en dólares buscan con ahínco estos productos, lo cual hace fuerza para que el dólar se aprecie y provoque un déficit comercial permanente.
En el gráfico representamos las dos balanzas por separado, la financiera en rojo y la de cuenta corriente en azul; vemos que son simétricas, pero es la financiera la que impone a EEUU un déficit en las operaciones corrientes, línea azul.



Se ha hablado mucho tiempo del “gran privilegio” del dólar por poder financiarse a un coste de interés más barato, dado que es la moneda más deseada de los ahorradores mundiales. Esto tiene su contrapartida en el forzoso déficit de cuenta corriente observado. Por ende, no es precisamente un privilegio, pues a EEUU le convendría tener un dólar más depreciado y una cuenta corriente más equilibrada, como sucedía antes de 1990 (ver gráfico).
¿Qué sucedió en esas fechas para un cambio tan notable? La razón principal es la liberalización de los mercados financieros que trajeron en su cartera Reagan y Thatcher, cuando accedieron al poder.
Trump pretende arreglar esto a base de aranceles contra la importación, como si fuera la balanza comercial la razón del déficit, y la culpa del comportamiento desleal del resto del mundo, con especial inquina contra China. China. No juega limpio, ciertamente, ni en el comercio ni en las inversiones basadas en fusiones, pero eso no se va a arreglar con aranceles. 
El problema es el del dólar y su demanda mundial, que tuvo su zenit ante su de la crisis de 2008, y ciertamente no fue ajena a ésta, como se ve en el gráfico, pero que ahora mantiene un gran nivel de saldo positivo. 
Si fuera al revés, si la culpa fuera de la balanza comercial, como sucede por ejemplo en Argentina, la desconfianza financiera se traduciría en retirada masiva de capitales, no entradas. Eso haría que emergieran unos tipos de interés muy altos de país cuestionado. No es eso, sino lo contrario, lo que pasa EEUU. Por lo tanto es la confianza excesiva que despierta el dólar la causa primigenia del déficit comercial - que, por otra parte, EEUU no tiene mayor problema en financiar en dólares y a largo plazo. De ahí los bajos tipos de interés que rentan sus productos financieros comprados en el exterior.
Como dice la Autora citada, 

“Al mundo le encanta ahorrar en "activos seguros" denominados en dólares, no solo el dólar en sí, sino también los bonos del Tesoro de EE. UU., Respaldados por hipotecas. deuda denominada en dólares emitida por otros gobiernos con buena reputación y deuda corporativa de primera clase denominada en dólares. Cuando la demanda global de estos activos aumenta y / o disminuye su oferta, los dólares se vuelven relativamente más escasos internacionalmente, tanto porque los extranjeros aumentan sus tenencias de dólares como porque compran o piden prestados más dólares para comprar otros activos seguros denominados en dólares. Esto eleva el tipo de cambio del dólar frente a todas las demás monedas. También deprime los rendimientos, tanto en activos seguros denominados en dólares como en todos los demás activos financieros. Por lo tanto, los fuertes rendimientos negativos y en dólares son causados principalmente por el hábito mundial de ahorro de dólares, no por sus prácticas comerciales. Y la búsqueda de la seguridad del dólar se intensifica a medida que aumentan las tensiones políticas.” 

Se produce además, como cita Coppola de un trabajo de Jackson Hole, un fenómeno similar a los mercados de productos de lujo. Cuanto más suben los productos financieros en dólares, más sube su demanda y su precio, un “efecto Griffin” de demanda positiva al precio. Citando dicho trabajo,

“El rendimiento de conveniencia de equilibrio en activos seguros denominados en dólares (DDSA) depende de la disposición marginal a pagar por los servicios de DDSA y del suministro de estos servicios, es decir, el stock de DDSA. A medida que aumenta el precio de estos servicios, aumenta la cantidad que exigen los inversores extranjeros. La oferta de DDSA tiene una pendiente ascendente porque otros emisores (gobiernos, bancos y corporaciones) suministran más DDSA a medida que aumenta el precio de estos servicios...
Cuando la Fed contrae su oferta, los mercados de bonos infieren que es inminente una reducción en la oferta de activos en dólares seguros. Como resultado de este cambio de oferta, aumenta la disposición marginal de los inversores globales para pagar la seguridad y liquidez de los activos denominados en dólares, medido por el rendimiento conveniente de estos activos, lo que lleva a una apreciación del dólar en respuesta a esto aumento en el rendimiento de conveniencia (incluso cuando se controlan las tasas de interés).”

“La naturaleza "de lujo" de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos reduce los costos de endeudamiento a largo plazo de los Estados Unidos. Esto se conoce desde hace mucho tiempo: en la década de 1960, el Ministro de Finanzas de Francia (más tarde Presidente) Valéry Giscard d'Estaing lo denominó el "privilegio exorbitante" de los Estados Unidos. Pero las entradas persistentes de capital que surgen de la demanda global de DDSA no son sin costo. Como explica Michael Pettis, obligan a Estados Unidos a pedir prestado mucho más o tolerar un desempleo mucho más alto. Hasta ahora, los gobiernos de EE. UU., Y la Fed, a través de su doble mandato, siempre han preferido la deuda al desempleo.”

“Pero Estados Unidos se está volviendo menos tolerante con el hábito de ahorro de dólares del mundo. La Gran Crisis Financiera de 2008 demostró que, aunque los Estados Unidos pueden obtener préstamos baratos del resto del mundo en los buenos tiempos, cuando todo sale terriblemente mal, el resto del mundo espera que los Estados Unidos reparen sus pérdidas. Muchos estadounidenses se resienten de esta responsabilidad, que la economista Hélène Rey llama el "deber exorbitante" de los Estados Unidos. No aceptaron ser la "aseguradora de último recurso" del mundo y se oponen a pagar. Y un número creciente de estadounidenses también se resiente el papel de los Estados Unidos como "consumidor de último recurso" para el resto del mundo. Ven el déficit comercial persistentemente amplio de los Estados Unidos, el alto endeudamiento público y privado y la hemorragia de buenos empleos hacia las costas extranjeras, como una "carga exorbitante" de la que les gustaría ser relevados.”

En suma, el “privilegio” de emitir en dólares no es tan benigno para EEUU, aunque Trump se empeñe en coger el rábano por las hojas. La gran apetencia de dólares, además, es una consecuencia del gran apetito que hay hoy en el mundo por ahorrar y buscar la mejor colocación para ese ahorro, lo que a veces se traduce en un perjuicio para todos por Eli desequilibrio en el reparto descompensarlo de ese ahorro por países.

domingo, 20 de octubre de 2019

Economía. La parábola de los vasos comunicantes

La Economía como conjunto puede asimilarse a un sistema de vasos comunicantes. Como saben, la física dice que varios vasos comunicados por abajo entre sí, sí se echa agua en uno, ésta alcanzará el mismo nivel en todos, sea cual sea la anchura y forma de cada uno. Es fácil comprobarlo. 
Sea ese nivel el similar del nivel de producción o renta per capita de un país. La forma de cada vaso determinará, al mismo nivel de agua en todos, el volumen que contiene cada uno. Y, por supuesto, el volumen total del sismo. Así, los vasos más anchos, pese a la igualdad de nivel, contendrán más volumen de líquido. Por lo tanto, el nivel no está relacionado más que con el volumen total; o, dicho de otra forma, los vasos más anchos representan más volumen de renta per capita frente a los demás. 
Como estamos hablando de renta per capita, podemos asignar a los vasos más anchos una mayor renta per capita, y a los estrechos, una menor renta per capita. Ricos frente a pobres.
Llegados a este punto, hay dos tipos de economistas. Los que dicen que el problema crucial es la distribución del volumen, y los que dicen que no, que lo importante es el volumen de líquido o renta per capita total  - aunque algunos entre éstos admiten correcciones de distribución por imperfecciones de mercado. 
Yo estoy con estos segundos: lo importante es el nivel total de renta per capita, o de líquido en los vasos, porque cuanto mayor sea éste, más fácil será redistribuir para corregir imperfecciones de mercado. 
El mercado libre, o la libre circulación de líquido por los vasos, es, dice la experiencia, el mejor asignador de recursos. Con el mercado se obtiene la máxima capacidad productiva - aunque quizás no la distribución más equitativa. 
Supongamos que estamos en un sistema de máxima libertad de fluidez (de mercado), lo que nos hace alcanzar el máximo nivel en todos los vasos y el máximo volumen de renta per capita, es decir, el máximo producto dividido por la población. Peo viene un gobierno que dicta leyes muy agresivas contra estado de cosas, porque prefiere que los vasos estrechos reciban más líquido que los vasos más anchos. Para ello tapona más o menos agresivamente los vasos anchos, con lo que éstos bajarán de nivel, que irá alimentar los vasos estrechos, consiguiendo así redistribuir la renta per capita hacia los vasos estrechos, los más desfavorecidos. Esto tendrá efectos más o menos impactantes según la agresividad con que se taponen los vasos anchos. Éstos recibirán menos nivel y menos volumen de agua que antes. No quedarán conformes, y reaccionarán para intentar quitarse el tapón o ,al menos, moverlo hacia arriba. Normalmente el gobierno habrá instrumentado el tapón mediante más carga impositiva sobre los vasos o sujetos de mayor renta per capita. ¿Cómo reaccionarán los afectados? Trasladando el impuesto hacia  sus clientes, o bajando la producción, despidiendo empleo, o incluso, trasladándose a zonas más templadas fiscalmente. Ergo, es posible que esta política socialdemócrata, si es muy agresiva, derive en un estancamiento o un descenso del volumen de renta o producción. Cuanto más agresividad fiscal, o incluso una política de confiscación de riqueza (comunismo), aniquilaría las fuerzas productivas y sería un desastre para todos, bajando el nivel de agua  en los vasos estrechos. Esto explica el fracaso de comunismo, del que hay varios ejemplos históricos y presentes, como Cuba, Venezuela, Corea del Norte...
Ley primera: toda injerencia en la libre circulación entre los vasos produce reacciones de los sujetos que frecuentemente afectan negativamente al volumen de producción, a la productividad de los factores, y al empleo, que es la fuente de renta de la mayoría de la población. Aumentará el paro por encima de un nivel crítico, lo que aumentará los gastos fiscales en ayudas al desempleo, y no sólo eso: restará cantidad de un factor de producción, y por ende de producto. Aumentará el malestar social más que el que había con la distribución anterior a la intervención. El gobierno intentará diluir ese malestar aumentando su política de redistribución, lo cual aumentará los impuestos y la deuda pública.
Dicha deuda pública debería aumentar solo para financiar inversión a largo plazo en servicios públicos esenciales, que a la larga aumentan la productividad y la renta per capita, como educación, comunicaciones, etc. 
¿No se puede elevar la renta de los vasos estrechos, entonces? Sí, pero sin afectar al equilibrio ínter temporal básico, respetando las variables básicas que garantizan la continuidad del proceso productivo.
Ley Segunda: el objetivo prioritario de la política económica debe ser el nivel y el volumen de agua total contenido en los vasos comunicantes. 

sábado, 19 de octubre de 2019

¿Quién dirige los CDR?

Es una pregunta pertinente que no entiendo por qué, nadie se hace. Es obvio que alguien les dirige, un comité, con una persona al frente. Pero es una cuestión fundamental. La policía no podrá imponer el orden público si no descabeza el movimiento. Parecen a alguien le interesa. Misterio. De momento han conseguido ir ganando, poner la ciudad patas arriba, y la policía llega con retraso, reaccionando tarde a los focos incendiarios, como pollos sin cabeza. En cambio los CDR siempre llevan la iniciativa. 
Yo supongo que lo primero sería detener a los cabecillas de la guerrilla salvaje que incendia  Cataluña.
Es como si a las autoridades no les importara mucho este desarrollo de los acontecimientos, con esa dejadez que yo comparaba (post anterior) con la dejadez del gobierno del Frente Popular de la Segunda República. ¡Esa dejadez que culminó con el asesinato de Calvo Sotelo, crimen de Estado, peopretado por fuerzas de seguridad de Estado, que fue causa de la caída de la II República! 
Sabemos hoy que la dejadez, la inoperancia sistemática, fue buscada por algunos republicanos para provocar un golpe de estado que estaban seguros que ganarían y aniquilarían las fuerzas reaccionarias. Gran error. Hubo golpe de estado que desató la Guerra Civil con el resultado conocido. 
¿Estarán las autoridades de hoy jugando a una dejadez similar por una estrategia mal concebida? La imagen de Marlaska, ministro del interior, cenando la noche de autos tranquilamente, en un conocido restaurante, como si aquello no fuera con él, no es una prueba ciertamente, pero sí una imagen elocuente de una actitud displicente, o bien rebuscada: esto de Cataluña que está pasando siempre nos favorecerá, sería la tesis.
O bien el gobierno está totalmente sobrepasado. Si es así, o sea cual fuere la causa, el desorden Público consentido nunca llevará a buen puerto para España. 
 

lunes, 14 de octubre de 2019

España cuestionada

Que España está muy mal, convulsionada, sin norte, es bien evidente. Cuarenta años de tolerancia y mirar hacia otro lado han traído esto. El afán de solucionarlo todo mediante “diálogo”, poción mágica venenosa, ha traído un país en riesgo de romperse. Los males de España nos van a llevar a la violencia, si antes no ocurre un milagro. Digo milagro porque me parece que la imposibilidad de que haya un acuerdo nacional para imponer la cordura - imposibilidad de formar mayorías estables con sentido de estado -.
Digo violencia porque porque la eventual ruptura de España por una de sus regiones significaría la emergencia de otras fuerzas rupturistas, como es obvio. 
Todo huele a II República, que se hizo a sí misma un golpe de estado en 1934 que fue el detonante de la Guerra Incivil. Huele a República al menos en el negacionismo persistente de las autoridades sobe la gravedad de la situación. ¿Quiénes hicieron tal barbaridad de rebelarse contra la Constitución que ellos mismos habían declarado? Los miembros más conspicuos del PSOE, cosa que se oculta mientras el gobierno de hoy con esas siglas se empeña en desenterrar los huesos de Franco, precisamente para borrar las ultimas huellas que quedan de su culpabilidad. 
Todo lo de hoy trae el olor de aquello, y es inquietante la indiferencia de la gente y la falta de liderazgo para enderezar la situación. 
Mientras, el presidente de gobierno hace lo imposible para ningunear al Rey, quien fue el único que el 3 de octubre de 2017 estuvo a la altura de las circunstancias en su opacado (por el gobierno) discurso. Discurso que, por cierto, conviene desempolvar por su precisión y certeza y para ver la desviación de la sentencia del Tribunal Constitucional de la Ley, por lo que lo dejo aquí (https://youtu.be/K4kKlVxf3bE). 
Hay una patente distancia entre cómo describe el rey la situación y el cambalache de la sentencia. El Rey dice claramente que ha habido una ataque a la Constitución. Y lo hubo. Curiosa situación de un TC que deja orillado al rey de la Constitución, lo que no es nada tranquilizador: las fuerzas antimonárquicas, reforzadas por las togas embarradas. 
Sigamos por este camino, tan avanzado ya hacían una nueva tragedia. Repito: el negacionismo de la gravedad fue, y puede ser hoy, la causa de un final trágico. Como siempre, ojalá me equivoque.
... Supongo que algunos confían en Europa. Verdad es que es el último recurso. Pero Europa es un gigante con pies de barro, sin fuerzas propias intervención, por lo que hará declaraciones altisonantes, pero inefectivas. 

jueves, 10 de octubre de 2019

Vargas Llosa y su “Tiempos recios”

 Karina Sainz Borgo no se anda por las ramas para decirnos que la última novela de Vargas Llosa es sublime, y la compara en plano de igualdad con “Conversación en la Catedral”, para mí un de las enormes novelas del siglo XX. Para mí en una buena novela han de destacar los personajes, te has de enamorar o fascinar con ellos, sean buenos o malos. Esto se cumple con “Conversación en la Catedral”, que pese a ser una novela coral de toda una sociedad, verídica además, los personajes de ficción del primero hasta el último son fascinantes, empezando por el protagonista Zabalita y acabando con él choferes de la familia, pasando por los políticos, auténticos, que salen retratados. 
La he leído tres veces sin pesar ninguno, y no renuncio a pensar que la volveré a leer si Dios me da vida para ello. 
Si la nueva entrega de Vargas Llosa, “Tiempos recios”, llega a esas cotas será cosa de comprarla ya. En Amazon ya está disponible, así que no voy a perder el tiempo. A ver si Karina, una gran crítica, tiene razón.

martes, 8 de octubre de 2019

Lo que implica el tipo de interés negativo

Estamos navegando en aguas desconocidas, entre una niebla de incertidumbre que no nos deja ver cuales serán las consecuencias de nuestros actos. ¿Una crisis como la de 2008? En todo caso podría ser peor, por que los bancos centrales no podrían bajar más los tipos de interés. El Quantitavity Easing de poco serviría si la deuda ofrece tipos negativos a los posibles ahorradores. 
Los bancos no pueden funcionar con una curva de interés de pendiente negativa, aunque los tipos representados en ella sean positivos; así que no digamos si son negativos. Esto les obligaría a cobrar un % por sus pasivos, lo que es un contrasentido que ciertamente no puede llevarse muy lejos. Hasta cierto punto, se puede considerar como un pago del depositante a la gestión de a su liquidez y sus facturas. Llegado un momento no muy lejano, los clientes retirarán sus depósitos, cuando el coste de gestionar su liquidez en billetes sea inferior a que lo gestione el banco. Surgirá un nuevo tipo de banca especializada en este tipo de gestión, pero será la negación de la función bancaria esencial, que es la transformación del pasivo a corto en activo a largo que financian la inversión real. La interconexión entre el ahorro y la inversión real será imposible.
Por otro lado, ¿servirá el tipo negativo para alentar la inversión real? Eso depende de las expectativas subjetivas de los empresarios, y con un indicador básico como es un tipo negativo, tendrán que tener un pálpito muy fuerte para ver el futuro optimisticamente. 
Es más: es precisamente el pesimismo estructural del inversor empresarial lo que ha permitido llevar los tipos hacia abajo a terrenos negativos, y ese pesimismo no es un capricho. Esta bien fundado, dadas las perspectivas demográficas. 
Lo único que anima el tipo negativo es la especulación, con lo que se hacen más probables las burbujas incontrolables.
Otro sector que se verá en aprietos es el de la industria de las pensiones. Las pensiones son un ahorro que se deposita en un banco especial que hace los planes de pensiones de los depositantes, según unas funciones de seguro con múltiples variables, como la edad del sujetos, la cantidad depositada, los años que faltan para su jubilación, etc. Lo único lógico es que para que funcione, el tipo de interés sea positivo, para que la acumulación a interés compuesto de origen a un capital mayor que el depositado, del que se deriva o una renta hasta los x años calculados, o la devolución del capital acumulado. Con tipos de interés negativos, éste sería, paradójicamente, menor que el capital inicial. 
Y no es que los bancos centrales puedan hacer otra cosa. Están en la obligación de mantener una tasa de crecimiento del PIB más la inflación deseada, pero ni siquiera consiguen que la inflación llegue a la deseada. Pero si las expectativas de la inversión real a largo plazo no mejoran, esto se mantendrá así perpetuamente. Y una tendencia ilimitada a tipos cada vez más bajos debido al pesimismo de los inversores constriñe las posibilidades de los bancos centrales. 
Algunos piensan que la culpa de los tipos negativos la tienen precisamente los bancos centrales, pero ello se no controlan las expectativas de los inversores. Lo único que parece funcionar es la especulación bursátil, pero ésta es sostenida por los tipos cero o negativos y por fenómenos como el “buy back” (recompra de las propias acciones) que recompensa a los especuladores. Es como un círculo cerrado en el que la acción impulsora de la liquidez se queda  el sector financiero y no se filtra más que a cuentagotas a la economía real.
En suma, la mayoría de la gente e instituciones prefiere el ahorro a la inversión real, ahorro al que cada vez es más difícil sacar una rentabilidad sólida. 
La transición entre las distintas formas de ahorro e inversión están cortocircuitadas. Se puede pensar que los tipos negativos llevarían a una huida del ahorro, por anti rentable, y una reorientación hacia la inversión real. Pero esto sólo se puede conseguir si el gobierno se pone a la cabeza de este movimiento, de tal manera que arrastre a los demás a través del pago a proveedores. Sin embargo, países como Alemania, que está en condiciones ventajosas para ello por la gran acumulación de ahorro de que dispone, se niega a ello y a que lo hagan otros países. Una muestra más de descoordinación de la UE entre los países que acumulan fondos y los que son deficitarios.
Los tipos de interés negativos requieren una estrecha colaboración entre gobierno y banco central que lleve a tasas de crecimiento sólidas. No es un momento para tener objetivos contradictorios. Y esto no tiene nada que ver con arreglar los déficits estructurales, como las pensiones públicas, que tanto necesitan enmendarse. 

jueves, 3 de octubre de 2019

Europa según...

Niall Ferguson, historiador escocés, tiene un entrevista en El Mundo de hoy en la que habla de Europa:

Qué papel juega la Unión Europea en este rompecabezas?
Una de las consecuencias de la UE ha sido hacer creer de forma perversa a algunas regiones que pueden ser independientes. En el caso escocés fue fascinante que el Scottish National Party cambió su lema a 'Scotland In Europe', como diciendo: "Podemos dejar el Reino Unido, pero no te preocupes, estaremos en Europa". El proyecto europeo ha sido una especie de disolvente de los estados, la UE salvó a los estados-nación del lío en que estaban al final de la Segunda Guerra Mundial. Pero el proyecto federal ha fracasado y ahora todo se ha dado la vuelta.
Desgrane eso, por favor.
El proyecto federal europeo de crear 'bundesrepubliks' ha fracasado, y ha creado una generación de euroescépticos y otra de nacionalistas: es una de las inesperadas consecuencias de haber intentado crear una Europa federal. Si la UE se hubiera quedado en una confederación y un mercado único, habría mucha menos inestabilidad en sus estados miembros. Ahora hay una división muy fuerte norte/sur, por ejemplo. Así que el caso de España no es tan inusual como la gente en España piensa. Europa está llena de problemas como el de España. Bélgica paralizada, por ejemplo. Honestamente no creo que Europa esté mejor con una Cataluña o una Escocia independientes. ¿Quién será el siguiente?

Estos totalmente de acuerdo con él. El proyecto federal europeo y su fracaso es una buena  parte de la culpa de los nacionalismos.

miércoles, 2 de octubre de 2019

La recesión alemana y la “black zero policy”

Alemania está segura que va a pasar por una recesion, y los prestigiosos institutos económicos del país han pedido que se renuncie a la “black zero policy”, es decir, a la política de equilibrio presupuestario, o cero déficit, sea cual sea la posición cíclica, como podemos leer aquí
Es completamente lógica la petición, aunque él gobierno no ha hecho el mínimo gesto de cesión por su parte; y es que dicha política se tomó a bombo y platillo como sello especial del acuerdo de gobierno entre Merkel y la socialdemocracia. 
El equilibrio presupuestario no está en conflicto, todo lo contrario, con una definición relacionada con el ciclo, de manera que los “estabilizadores automáticos” puedan jugar su papel estabilizador. Dichos estabilizadores son el efecto en los ingresos y gastos fiscales, contractivos para los primeros, expansivos para los segundos, que aumentan el déficit y permiten que las rentas individuales disponibles no caigan tanto y que los gasto suban por efecto de la recesión, como por ejemplo los subsidios al desempleo al aumentar éste. Es más, en EEUU lo que suelen hacer es aumentar los derechos de subsidio y prolongarlos, así como otros gastos sociales. 
Esto, como he dicho, no va contra el equilibrio presupuestario a lo largo del ciclo. en cambio, el dogma férreo de equilibrio en cualquier momento puede fácilmente intensificar el ciclo bajista y prolongarlo sensiblemente.
Por supuesto, una recesión alemana no es buena para nadie, pero tampoco para Alemania, que parece empeñada en pegarse un tiro en el pie, y de paso que se lo curemos entre todos. Un dogmatismo digno de mejor causa. 
El déficit cíclico se recuperará cuando la economía vuelva  crecer, sin mucho problema gracias a la disciplina fiscal jugada cuando la economía crecía. Alemania tiene suficiente ahorro acumulado como para permitirse un poco de déficit y deuda a cargo de ese ahorro que ha superado al de China. No se trata de malgastar, sino de aplazar ciertas cosas para volver a crecer cuanto antes. Devtodos, modos, los tipos de interés de la deuda no van a subir...


domingo, 29 de septiembre de 2019

La historia y el futuro

Curioso el bucle entre la historia y el futuro. La historia del presente (que de tan fugaz que es, en realidad no existe) la contarán los historiadores del futuro, por lo que podemos decir que la historia depende de cómo se hayan desarrollado las cosas, algo que ahora no sabemos. Hoy nos quieren borrar de la historia todo lo que tuvo que ver con la República y la Guerra Civil, de una manera sesgada, con torpeza y malas entrañas, vilipendiando al pasado. La historia es un puro revisionismo entonces. Lo malo es cuando ese revisionismo se hace desde el poder y con intenciones de aumentar ese poder.
Un historiador consagrado, Josep Pérez, me decía que a los españoles nos gusta flagelarnos, y vemos nuestra más que digna historia a través de los ojos de la leyenda negra. ¿Los reyes católicos fueron grandes reyes? Bueno, pues Azaña no los podía ni ver, y menos todo lo que venía después. Azaña quería cambiar la historia de España, como hoy la progresía, porque no les gusta, les parece demasiado... ¿Poco progre?
Pero la historia no podía ser progre, eso no existía. Ni feminista, ni vegana, ni LGBTI. La homosexualidad era “el pecado “nefando”, y su pena era máxima. Pero así era en todos los países.
Me decía el citado historiador que en Francia, la represión de 1870 contra la Commune salvó a la República, y por ello no se habla ni nadie quiere revisar esa historia. 
Nos gusta flagelarnos, o más bien a algunos les gusta flagelar a lo social otros, los hunos y los hotros, como decían Unamuno. 
El futuro es el que determina la historia, sin duda. Curioso. 

viernes, 27 de septiembre de 2019

Dolarización y sus consecuencias. El caso de Ecuador.

La dolarización es el sometimiento voluntario de un país a la política de emisión de la Reserva Federal de EEUU de dólares, que sustituye a la moneda nacional. 
Según Wikipedia, 

La dolarización es el proceso por el cual un país adopta, de manera oficial o extraoficial el uso de la moneda estadounidense para su uso en transacciones económicas dentro del país. La moneda extranjera estadounidense reemplaza a la moneda nacional en todas sus funciones (reserva de valor, unidad de cuenta, medio de pago). Puede ser adoptada como moneda de curso legal exclusiva o predominante, perdiendo o cediendo parte de soberanía monetaria.


Hay principalmente dos razones o fundamentos para realizar la dolarización: 

  1. Si un país adopta esta medida de manera independiente.
  2. Como medio para luchar contra una crisis.

La dolarización en sí misma no es fenómeno nuevo. A fines del siglo XX y principios del siglo XXI los siguientes factores contribuyeron al desarrollo de los mercados de capital y a la dolarización real: 

  • la globalización,
  • las reducciones arancelarias,
  • la libre circulación de capitales
  • el aumento del volumen del comercio internacional.

También se debate académicamente si la globalización obliga a las pequeñas economías a abandonar sus políticas monetarias y, en caso afirmativo, de qué modo.

Del modelo de Mundell para la IS-LM en una economía abierta, se deduce la “trinidad imposible”, que sugiere que los tres objetivos siguientes son incompatibles: 

  1. Un tipo de cambio fijo.
  2. Libre movimiento de capitales (ausencia de controles de capital).
  3. Una política monetaria autónoma.

La dolarizacion no es más que establecer un currency board con el dólar de EEUU, aunque de otra forma legal distinta: declara que el dólar es la moneda oficial para transacciones internas, aunque los efectos son muy parecidos: un sometimiento de la soberanía monetaria a la política monetaria de la FED, sea ésta conveniente o no para el país en cuestión. No es, por lo tanto, similar al euro, que es una moneda emitida por el BCE, en el que cada país miembro tiene una cuota de influencia más o menos destacable. 
El problema de la dolarización directa frente al currency Board es, por otra parte, que mientras en éste  la masa monetaria interna está definida en monetaria nacional, en la dolarización dicha masa ha de ser exclusivamente de dólares, los que el más país pueda captar con su política interna de atracción d e capitales y su saldo comercial exterior.
No es que el currency board no sea una disciplina férrea si se hace transparente: el tipo de cambio inicial al que se fija para siempre la moneda local con el dólar (paridad) imprime también una masa monetaria dependiente de la FED. Sin embargo, subsiste la moneda local y la paridad oficial a la que se ha comprometido el gobierno puede, en teoría, ser modificada. Lo que pasa es que cualquier modificación de tipo devaluatorio levantará sospechas entre los inversores exteriores, lo que puede desatar un riada de capitales hacía el exterior.  
Los países que adoptan una de éstas formas de disciplina se exponen, pues, al riesgo de desconfianza, que por cualquier razón, monetaria o no (por ejemplo un déficit excesivo exterior o fiscal), provoque una huida de la divisa fuerte - el dólar - que en puridad deberían llevar a la desaparición de la masa monetaria interna de manera traumática.
Claro que antes de llegar a ese extremo de caos, el caso del currency board argentino de los noventa demuestra que el gobierno no tiene más remedio que “secuestrar” los dólares en posesión de los residentes (lo que se vino a llamar “corralito”), devaluar la moneda local, e incluso declarase en quiebra respecto a su deuda en dólares. 
La dolarización y cualquier forma de disciplina de este tipo pretende recuperar la confianza exterior después de una crisis profunda, demostrando que se está dispuesto a someterse totalmente a una disciplina monetaria exterior, aceptando la disciplina de un banco central como la FED, que no emite dinero pensando en las necesidades del país en cuestión. Por lo tanto, si la FED quiere expandir su masa dineraria, esto afectará al país sometido a una expansión quizás inflacionista; por el contrario, si la FED fide subir los tipos de interés y contraer su liquidez interna, provocará una contracción monetaria en el país sometido quizás cuando éste pasando una recesión, que se agravará  inevitablemente. 
Un caso digno de estudio es el de Ecuador, que adoptó una dolarización estricta de su economía, retirando su moneda local, en el año 2000. Como demuestran los dos gráficos siguientes, los efectos han sido netamente positivos, tras las crisis financieras sucedidas anteriormente. Dicha crisis, que podemos resumir gracias a Wikipedia,

No obstante las razones de fondo de la crisis ecuatoriana son internas, generadas por una inestabilidad política que se inició con la expulsión de Abdalá Bucaram como presidente del país en febrero de 1997 y la llegada de Fabián Alarcóncomo presidente interino, el mismo que no tenía un rumbo trazado en la conducción económica del país, sumado a una corrupción galopante, relaciones conflictivas con el Perú y por si fuera poco un déficit fiscal insostenible.

Debido a que no se procuró una apropiada regulación ni supervisión al sistema financiero, esto dio lugar a que los dueños de los bancos soliciten créditos vinculados dando como garantía empresas que solo existían en el papel, lo que fue una práctica común en muchos bancos privados, y en la que las instituciones encargadas de ejercer el control no se dieron por enteradas o en todo caso no hicieron nada por evitarlo, lo que motivó que muchos bancos cerraran, provocando desconfianza en el sistema, masivos retiros de dinero y por consiguiente la quiebra de muchos bancos, como en un efecto dominó.

Las finanzas públicas arrojaban números en rojo, si en 1997 el déficit fiscal fue del 2 % del Producto Interno Bruto (PIB) para 1998 este se ubicó en un 6% del PIB, en tanto que el saldo en cuenta corriente con relación al PIB era –4 % en 1997para el año siguiente estuvo en –12 %, lo que provocó no solo el deterioro general de las cuentas nacionales, sino también la incapacidad de cumplir con el servicio de la deuda externa, cayendo en moratoria y con ello la imposibilidad de acceder a financiamiento externo.


Ecuador era un país que había perdido la confianza de lo social inversores extranjeros y tenía desequilibrios como una hiperinflación, como se ve en el siguiente gráfico de dos ejes:



La inflación, línea roja, llegó al 90% anual (eje derecho) en el año 2000, tras lo cual siguió unan línea  descendente hasta prácticamente cero en años recientes. Mientras, el PIB cogió un impulso ascendente desde entonces, creciendo a tasas muy superiores a la seguridad previas, tras la recesión del 2000. 
Así pues, la función de ganancia de la confianza frente al exterior es claramente positiva. 
Ahora bien, como hemos dicho antes, los resultados dependen de la política monetaria del banco central que se toma como emisor, es decir, la FED. Y Ecuador y otros países de la zona que optaron por la dolarización tuvieron la suerte que desdén 2001 la FED adoptó una política expansiva, bajando su tipo de interés hasta el 1%. Esto supuso una expansión monetaria interna en Ecuador, lo cual favoreció el crecimiento sin que a la par aumentara la inflación. 
Lo mismo se puede decir de la política exigida por la crisis e EEUU, de bajada de los tipos al 0% y de expansión monetaria cuantitativa. En este sentido, Ecuador se ha beneficiado de un desahogo monetario imprimido por la FED - elegido como su banco emisor - que según las previsiones va a durar muchos años. 




lunes, 23 de septiembre de 2019

España, país de espíritu fuertemente socialista

No hay nada que hacer, como podemos comprobar en este artículo De Diego Sánchez De la Cruz en Libertad Digital: España, contra lo que se se cree, Es una sociedad de fuertes tendencias casi comunistas.

“La sociedad española vuelve a aparecer en una encuesta internacional como la más anticapitalista de Europa. Así se desprende del Estudio Europeo de Valores 2019, elaborado por la Fundación BBVA. Al igual que ocurrió en la anterior edición del informe, una gran mayoría de los ciudadanos de nuestro país dice identificarse con la idea de que el Estado debe tener la principal responsabilidad de asegurar que todos los ciudadanos puedan gozar de un nivel de vida digno.

Para ser precisos, el 76% asume dicha tesis, frente a un magro 20% que considera que cada persona es la responsable principal de asegurarse un nivel de vida digno. El promedio europeo en ambas respuestas es del 51% y del 43%, respectivamente. Estos resultados contrastan con los de Italia o Francia, pero sobre todo con los de Reino Unido y Alemania.”

Tocando distintos temas, el porcentaje de españoles que cree que el Estado debe tener "mucha" o "bastante" responsabilidad a la hora de controlar distintas áreas de la economía vuelve a destacar en comparación con el resto de Europa. Un 98% ofrece una de estas dos respuestas cuando le preguntan si el Estado debe proporcionar cobertura sanitaria a todos los ciudadanos o si el Estado debe asegurar una pensión suficiente para las personas jubiladas. La cuota es del 88% en lo referente al control de precios o los salarios. Incluso un 80% cree que el Estado tiene "mucha" o "bastante" responsabilidad a la hora de controlar los beneficios empresariales.“

Una gran mayoría de españoles es partidaria de que los impuestos sean altos para redistribuir la renta, y una inmensa mayoría piensa que el Estado debe ser responsable del bienestar económico de todos.
Para mí esto demuestra que nunca seremos una sociedad siquiera medio liberal, pues siempre aspiraremos a la mendicidad oficial.
Esto es probablemente una secuela de la gran influencia que ha dejado la Iglesia católica - no olvidemos, monopolista - en el subconsciente colectivo. La gente prefiere la seguridad mediocre - e insostenible - a la libertad, pese a que hay aparentemente muchos anti clericales, y católicos no practicantes y despreocupados. Curiosa esta aparente contradicción de socialismo rabiosamente anti católicos, cuando, como diría Nietzsche, vienen de la misma cuna. 
La Iglesia enalteció la mendicidad, que es una interpretación del Evangelio sesgada, pues San Pablo dijo “el que no trabaje, que no coma”. Pero claro, a San Pablo (que dio ejemplo siempre) le siguió sobre todo Lutero, que fue el que liberó las fuerzas creadoras de la Libertad de Conciencia, algo que está en la raíz del capitalismo. 
Sea cual fuere el origen de esta catástrofe, el caso es que España solo puede aspirar a un capitalismo ineficaz y mediocre, que nunca satisfará a unos ni a otros, basculando entre gobiernos más o menos, pero siempre, intervencionistas para satisfacer ese espíritu difícil de orillar. Ningún poder podrá contrarrestar ese espíritu, que marca el destino decadente de España como nación.
Como puede verse en el artículo, hay otros países europeos que cojean del mismo pie, por lo que Europa, que no tuvo en cuenta esta esencia europea (aunque con orígenes distintos), tampoco será nunca el centro del mundo, más cuando se encamina a una decadencia poblacional. Al menos los países donde enraizó el protestantismo han tenido una prosperidad evidente, e incluso países como Suecia, protestante pero de fuerte raigambre socialista, ha sabido enderezar a tiempo y mantener el dinamismo económico. 
Un mapa europeo dividido por religiones y libertad religiosa podría sobreponerse a un mapa económico de renta per capita.
Cada país de la UE tiene culturas sociales muy diferentes, no homologables salvo en zonas delimitadas, que quizás podrían llegar a una unión política. Quizás. Pero seguramente el fuerte nacionalismo alemán lo impedirá, al menos que sea él quien lleve la férrea batuta.
Hay una Europa que bosteza y otra que produce y trabaja, y ambas son infundibles. 
Sin embargo, ahora necesitamos más que nuca de Europa, por el desgarro creciente separatista. Necesitamos una estructura europea en la que apoyarnos, por muy débil y burocrática que sea. 

sábado, 21 de septiembre de 2019

Almenabar: la guerra ha terminado

Alejandro Amenábar: "La España actual es la que ideó Franco: flota aún como un fantasma"

Hoy, en El Mundo, una entrevista con el susodicho. Según su opinión, la guerra no ha terminado, como muestra en su película “Mientras dure la guerra”.
Es decir, según el “genial” director, que nos ha asombrado con sus inanes películas - asombrado de tedio, claro - quedan muchas cosas por liquidar, enterradas por el propio Franco, al parecer un genio taumaturgo que no sólo creó una dictadura, sino todo lo que vino después, y mientras no se liquide su fantasma, no seremos felices. 
Todo esto con palabras melifluas como si no respondieran a lo que piensa y dice la extrema izquierda de este país. Como si él fuera inventor de esta trama, el creador original.
Siento decirle, señor Almenabar, que la guerra terminó hace muchos años, la dictadura también, y el fantasma de Franco quizás anduvo errante hasta el golpe de estado del 23 F de 1981, fecha a partir de la cual se liquidaron los últimos nostálgicos del ejército. Quizás, pero en la cabeza de cuatro nostálgicos que no midieron bien sus fuerzas. 
Hace falta ser retorcido para creerse el creador de esta idea y encíma hacer una película en la que cuela a Unamuno sin venir a cuento. Como soy unamunista desde joven, no pienso ver el bodrio si puedo evitarlo, ya que he tenido la desgracia de ver un trozo propagandístico en la que sale una imagen de Unamuno irreconocible, sólo válida para gente como Almenabar, que seguro que no lo ha leído ni por el forro. Tanto es así, que una de sus escenas, la famosa trifulca de Unamuno. con Millan Astray en la Universidad de Salamanca, la conoció ¡en una novela de Arturo Pérez Reverte!


martes, 17 de septiembre de 2019

Desplazamiento de lo real a lo financiero

En mi artículo previo  comentaba el libro de Edmund Phelps “La inaudita prosperidad”, en el que el autor comparaba lo que él considera los mejores años del capitalismo (1850-1970) con las décadas posteriores, mucho menos innovadoras y creadoras de productividad, con sus secuelas en salarios bajos y ampliación de la brecha entre niveles de renta.
Yo hacía hincapié en el desvío persistente de la economía real a la financiera, auténtica recogedora de los frutos de la innovación, en detrimento de la economía real, inversora y productiva. 
Que la parte de economía financiera ha “invadido” la economía no se puede dudar, si se observa el gráfico siguiente, que añado al que yo recogía en el post anterior. 




Representa la parte de PIB de EEUU en % que registra el Valor Añadido del sector financiero, que se ha multiplicado por más de nueve desde 1950. Por cierto, que la aguda caída de la recesión de 2008 demuestra que fue una crisis financiera, por sí a alguien le quedaba alguna duda. 
En todo caso, la participación porcentual en el PIB volvió a subir rápidamente en cuanto las cosas volvieron a funcionar. 
Esto lo considero una señal de decadencia más que añadir a la “Secular Stagnation” de la que tan brillantemente habla Nicolás Del Moral Garnier en su último artículo. 
No es que esté en contra de la actividad financiera, tan necesaria y vital en la era destacada por Phelps por su innovación y capacidad de integración social; pero es que entonces las finanzas consistían en proveer fondos a largo plazo, que financiaban inversiones a largo plazo, cruciales a la hora de edificar una economía sólida. Hoy las finanzas, mediante la revolución de las innovaciones financieras acaecida desde los años ochenta, se ha comprimido a unas decisiones a corto plazo, pues ahora cualquier activo a largo se hace líquido y se transfiere su riesgo mediante artilugios que, sin embargo, no impiden un estallido como el de 2008, verdadero aviso del que no hemos hecho mucho caso, como se ve en el gráfico. 
 Nicolás Del Moral dice acertadamente que la era de los tipos de interés bajos o negativos están muy influenciado por la decadencia demográfica (que es la tesis de Larry Summers en su “Secular Stagnation”). Yo añado esta desviación creciente de lo real a lo financiero como un factor explicativo de la baja inversión real y productividad, pues las empresas se han recuperado de la crisis pero han usado sus recursos para practicar el “buy back” (recompra de sus acciones) y hacer todo lo posible por satisfacer a sus accionistas a corto plazo, auténtico horizonte temporal de hoy en día. He ahí una explicación más de la “revolución financiera” que nos atenaza. 
Ahora bien, ni la demografía en franca decadencia se va a revertir, ni la situación actual de bajos tipos de interés va a dejar de traer consecuencias serias. Porque los bajos tipos, por una parte afectan gravemente a la banca, y por otra alientan la especulación, cuya financiación sale gratis. 
Para mí es insostenible que puede estallar o por la rebelión social contra una división de capas sociales cada vez más aguda, o por otra crisis financiera, pues los riesgos se pueden transferir, pero no eliminar, y al final de la cadena hay una entidad que asume esos riesgos, que se queda colgada de un hilo como le sucedió a AIG, la gran aseguradora de riesgos financieros, en 2008, que el gobierno de EEUU no tuvo más remedio que intervenir para evitar que todo el sistema se derrumbar, porque una quiebra de AIG hubiera supuesto una cadena inconmensurable del quiebras en cadena.
Por lo tanto, no veo claro que los tipos seguirán pasivamente siendo bajos hasta que se rectifique la deriva demográfica. Por el contrario, creo que esconden un factor de riesgo disimulado entre tanto producto financiero sofisticado. Y si no, no creo que la sociedad aguante mucho tiempo la decadencia de la economía real de la que parece no poderse extraer más productividad, verdadera fuente de la prosperidad. 
En suma, no veo muchas razones para estar satisfechos, y sí muchas para preocuparse. La desviación hacia lo financiero a producido un aumento de las deferencias de renta ofensivas, que no se pueden achacar al capitalismo, sino a esta oleada quizás final que estamos viviendo. 
Los tipos de interés negativos están relacionados ciertamente con la degradación demográfica, y a su vez son insostenibles al menos bajo las instituciones actuales, empezando por la banca, cuyo negocio se basa en una curva de intereses de pendiente positiva, para endeudarse a corto y prestar a largo a un tipo varios puntos por encima. El estrechamiento de márgenes no hace más que poner en riesgo el capital de la banca, e implicar la búsqueda de soluciones más o menos heterodoxas que no benefician al sistema, por ejemplo, intensificar la búsqueda de soluciones a corto plazo de transferencia de riesgos al final imposible, porque esa cadena tiene un final que es el que acepta ese riesgo. 

sábado, 14 de septiembre de 2019

Economía moderna, economía innovadora

¿Qué hace de una sociedad una economía moderna e innovadora?
La respuesta es compleja. Según Edmund Phelps, en su libro “Una prosperidad inaudita”: no es hasta el siglo XIX que se puede hablar de economía moderna, aunque es verdad que muchos de sus elementos existen desde tiempos muy remotos, como la propiedad privada. 

Así pues, podemos decir que una economía está constituida por sus instituciones económicas y por su cultura (o culturas) económica( s). Una cultura económica es el conjunto de actitudes y creencias en materia económica, comercial y empresarial. Para que una economía (sea del tipo que sea) funcione tiene que contar con una cultura que la sustente.

Hay un entramado cultural e institucional, que se alimentan el uno al otro, y es difícil de desentrañar. Los primeros países que dieron pasos institucionales hacia una economía plenamente moderna, fueron Gran Bretaña y Estados Unidos, no por este orden necesariamente. 
Fueron los primeros países en establecer la democracia, sobre todo EEUU, y un entramado de instituciones que favoreció la formación de sociedades de responsabilidad limitada y leyes de quiebra que alentaba la inversión y la innovación, que impulsaban la acción individual innovadora.
Pero detrás de ello había una cultura favorable a esos cambios, o también se podría decir una presión social ante los poderes públicos que exigían esos cambios. Esta presión social por el dinamismo individual brilla por su ausencia en otros países, por ejemplo España. Probablemente el individualismo luterano, o su ausencia, tiene algo que ver con ello.
Para Phelps el auge de la economía moderna, que él establece entre 1850 y 1970, consiste esencialmente en la innovación. Innovación, contra lo que suele creerse, no es invención, sino la aplicación de ésta al proceso económico. Podría establecerse, simplificando mucho, una cadena de causalidad entre cultura > actitud > instituciones favorables a la innovación. 
La innovación es lo que permite, si tiene éxito y el innovador gana dinero, aumentar la productividad, consecuencia esencial para una economía que quiere avanzar hacia más bienestar económico (que no quiere decir felicidad, aunque tener alta renta y seguridad ciertamente contribuyen a ella). 
El proceso histórico hasta llegar a la sociedad de economía moderna ha sido intrincado, lleno de fases en que algunas piezas sueltas se presentaban en un pasado remoto, como la invención y consolidación de la Letra de Cambio, en la ferias comerciales de la Edad Media, que fue el prolegómeno de la banca. Mucho antes, el Código de Amurabi reconocía el derecho de propiedad, así como la ley judía dela misma época (mil y pico años antes de Cristo), pero eso no era suficiente para definir esas sociedades como economía moderna, pues la innovación no hacía acto de presencia.
Desde el despegue de la Revolución Industrial, unas sociedades avanzaron con decisión hacia la modernidad y otras se estancaron. Creo que se puede decir que éstas últimas no brillaban por su pujanza social hacia la innovación, por razones culturales, derivadas a su vez de un entramado religioso e institucional reacio al cambio hacia adelante. 
La coincidencia entre la instauración de la democracia participativa y el despegue hacia la innovación no es casual, pero quizás sean signos de otras causas, sin poder decir que una dependa de la otra. 
Ahora hay una pregunta que se hace pertinente: ¿Por qué cifra el autor Phelps el final de esta época en los años setenta del siglo XX? 

La economía estadounidense es muy distinta hoy en día de aquella economía moderna que tan fulgurante se mostró durante la mayor parte de los siglos XIX y XX. Las dimensiones centrales del rendimiento—la satisfacción con el trabajo, el desempleo y la productividad relativa—así lo ponen de manifiesto. Los datos evidencian un deterioro cada vez más asentado en esos tres frentes ya desde mediados de la década de 1970, con apenas un repunte temporal de la satisfacción laboral en los vertiginosos años finales del boom de las «dot.com».
Parecido deterioro ha terminado llegando (antes o después) al resto de Occidente: a Alemania en los años ochenta, y a Italia y a Francia a finales de XIX y XX. Las dimensiones centrales del rendimiento—la satisfacción con el trabajo, el desempleo y la productividad relativa—así lo ponen de manifiesto. Los datos evidencian un deterioro cada vez más asentado en esos tres frentes ya desde mediados de la década de 1970, con apenas un repunte temporal de la satisfacción laboral en los vertiginosos años finales del boom de las «dot.com». Parecido deterioro ha terminado llegando (antes o después) al resto de Occidente: a Alemania en los años ochenta, y a Italia y a Francia a finales de del XX. 
Estas naciones, tan escasas en innovación autóctona como andaban, no pudieron seguir prosperando a la estela de la economía estadounidense cuando esta demostró estar en una situación de parecida carencia. Al principio, este pertinaz deterioro de la economía estadounidense constituyó todo un misterio. El torrente de mujeres y de personas jóvenes que se incorporaron a la población trabajadora entre finales de 1960 y finales de la de 1980 provocó cierto aumento del paro y cierta reducción de los salarios, pero los efectos de esos impactos demográficos en el crecimiento de la productividad no podían ser más que efímeros. Que el deterioro haya durado tanto es indicativo de que la economía estaba experimentando un verdadero movimiento de sus placas tectónicas: un cambio cualitativo y sistémico.
en torno a 1964, se inició una desaceleración perceptible de la productividad que fue haciéndose más marcada (aunque con años mejores y peores) hasta mediada la década de 1970. 

Las estadísticas de productividad son claramente descendentes a partir de 1972, sobre todo la productividad multifactorial (relativa al capital y al trabajo), y ese malestar se extendió tarde o temprano a todo el esto de países. Veamos la productividad por trabajador, que es la medida que más atrás en el tiempo se puede captar:




No se puede atribuir este proceso de deterioro de la productividad a que creciera el empleo; todo lo contrario, el empleo empezó a decrecer y el paro a aumentar. No era el divisor lo que debilitaba la productividad, sino la cada vez más marcada ausencia de innovación tecnológica. 
En realidad, tomar como referencia del cambio los años setenta conduce a error, pues fue una década nada agraciada tanto por la nefasta gestión del gobierno (exceso de regulaciones) como por las dos crisis del petróleo. 
El cambio importante se empezó a notar hacia 1980, que es cuando se lanza la Globalización y lo que se globaliza en realidad es un desplazamiento de la economía real a la financiera. Poco a poco el sector financiero se hace el amo de la economía, capta cada vez un trozo mayor del PIB, como se puede ver en el gráfico siguiente, que es el consumo de productos financieros en relación al PIB. Lo cual no ha de extrañar, dada la infinita movilidad financiera frente a la comercial.




Como éste gráfico podríamos fabricar cientos más, pero es suficiente para ver el peso creciente que toma lo financiero entre las personas. Se produce, además, en la gestión corporativa un desplazamiento al cortoplacismo, pues empieza a cobrar importancia suma los resultados empresariales a corto plazo, desdeñando cada vez más el largo plazo, verdadera matriz de la productividad. El desplazamiento hacia lo financiero y al peso del corto plazo se retroalimentan, ya que la empresas se ven impulsadas a priorizar a sus accionistas, que ahora son grandes corporaciones y bancos de inversión que exigen buenos resultados trimestrales. Se extiende una cultura competitiva de resultados inmediatos, para frenar el peligro de que un periodo de bajos beneficios se traduzca en ser comido por otras entidades más exitosas. Es lógico, por lo tanto, el efecto depresivo de la invasión de lo financiero sobre la productividad. 
La década de los noventa trae una aparente revolución innovadora, la revolución dot.com, la cual sin embargo se vuelca sobre todo en lo financiero (aunque no es despreciable su aportación a la productividad en esa década), en el que se registra una pleiade de nuevos productos, cada vez más complejos e inextricables, incluso para los más expertos. 
El sector financiero crece exponencialmente sobre lo real, trae consigo la crisis de 2008, que es, en esencia, un exceso de financiación especulativa que se derrumba cuando se descubre lo que hay detrás (productos financieros como los ABS, trufados de vacuidad), y entonces reluce el gran apalancamiento de la economía financiando otros productos financieros, tras lo que había escondido un “Cisne Negro” (Nassim Taleb) que nadie detectaba. 
La crisis y la post crisis, con la acción expansiva de liquidez de los bancos centrales, no ha hecho más que prolongar e hinchar el circuito financiero, mientras la economía real no despegaba y la productividad languidecía. Esta prolongación nos ha traído una situación bien curiosa, como es los tipos de interés negativos, que auguran un continuismo, ya que la recesión incipiente traerá de nuevo la acción de los bancos centrales en pos de fomentar la inversión, lo que no han conseguido desde 2008, aunque sí ha logrado sostener algo la actividad. Sobre las alternativas que debían considerar los bancos centrales ya hablé en “Recesión y política monetaria
En suma, el capitalismo ha sufrido transformaciones gigantescas que han cambiado la motivación de los sujetos hacia otros objetivos, en general mucho más corto placistas. El largo plazo ha dejado de existir, porque no hay tiempo. No hay interés en innovar, sino en satisfacer inmediatamente las prisas de los accionistas y acreedores, implacables en recuperar su capital rápidamente. Esto, por el momento, parece irreversible, pero también insostenible (algo que tratare próximamente). No se espere una vuelta a la Economía Innovadora, de visión a largo plazo, que satisfaga a los empresarios y los trabajadores, en mucho tiempo.