Me extraña que nadie comente post como "Antes muerta que sencilla; en apoyo de Olivier Blanchard", cuando es una provocación. En España no hay una distribución ideológica de frecuencias normal, sino atípica, con gran carga en los extremos. Esto lo disloca todo, en política, socialmente, y, cómo no, en economía. Eso hace que la opinión media "profesional"no se encuentre, ni de casualidad, con la opinión que yo capto en los medios anglosajones, que, por otra parte, no están lejos de lo que a mí me enseñaron cuando era estudiante. Tuve la suerte de tener a L.A. Rojo de profesor, así que supongo que otros no la tuvieron (poco dice a favor de la universidad); en todo caso, aquí en esta lengua, lo que leo es muy extremo. No digo que todos debamos estar de acuerdo, claro. Digo que no encuentro una base común para discutir si es más eficaz tal o cual medida, si es importante o no el ajuste cambiario, si la política monetaria tiene o no efectos reales, etc. Bueno, en los medios "profesionales" pasa lo mismo, excepto en donde se juegan los cuartos. Entonces sí que circulan por ahí opiniones más o menos comprensibles, de tal manera que se pueden discutir, aunque no se compartan. Yo me he llevado la sorpresa de encontrame gente con cargos, como con gestores de tesorería, o de fondos de inversión, que eran rabiosamnete de izquierdas, lo que es un poco extaño, reconozcanlo.
La "ortodoxia" española no es la misma que la anglosajona, y la opinión pública tampoco, naturalmente. El medio ambiente "pesa, pesa más de lo que se piensa. Aquí tienen más peso las tendencias intervencionistas, que se ven como naturales. por eso, entre otras razones, nos manda Zp.
Todo esto tuvo una importancia enorme cuando se decidió lo del euro. El euro fue criticado objetivamente en USA por la mayoría, y aquí fue unánimemente (o casi) aceptado como el filtro de Fierabrás. Somos muy adictos a las soluciones milagrosas y a no confiar en nosotros mismos. Ambas cosas nos hacen entreguistas: que nos invadan coño, así por lo menos no mandará el de enfrente, al que odiamos.
Blanchard tiene razón: es francés, pero como economista es anglosajón. Fue el gran crítico contra la "desinflación competitiva francesa de los 80, dijo que provocaría paro, y así fue. No fue una predicción arriesgada, pero acertó porque no le hicieron ningún caso.
Es contra intuitivo que España, que JAMÁS ha tenido una inflación por debajo del 3%, acepte entregarse a un BCE cuyo objetivo máximo es el 2%. La inflación es, aparte de más cosas, un indicio sociológico de primera magnitud. Todo esto es ridículo, casi "contra natura".
Pues eso.
2 comentarios:
No, Luis, en España no hay esa distribución ideológica habitual en otros países. ¿Por qué? Pues la respuesta creo que empezaría muy lejos, probablemente en el concilio de Trento, en el aislacionismo voluntario que la imperial España se autoimpuso como "espada de Roma" contra la Reforma luterana, después, en la identificación de la separación de poderes con el "afrancesamiento" en el siglo XIX, por supuesto, con toda las guerras carlistas y su paroxismo guerracivilista en el desolador trienio 1936-39. La dictadura fascista (nueva etapa de aislacionismo aunque con muy distintas épocas) y el revanchismo socialista que ahora nos invade.
Y todo ello con un efecto desolador sobre la calidad de la enseñanza, siempre politizada y taponada desde todos los lados. Procurar la ignorancia del pueblo ha logrado esa anormal distribución de las corrientes ideológicas. Sin duda me dejo muchas cosas, pero es que yo creo que a mayor ignorancia más posibilidades de extremismo. También entre quienes dicen defender el liberalismo, sin duda.
Saludos.
no te dejas nada. Excelente compendio de desbarajustes.
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