"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
viernes, 15 de abril de 2016
Un libro de Espe
jueves, 14 de abril de 2016
El oro: por qué causó la Gran Depresión
miércoles, 13 de abril de 2016
El erróneo modelo de los bancos centrales
"It hasn’t. In many economies – including Europe and the United States – real (inflation-adjusted) interest rates have been negative, sometimes as much as -2%. And yet, as real interest rates have fallen, business investment has stagnated. According to the OECD, the percentage of GDP invested in a category that is mostly plant and equipment has fallen in both Europe and the US in recent years. (In the US, it fell from 8.4% in 2000 to 6.8% in 2014; in the EU, it fell from 7.5% to 5.7% over the same period.) Other data provide a similar picture."
Si no hubiera Panamás, habría un gran Gran Hermano
martes, 12 de abril de 2016
Entre el ego desmedido y la inteligencia emocional
lunes, 11 de abril de 2016
¿Qué es el helicopter money?
Milton Friedman,What is helicopter money and how does it work?As I learned when I spoke about it in 2002, the imagery of “helicopter money” is off-putting to many people. But using unrealistic examples is often a useful way at getting at the essence of an issue. [3] The fact that no responsible government would ever literally drop money from the sky should not prevent us from exploring the logic of Friedman’s thought experiment, which was designed to show—in admittedly extreme terms—why governments should never have to give in to deflation.In more prosaic and realistic terms, a “helicopter drop” of money is an expansionary fiscal policy—an increase in public spending or a tax cut—financed by a permanent increase in the money stock. To get away from the fanciful imagery, for the rest of this post I will call such a policy a Money-Financed Fiscal Program, or MFFP.
Let us suppose now that one day a helicopter flies over this community and drops an additional $1,000 in bills from the sky, which is, of course, hastily collected by members of the community. Let us suppose further that everyone is convinced that this is a unique event which will never be repeated." (Milton Friedman, “The Optimum Quantity of Money,” 1969)
El ahorro como vicio nefasto
Saving in "currency and transferable deposits" (physical cash and demand deposit accounts) has more than doubled since 2001, at the expense of more risky, higher-yielding investments. German households are accepting lower returns on savings in return for lower risk and greater liquidity - a clear sign of risk aversion. They are more concerned about the return OF their money than the returns ON it.
Las Comunidades Autónomas, únicas responsables del aumento del déficit
"Establecida la causa de la corta reducción del déficit público en 2015 -el incremento de los gastos públicos en lugar de su disminución- la siguiente pregunta que hay que hacerse es la de quienes han sido los principales causantes de ese aumento. Las cuentas públicas señalan que en 2015 el Estado ha reducido sus gastos netos -es decir, sus gastos no consolidados excluidas las transferencias a otras Administraciones públicas- en unos 487 millones respecto a 2014; que los organismos de la Administración central han aumentado sus gastos netos en unos 169 millones; que las Administraciones regionales (las comunidades autónomas) los han aumentado en 3.802 millones; que las corporaciones locales también los han aumentado, aunque sólo en 302 millones, y que la Seguridad Social ha disminuido sus gastos netos en 765 millones. Han sido, por tanto, las comunidades autónomas junto con las corporaciones locales, aunque éstas últimas en mucha menor medida, las principales causantes del aumento en 2015 de los gastos netos de transferencias a otras Administraciones públicas.
"Es evidente, por otra parte, que no se han cumplido en 2015 los compromisos de déficit con la UE y que eso nos obligará en 2016 a un esfuerzo mayor respecto a tales objetivos, pues el déficit constituye una bomba de relojería para países tan endeudados exteriormente como España, cuya explosión depende en gran medida del final de la fuerte expansión monetaria que mantiene hoy el Banco Central Europeo. Cualesquiera que sean los problemas de financiación de las comunidades autónomas -problemas que hasta hoy parecen influir negativamente sobre sus déficits y no tanto sobre sus decisiones de gasto-, éstas han constituido el principal motor del crecimiento de los gastos públicos, dificultando el cumplimiento de los objetivos pactados con la Unión Europea.
"La sorprendente reacción de la mayoría de los grupos políticos ante estos hechos ha consistido en acusar de falsedad al Gobierno de forma intempestiva y rotunda, olvidando que esas cuentas son producto de muchas horas de trabajo del Instituto Nacional de Estadística y de la Intervención General de la Administración del Estado, que están directamente controladas por Eurostat como las recientes modificaciones demuestran; que en este país y en todos los demás del planeta pueden contener errores y que, además, ni el Gobierno ni nadie suele conocer sus resultados hasta casi el momento en que se publican. Causa estupor que ninguno de esos grupos haya cambiado sustancialmente sus enfebrecidos programas de mayores gastos públicos, de mayores grados de autonomía en el gasto de las comunidades autónomas y de aumentos espectaculares de impuestos que nadie sabe quiénes terminarán pagándolos realmente, aunque todos sospechamos que serán las sufridas clases medias. Es decir, que ninguno de esos grupos se haya hecho cargo de las auténticas raíces del déficit público, que no son otras que el exceso de gastos sobre los previsibles ingresos y la actual organización territorial del Estado. Una organización que financiera y políticamente urge reformar."
domingo, 10 de abril de 2016
Estado libre asociado
"The solution to the Dutch problem — and that of the UK — would be a form of associate EU membership. This would allow centralised decision-making among core members; others would regain some independence from Brussels. Associated member states would be allowed to be detached from central policy areas — the euro, the Schengen free-travel zone, possibly aspects of the single market — while remaining members of the customs union."
sábado, 9 de abril de 2016
Keynes por sí mismo. Citas de Keynes contra sus peores enemigos, los keynesianos
- La Falacia de la composición: el comportamiento individual correcto no lleva a una solución colectiva optima.
- La incertidumbre. La incertidumbre, por definición no calculable como el riesgo, condiciona aleatoriamente las expectativas de los inversores. Pueden pasar largos periodos en que el pesimismo impida alcanzar una inversión de pleno empleo.
- La inversión es el componente del gasto más importante, pero más volátil, por la presencia de la incertidumbre sobre la valoración de la rentabilidad esperada.
- El tipo de interés no es producto del ahorro y la inversión. El tipo de interés es fruto de los cambios en la demanda de dinero. La incertidumbre, que afecta a la inversión, influye también en el deseo de atesorar liquidez. La caída de la inversión y el aumento de la demanda de liquidez responden a la misma causa.
- El dinero es un activo de reserva como cualquier otro activo, pero además tiene la cualidad de la liquidez absoluta. Su demanda es estable en tiempos "normales", pero no suele haber tiempos normales prolongados. Suele haber expansiones más allá de lo aconsejable en los que se forman deudas, y periodos prolongados de ajuste, en los que las deudas acumuladas y el pesimismo de las expectativas impiden volver al pleno empleo.
- Este carácter fluctuante de las expectativas hacen imposible construir modelos matemáticos con parámetros fijos.
It is of the nature of organised investment markets, under the influence of purchasers largely ignorant of what they are buying and of speculators who are more concerned with forecasting the next shift of market sentiment than with a reasonable estimate of the future yield of capital-assets, that, when disillusion falls upon an over-optimistic and over-bought market, it should fall with sudden and even catastrophic force.
Sobre la importancia de las deudas contraídas sobre la Debt Deflation:As these financial developments occur, the MEC will be shifting towards a less optimistic position. Firms will know that their revenues from investments made during the expansion phase are failing to meet the expectations that led them to borrow in the first place. They will re-adjust the MEC to a more realistic position. At the same time the failure of confidence in financial markets will cause liquidity preference and risk premia to increase, leading to a sharp rise in the rate of interest.
The ‘force’ that brings an economy operating outside its long-run equilibrium back to (or rather back through) that equilibrium is debt. The degree of indebtedness is then a measure of the excess of the expansion, and will equally prevent the automatic recovery in the way predicted by classical economics.
We are traditionally the party of laissez-faire . But just as the economists led the party into this policy, so I hope they may lead them out again. It is not true that individuals acting separately in their own economic interest always produce the best results. It is obvious that an individualist society left to itself does not work well or even tolerably. Here I agree with Labour. I differ from them not in the desirability of state action in the common interest, but as to the forms which such interference should take. Their proposals are out of date and contrary to human nature. But it is not safe or right just to leave things alone. It is our duty to think out wise controls and workable interferences. Now there is no part of our economic system which works so badly as our monetary and credit arrangements; none where the results of bad working are so disastrous socially; and none where it is easier to propose a scientific solution. ( CW XIX, Vol. I, pp. 158–9)
I am in favour of an admixture of public works, but my feeling is that unless you socialise the country to a degree that is unlikely, you will get to the end of the public works program, if not in one year, in two years, and therefore if you are not prepared to reduce the rate of interest and bring back private enterprise, when you get to the end of the public works program you have shot your bolt, and you are no better off. I should use the public works program to fill in the interegnum [ sic ] while I was getting interest down. The public works program would in itself increase business profits, and therefore relieve people from that exceptional unwillingness to borrow. I should be afraid of that as a sole remedy. I should be afraid it would work itself out, come to an end, and then we should be back where we were unless we decided on a very definite further action. (Norman Wait Harris Memorial Foundation 1931, as cited in Kent, 2004, p. 205)
Anyone who is well acquainted with my writings will, however, be aware that I am not one of those who believe that the business cycle can be controlled solely by manipulation of the short-term rate of interest, that I am indeed a strong critic of this view, and that I have paid much attention to alternative and supplementary methods of controlling the rate of interest. Since, however, myths once started are persistent, it may be unwise of me to allow this representation of my argument to pass uncorrected. My proposals for the control of the business cycle are based on the control of investment . I have explained in detail that the most effective ways of controlling investment vary according to circumstances; and I have been foremost to point out that circumstances can arise, and have arisen recently, when neither control of the short-term rate of interest nor even control of the long-term rate will be effective, with the result that direct stimulation of investment by government is the necessary means. ( CW XI, p. 435) 3
Now the school which believes in self-adjustment is, in fact, assuming that the rate of interest adjusts itself more or less automatically, so as to encourage just the right amount of production of capital goods to keep our incomes at the maximum level which our energies and our organisation and our knowledge of how to produce efficiently are capable of providing. This is, however, pure assumption. There is no theoretical reason for believing it to be true. . . . Those standing on my side of the gulf, whom I have ventured to describe as half-right and half-wrong, have perceived this; and they conclude that the only remedy is for us to change the distribution of wealth and modify our habits in such a way as to increase our propensity to spend our incomes on current consumption. I agree with them in thinking that this would be a remedy. But I disagree with them when they go further and argue that this is the only remedy. For there is an alternative, namely, to increase the output of capital goods by reducing the rate of interest and in other ways. ( CW XIII, p. 490)
[O]ur desire to hold money as a store of wealth is a barometer of the degree of our distrust of our own calculations and conventions concerning the future. Even though this feeling about money is itself conventional or instinctive, it operates, so to speak, at a deeper level of our motivation. It takes charge at the moments when the higher, more precarious conventions have weakened. The possession of actual money lulls our disquietude; . . .( CW XIV, p. 116) second, the impact of uncertainty on investment: It is not surprising that the volume of investment, thus determined, should fluctuate widely from time to time. For it depends on two sets of judgements about the future, neither of which rests on an adequate or secure foundation –on the propensity to hoard and on opinions of the future yield of capital assets. ( CW XIV, p. 118) After the discussion of investment he makes a statement that is exactly applicable to Hicks:
This completes the first chapter of the argument,namely, the liability of the scale of investment to fluctuate for reasons quite distinct ( a ) from those which determine the propensity to save out of a given income and ( b ) from those physical conditions of technical capacity to aid production which have usually been supposed hitherto to be the chief influence governing the marginal efficiency of capital. If, on the other hand, our knowledge of the future was calculable and not subject to sudden changes, it might be justifiable to assume that the liquidity-preference curve was both stable and very inelastic. ( CW XIV, pp. 118–19)
For the rate of interest and the marginal efficiency of capital are particularly concerned with the indefinite character of actual expectations; they sum up the effect on men’s market decisions of all sorts of vague doubts and fluctuating states of confidence and courage. They belong, that is to say, to a stage of our theory where we are no longer assuming a definite and calculable future. The orthodox theory, on the other hand, is concerned with a simplified world where there is always full employment, and where doubt and fluctuations of confidence are ruled out,
Captaciones
MIÉRCOLES. Para celebrar el 400 aniversario de Shakespeare por todo lo alto, esta mañana me he comprado una edición bilingüe de Macbeth, traducido en endecasílabos y alejandrinos por Luis Alberto de Cuenca: "La vida es una sombra que pasa, un pobre cómico / que se luce y se agita por un rato en escena / y no vuelve a salir; es un cuento contado / por un idiota, lleno de sonido y furia / que nada significa". Explica L. A. de Cuenca que "diciendo esto el tirano se justifica ante la posteridad, y nos procura una definición de la vida que mantiene su vigencia 400 años después. Entre los cuatro o cinco pasajes memorables de la literatura universal está sin duda éste". Es cierto. Recuerdo una deriva, dulce y nostálgica, de esa comparación barroca de la vida con las sombras movedizas, en esta "contrarrima" de Toulet: "La vie est plus vaine une image / Que l'ombre sur le mur. / Pourtant l'hiéroglyphe obscur / Qu'y trace ton passage / M'enchante...". ("La vida es una imagen más vana / que la sombra en la pared. / Pero el obscuro jeroglífico / que trazas en ella al pasar / me encanta"). También es verdad. Me encanta el «me encanta.
viernes, 8 de abril de 2016
Buyback como síntoma, más que como causa
Corporations are buying back shares because their profits are near record levels and their resulting cash flows are high. Equity prices are high because future profit expectations are accordingly high. Buybacks are a procyclical result of this and do not necessarily reflect manipulated stock prices, but are merely the result of record high profits and cash flows.¹ In fact, as a percentage of total profits, buybacks are not that close to the bubbly territory we saw before the Great Financial Crisis:
Corporations are buying back shares because profits are very high and they have determined this to be an efficient way to return capital to investors during a time when they have more cash than they know what to do with.² So, every time you read a headline about buybacks “propping up the stock market” you can rewrite that as “Corporate Profits are Propping up the Stock Market”. Of course, that makes for a far less sexy headline, but it’s a much more accurate description of the current state of the stock market.
Ibex y prima de riesgo
jueves, 7 de abril de 2016
La aberración de los tipos de interés negativos
Negative rate aficionados find this incomprehensible. Why wouldn't people borrow if they were paid to do so? But when balance sheets are highly leveraged, people will not take on more debt EVEN IF interest rates turn negative, because they believe that interest rates will eventually rise and they will then have problems refinancing the debt at affordable rates. Deeply negative rates as a temporary shock to kickstart credit demand founder on the rock of Ricardian equivalence. (Miles Kimball, this is my response to your question!)
This enables us to identify what the "underlying problem" is. The desire of the private sector to avoid taking on debt at any price is a significant squeeze on aggregate demand, which reveals itself as stubbornly low inflation and poor growth. It inevitably puts downwards pressure on sovereign bond yields:Whether this "borrowing and spending" takes the form of fiscal stimulus or central bank intervention is irrelevant. Somehow, more money has to get into the economy.
Maybe it is time we stopped our ears to the siren voices that lure us on to the rocks of economic stagnation by singing about the virtues of fiscal consolidation, and started listening to the song of the bond markets. Bond vigilantes are chimeras: the bond markets want more of the debt of Western countries with activist central banks, not less.
Fiscal consolidation is the wrong medicine in a balance sheet recession. It removes from the economy money needed by the private sector to repair balance sheets: central bank monetary stimulus is weakened by fiscal consolidation, because the government siphons the water out of the tub nearly as fast as the central bank puts it in. And monetary stimulus which primarily benefits the rich, such as QE, is inadequate anyway. As Nouriel Roubini says, money needs to get into the hands of people who will spend it, not save it:Second, QE could evolve into “helicopter drop” of money or direct monetary financing by central banks of larger fiscal deficits. Indeed, the recent market buzz has been about the benefits of permanent monetization of public deficits and debt. Moreover, while QE has benefited holders of financial assets by boosting the prices of stocks, bonds, and real estate, it has also fueled rising inequality. A helicopter drop (through tax cuts or transfers financed by newly printed money) would put money directly into the hands of households, boosting consumption.Break out those helicopters.Amen.
Álvarez Junco y la idea de nación
"¿Por qué ha titulado Dioses útiles un libro sobre naciones y nacionalismo? “Se explica en la cita que abre el libro”, responde José Álvarez Junco. “Es de Edward Gibbon y dice que los dioses en la antigua Roma eran verdaderos para la plebe, falsos para el filósofo y útiles para el político. ¿Y qué son las naciones sino dioses útiles? ¿Existe España? La Real Academia de la Historia puede publicar El ser de España, pero ¿qué es eso? España es un invento, solo existe en la medida en que nos la creamos. Igual que Cataluña”...... Pregunta. ¿Por qué relaciona la nación con la religión?Respuesta. Porque la principal función de una religión es la identitaria, y por eso es comparable con una nación. Te da una identidad, te dice quién eres y te da autoestima.P. Pero existen también otras identidades colectivas. ¿Por qué tiene tanta fuerza la nación?R. Tiene, a partir de las revoluciones democrático-liberales, una importante peculiaridad y es que se convierte en el sujeto de la soberanía. Cuando Luis XVI, muy asombrado por lo que le estaban haciendo sus súbditos, pregunta “¿quién manda aquí? y afirma “yo soy el soberano”, le contestan: “No, perdone, el soberano somos nosotros: la nación”.P. ¿Cuál es la diferencia frente a lo que había antes?R. El ser humano ha tenido gran afición por matarse y lo hizo por las religiones durante muchos años. Luego se impuso la nación, que fue una especie de pensamiento único durante el siglo XIX y la primera mitad del XX. Nadie (ni Stuart Mill, ni Tocqueville, ni Marx), dejó de creer en la nación. Y eso llevó a las barbaridades de las dos guerras mundiales, de los fascismos. Es en 1945 cuando surge la reflexión y la distancia: no está tan claro que las naciones existan. Es una invención moderna.P. ¿Qué diferencia hay entre Estado y nación?R. El Estado es una estructura político administrativa que controla un territorio y a sus habitantes y que da unas normas de convivencia y que tiene la capacidad coercitiva para hacerlas cumplir. La nación, en cambio, es un sujeto etéreo que justifica la existencia del Estado. Es algo imaginario que está en nuestras mentes, al que se supone que pertenecemos porque somos una comunidad cultural (compartimos una lengua común o lo que sea) y el hecho de pertenecer a ese sujeto imaginario permite que se legitime la existencia del Estado.P. ¿Se podría hablar hoy del ocaso del Estado nación?R. En Europa estamos haciendo un experimento muy interesante, el de crear una estructura supraestatal y supranacional. Y ya vemos las dificultades que atraviesa. En cuanto hay una crisis grave, como la de los refugiados de ahora, la gente vuelve a sus viejos nacionalismos. La fórmula de la Unión Europea está llena de elementos liberadores: no hay fronteras, hay una moneda común. Pero vivir en un espacio tan ajeno a los Estados nación puede tener problemas. Puede ser una estructura de los burócratas de Bruselas a la que no controlemos. La solución pasaría por reforzar el Parlamento Europeo, que sea de verdad la expresión de la soberanía europea.P. ¿Qué pasa con España?R. Estamos en un momento muy complejo. El nacionalismo español tiene un pecado original que lo lastra: su conexión con el franquismo, que monopolizó todos sus símbolos. Mal asunto si eso no se revierte. Los otros nacionalismos les convienen mucho a las elites locales, especialmente a la catalana. El nacionalismo catalán es muy potente, más que el vasco, y está vinculado con una carga muy emotiva a la lengua. Pero ha hecho una apuesta demasiado potente y se la ha creído. Y no tiene futuro, Europa no va a permitir que se independice.P. ¿Y en el resto del mundo?R. En la política democrática pueden ganar los demagogos. Y el mayor riesgo es que surjan otro tipo de populismos. Ahí está Trump en Estados Unidos. Eso no es fascismo ni es comunismo, pero en su discurso sigue siendo esencial la afirmación identitaria.
Al margen de los parentescos, la lengua y la religión
Junto a los excesos de uniformización que reclamó el Estado nación a lo largo del siglo XIX estuvieron los viejos imperios (como el austrohúngaro o el otomano) que consiguieron tolerar en su interior la pluralidad, ya fuera étnica, religiosa o cultural. “Ya no nos podemos agarrar a que formamos parte de una etnia”, comenta al respecto José Álvarez Junco y apunta: “No vivimos en una época en la que un croata no se puede casar con una serbia”. ¿Entonces? ¿Qué hacer ante el regreso de los discursos que reclaman un peso mayor de los elementos identitarios? “La única realidad hoy es que somos individuos”, explica. “Y tenemos que renunciar a las identidades intermedias, como las naciones. No sirve decir que ‘como mujer’ o ‘como homosexual’ o ‘como católico’ tengo estos y aquellos derechos. No; los tengo como ciudadano. Y por eso tenemos que partir de lo que se llama nacionalismo cívico o de lo que [Jürgen] Habermas llamó patriotismo constitucional”. ¿Y no surgirán nuevas distorsiones también en esta fórmula? “Quién sabe, pero lo importante es que se trata de una identidad a la que cualquiera se puede incorporar porque consiste tan solo en respetar las leyes: todos tenemos los mismos derechos y da igual tu lengua, tus parentescos, tu religión”."
miércoles, 6 de abril de 2016
Consecuencias problemáticas de los tipos de interés negativos
En Bond Vigilantes nos ponen al día de ciertas fisuras que están empezando a aparecer en los sistemas financieros con los tipos de interés negativos. Vale la pena leer el post entero, pero traslado aquí el párrafo que se refiere al BCE y a España.
"With 12 month Euribor turning negative in February 2016 for the first time ever, Spanish property owners – who generally have mortgage interest payments set on this measure, with no floors at zero – are seeing their outgoings collapse. Spanish Bankinter also offered mortgages linked to Swiss rates, and some customers are due payments from the bank each month (in practise the bank is reducing the principal owed rather than paying over the cash). The Spanish mortgage sector was often quoted as a reason the ECB would never go negative, as it would have a big P&L hit to the banks. A similar reason, related to the UK building society sector, has been used by the Bank of England to justify keeping rates at a relatively high 0.5%."
¿Qué supone esto? Que el banco tiene que recortar su activo para cumplir con su obligación legal de que al cliente se le carga un tipo de interés negativo, es decir, una pérdida contable para el banco. El activo disminuye. ¿Qué pasa si esto se extiende a los demás bancos, a los demás países?
Incluso gente tan cualificada como Bernanke ha estudiado el problema y no ha sido capaz de ver las consecuencias destructivas que tienen los tipos negativos.
Algunos habíamos advertido que el sistema financiero no es exactamente simétrico: si pasas al otro lado del espejo, como Alicia, las cosas que suceden son raras. Si funciona con tipos de interés positivos, y curva de rendimientos más o menos inclinada, no funcionará nunca con tipos a corto negativos, pues la curva de rendimientos nunca será un reflejo exacto de la curva de tipos positiva.
¿Por qué? Entre otras razones, porque el riesgo nunca es menor que cero. ¿Hay algo más ridículo que pensar que el riesgo se va a hacer negativo, precisamente, además, cuando los tipos de interés tan bajos y las curvas de rendimientos planas demuestran una aversión brutal a él?
martes, 5 de abril de 2016
El descalabro de España
A estas alturas poseemos dos claras certidumbres: por un lado, que nadie quiere unas nuevas elecciones, es decir, ninguno de los partidos políticos ni tampoco una gran mayoría del electorado desea volver a las urnas el 26 de junio. Y, por otro lado, que, paradójicamente, parece que no hay más remedio que celebrar esas nuevas elecciones ante el jeroglífico político que sufrimos. Así lo confirma la falta de seriedad de nuestra clase política - salvo alguna excepción- que lleva tres meses jugando al escondite y al veo veo, como si no pasase nada. Y así lo confirma también la imposibilidad de realizar la gran coalición (PP, PSOE Y Cs), única posible que podría conferir una estabilidad política a España, mediante un pacto en que respectivamente cada uno tendría que ceder algo para que se pudiesen llevar a cabo las transformaciones sociales, económicas, políticas y constitucionales que ya no pueden esperar más, porque nos acechan varios peligros que pueden acabar con España. En efecto, el primero de todos es el creciente deterioro de la economía, con su correlato del aumento del paro, a causa de que no tenemos un Gobierno que gobierne. En segundo lugar, avanza la ofensiva separatista, especialmente en Cataluña, donde los nacionalistas siguen tomando medidas de desconexión al ritmo de una liebre, mientras que el Gobierno en funciones -pero asimismo cuando estaba en plenitud- sigue tomando sus contrapartidas al paso de una tortuga, pero en este caso desgraciadamente no ocurrirá lo mismo que en la fábula de Esopo. Un tercer riesgo es que el movimiento populista que representa Podemos, acabe convirtiéndose en la fuerza preponderante de la izquierda, cuando precisamente no ejerce esta ideología a la que quiere sustituir. Y, por último, sin agotar el repertorio, es necesario un nuevo planteamiento de nuestras instituciones políticas, hoy infectadas del virus partidista, una reforma del Título VIII de la Constitución y, finalmente, una recuperación de la política exterior que hoy está a la misma altura de cualquier país tercermundista.
Ahora bien, aunque nadie quiere elecciones en junio y nadie quiere formar una gran coalición, o acaso una pequeña entre PSOE Y Cs, con el apoyo externo del PP, existe la posibilidad de que en el último minuto, movidos por el miedo escénico de perder lo que se tiene, como sucedió en el Parlamento catalán, se forme un Gobierno 'progresista' derivado de una coalición suficiente para investir a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, pero no para poder gobernar después. Este es el llamado Gobierno a la valenciana que tanto reivindica Pablo Iglesias y que no es más que un espejismo, porque sería todo menos un Gobierno de cambio y progreso. En efecto, con 161 diputados se podría alcanzar la investidura en la segunda votación, si cuenta con la abstención de los partidos separatistas, pero será imposible gobernar porque no podrán alcanzar la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, ni por supuesto en el Senado, donde el PP dispone de una amplia mayoría que utilizaría para bloquear las modificaciones necesarias a través de leyes ordinarias u orgánicas. El procedimiento para su aprobación, según lo que exige el artículo 90 CE, imposibilitaría o dificultaría los cambios legislativos que reivindican alegremente. Y para qué vamos a hablar de modificar la Constitución, porque una reforma ordinaria de la misma exige, según el artículo 167 CE, 210 diputados y 159 senadores, y la extraordinaria, expuesta en el artículo 168, requiere 236 diputados y 176 senadores. ¿De dónde podría sacar este Gobierno a la valenciana los votos que se necesitan para modificar cualquier artículo de la Constitución? Por ejemplo, para suprimir el aforamiento, como se reivindica ahora con razón, habría que modificar el artículo 71.3 de la Constitución, lo que significa que ese Gobierno no dispondría de las cifras de diputados y senadores que he mencionado.
Vistas las cosas así, hay que escoger probablemente entre dos males, el posible, aunque difícil, Gobierno a la valenciana, o las nuevas elecciones en junio. No cabe duda de que, a estas alturas, el mal menor es celebrar las elecciones en junio, porque de no ser así no nos libraríamos tampoco de nuevas elecciones en el término de unos meses ante la incapacidad de poder gobernar de ese Gobierno a la valenciana, que además de ser algo parecido a una jaula de grillos, contaría con la oposición constante del PP y de Cs, puesto que no dispone de la mayoría necesaria para casi todo. Por lo demás, es cierto que no se debería descartar tampoco, a fin de evitar esas elecciones, que se utilizase una moción de censura, siempre que se reuniesen 176 diputados dispuestos a no tolerar un periodo de anarquía gubernamental. En definitiva, todo esto lo debería saber Pedro Sánchez, que es el gran culpable de que estemos corriendo el riesgo de que el populismo llegue al poder con todo lo que eso significa. Por supuesto, la primera víctima de este Gobierno contaminado sería el pueblo español, pero el autor de la obra, el Secretario General del PSOE, también se vería afectado por las intenciones ladinas del líder de Podemos, que no tiene más ambición que la de hacerse con el poder. Por eso, Pedro Sánchez debería recapacitar sobre algo que muchos ignoran y que suele ser verdad: en esta vida solamente hay una desgracia mayor que desear algo con todo el alma y no obtenerlo: desear algo con todo el alma y conseguirlo.
Pero dicho esto, es evidente que si los políticos son incapaces de encontrar una solución válida para salir del atolladero en que nos encontramos, no hay más remedio que dar la palabra al pueblo soberano el 26 de junio. Bien es cierto que se dice con frecuencia que de nada o de poco servirían unas nuevas elecciones, porque los resultados serían muy parecidos a los obtenidos el 20 de diciembre. Sin embargo, si los electores volviesen a ofrecer de forma parecida los resultados que nos han llevado a la encrucijada actual, no habría más remedio que afirmar entonces que el pueblo español tiene los políticos que merece.