El Congreso resultante de esta estimación sería un auténtico infierno. El PP sería el primer partido de la Cámara, pero la investidura de Pablo Casado colgaría de un hilo. Presuponiendo el apoyo imprescindible de Vox, Ciudadanos y Navarra Suma, el candidato popular obtendría 172 votos afirmativos, frente a 174 negativos que colectarían entre la izquierda y los nacionalistas. Todo quedaría en manos de cuatro diputados imprevisibles: los dos de Coalición Canaria, el del PRC y el de Teruel Existe (o de una abstención del PNV, altísimamente improbable con Vox como partícipe estelar de la mayoría de gobierno).
Aunque lo lograra, la estabilidad de un Gobierno con semejante precariedad numérica y semejantes apoyos políticos sería una quimera. Casado tendría problemas para explicar en Europa su supeditación a la extrema derecha. La izquierda y los nacionalistas emprenderían una oposición de tierra quemada. Los caminos del consenso quedarían aún más bloqueados de lo que están ahora. En consecuencia, todas las reformas estructurales que el país necesita permanecerían paralizadas. Lo más verosímil es que, tras unos meses de fuego y azufre, la legislatura pereciera por asfixia.
"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
miércoles, 15 de septiembre de 2021
Augurio pésimo
martes, 7 de septiembre de 2021
Bitcoin, ¿contribuye a la libertad?
domingo, 5 de septiembre de 2021
Nostalgia
La vieja Inglaterra por la que lucharon nuestros padres se ha reducido a rincones aislados entre las autopistas. La granja familiar, que mantenía la producción diversificada de pequeña escala que fue en gran parte responsable de la forma y apariencia de Inglaterra, se halla hoy al borde de la extinción. Los pueblos han perdido sus centros, que están tapiados y destrozados; y las ciudades han sido casi arrasadas por vastas estructuras de acero que de noche permanecen vacías entre restos de hormigón iluminados. Ya no se ve el cielo nocturno, que en todas partes está cubierto de un pálido resplandor anaranjado, e Inglaterra se está convirtiendo en una tierra de nadie, un «lugar otro» gestionado por ejecutivos que solo fugazmente visitan los puestos de avanzada, alojándose en hoteles multinacionales en los límites de alumbrados páramos.
sábado, 4 de septiembre de 2021
Entre Hobbes, Rousseau y los Austriacos
Como había escrito Keynes décadas antes, los mercados e incluso el propio dinero eran fundamentalmente criaturas políticas. No existía ningún proceso de mercado ideal flotando en el limbo y aguardando a materializarse.(De “Dinero, Democracia y el precio de La Paz. La vida de JM Keynes”)
viernes, 3 de septiembre de 2021
Josep Pla
jueves, 2 de septiembre de 2021
Soros sobre China
miércoles, 1 de septiembre de 2021
Da la sensación de que esto descarrila
martes, 31 de agosto de 2021
lunes, 30 de agosto de 2021
Eso: ¿como osamos los europeos criticar a EEUU?
Si yo no fuera europeo, con toda seguridad estaría aplaudiendo, incluso con las orejas, a todos esos valientes conciudadanos míos de la Unión Europa que, airados e indignados, exigen hoy responsabilidades a las élites rectoras del imperio americano por el bochorno de Afganistán. Pero resulta que, al igual que todos esos que no paran de gritar, también soy europeo. Y me temo que, pase lo que pase en cualquier rincón cercano o remoto del mundo, a lo único que tenemos genuino derecho los europeos es a permanecer bien callados. Más que nada porque a estas aciagas horas Europa vive inmersa en una muy ridícula esquizofrenia.
Por un lado, seguimos siendo el continente posthistórico que se regodea en un adánico retorno a la infancia que posee como premisa mayor el negar que la fuerza constituya el argumento principal del orden mundial. Algo, la naturaleza intrínsecamente coercitiva del poder en el orden internacional, que ni rusos ni norteamericanos se han permitido olvidar jamás. Por el otro, exigimos al primo transatlántico de Zumosol que implemente, y sin reparar en costes materiales ni humanos, el grueso de las labores punitivas propias de los gendarmes globales, esas mismas que a nosotros nos repugnan tanto desde el punto de vista ético como desde el estético.
Así las cosas, resulta que dos presidentes norteamericanos consecutivos, el más macho de la historia de la Federación y posiblemente el más senil, han decidido al alimón abandonar Afganistán a su suerte con el argumento, por lo demás inobjetable, de que su responsabilidad principal remite a defender los intereses de los ciudadanos de Estados Unidos, no los de los ciudadanos de Afganistán. Un cinismo apenas disimulado, el de los yanquis, frente al que los europeos, siempre provistos de nuestra manifiesta superioridad moral, solo podemos exhibir, ¡hay!, una vergonzante hoja de parra. Pero qué demonios vamos a exigir nosotros a Biden cuando ni siquiera fuimos capaces de organizar una fuerza militar autónoma de intervención en las guerras de los Balcanes, nuestro particular patio trasero. Hasta para destruir Yugoslavia tuvimos que llamar a la puerta de la Casa Blanca porque no éramos capaces de hacer el trabajo. ¿Nosotros pedir explicaciones a nadie? Lo único que nosotros podemos pedir es perdón.
El precio de la electricidad
domingo, 29 de agosto de 2021
El dinero
viernes, 27 de agosto de 2021
¿Bitcoin? No gracias. Es un juego de suma cero sin valor económico.
jueves, 26 de agosto de 2021
El BCE y sus operaciones de ampliación de liquidez
La comparación de una fase y otra deja claro que la Pandemia ha exigido menos política expansiva, aunque son de considerable volumen y aumentan el stock total de activos del BCE, como se ve en el cuadro siguiente:
Las barras azules representan las adquisiciones de deuda pública de los países de la Zona Euro. En el post anterior ya expliqué la estrategia y la instrumentación del BCE en estas operaciones, que si no hubieran existido habríamos sufrido una crisis de dimensiones apoteósicas. Hay gente que discute esto, en contra de toda evidencia. No hay más que preguntarse, observando la mínima inflación registrada después de 10 años de expansión monetaria, cual hubiera sido la deflación resultante sin ellas. Por no hablar del PIB y del paro...
Apenas frenada recientemente.
Por qué la "Expansión Cuantitativa" (QE) de los bancos centrales no ha funcionado con la potencia esperada?Porque, hemos de decir, como me recuerda un lector en Inbestia, algo ha funcionado: qué hubiera sido de la crisis sin el QE. La diferencia esencial entre esta crisis y la Gran Depresión es que hemos tenido QE.Un buena aparte del dinero que el Banco Central le da a los bancos a cambio de la deuda pública que tienen en su activo, no llega, o llega disminuido, a los ciudadanos, porque el dinero entra en circulación cuando sale del banco en forma de crédito. Pero, como hemos explicado, y explica aquí Frances Coppola, ni los bancos están por la labor de aumentar su riesgo en el activo, ni los particulares demandan crédito: en España el crédito neto sigue siendo negativo porque los particulares están devolviendo deuda.El Helicopter Money (HM) es una propuesta de hacer llegar el dinero a los particulares. Un medio sencillo es que el gobierno manda una carta a los ciudadanos diciéndoles que tiene en su cuenta bancaria X euros todos los meses, que es exactamente igual a un recree de los impuestos anual por el da cantidad multiplicada por 12.Los pusilánimes se llevan las manos a la cabeza diciendo que esto no es política monetaria, ¡que es política fiscal! han descubierto el Mediterráneo. TODA política monetaria es política fiscal, puesto que el BC actúa comprando y vendiendo deuda pública para establecer la base monetaria y el tipo de interés que cree adecuado en ese momento.Al actuar así el gobierno, haciendo una transferencia fiscal a todo el mundo, aumenta su déficit mientras disminuye el de los ciudadanos. Pero es que es necesario que aumente cuando el tipo de interés es cero o negativo. Se tendrá que endeudar. Podrá colocar esa deuda en el BC, lo que, efectivamente, es "monetización de deuda", pero exactamente igual que cuando el Banco Central hace QE. La compra de deuda en el mercado secundario por el BC amplia la capacidad de endeudarse del gobierno.El efecto inmediato deseado es, como dice Cullen Roche, que el ciudadano ve que ha aumentado su activo, además en forma de dinero, lo que le hace sentir más rico y le permite saldar deudas antes, o consumir antes, lo que, en todo caso, acelera la salida del estancamiento. Se pondrá en movimiento la cadena de demanda y producción, y en tiempo razonable aumentarán las rentas.
miércoles, 25 de agosto de 2021
Ya está, ya me han etiquetado
Interesante artículo... Keynesiano,...yo como liberal de derechas creo, que si sigue usted por ese camino aumentará sus posibilidades de que Sánchez lo incorpore a su equipo de múltiples y numerosos asesores. Saludos. Le tengo que corregir. Yo no soy de izquierdas, todo lo contrario. Lo único que hago es describir como están las cosas y como funcionan. Si se presentan a favor de este maldito gobierno, no tengo la culpa. ¿Verdad?
En cuanto a lo de keynesiano, con matices. No soy dogmático, pero ciertamente Keynes fue un avance definitivo en cuestiones de dinero que no se han superado hoy.
Así que, retire por favor lo de izquierdas. gracias.
martes, 24 de agosto de 2021
La Deuda y el Gobierno
jueves, 19 de agosto de 2021
Desde la Mareta
Oí contar que otrora, cuando en Persia
hubo no sé qué guerra,
en tanto la invasión ardía en la ciudad y
las hembras gritaban, dos jugadores de ajedrez jugaban
su incesante partida.
A la sombra de amplio árbol fijos los ojos
en el tablero antiguo,
y, al lado de cada uno, esperando sus
momentos más holgados,
cuando había movido la pieza
y ahora aguardaba al contrario.
Una jarra con vino refrescaba
su sobria sed.
Ardían casas, saqueadas eran
las arcas y paredes,
violadas, las mujeres eran puestas contra muros caídos,
traspasadas por las lanzas, las criaturas
eran sangre en las calles...
Mas donde estaban, cerca de la urbe
y lejos de su ruido,
los jugadores jugaban el juego del ajedrez.
Aunque en los mensajes del yermo viento
les llegasen los gritos
y, al meditar, supiesen desde el alma
que en verdad las mujeres
y las tiernas hijas violadas eran
en esa victoria próxima,
aunque, en el momento en que lo pensaban,
una sombra ligera
les cruzase la frente ajena y vaga,
pronto sus ojos calmos
volvían su atenta confianza
al tablero viejo.
Cuando el rey de marfil está en peligro,
¿qué importa la carne y el hueso
de las hermanas, de las madres y los niños?
Cuando la torre no cubre
la retirada de la reina blanca,
poco importa el saqueo,
y cuando la mano confiada da jaque
al rey del adversario,
poco ha de pesarnos el que allá lejos
estén muriendo hijos.
Aunque, de pronto, sobre el muro
surja el sañudo rostro
de un guerrero invasor que en breve deba
caer allí envuelto en sangre,
el jugador solemne de ajedrez
el momento anterior
(anda aún calculando la jugada
que hará horas después)
sigue aún entregado al juego predilecto
de los grandes indiferentes.
Caigan ciudades, sufran pueblos,
cesen la libertad, la vida,
los protegidos y heredados bienes
ardan y sean desvalijados,
mas cuando la guerra las partidas interrumpa,
esté el rey sin jaque,
y el peón de marfil más avanzado
amenazando la torre.
Mis hermanos en amar a Epicuro
y en entendernos más
de acuerdo con nosotros mismos que con él
en la historia comprendamos
de esos calmos jugadores de ajedrez
cómo pasar la vida.
Todo lo serio poco nos importe,
lo grave poco pese,
el natural impulso de los instintos
ceda al inútil gozo
(bajo la sombra tranquila de la arboleda)
de jugar un buen juego.
Lo que llevamos de esta vida inútil
tanto vale si es
gloria, fama, amor, ciencia, vida,
como si es tan sólo
el recuerdo de un juego bien jugado
a un jugador mejor.
La gloria pesa como un copioso fardo,
la fama como fiebre,
el amor cansa porque va en serio y busca,
la ciencia nunca encuentra,
la vida pasa y duelo, pues lo sabe…
La partida de ajedrez prende el alma toda.
Aunque perdida, poco pesa pues no es nada.
Ah, bajo las sombras que sin querer nos aman,
con un jarro de vino
al lado y atentos a la inútil tarea
de jugar al ajedrez
aunque esta partida sea tan sólo un sueño
y no haya compañero,
imitemos a los persas de la historia,
y mientras allá fuera,
cerca o lejos, la guerra y la patria y la vida
nos llaman, dejemos
que en vano nos llamen,
cada unos de nosotros bajo sombras amigas
soñando él los compañeros y el ajedrez
su indiferencia.
miércoles, 18 de agosto de 2021
Las escuelas económicas y su distinto realismo
lunes, 16 de agosto de 2021
Imagen
¿Estamos en el siglo XXI?, o esto es un retroceso al XIX o es una pesadilla...
domingo, 15 de agosto de 2021
Los cambios de opinión de Keynes
sábado, 14 de agosto de 2021
Las variables básicas de la Macroeconomía
«¿Hemos de quedar a merced de un hatajo de negras afanadas en escarbar con los dedos de los pies en el fango del Zambeze?», le había preguntado a los burócratas Winston Churchill.(Téngase, por favor, en cuenta la fecha de tales expresiones hoy lesivas para los oídos sensibles: 1925)
Así las cosas, el 17 de marzo, Churchill invitaba a John Maynard Keynes, el economista de Cambridge que había sido la única voz discrepante del Comité Cunliffe, al ex ministro de Hacienda Reginald McKenna, a lord Bradbury, experto en reparaciones de guerra, y a Otto Niemeyer, a una cena en la sede de su departamento con el fin de examinar a fondo la cuestión. También estuvo presente en la reunión Percy Grigg, quien más tarde diría que el cónclave había sido «una especie de Brains Trust», en alusión al popular programa de la BBC.° Andando el tiempo, Grigg señalará que Niemeyer y Bradbury respaldaron el proyecto, mientras que Keynes y McKenna se opusieron a él. «El simposio se prolongó hasta la medianoche, e incluso más allá», apunta. En ese momento pensé que los síes iban a llevarse el gato al agua. La tesis de Keynes, que McKenna apoyó en todos sus detalles, sostenía que la diferencia de precios entre los bienes estadounidenses y los británicos no era del 2,5% como indicaba la cotización en el mercado de valores, sino del 10%. Si volviéramos al oro con la misma paridad de antes, tendríamos que proceder a una deflación de los precios internos de una magnitud aproximadamente similar. Esto implicaba un aumento del desempleo y ajustes salariales a la baja, y obligaría a asumir la incidencia de huelgas prolongadas en las industrias pesadas —y al final se constataría además que dichas industrias se habrían visto sujetas a una constante contracción—. Por consiguiente, era mucho mejor intentar mantener estables los precios domésticos, equilibrar el nivel nominal de los salarios y permitir que las cotizaciones cambiarias fluctuasen.Bradbury señaló en cambio que el patrón oro era un sistema «a prueba de bellacos», dado que, al estar la divisa directamente ligada al precio de ese metal, los políticos no podrían manipular el valor de la libra esterlina para favorecer sus propios fines partidistas. Se creía que la ventaja que suponía la estabilidad de precios, y por consiguiente los beneficios de una ausencia de inflación, superaban al inconveniente de la falta de liquidez del sistema. Al sugerirse que Gran Bretaña volviera a ceñirse a una paridad inferior, Bradbury afirmó que «sería estúpido provocar una conmoción en la confianza de los mercados y poner en peligro nuestra reputación internacional para conseguir un alivio tan reducido y efímero». Para nada dogmático, como se ve.