"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Augurio pésimo

 Ignacio Varela nos ofrece el resultado de un sondeo de opinión de pesadilla. El régimen del Congreso que saliera de esas urnas sería, según sus palabras, así:

El Congreso resultante de esta estimación sería un auténtico infierno. El PP sería el primer partido de la Cámara, pero la investidura de Pablo Casado colgaría de un hilo. Presuponiendo el apoyo imprescindible de Vox, Ciudadanos y Navarra Suma, el candidato popular obtendría 172 votos afirmativos, frente a 174 negativos que colectarían entre la izquierda y los nacionalistas. Todo quedaría en manos de cuatro diputados imprevisibles: los dos de Coalición Canaria, el del PRC y el de Teruel Existe (o de una abstención del PNV, altísimamente improbable con Vox como partícipe estelar de la mayoría de gobierno). 

Foto:

Aunque lo lograra, la estabilidad de un Gobierno con semejante precariedad numérica y semejantes apoyos políticos sería una quimera. Casado tendría problemas para explicar en Europa su supeditación a la extrema derecha. La izquierda y los nacionalistas emprenderían una oposición de tierra quemada. Los caminos del consenso quedarían aún más bloqueados de lo que están ahora. En consecuencia, todas las reformas estructurales que el país necesita permanecerían paralizadas. Lo más verosímil es que, tras unos meses de fuego y azufre, la legislatura pereciera por asfixia.

Una gobernabilidad imposible, y más con estos políticos que tenemos, que sólo piensan en colocarse ellos y a sus familiares. 
Todo esto viene de una ley electoral desastrosa, que no permite la elección personal, y en la cual los candidatos, en listas cerradas, son puestos por los mandamases de los partidos. Por ejemplo, Casado, un descerebrado, ya ha apuntado su intención de descabalgar a Díaz Ayuso. A eso lo llaman partitocracia, y literalmente quiere decir que España están gobernada por los cabezas de los partidos. ¿Gobernada? Más bien lo opuesto, desgobernada, porque lo que dichas cabezas contienen está muy alejado de la realidad.
El resultado es que en España no cabe un política a largo plazo, esencial en varias materias, como la educación o la energía, tema del que se habla mucho pero no se aclara nada. Y en esto la culpa no la tiene sólo España. Europa ha impuesto una serie condiciones en la formación del precio de la electricidad que, sumadas a las inventadas por el gobierno, forman un galimatías. Para romper el cipual al gobierno no se le ocurre mas que apropiarse de los beneficios de las empresas que obtienen del desaguisado más beneficios, simplemente porque no contaminan (nucleares, hidroeléctricas) y por ello no han debido pagar esa cosa tan rara que se llama “derechos de contaminación”, de la que hay un mercado y sí pagan las demás. Por lo tanto el precio máximo es el coste de éstas, del que se benefician las no contaminantes al amolar sus márgenes, a lo que Sánchez decide que es una jugosa partida que le vendría bien para subvencionar el precio de la luz. Por ende, confisca los beneficiosos legítimos de las no contaminantes. Qué cerebro.
Toma ya. Se acuerda un castigo a las que contaminan, y un mercado en el que se pueden comprar y vender esos derechos; Sánchez destroza la lógica de ese acuerdo, retuerce el cuello a las no contaminantes, les quita el pago por su virtud, y a otra cosa. 
Prepárense para ser gobernados así, a golpe de caprichos insensatos, por los siglos de los siglos. Mientras los mercados del gas - principal factor base  de la subida - predice en los previos de futuro una subida más intensa aún, por lo que no crean ni por un momento que Sánchez va a conseguir dinero suficiente para su jugada. 


martes, 7 de septiembre de 2021

Bitcoin, ¿contribuye a la libertad?

Qué inmensa gilipollez. Bitcoin no contribuye a la libertad, como no contribuyen los casinos. El Bitcoin no existía hasta ahora hace pocos años, y nunca se le echó de menos en nombre de la libertad. Cómo no, tenía que ser Argentina donde saliera la propuesta de hacer de Bitcoin la moneda al oficial, “porque la inflación es del 55%, y el peso no hace más que devaluarse”. Es obvio que es un país negado para una gestión monetaria satisfactoria, y el Bitcoin no lo arreglará, como no lo arregló la paridad fija Dólar-Peso del ministro Carvallo. ¿Que liberalismo pujante hay en ese país para que piensen en una solución digna del Juan de Mariana?
El señor Polavieja me ha acribillado con argumentos atrabiliarios en defensa de Bitcoin, aunque él lo niegue. Me dedicó nada menos que veintiún comentarios a mi artículos sobre Bitcoin, y dice que no le obsesiona el tema. Ahora bien, el que más me ha llamado la atención es “que el Bitcoin aporta Libertad” algo sumamente estrafalario y notoriamente falso. Se podría decir ídem de las tartas de chocolate. Las tartas de chocolate añaden libertad a comer tartas de chocolate, pero eso no quita que tienen contraindicaciones para la salud. El Bitcoin las tiene también para la salud mental, pues tener Bitcoin puede originar falta de sueño y ansiedad. Y para la economía si se estableciera un patrón Bitcoin.
Hay un enorme número de cosas que se inventan todos los días, y no podemos afirmar que “aportan” libertad. Como no podemos decir que es mejor moneda que la oficial, como es obvio. La volatilidad del Bitcoin le hace inválido como moneda. Pero Polavieja erre que erre, y miente cuando dice que no lo defiende. 21 comentarios. Que confiese que para los Austriacos es un tabú, digno de ser el nuevo patrón oro, la obsesión de esa escuela. 
Decir que Bitcoin es sinónimo de una parte de la Libertad es una auténtica astracanada, digna de un sainete.

domingo, 5 de septiembre de 2021

Nostalgia


La vieja Inglaterra por la que lucharon nuestros padres se ha reducido a rincones aislados entre las autopistas. La granja familiar, que mantenía la producción diversificada de pequeña escala que fue en gran parte responsable de la forma y apariencia de Inglaterra, se halla hoy al borde de la extinción. Los pueblos han perdido sus centros, que están tapiados y destrozados; y las ciudades han sido casi arrasadas por vastas estructuras de acero que de noche permanecen vacías entre restos de hormigón iluminados. Ya no se ve el cielo nocturno, que en todas partes está cubierto de un pálido resplandor anaranjado, e Inglaterra se está convirtiendo en una tierra de nadie, un «lugar otro» gestionado por ejecutivos que solo fugazmente visitan los puestos de avanzada, alojándose en hoteles multinacionales en los límites de alumbrados páramos.

De Scruton, ensayista inglés pro Brexit
En: Anne Applebaum, “el ocaso de la Democracia, la seducción del autoritarismo”

sábado, 4 de septiembre de 2021

Entre Hobbes, Rousseau y los Austriacos

Hoy se da una visión idílica de la naturaleza humana. Es una visión debida a varios autores entre los que destaca Rousseau, que decía que el hombre es bueno por naturaleza, tendente a La Paz y armonía, hasta que el desarrollo de la propiedad privada y el Estado que la defendía le corrompió. No había más solución que prohibir la propiedad privada. Puede decirse que Rousseau fue el padre del comunismo.
Dede luego que la historia demuestra que el estado y la defensa de la propiedad están íntimamente unidos, pero no se demuestra, todo lo contrario, que ello haya corrompido a un ser humano benevolente y colaborador con los demás sin que nadie se lo impusiera. 
Me inclino a pensar más como Hobbes, que en su “Leviatán” consideró al hombre como un ser de naturaleza agresiva y belicosa, al qué sólo el estado era capaz de defender de la codicia y agresividad de los demás pueblos y de sus conciudadanos, como vemos cotidianamente con los okupas. 
En la historia vemos que los estados y los imperios, cuando eran eficaces, defendían al pueblo de la violencia de los demás, pertenecientes al estado o siendo estados foráneos. En su mejor época, el Imperio Romano fue eficaz para que sus ciudadanos pudieran progresar gracias al orden y la pujanza del ejército para defender las fronteras y el orden interno. Un ejemplo es el de San Pablo, que evitó ser castigado a latigazos precisamente porque era ciudadano Romano.
Lo mismo se puede decir del imperio británico, que sus instituciones únicas mantenía una capacidad recaudatoria tres veces mayor que la de sus vecinos, lo que le permitía defender su Imperio que, a su vez, aportaba riquezas al progreso interno - como el Romano permitía alimentar de alimentos básicos con sus graneros conquistados en Egipto. Gran Bretaña fue el policía de los siglos XVIII-XIX, y no hubo pocos pueblos que anhelaron pertenecer a su Estado o estar bajo su protección.
La sociedad no es pues, según Hobbes, la que corrompe al hombre, sino su naturaleza belicosa. Y sin estado lo más que se consiguió antaño fue el espíritu de conquista permanente, la guerra entre tribus, el secuestro y la violación y la esclavitud o asesinato del enemigo. No hay más que leer la Biblia, antiguo Testamento, (que no es ciertamente una fuente histórica fiable, pero sí un ejemplo), para imaginarse bien lo que era una sociedad tribal cuando no estaba bajo el paraguas de un estado. 
Esto me lleva a hacer una reflexión sobre un sector de la Economía denominada Austriaca, que parte de una visión un tanto “roussionana”, aunque para predicar algo muy distinto: según ésta escuela, concretamente, Hayek, habría un “Orden espontáneo” que se derivaba de una naturaleza humana tendente a comerciar nacional e internacionalmente, y sólo la intromisión el Estado en esas tendencias naturales, con impuestos y regulaciones, truncó un destino que podría ser mejor bajo el orden espontáneo, para el cual basta con proteger la propiedad privada y los mercados. La razón es que, según Hayek, sólo el individuo y el mercadeo con los demás garantizaría el progreso continuo, porque el individuo es más hábil para recabar la información que necesita para tomar decisiones de cara al futuro, con las señales que emiten los precios, mientras que el Estado es literalmente incapaz siquiera de imaginar por dónde irá ese futuro, ni por ende, de estimar el precio que debería poner a un bien público. De esta manera, los más capaces serían los que triunfen económicamente, y los más incapaces deberán conformarse con su suerte (aunque ésta puede incluir algún tipo de ayuda estatal). En suma, cuanto menos estado mejor.
Jouvenel, un ensayista sin embargo liberal-austriaco, nos enseña en su “Sobre el poder”, que no es así. Por ejemplo, la formación de las monarquías después de la era feudal supuso la liberación de los siervos, y la transformación de un margen creciente de la población en funcionarios de La Corona, y una cota más alta de Libertad, lo que desde luego habla a favor del estado organizado, que eliminó el opresivo poder de los señores feudales.
EEUU y su organización estatal es un ejemplo de Estado fuerte que, pese a una presión fiscal mucho menor a la de Europa, ha sido capaz de dominar el mundo y aportar a su pueblo un bienestar continuo. Quizás hoy EEUU esté entrando en decadencia, pero no debemos congratularnos de ello, pues no sabemos quién será el próximo país hegemónico. Las perspectivas no son halagüeñas. Bajo su marca de Democracia para todos, con sus aciertos y errores, ha sido el vigilantes del mundo - como lo fue Gran Bretaña en el XVIII-XIX -, con gran eficacia, mientras que el orden interno a fomentado el desarrollo opulento con su defensa de la propiedad privada y de los mercados, que están escritos indeleblemente en su código genético. 
Así que no veo ninguna demostración histórica mínimamente rigurosa sobre lo que postulan los Austriacos del “Orden espontáneo”, que me recuerda a Rousseau. Nunca ha habido un “Orden espontáneo”, sino una sucesión de estados que han promocionado, o no, la prosperidad de sus pueblos.

Como había escrito Keynes décadas antes, los mercados e incluso el propio dinero eran fundamentalmente criaturas políticas. No existía ningún proceso de mercado ideal flotando en el limbo y aguardando a materializarse.
(De “Dinero, Democracia y el precio de La Paz. La vida de JM Keynes”)

No hay sociedad estable y libre sin estado. En la historia, la sociedad tribal representa una historia nada atrayente, de conflictos intra y extra tribus. No existe una armonía natural que garantice el buen salvaje (Rousseau) o el “Orden espontáneo”. Ese orden de propiedad privada y mercados no surge de la espontaneidad, sino del orden político, que no ha venido a prohibirlo expresamente, como demuestra el caso de EEUU. Además, la gente demanda seguridad, la que le puede dar sólo un estado sólido. Luego, por evolución, vendrá la democracia y otros aditivos, si hay suerte. Pero nada está garantizado, como se ve en la historia. 

viernes, 3 de septiembre de 2021

Josep Pla

Estoy releyendo el “Cuaderno gris” de Pla. El impulso de descubrir algo nuevo te impide releer, que a veces es más gratificante que leer algo nuevo. 
Pla es un escritor inmenso que no entiendo cómo el catalanismo no lo ha explotado en favor de la causa. Todo lo contrario, lo ha desdeñado y proscrito. puede parecer lógico, pues Pla no era catalanista, pero fue catalán por los cuatro costados. Escribía en catalán, y decía que era incapaz de escribir en castellano, demasiado complejo para él. Otra vez dijo que ser bilingüe era una tragedia. Sin embargo, era totalmente escéptico con los radicalismos y excesos, y eso le alejó de la Generalitat de la República y le acercó a Franco en la Guerra Civil.
Su  lenguaje terso, pero rico en matices - decía que lo más importante era adjetivar bien, y se nota - consigue una lectura de la cotidianidad más sabrosa que la más intrincada novela de aventuras. Su altura de miras es aparentemente trivial, pero se acerca mucho más que otros al corazón del hombre, sin hablar jamás del: sólo contando sus actos. En realidad su altura de miras es la del hombre de estatura media, sobre el que escribe con ternura y no poca ironía, ironía de especial refinamiento. Sus comentarios sobre las mujeres, siempre respetuoso, son felices y una nota alegre incrustada entre el resto.
He leído todos sus libros traducidos al castellano, y si tengo tiempo releeré los que pueda. El “Cuaderno gris” es seguramente el más sabroso y completo, pero hay otros muchos que descubrir y redescubrir. No creo exagerar si digo que es el más importante escritor español de su época, aunque escribiera en catalán. 

jueves, 2 de septiembre de 2021

Soros sobre China

El reciente artículo de Soros (que reproduzco aquí traducido) sobre el estado real de China es inquietante. La política financiera China es una replica cada vez más evidente de las ideas de Mao que de un respeto a los mercados. A ello se añade una demografía pésima camuflada por unas estadísticas falsas. Hay mucho riesgo del resto del mundo que tiene fuertes colocaciones en China, lo que podría traducirse en un amargo despertar para esas y inversiones, pero también para los fondos de pensiones chinos. 

(George Soros, Financial Times)

Xi Jinping, el líder de China, ha chocado con la realidad económica. Su represión contra la empresa privada ha sido un lastre significativo para la economía. El sector más vulnerable es el inmobiliario, en particular la vivienda. China ha disfrutado de un boom inmobiliario prolongado durante las últimas dos décadas, pero ahora está llegando a su fin. Evergrande, la empresa inmobiliaria más grande, está sobreendeudada y en peligro de incumplimiento. Esto podría provocar un accidente.

La causa subyacente es que la tasa de natalidad de China es mucho más baja de lo que indican las estadísticas. La cifra reportada oficialmente exagera la población en una cantidad significativa. Xi heredó estos datos demográficos, pero sus intentos de cambiarlos han empeorado las cosas.

Una de las razones por las que las familias de clase media no están dispuestas a tener más de un hijo es que quieren asegurarse de que sus hijos tengan un futuro brillante. Como resultado, ha crecido una gran industria de tutorías, dominada por empresas chinas respaldadas por inversores estadounidenses. Estas empresas de tutoría con fines de lucro fueron prohibidas recientemente en China y esto se convirtió en un elemento importante en la venta masiva de empresas chinas y empresas fantasma que cotizan en Nueva York.

La represión del gobierno chino es real. Inadvertido para los mercados financieros, el gobierno chino tomó discretamente una participación y un asiento en la junta del propietario de TikTok, ByteDance, en abril. La medida le da a Beijing un asiento en una junta directiva de tres personas y acceso de primera mano al funcionamiento interno de una empresa que tiene uno de los mayores tesoros de datos personales del mundo. El mercado es más consciente de que el gobierno chino está tomando participaciones influyentes en Alibaba y sus subsidiarias.

Xi no comprende cómo operan los mercados. Como consecuencia, se permitió que la liquidación fuera demasiado lejos. Comenzó a dañar los objetivos de China en el mundo. Reconociendo esto, las autoridades financieras chinas se han esforzado por tranquilizar a los inversores extranjeros y los mercados han respondido con un poderoso repunte. Pero eso es un engaño. Xi considera a todas las empresas chinas como instrumentos de un estado de partido único. Los inversores que compran el rally se enfrentan a un rudo despertar. Eso incluye no solo a los inversores que son conscientes de lo que están haciendo, sino también a un número mucho mayor de personas que tienen exposición a través de los fondos de pensiones y otros ahorros para la jubilación.

Las administradoras de fondos de pensiones asignan sus activos de manera estrechamente alineada con los índices de referencia con los que se mide su desempeño. Casi todos afirman que tienen en cuenta los estándares ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) en sus decisiones de inversión.

El índice MSCI All Country World (ACWI) es el índice de referencia más seguido por los asignadores de activos de renta variable globales. Se administra de forma pasiva un estimado de $ 5 billones, lo que significa que replica el índice. Un múltiplo de esta cantidad se gestiona de forma activa, pero también sigue de cerca el índice MSCI.

En el índice de líderes ACWI ESG de MSCI, Alibaba y Tencent son dos de los 10 principales componentes. En el fondo cotizado en bolsa de mercados emergentes ESG Aware de BlackRock, las empresas chinas representan un tercio de las inversiones totales. Estos índices han forzado efectivamente a cientos de miles de millones de dólares pertenecientes a inversores estadounidenses a ingresar a empresas chinas cuyo gobierno corporativo no cumple con el estándar requerido: el poder y la responsabilidad ahora lo ejerce un hombre que no rinde cuentas a ninguna autoridad internacional.

El Congreso de los Estados Unidos debería aprobar un proyecto de ley bipartidista que requiera explícitamente que los administradores de activos inviertan solo en empresas donde las estructuras de gobierno reales sean transparentes y estén alineadas con las partes interesadas. Obviamente, esta regla debería aplicarse a los indicadores de desempeño seleccionados por las pensiones y otras carteras de jubilación.

Si el Congreso promulgara estas medidas, le daría a la Comisión de Bolsa y Valores las herramientas que necesita para proteger a los inversionistas estadounidenses, incluidos aquellos que desconocen que poseen acciones chinas y empresas fantasma chinas. Eso también serviría a los intereses de Estados Unidos y de la comunidad internacional de democracias en general.

El presidente de la SEC, Gary Gensler, ha advertido repetidamente al público de los riesgos que asumen al invertir en China. Pero a los inversores extranjeros que optan por invertir en China les resulta muy difícil reconocer estos riesgos. Han visto a China enfrentarse a muchas dificultades y siempre han salido airosos. Pero la China de Xi no es la China que conocen. Está poniendo en marcha una versión actualizada del partido de Mao Zedong. Ningún inversor tiene experiencia en esa China porque no había mercados de valores en la época de Mao. De ahí el rudo despertar que les espera.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Da la sensación de que esto descarrila

La economía española se enfrenta a una serie de señales de lo más preocupantes. La más reciente es la subida de la inflación. Pero esto no sólo es preocupante por el encarecimiento del coste de la vida, sino por una serie de carambolas desatadas por la misma inflación y el empeño de gobierno de que dure cuanto más mejor. 
Primero, el aumento de la inflación va a acelerar el gasto público y, lógicamente la deuda/PIB. Esto, como expliqué aquí, sería de importancia menor si el BCE sigue financiando gratis al gobierno, comprando su deuda. Pero el BCE ya ha dicho que a finales de año se planteará si no habrá que reducir el ritmo de ayuda. No sabemos a qué ritmo el BCE irá desactivando su programa de adquisición de deuda (dependiendo de la inflación de la Zona), ni como lo valorarán los mercados, pero es un paso hacia el aumento del tipo de interés y la prima de riesgo y una serie de efectos contractivos en el crédito bancario. Ergo, el algún momento la deuda española pagará más interés.
Segundo, el mismo gobierno no hace más que alimentar el fuego de la inflación, por ejemplo anunciando que va a subir ya el salario mínimo (SMI). Esto repercutirá en un aumento del coste de las empresas. Las que puedan lo repercutirán a precios - más inflación -, y las que no despedirán: más paro. 
Nos podemos encontrar con una inflación creciente, una contracción del PIB, y más desempleo. Magnifico. Y todo por la acción incapaz del gobierno que siempre se muevo al filo del despropósito. 
De todas formas estén gobierno no ha dicho su última palabra en cuestión de  intervenciones chapuceras, por lo que la intensidad del proceso es inestimable en estos momentos. 
Esperen un aumento de la inflación, del paro y de la deuda. Cuanto, depende d la leña que eche el gobierno y lo que haga el BCE. No creo que se mantengan impasibles hasta que Sánchez gane en 2023.


lunes, 30 de agosto de 2021

Eso: ¿como osamos los europeos criticar a EEUU?

(Artículo de hoy de José García Domínguez. Me gusta, y lo cuelgo aquí por eso)

Si yo no fuera europeo, con toda seguridad estaría aplaudiendo, incluso con las orejas, a todos esos valientes conciudadanos míos de la Unión Europa que, airados e indignados, exigen hoy responsabilidades a las élites rectoras del imperio americano por el bochorno de Afganistán. Pero resulta que, al igual que todos esos que no paran de gritar, también soy europeo. Y me temo que, pase lo que pase en cualquier rincón cercano o remoto del mundo, a lo único que tenemos genuino derecho los europeos es a permanecer bien callados. Más que nada porque a estas aciagas horas Europa vive inmersa en una muy ridícula esquizofrenia.

Por un lado, seguimos siendo el continente posthistórico que se regodea en un adánico retorno a la infancia que posee como premisa mayor el negar que la fuerza constituya el argumento principal del orden mundial. Algo, la naturaleza intrínsecamente coercitiva del poder en el orden internacional, que ni rusos ni norteamericanos se han permitido olvidar jamás. Por el otro, exigimos al primo transatlántico de Zumosol que implemente, y sin reparar en costes materiales ni humanos, el grueso de las labores punitivas propias de los gendarmes globales, esas mismas que a nosotros nos repugnan tanto desde el punto de vista ético como desde el estético.

Así las cosas, resulta que dos presidentes norteamericanos consecutivos, el más macho de la historia de la Federación y posiblemente el más senil, han decidido al alimón abandonar Afganistán a su suerte con el argumento, por lo demás inobjetable, de que su responsabilidad principal remite a defender los intereses de los ciudadanos de Estados Unidos, no los de los ciudadanos de Afganistán. Un cinismo apenas disimulado, el de los yanquis, frente al que los europeos, siempre provistos de nuestra manifiesta superioridad moral, solo podemos exhibir, ¡hay!, una vergonzante hoja de parra. Pero qué demonios vamos a exigir nosotros a Biden cuando ni siquiera fuimos capaces de organizar una fuerza militar autónoma de intervención en las guerras de los Balcanes, nuestro particular patio trasero. Hasta para destruir Yugoslavia tuvimos que llamar a la puerta de la Casa Blanca porque no éramos capaces de hacer el trabajo. ¿Nosotros pedir explicaciones a nadie? Lo único que nosotros podemos pedir es perdón.


El precio de la electricidad

No entiendo por qué este gobierno ha hecho las cosas tan rematadamente mal en su gestión de la electricidad. La intervención del estado debería ir, si acaso, en sentido contrario: bajar los precios para aumentar la capacidad adquisitiva de los consumidores y reducir los costes empresariales. La electricidad es un producto que afecta a toda la economía.  
Recomiendo la lectura del artículo de Rotellar, claramente explicado - aunque no esté de acuerdo con su conclusión de que es culpa de un gobierno de izquierdas. Le recuerdo que fue Aznar quien comenzó a encarecer la energía obligando a las empresas del sector a introducir energía “ecológica”, como molinillos y demás. Eso había que subvencionarlo, pues eran, y siguen siendo, ineficientes, lo quien para Rotellar representa el primer tramo de la razón del alto precio. El segundo tramo se debe a la intervención en el precio, y el tercero el IVA, todo lo cual supone que más de un 56% del precio es causado por la intervención del gobierno. Un gobierno de izquierdas que en bueno lógica debería seguir el camino opuesto. Es más, yo entendería que el gobierno interviniera para estabilizar el precio, bajarlo por debajo del coste, beneficiar en fin a los más pobres, como debe hacer todo gobierno de izquierdas. 
Por eso me temo que cuando cambien las tornas y llegue el PP, seguiremos asistiendo a las mismas irritantes estupideces, con otras ofuscadas y embrolladas explicaciones, pero igual.  
No veo a Casado capaz de tomar decisiones fuertes. 

domingo, 29 de agosto de 2021

El dinero

Lo que más me gusta de la economía es la teoría y la política monetaria. Llevamos más de diez años, desde 2008, que hemos comprobado la importancia crucial del dinero. No siempre fue así, pues hubo un tiempo de triunfo del keynesianismo, en los años 1950-60, que los economistas keynesianos (prácticamente todos) de USA, con Galbraith a la cabeza,  propagaban que la única política importante era la fiscal. La monetaria, cero relevancia. Eso les llevó a un galimatías cada vez más complejo que acabo en el fracaso del seudo keynesianismo americano - aunque la guerra de Vietnam hizo mucho por dar la puntilla y arruinar al país. 
Tuvo que venir Friedman en los setenta para poner en el centro del modelo el dinero, y arrinconar la política fiscal por las muchas fricciones que suponía. 
Sin embargo, Keynes fue un innovador en la teoría del dinero, que hasta entonces se había considerado un mero instrumento de intercambio de bienes. Keynes demostró que era un activo poseedor de valor, y que la gente, los inversores sobre todo, estaban pendientes de comparar su patrimonio con la liquidez; es decir, tenían mucho cuidado con la la liquidez de sus activos, y cualquier súbita inquietud por ese aspecto podía desatar la preferencia por la liquidez y la liquidación de activos, que se derrumbaban de precio. Eso ha sido muy visible en la última década. 
De modo que hubo un tiempo que los bancos centrales no tenía el protagonismo que tienen ahora. Los keynesianos americanos se equivocaron por despreciar las capacidades financieras de Keynes, no solo por su experiencia bolsista,  sino por la profundidad de su análisis. Si en algún punto destrozó a sus predecesores fue en éste. El dinero no es algo neutral que pasa por la economía “sin romperla ni mancharla”, como asumían los clásicos, de manera que era como un velo que ayudaba sin incordiar. El dinero, todo lo contrario, puede tener influencia en los mercados, y satisface una demanda social que no sólo es instrumental. Cuando la demanda de dinero cambia, puede afectar no sólo al nivel general de precios, sino también a los precios relativos, eso que no comprenden los libertarios, que creen que los previos relativos son los que estarían vigentes si no hubiera dinero y hubiera trueque. Bendita ingenuidad.

viernes, 27 de agosto de 2021

¿Bitcoin? No gracias. Es un juego de suma cero sin valor económico.

1) No hay manera de evitar en la prensa diariamente el artículo de marras sobre el Bitcoin (no sé si debería decir la Bitcoin, pues es una moneda). Bueno, el euro es masculino, ¿no? Aunque esas cosas ya se sabe, se están diluyendo. 
El caso es que se ponen muy serios para comentar los últimos avatares de la Bitcoin frente a la Euro o la dólar, cuando yo no veo razones para tomarse en serio tal disparate. 
El Bitcoin es una “moneda”, dicen. Pero no lo es. No es una moneda en circulación cuya tenencia te de la seguridad de un valor estable. No es lo mismo tener X bitcoines que, por ejemplo, un Renoir, aunque alguna vez hayan valido por casualidad lo mismo. Pero eso habrá sido un nanosegundo, porque la Bitcoin no para de subir o bajar de precio. 
Y esa es la debilidad de la Bitcoin: que es un puro objeto (no físico) de especulación con una gran volatilidad, un juego de suma cero, lo que supone un gran riesgo comprarlo y retenerlo. La gran volatilidad quiere decir que el precio de un momento no lo puede tomar como un valor referencial, ni aproximado, de cuanto vale su posesión. 
2) El Bitcoin, al ser especulativo, no tiene ningún sentido para el crecimiento del PIB o la caída del desempleo, aumento de la productividad o cualquier otro aspecto de la economía. Cuando ud. compra acciones de una empresa, es obvio que ud está especulando con que van a subir, pero además aporta una financiación a esa empresa y su inversión. Es decir, tiene un sentido económico colectivo, aparte de si ud gana o pierde al vender su paquete de acciones. Está contribuyendo al progreso económico. Su recompensa vendrá por su participación en forma de dividendo, o incluso ser miembro del Consejo, o ganar dinero cuando lo venda. Hay un sentido económico. 
Todo esto no lo tiene Bitcoin, al contrario. Si compras uno, estas apostando a que si ganas, los demás pierden. Es un juego de suma cero, por lo que no entiendo el tiempo que le dedican. Bueno, si lo entiendo: es para atraer incautos que aporten masa monetaria al mercado, para hinchar las ganancias de los demás. 
3) Keynes decía que la Bolsa parecía un casino, que la inversión en ella no se basaba en los valores fundamentales de las empresas, pero que era necesaria porque aportaba liquidez a los que quisieran desprenderse de unas acciones. Es la función de todo mercado aportar liquidez a las cosas que se transaccionan.
Si no, los mercados serían pesados, ilíquidos, azarosos... no sabrías cual sería el mejor precio de venta y cuando se presentaría. Cuanto más líquido es un mercado, más útil es. Por lo tanto, La Bolsa aporta algo a la economía. 
4) Warren Buffet & Al, lo han despreciado. Buffet tiene una forma de ganar dinero que sí aporta, y mucho, a la economía: sin duda crea recursos. 
El Bitcoin, como el casino, no. Es un objeto lúdico y arriesgado, al que no habría que dedicar tanto tiempo y tanta “ciencia” desperdiciada. ¿Ud ha visto que la Ruleta sea objeto de tanta atención por algunos que se dicen economistas? 
5) Por último, el Bitcoin ha atraído a un sector delictivo como forma de blanquear dinero sucio. El juego también lo es. A ver cómo te quitas esa lacra para tomártelo en serio. 
Es una apuesta. Se podría comparar a una ruleta, a un duelo, a un pierde-paga, pues si uno gana es a costa de otro. ¿Dónde está su contenido económico? 

jueves, 26 de agosto de 2021

El BCE y sus operaciones de ampliación de liquidez

Como sabe casi todo el mundo interesado en la economía, los bancos centrales más importantes (FED, BCE, Banco de Japón, etc) han prolongado desde la Pandemia unas operaciones especiales de adquisición de deuda pública, cuyo pago se convierte en liquidez de máxima capacidad adquisitiva. En el gráfico, puede verse el volumen mensual de estas operaciones, interrumpidas poco antes (se había dado por terminada la crisis de 2008, que había durado 10 años) operaciones que se reinician con el inicio de la Pandemia y su sus efectos contractivos. 



La comparación de una fase y otra deja claro que la Pandemia ha exigido menos política expansiva, aunque son de considerable volumen y aumentan el stock total de activos del BCE, como se ve en el cuadro siguiente:



Las barras azules representan las adquisiciones de deuda pública de los países de la Zona Euro. En el post anterior ya expliqué la estrategia y la instrumentación del BCE en estas operaciones, que si no hubieran existido habríamos sufrido una crisis de dimensiones apoteósicas. Hay gente que discute esto, en contra de toda evidencia. No hay más que preguntarse, observando la mínima inflación registrada después de 10 años de expansión monetaria, cual hubiera sido la deflación resultante sin ellas. Por no hablar del PIB y del paro...
Pero sí que es discutible la instrumentación; la ampliación de liquidez obtenida va a los poseedores de los bonos, generalmente bancos, y no está  garantizado que estos conviertan en crédito la liquidez obtenida, de manera que circule más dinero a través de la economía. Los bancos tienen reservas de liquidez depositadas en el banco central - en este caso el BCE -, y de hecho una buena parte de la liquidez emanada del BCE ha ido a esos depósitos. Y es que un banco no da crédito si no es porque hay demanda de él, y el demandante no ofrece solvencia suficiente. De modo que el efecto neto total puede verse muy reducido, ya que la economía está en recesión, hay muchos negocios que cierran o pierden activos de garantía, lo que ciertamente amortigua el efecto buscado de aumentar la circulación del dinero. Como ejemplo, véase la caída de la velocidad de circulación en EEUU, 



Apenas frenada recientemente. 
Para corregir este efecto, algunos han propuesto que el dinero fuera directamente a las manos del ciudadano, por una instrumentación que no voy a a explicar aquí. Ya publiqué un artículo al respecto. En él decía, entre otras cosas, lo siguiente:

Por qué la "Expansión Cuantitativa" (QE) de los bancos centrales no ha funcionado con la potencia esperada? 
Porque, hemos de decir, como me recuerda un lector en Inbestia, algo ha funcionado: qué hubiera sido de la crisis sin el QE. La diferencia  esencial entre esta crisis y la Gran Depresión es que hemos tenido QE
Un buena aparte del dinero que el Banco Central le da a los bancos a cambio de la deuda pública que tienen en su activo, no llega, o llega disminuido, a los ciudadanos, porque el dinero entra en circulación cuando sale del banco en forma de crédito. Pero, como hemos explicado, y explica aquí Frances Coppola, ni los bancos están por la labor de aumentar su riesgo en el activo, ni los particulares demandan crédito: en España el crédito neto sigue siendo negativo porque los particulares están devolviendo deuda. 
El Helicopter Money (HM) es una propuesta de hacer llegar el dinero a los particulares. Un medio sencillo es que el gobierno manda una carta a los ciudadanos diciéndoles que tiene en su cuenta bancaria X euros todos los meses, que  es exactamente igual a un recree de los impuestos anual por el da cantidad multiplicada por 12. 
Los pusilánimes se llevan las manos a la cabeza diciendo que esto no es política monetaria, ¡que es política fiscal! han descubierto el Mediterráneo. TODA política monetaria es política fiscal, puesto que el BC actúa comprando y vendiendo deuda pública para establecer la base monetaria y el tipo de interés que cree adecuado en ese momento. 
Al actuar así el gobierno, haciendo una transferencia fiscal a todo el mundo, aumenta su déficit mientras disminuye el de los ciudadanos. Pero es que es necesario que aumente cuando el tipo de interés es cero o negativo. Se tendrá que endeudar. Podrá colocar esa deuda en el BC, lo que, efectivamente, es "monetización de deuda", pero exactamente igual que cuando el Banco Central hace QE. La compra de deuda en el mercado secundario por el BC amplia la capacidad de endeudarse del gobierno.
El efecto inmediato deseado es, como dice Cullen Roche, que el ciudadano ve que ha aumentado su activo, además en forma de dinero, lo que le hace sentir más rico y le permite saldar deudas antes, o consumir antes, lo que, en todo caso, acelera la salida del estancamiento. Se pondrá en movimiento la cadena de demanda y producción, y en tiempo razonable aumentarán las rentas.

En el artículo anterior explicaba las consecuencias de esta nueva faceta para la deuda pública -  el que esté en el activo del BCE -.

miércoles, 25 de agosto de 2021

Ya está, ya me han etiquetado

Este país es la leche. Por escribir el post anterior, ya me han etiquetado de izquierdas, y poco falta para que me contrate Sánchez de asesor áulico. 

Este artículo tiene 4 comentarios
Interesante artículo... Keynesiano,...yo como liberal de derechas creo, que si sigue usted por ese camino aumentará sus posibilidades de que Sánchez lo incorpore a su equipo de múltiples y numerosos asesores. Saludos.
Le tengo que corregir. Yo no soy de izquierdas, todo lo contrario. Lo único que hago es describir como están las cosas y como funcionan. Si se presentan a favor de este maldito gobierno, no tengo la culpa. ¿Verdad? 
En cuanto a lo de keynesiano, con matices. No soy dogmático, pero ciertamente Keynes fue un avance definitivo en cuestiones de dinero que no se han superado hoy.
Así que, retire por favor lo de izquierdas. gracias.
No me hace gracia porque indica la forma de etiquetar un tema y cerrarlo para siempre. En este país te cuelgan un san Benito y ya te que das con él hasta la tumba. 
No soy de izquierdas. Soy más de derechas que mi comentarista Laureano.
Y sí, soy keynesiano, pero con matices. Hay cosas de Keynes que no me gustan. Pero hay aportaciones de Keynes no superadas todavía. Eso so vio en Las so se crisis pasadas, en las que se aplicó el modelo keynesiano sin decirlo, lo que está muy feo. 
Soy conservador por una razón: desconfianza en la especie humana. Mi gran filósofo es Hobbes, y sin él no se entendería la historia. 
O sea, que no soy fanático a lo marxista, no creo en nada, ergo soy escéptico. 

martes, 24 de agosto de 2021

La Deuda y el Gobierno

La Deuda pública ha alcanzado en junio un 122% del PIB. ¿Es esto un problema? Sí, lo es, pero no como lo era antes de 2008. 
Antes de esa fecha, la deuda había que pagarla o negociarla, si es que se llegaba al impago. Hombre, hoy no nos van a invadir los países acreedores, como sucedía en el pasado. Pero te pueden hacer pasarlas moradas. Véase la ayuda a Grecia, por ejemplo.
Pero estas cosas no van a pasar, porque una buena parte de la deuda ha sido adquirida por, y está en el activo de, el BCE, con el compromiso explícito DE NO PONERLA A LA VENTA. Luego no es exactamente lo mismo que si estuviera en el mercado, al albur de una caída de la demanda, que, ¡ojo! de producirse “obligaría” al BCE a comprar esos excesos del mercado para mantener el tipo de interés deseado. El BCE se compromete a sostener esa deuda hasta su amortización, sólo cobrando los cupones que vayan venciendo. En caso de amortización de la deuda, y de seguir la deflación, el BCE compraría al país otra deuda similar que estuviera en el mercado secundario.
Es como si el BCE jugara a disminuir el nivel de deuda significativo, preocupante. Eso es por que hemos pasados dos crisis de enormes efectos deflacionarios, que como todo banco central, se ha visto obligado a combatir. Si no fuera así, las consecuencias de las crisis hubieran sido mucho peores. 
Los economistas de derechas - liberales dicen -piden a gritos que se recorte esa deuda, cosa que no va a hacer este gobierno. ¿Además, que ganaríamos? 
Un revolcón contractivo gravísimo, que estos tuercebotas liberales no saben calibrar. Para reducir la deuda, habría que aumentar aún más los impuestos, cosa que contraería la demanda con gran estrépito. El PIB se iría al guano y el paro aumentaría a niveles estratosféricos. 
Es lógico, porque estos economistas solo saben mirar p’alante y no ven los retrovisores: no tienen visión de conjunto.
Por eso mismo, el gobierno tiene más factores económicos a favor de lo que se piensa, pues su deuda es en realidad un colchón que amortigua el ciclo, gracias al BCE, y eso le puede venir bien para las elecciones de 2023. Seguro que la economista, Nadia Calviño, esa que tienen por ahí, lo ha calculado ya, con la ayuda de Europa, además. 
Por su parte, al BCE no le gusta tener esos paquetes de deuda en el activo, porque le impiden hacer otras cosas. ¿Que pasaría si súbitamente empezara a subir la inflación? Pero esto es un riesgo en Europa todavía limitado. El problema es para más adelante. Se resolverá con un poco de inflación que ayudará a recortar la tasa de deuda/PIB nominal... pero eso es un futuro no cercano.


jueves, 19 de agosto de 2021

Desde la Mareta

Mientras desde Lanzarote nuestro sin par Hombre dirige los acontecimientos mundiales y nacionales sin quitarse las alpargatas, Occidente da otra vuelta de tuerca a su desintegración - empezando por Europa. Esperemos que será lenta, pero indudablemente será. 
Afganistán ha sido un nuevo mojón en el camino que siguieron otros grandes imperios, como el Romano, que pese haberse cristianizado desde el siglo cuarto, en el quinto cayó cuando san Agustín, uno de sus defensores, moría en su casa africana, tierra Romana entonces, en lo que después de un breve intervalo sería Tierra islamista. Una caída lenta, por lo tanto, más lenta que la nuestra si no fuera por EEUU. No es que no esté en decadencia, pero puede quedar como la Constantinopla que finalmente cayó ante los Turcos mil años después, en 1453, pasando a llamarse Estambul. 
Es que no contaban con nuestro sin par Hombre de la Mareta. 
Occidente y su búsqueda del placer me recuerda aquel poema epicúreo de Pessoa, que tomo de aquí y reproduzco (seguro que el sin par lo ha leído y le inspira):

Oí contar que otrora, cuando en Persia
hubo no sé qué guerra,
en tanto la invasión ardía en la ciudad y
las hembras gritaban, dos jugadores de ajedrez jugaban
su incesante partida.

A la sombra de amplio árbol fijos los ojos
en el tablero antiguo,
y, al lado de cada uno, esperando sus
momentos más holgados,
cuando había movido la pieza
y ahora aguardaba al contrario.

Una jarra con vino refrescaba
su sobria sed.
Ardían casas, saqueadas eran
las arcas y paredes,
violadas, las mujeres eran puestas contra muros caídos,
traspasadas por las lanzas, las criaturas
eran sangre en las calles...

Mas donde estaban, cerca de la urbe
y lejos de su ruido,
los jugadores jugaban el juego del ajedrez.
Aunque en los mensajes del yermo viento
les llegasen los gritos
y, al meditar, supiesen desde el alma
que en verdad las mujeres
y las tiernas hijas violadas eran
en esa victoria próxima,
aunque, en el momento en que lo pensaban,
una sombra ligera
les cruzase la frente ajena y vaga,
pronto sus ojos calmos
volvían su atenta confianza
al tablero viejo.



Cuando el rey de marfil está en peligro,
¿qué importa la carne y el hueso
de las hermanas, de las madres y los niños?
Cuando la torre no cubre
la retirada de la reina blanca,
poco importa el saqueo,
y cuando la mano confiada da jaque
al rey del adversario,
poco ha de pesarnos el que allá lejos
estén muriendo hijos.

Aunque, de pronto, sobre el muro
surja el sañudo rostro
de un guerrero invasor que en breve deba
caer allí envuelto en sangre,
el jugador solemne de ajedrez
el momento anterior
(anda aún calculando la jugada
que hará horas después)
sigue aún entregado al juego predilecto
de los grandes indiferentes.

Caigan ciudades, sufran pueblos,
cesen la libertad, la vida,
los protegidos y heredados bienes
ardan y sean desvalijados,
mas cuando la guerra las partidas interrumpa,
esté el rey sin jaque,
y el peón de marfil más avanzado
amenazando la torre.

Mis hermanos en amar a Epicuro
y en entendernos más
de acuerdo con nosotros mismos que con él
en la historia comprendamos
de esos calmos jugadores de ajedrez
cómo pasar la vida.

Todo lo serio poco nos importe,
lo grave poco pese,
el natural impulso de los instintos
ceda al inútil gozo
(bajo la sombra tranquila de la arboleda)
de jugar un buen juego.

Lo que llevamos de esta vida inútil

tanto vale si es
gloria, fama, amor, ciencia, vida,
como si es tan sólo
el recuerdo de un juego bien jugado
a un jugador mejor.

La gloria pesa como un copioso fardo,
la fama como fiebre,
el amor cansa porque va en serio y busca,
la ciencia nunca encuentra,
la vida pasa y duelo, pues lo sabe…

La partida de ajedrez prende el alma toda.
Aunque perdida, poco pesa pues no es nada.

Ah, bajo las sombras que sin querer nos aman,
con un jarro de vino
al lado y atentos a la inútil tarea
de jugar al ajedrez
aunque esta partida sea tan sólo un sueño
y no haya compañero,
imitemos a los persas de la historia,
y mientras allá fuera,
cerca o lejos, la guerra y la patria y la vida
nos llaman, dejemos
que en vano nos llamen,
cada unos de nosotros bajo sombras amigas
soñando él los compañeros y el ajedrez
su indiferencia.

miércoles, 18 de agosto de 2021

Las escuelas económicas y su distinto realismo

Las escuelas económicas que han preponderado en el último siglo y medio han partido de muy diferentes principios. La escuela clásica iniciada por Adam Smith es la base de que parten todas las siguientes, pues sus predicciones son acertadas, es sólida y, además, puede actualizarse. Particularmente porque dio en la clave de las fuentes del crecimiento de la riqueza, y refutó la idea imperante entonces de que la riqueza era a costa de las demás naciones, por lo que la acumulación de oro frente a las demás era el signo evidente de riqueza. Eso se dio en llamar Mercantilismo, y Adam Smith demostró que era una falacia, fundando la base de la economía posterior. El mercantilismo no veía mal la guerra de conquista para obtener el oro y la riqueza de otras naciones como acción para aumentar comparativamente la riqueza. La aportación importante de Smith fue que el interés propio de los individuos es el mejor rector de la economía.
Después de los clásicos (Ricardo, Malthus, etc), llegaron los marginalistas, que impusieron una forma de pensar que ha durado hasta hoy: lo importante en economía es el último incremento de una magnitud, al que se le llama incremento marginal, y cuya ley es que siempre es decreciente. El último incremento de champán que se bebe aporta menos satisfacción que el anterior, y éste ídem respecto a su anterior. La última unidad invertida en capital da un rendimiento cada vez menor... Gracias a este nuevo instrumento inventado independientemente por Jevons, Menger y Walras, La Economía teórica dio un gran avance. Lo malo es que se alejó un tanto de la realidad: su aplicación fue dogmática. Ésta fue una aportación sicológica que sustituyó a la teoría del valor de A. Smith & Al. Para los Clásicos (y Marx), el valor de una mercancía se definían por el trabajo incorporado a ella, lo cual era simplemente un error. Para los marginalistas, el deseo y la demanda tenían igual responsabilidad que la oferta y su coste, y además ofertas y demandas se formaban mediante el incremento marginal. Oferta y Demanda llegaban a un punto común donde se definía el precio o valor del bien cotizado. 
Los marginalistas tenían razón: el deseo de un bien, sea irracional o no, contribuía a formar el valor de ese bien. Lo único malo es que en la realidad hay muchas excepciones y condicionantes que impiden tanta funcionalidad. 
Y esto es lo que criticó Keynes, que introdujo la formación de expectativas como fundamental para definir el estado de una economía. Una economía no está bien si hay conflicto entre las expectativas futuras de sus diferentes sectores: consumidores, empresarios, financieros, trabajadores. La visión de futuro (expectativas), la valoración subjetiva de los riesgos e incertidumbre, entran decisivamente en la valoración del presente. En economía no hay presente definible si no se han considerado las expectativas de futuro, y éstas pueden ser conflictivas. Además, hay que distinguir el riesgo (calculable probabilísticamemte) y la incertidumbre, sencillamente incalculable, lo que introduce un factor de subjetividad en la inversión - aunque luego rechazado por las escuelas posteriores. La inversión no es matemática, tiene un matiz de especulación más o menos señalado.
Por lo tanto, Keynes aporta  matices sicológicos fundamentales, aparte de distinguir a los diferentes agentes y sicologías, distinguiendo bien al empresario o financiero frente al consumidor. 
La Economía, en vez de ampliar su recorrido por las sendas abiertas por Keynes, se hizo cada vez más matemática y menos realista, manipulando las expectativas y otras consideraciones para encajarlas en los modelos imperativamente matemáticos. Las expectativas de futuro son una variable clave para explicar los ciclos y fluctuaciones, y no se puede confiar en que el sector privado por sí sólo sea capaz de restablecer el pleno empleo. Las expectativas han de ser acertadas y además reconciliarse, y es difícil que lo hagan espontáneamente. Como decía Keynes, ¿por qué va un trabajador a reducirse el sueldo en nombre del bien común, si no cree que los otros lo harán? 
Las matemáticas aportan belleza y precisión, pero alejan de la realidad el análisis. Hay por lo tanto un conflicto entre realismo versus precisión que impide que la Economía sea una ciencia natural, como se sigue pretendiendo por la Academia. 

lunes, 16 de agosto de 2021

Imagen

De Twitter (Arturo Pérez Reverte) esta impresionante imagen de los talibanes jefes una vez tomado Kabul.



¿Estamos en el siglo XXI?, o esto es un retroceso al XIX o es una pesadilla...

domingo, 15 de agosto de 2021

Los cambios de opinión de Keynes

En 1925, con la revaluación de la libra y sus adscripción al Patrón Oro, Keynes se encontró con un panorama siniestro. La economía se contraía, el paro subía al 20%, y las importaciones, gracias a su abaratamiento debido a la revaluación, crecieron por encima de las exportaciones, con lo que el déficit exterior aumentaba año a año. 
Keynes sugirió gravar las importaciones, lo que fue unánimemente criticado por todos, amigos y enemigos. 
¿Qué hizo a Keynes dar un giro total y renunciar a su amada Libertad de comercio? Las circunstancias que le cegaron otras vías de acción. El tipo de cambio era inamovible; el déficit exterior se traducía en una pérdida creciente de las reservas de oro, lo que era un problema artificial debido a la revaluación, pero que ponían a Inglaterra en el punto de mira de los especuladores; esto obligaba a subir los tipos de interés internos para frenar la salida de dinero. 
Ergo, el único modo de frenar esas salidas y estabilizar el tipo de cambio en su (errónea) paridad era imponiendo una restricción de importaciones subiendo sus impuestos, lo que además aumentaba los ingresos fiscales. 
Cuando se le reprochaba a Keynes sus cambios de opinión, respondía: yo cuando me cambian la realidad cambio de opinión, usted no?
A Keynes le importaba muy poco mantener sus principios cuando perseguía un objetivo a corto plazo que atenazaba la economía. Le importaba el corto plazo acuciante. Las pérdidas de reservas de oro eran culpa de los que habían impuestos puesto la revaluación, pero esto lo aceptaba como inevitable y buscaba una vía de paliar los problemas, fuera ortodoxa o no. Imponer tasas a las importaciones no era ortodoxo, y los críticos se lanzaron como piraña a devorarle los tobillos, pero el resistió a pie firme su “enésimo cambio de opinión”.
Por lo tanto, Keynes no era de opinión volátil, sino consecuente con los cambio de realidad que, literalmente, habían fabricado los políticos. 
Otro giro lo dio cuando le hicieron miembro de la comisión McMillan, para asesorar al ministerio sobre la política a seguir. Entonces estaba escribiendo el “Treatise on Money”, y para ello se puso a estudiar historia antigua de la moneda. Esto le hizo cambiar de opinión sobre el origen del dinero y combatir la historia tradicional, basada en un mundo idílico en el que aparecía el dinero porque hacia el intercambio de bienes más económico y beneficioso para ambas partes que comerciaban. Keynes trituró esta teoría y la sustituyó por otra más realista: el dinero es una emanación del poder, y él no ha visto en la historia otra explicación más que ésta. Como diría Hobbes, lo primero que aparece es el poder, sin el cual no hay sociedad posible, y es el poder para recaudar impuestos el que impone una moneda fácilmente transferible y útil además para comerciar. Que el poder aproveche la mayor o menor tolerancia de los súbditos para permitirle debelar la moneda en la ceca y sacar un ingreso extra, eso es un caso para la historia. 
Podemos imaginar a Keynes ir a las reuniones de la comisión y soltar estas heterodoxias ante el pasmo de los asistentes. Sin embargo, esta visión del dinero dio lugar posteriormente a una escuela que es mayoritaria hoy. 

sábado, 14 de agosto de 2021

Las variables básicas de la Macroeconomía

Hay variables cuya importancia es erróneo despreciar, porque influyen en todas las demás. Todas las variables son importantes, pero las hay de un cierto halo metafísico, como la demanda (imposible de medir), y otras bi n concretas y visibles. Las variables de las que menos se habla pero con carácter decisivo, y nada metafísicas, son el tipo de cambio de la divisa y el tipo de interés. Éstas, además de influir sobre toda la economía en todas sus facetas, se influyen directamente entre sí. Pueden decidir el nivel de producción y empleo, si la economía cae en depresión o crece, y el mayor y menor malestar social por una contracción económica para la que no se ve salida. Un nivel erróneo de una estas dos claves mantenido durante demasiado tiempo pueden hundir a un país en la agonía de un paro excesivo y una rebelión social con muy malas consecuencias. 
Un ejemplo paradigmático es la Inglaterra en 1925. Entonces, lo que llamamos “la City” (centro de poder financiero), tuvo la ocurrencia de que si se restablecía la paridad de la libra frente al dólar de PRE guerra, volverían la fortaleza y abundancia de entonces. Fue una idea de los financieros, pero el problema es que mucha gente lo creyó, iniciando una presión creciente sobre el gobierno conservador, en particular sobre el ministro de hacienda.
Churchill era escéptico, como dijo a sus colaboradores:

«¿Hemos de quedar a merced de un hatajo de negras afanadas en escarbar con los dedos de los pies en el fango del Zambeze?», le había preguntado a los burócratas Winston Churchill.
(Téngase, por favor, en cuenta la fecha de tales expresiones hoy lesivas para los oídos sensibles: 1925)

Se formaron grupos de opinión y de presión a favor de la vuelta al patrón oro. Los favorables a ello pensaban que así Gran Bretaña restablecería la confianza y robustez previa a la guerra y volvería a ser el país líder mundial.
Era coger el rábano por las hojas, porque la fortaleza de un país no viene determinada por su sistema monetario, sino más bien al revés: es la fortaleza o debilidad económica la que permite tal o cual sistema monetario. En todo caso, se formó un gran movimiento, desde diferentes sectores, a favor de la reincorporación de la libra al patrón oro, movimiento nada ajeno por cierto a los intereses del sector financiero, que pensaba así sacar ciertas ventajas para el negocio (como un tipo de interés más bajo una vez que las operaciones internacionales en esterlinas fueran a más bajos tipos de interés por la mayor confianza en su solidez: una pura falacia, como veremos ). La pujanza del movimiento hizo difícil al gobierno, y más al ministro, soportar los embates de los grupos interesados. 
Siguiendo “La biografía” de Churchill de Andrew Roberts...

Así las cosas, el 17 de marzo, Churchill invitaba a John Maynard Keynes, el economista de Cambridge que había sido la única voz discrepante del Comité Cunliffe, al ex ministro de Hacienda Reginald McKenna, a lord Bradbury, experto en reparaciones de guerra, y a Otto Niemeyer, a una cena en la sede de su departamento con el fin de examinar a fondo la cuestión. También estuvo presente en la reunión Percy Grigg, quien más tarde diría que el cónclave había sido «una especie de Brains Trust», en alusión al popular programa de la BBC.° Andando el tiempo, Grigg señalará que Niemeyer y Bradbury respaldaron el proyecto, mientras que Keynes y McKenna se opusieron a él. «El simposio se prolongó hasta la medianoche, e incluso más allá», apunta. En ese momento pensé que los síes iban a llevarse el gato al agua. La tesis de Keynes, que McKenna apoyó en todos sus detalles, sostenía que la diferencia de precios entre los bienes estadounidenses y los británicos no era del 2,5% como indicaba la cotización en el mercado de valores, sino del 10%. Si volviéramos al oro con la misma paridad de antes, tendríamos que proceder a una deflación de los precios internos de una magnitud aproximadamente similar. Esto implicaba un aumento del desempleo y ajustes salariales a la baja, y obligaría a asumir la incidencia de huelgas prolongadas en las industrias pesadas —y al final se constataría además que dichas industrias se habrían visto sujetas a una constante contracción—. Por consiguiente, era mucho mejor intentar mantener estables los precios domésticos, equilibrar el nivel nominal de los salarios y permitir que las cotizaciones cambiarias fluctuasen. 
Bradbury señaló en cambio que el patrón oro era un sistema «a prueba de bellacos», dado que, al estar la divisa directamente ligada al precio de ese metal, los políticos no podrían manipular el valor de la libra esterlina para favorecer sus propios fines partidistas. Se creía que la ventaja que suponía la estabilidad de precios, y por consiguiente los beneficios de una ausencia de inflación, superaban al inconveniente de la falta de liquidez del sistema. Al sugerirse que Gran Bretaña volviera a ceñirse a una paridad inferior, Bradbury afirmó que «sería estúpido provocar una conmoción en la confianza de los mercados y poner en peligro nuestra reputación internacional para conseguir un alivio tan reducido y efímero». Para nada dogmático, como se ve.

Inglaterra cayó en una grave depresión, pues la revaluación de la libra en un 10% supuso encarecer las exportaciones de carbón a EEUU en esa cantidad, lo que hizo que la patronal exigiera una reducción salarial en la misma proporción. El gobierno, al que no le bastaba un error, decidió subvencionar las exportaciones, para no tocar los salarios con un frente sindical embravecido. Pero solo es todo. El sostenimiento de la paridad de la libra-dólar exigió subir los tipos de interés, con lo que la demanda interna sufrió una contracción, y una subida automática del paro. Un ejemplo claro de la influencia del tipo de cambio y tipo de interés en la economía.
Pero en 1926 acabaron las ayudas de gobierno, y entonces la patronal decretó un cierre y los sindicatos una huelga; el gobierno movilizó al ejército. 
La economía siguió una senda contractiva y el malestar fue creciente, hasta que en 1931 Inglaterra restableció la libertad de cambios y las exportaciones crecieron y tiraron, junto a la demanda interna, del nivel de PIB. Se restableció una nueva normalidad.