"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 23 de septiembre de 2013

La inanidad de Franciso, Papa

He leído esta mañana unas palabras de Sánchez Dragó que expresan muy bien la inquietud creciente que siento por lo que está haciendo el Papa Francisco. Yo si fuera católico me lo haría ver. Este tío va a cargarse la Iglesia, es un submarino, o un topo. ¿A lo mejor es un submarino de Dios? Si fuera así, no tendría nada que decir.

A continuación, las palabras de FSD:

... Eric González cree que la capacidad para decir memeces no conoce fronteras. ¿Se refería al cura obrero que va camino de ser el Papa más cochambroso de la Historia, al Sumo Pontífice del clan de los Punset, que acaba de publicar un libro tan hueco como los anteriores, o a ese garantista de chichinabo que escribe a Gallardón para pedirle que derogue la cadena perpetua antes de llevarla al nuevo Código Penal? No es cosa de repetir las memeces que en los últimos días he leído, pero mencionaré una. Fue de orgullo el pecado de Lucifer y de orgullo peca también este Papa, que tanto presume de humildad, al decir que el Señor ha puesto en él sus ojos. ¡Hombre! ¡Con siete mil millones de bípedos sueltos por el mundo y tanta chica guapa perdida en él me parece un alarde de narcisismo pensar que Dios te mira! ¡Ande, Santidad, no sea esnob ni demagogo, trátese la dermatitis atópica que en la foto publicada por EL MUNDO se pone de manifiesto, regale a un chatarrero el cuatro latas y devuelva a la Iglesia y a su cargo el decoro que merecen! ¿Un Papa en coche de hippie y con eccema? ¿Un Vaticano pobretón? ¡Compostura, amigo, compostura! Nulla ethica sine aesthetica.

Aho queda eso. Estamos en decadencia, y se nota en todo.

Teoría de juegos y su inanidad

En una entrevista a Ariel Rubistein, uno de los afamados en este campo de la economía, dice:

In general, I would say there were too many claims made by game theoreticians about its relevance. Every book of game theory starts with “Game theory is very relevant to everything that you can imagine, and probably many things that you can’t imagine.” In my opinion that’s just a marketing device.

Why do it then?

… What I’m opposing is the approach that says, in a practical situation, “OK, there are some very clever game theoreticians in the world, let’s ask them what to do.” I have not seen, in all my life, a single example where a game theorist could give advice, based on the theory, which was more useful than that of the layman.



Looking at the flipside, was there ever a situation in which you were pleasantly surprised at what game theory was able to deliver?

None. Not only none, but my point would be that categorically game theory cannot do it.

Es lo que me parecía.

Nosotros, la famélica legión

Si la economía condiciona la política (it's the economy stupid!), no es menos cierto que sin una buena política la economía naufraga.

Merkel ha ganado por tercera vez las elecciones gracias a su buena gestión económica para los alemanes. Los alemanes se sienten mejor que nunca económicamente. Tienen lo que toda sociedad moderna quiere: un presente decente y un futuro para ellos y sus hijos. 80 millones de habitantes están satisfechos. Siempre he dicho o que es lo menos que se merece una nación, y cuando no lo tiene, un camino fiable para llegar a ello cuanto antes.

Nunca he discutido que Merkel es una excelente gobernante de Alemania. Y los alemanes la recompensan. Alemania, tras los años grises de la reunificación (ningún otro país menos nacionalista y disciplinado lo hubiera conseguido) brilla ahora y recoge el fruto del esfuerzo hecho. Alemania es el país más rico y más poblado de Europa.

Lo que no es admisible es que España esté lleno de papanatas que se rinden de alfombra ante Merkel. Eh! Que es la gestora de Alemania, no la nuestra! que aquí nos ha dejado un agujero imposible de tapar! y en Grecia (a la que van a meter manó otra vez) y en Portugal, Irlanda, Chipre... Estos papanatas son como niños que creen que lo único que tenemos que hacer es lo que hace Merkel con los alemanes. Hay tres cuatro tipos de papanatas:

A) Los profanos, que son los periodista que no tienen ni idea de nada pero opinan de todo. En España el onteusismo (la falta de profesionalidad) es moneda común.

B) los profesionales, que saben, o creen que saben, pero que lo que saben les permite ponerse al servil servicio del que manda.

C) los políticos, que del primero al último, en una fila cerrada de cerrilismo, presentan armas y aludan militarmente a "Europa" y su euro, la vaca sagrada de la política española. En fin, no sé cómo cuesta penetrar tanto en el muro de silencio que tapa la verdad tan evidente: a España le va mal porque estamos en el euro. Es más, la inmensa mayoría cree todavía que el euro es la solución, cuando a lo sumo es la piedra de molino atada al cuello con la que sí o sí debemos salvarnos, por la pinroresca razón de que su peso ha crecido mucho en forma de deuda.

D) y luego está el pueblo, "soberano", dicen, pero cada vez más famélico.

Mientras esa deuda sigue creciendo, y mientras Merkel imponga su resolución a reducir esa deuda antes que nada, seguiremos a ras de tierra. Cuerpo a tierra o a cuatro patas, pero a ras. Mientras, como estos cinco años, Alemania seguirá creciendo su crédito frente a los demás, pero invertirá en otra sitios ese excedente, porque los PIIGS, como sabe todo el mundo, son lugares inciertos. Si acaso pondrán algo de ayuda pública en esos PIIGs para que no se hundan del todo y paguen sus deudas a Alemania, que no perdona ni una. Es decir, lo que subvenciona Alemania no es a los PIIGs, sino sus banco propios, para que el dinero que les deben los PIIGS se lo devuelvan.

Bueno, ¿y por qué no podemos nosotros imitar a Alemania? Perdonen que lo diga tan crudo, pero yo es que me despollo. A mi me daría vergüenza sólo pensar en ello. Es tan intuitivo! Pero en fin, veamos:

¿Porque Alemania es un país que funciona com un Estado que funciona, y España se está rompiendo? Buen intento, pero como estos papanatas además son borricos, voy a por otra.

¿Porque Alemania nos lleva décadas (por no decir siglo y medio) de ventaja en tecnología y exporta productos tan avanzados de consumo y de inversión que tiene la demanda de ellos asegurada y al precio que ellos fijan? Nosotros exportamos productos sin poder de mercado, es decir, fácilmente sustituibles, cuya demanda se desplaza al menor cambio de precio comparado.

Pero esos son razones importantes pero no decisivas. Antes hemos convivido con Alemania, y exportábamos a Europa el 70% de nuestras exportaciones. Alemania era nuestro principal mercado.

La principales son de tipo institucional. No somos ni parecidos, o, como dice la teoría de las áreas monetarias Óptimas, no somos "simétricos". Un shock nos afecta de muy distinta manera, lo que exige una respuesta monetaria distinta. Por eso antes el Marco alemán tendía a apreciarse tendencialmente frente a las demás divisas, salvo episodios cíclicos. Eso era un signo de que una unión monetaria con ese tipo de país era desaconsejable: en todo caso, aconsejable sólo si antes se hacía una unión política total, o al menos, una unión fiscal y una unión bancaria. Eso es de cajón, porque al eliminar la variable de ajuste cambiaria, los países menos desarrollados iban a sufrir mucho más en los shocks: tendrían que ajustarse internamente precios y salarios reales, lo que es infinitamente más lento que ajustar internamente los salarios y los precios. Y tampoco es claro que llegues nunca al objetivo de compensar la competitividad perdida.

Otra válvula de escape sería la movilidad perfecta del trabajo y del capital. Pero Europa tiene barreras lingüísticas para que nunca sea perfecto, y barreras legales no digamos. No tenemos un mercado laboral único como EEUU. Y de capital... Pues no hay más que ver nuestra trayectoria de deuda y la de créditos de ellos. Se nos está exigiendo que aceptemos una unión monetaria sin haber adquirido los requisitos mínimos pata que funcione. Pero es que ahí está el quid de la cuestión: el euro se ha chocado de firme con los intereses nacionales, y es de lógica elemental que ahí debamos someternos a los más fuertes.

De verdad que es un verdadero melón el que no entiende la diferencia entre un ajuste vía tipo de cambio y un ajuste vía deflación interna. Y que pierdes en independencia lo que ganas en sumisión. Pero sigamos. Por lo tanto, la unión monetaria debería haber sido compensada con mecanismos añadidos de ayuda a los países con problemas. Ahora se habla de unión bancaria y uninon fiscal. Para Muchos, por ejemplo, eso es ¡contraproductivo! Como es un verdadero melón el que no ve lo que supone ceder la soberanía monetaria, que no es una cosa técnica, sino con implicaciones políticas demasiado gaves como para tirarlas por la borda, como vimos en "Vieja Economía" y en el magnífico artículo a Wayne Godley.

Sin embargo, nada va a cambiar, porque a doña Merkel le va muy bien, pero es que nosotros -es decir, nuestros políticos - no se lo van a insinuar.

Y los que estamos detrás, es decir, la "Famélica Legión", tampoco se lo va a exigir a nuestros políticos. ¿No están destrozando España y nadie dice que paren?

Merkel ha aplastado y seguirá aplastando

Un artículo de García Dominguez que comparto y que va en la línea del que hice anteayer en "Discurso delirante" (una cosa es reconocer que no iba a cambiar nada y otra decir lo que dice D Lacalle: que más Merkel, mejor para Europa). Eso quiere decir indubitablemente que los alemanes están contentos con la política europea de Merkel. Siempre he dicho que amerkel es una gran gobernante alemana. Eso a su vez parece insinuar que no va a cambiar dicha política. Pero García Fominguez tiene razón de que se enfrenta a un dilema.

Que iba a ganar Merkel, estaba cantado. Que nada hubiese cambiado de no ganar Merkel, también. A fin de cuentas, a Alemania solo la mueve un único interés que se llama Alemania. Por eso, poco importa quién sea el compañero de baile que complemente la mayoría relativa de la CDU. Llámense socialdemócratas o verdes, lo sustancial persistirá con su presencia en el Gobierno. Como en una tragedia griega, hace un siglo que el destino de Europa depende de Alemania. Y da igual cuanto Europa intente hacer para liberarse de su tutela. Al final, el futuro siempre vuelve a estar en manos germanas. Ni siquiera dos guerras mundiales han logrado acabar con ese fatum. La creación del euro, una necedad gratuita desde la estricta lógica económica, solo puede entenderse a partir de esa clave más amplia. Francia creyó que, difunto el gran gendarme soviético, el euro sería la manera de impedir que el duende del Norte, ya reunificado, escapase por tercera vez de la botella.
Como el euro, también el Mercado Común obedeció a un afán que trascendía lo estrictamente económico. El actual suicidio industrial de los países del Mediterráneo resultaría incomprensible sin tomar en consideración esa dimensión política. Llevamos medio siglo intentado disolver Alemania en Europa. Pero el resultado siempre acaba siendo el contrario: es Europa quien termina confundiéndose con Alemania. Una Alemania cuya idea de la construcción europea se parece muy mucho a aquella EFTA que se inventó Inglaterra en su día. Apenas una mera zona de libre cambio, algo así como el tratado de comercio que liga a Estados Unidos con México y Canadá. Nada que ver con el sueño federal de Jean Monnet. Y de ahí el neomercantilismo de Berlín.Cuando el capitalismo decimonónico, el del imperio del laissez faire, vuelve a dominar el discurso intelectual en Occidente, ellos suben la apuesta. Si Estados Unidos quiere retornar al XIX, Alemania se lanza de cabeza al XVIII.
Luis XIV y su ministro Colbert aplaudirían con las orejas la política económica de Schäuble y el Bundesbank. A fin de cuentas, es lo suyo, enriquecerse a costa del empobrecimiento de los vecinos. Mercantilismo en estado puro. Al respecto, sorprende que tantas personas inteligentes no comprendan lo absurdo del mantra de moda, del "hay que aprender de Alemania". Y es que el modelo alemán no se puede imitar. No entienden que si Alemania crece es a expensas de sus socios. Quien basa su economía en las exportaciones, su caso, necesita que los otros hagan justo lo contrario, esto es, que se dediquen a importar. Así de simple. Una contradicción insalvable, ésa que separa la doctrina oficial de la lógica económica, que conduce a la gran paradoja que deberá afrontar Merkel en su nuevo mandato. Porque si Alemania no cambia de estrategia económica, y nada hace pensar que vaya a hacerlo, a Berlín solo le van a quedar dos salidas. O arriesgarse a que se rompa el euro, lo que conllevaría su ruina. O transigir con lo que más detesta: las transferencias fiscales hacia los malhadados pigs para evitar lo peor. O más Europa o romper Europa, he ahí su dilema.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Por qué el mercado financiero nunca está en equilibrio

En "Fixing The Economists" hay un interesante artículo, lleno de referencias, sobre la falacia del equilibrio en los mercados financieros. Esta falacia ha tenido una cuota proporcional alta en la crisis financiera y en todas las crisis anteriores que ha habido en la historia.

Katharina Pistor, citada en el artículo, expone dos razones cruciales que desarman la hipótesis, casi axiomática, de que los mercados tienden a equilibrarse en un precio que los "vacía", es decir, que deja satisfecho a los demandantes y oferentes. Esto se basa en la conocida tijera de las curvas de Demanda y Oferta, que tienen cada una una inclinación opuesta, lo que hace que, en lo que atañe al precio, y a todo lo demás constante, el precio no tiene más remedio que encontrar un lugar del que no hay motivaciones para moverlo (es decir, que nadie a ese precio está interesado de demandar u ofrecer más cantidades del producto).

En los mercados financieros esto es simplemente imposible. En estos se cotizan activos financieros. La teoría dice que cuando no hay especulación, el precio del activo tiende a estabilizarse en un precio que refleja los "fundamentos" de ese activo. Por ejemplo, una acción empresarial, en equilibrio, tendrá una cotización igual a la suma actualizada de los beneficios esperados más el valor residual al final de la vida de la empresa (podemos imaginar el mismo argumento para cualquier tipo de activo, por ejemplo, un bono).

Esto es totalmente falso, como explicaba muy bien Keynes en el capítulo 12 de su "General Theory". Primero, porque el cálculo del valor fundamental es muy incierto, pues cubre un futuro indefinido, y

But there is one feature in particular which deserves our attention. It might have been supposed that competition between expert professionals, possessing judgment and knowledge beyond that of the average private investor, would correct the vagaries of the ignorant individual left to himself. It happens, however, that the energies and skill of the professional investor and speculator are mainly occupied otherwise. For most of these persons are, in fact, largely concerned, not with making superior long-term forecasts of the probable yield of an investment over its whole life, but with foreseeing changes in the conventional basis of valuation a short time ahead of the general public. They are concerned, not with what an investment is really worth to a man who buys it “for keeps”, but with what the market will value it at, under the influence of mass psychology, three months or a year hence. Moreover, this behaviour is not the outcome of a wrong-headed propensity. It is an inevitable result of an investment market organised along the lines described. For it is not sensible to pay 25 for an investment of which you believe the prospective yield to justify a value of 30, if you also believe that the market will value it at 20 three months hence. Thus the professional investor is forced to concern himself with the anticipation of impending changes, in the news or in the atmosphere, of the kind by which experience shows that the mass psychology of the market is most influenced. This is the inevitable result of investment markets organised with a view to so-called “liquidity”. Of the maxims of orthodox finance none, surely, is more anti-social than the fetish of liquidity, the doctrine that it is a positive virtue on the part of investment institutions to concentrate their resources upon the holding of “liquid” securities. It forgets that there is no such thing as liquidity of investment for the community as a whole. The social object of skilled investment should be to defeat the dark forces of time and ignorance which envelop our future. The actual, private object of the most skilled investment to-day is “to beat the gun”, as the Americans so well express it, to outwit the crowd, and to pass the bad, or depreciating, half-crown to the other fellow.
This battle of wits to anticipate the basis of conventional valuation a few months hence, rather than the prospective yield of an investment over a long term of years, does not even require gulls amongst the public to feed the maws of the professional; — it can be played by professionals amongst themselves. Nor is it necessary that anyone should keep his simple faith in the conventional basis of valuation having any genuine long-term validity. For it is, so to speak, a game of Snap, of Old Maid, of Musical Chairs — a pastime in which he is victor who says Snap neither too soon nor too late, who passes the Old Maid to his neighbour before the game is over, who secures a chair for himself when the Music stops.
Los inversores en el mercado de activos no están interesados en cuál sea el valor fundamental de ese activo según los "criterios rectos", sino cuánto cree que va a valer mañana, o dentro de una semana, nunca en todo caso durante la vida activa de la empresa. Entonces lo que le interesa es qué piensan los demás de ese valor en un día determinado. Pero lo que piensen los demás, a su vez, depende de lo que creen que piensan los demás... Lo último que le interesa a nadie es el fundamento de esa empresa, cuya acción cambiará de precio miles o cientos de miles de veces antes de extinguirse, extinción que puede producirse con anticipación a lo que dice el precio fundamental, si es que tal cosa existe. Porque el precio fundamental, además, está calculado sobre supuestos harto inciertos.
Por lo tanto, un mercado financiero de un activo cualquiera es cualquier cosa menos la expresión de un equilibrio. La inmensa mayoría de los inversores más poderosos no piensan en el fundamento si no es, acaso, para jaurificar su inversión. Lo único que le interesa es no pillarse los dedos y salir con ganancias antes de que "la música deje de sonar".

¿Por qué se sostiene entonces durante siglos la falacia de la eficacia de los mercados? Por varias razones: una, que les interesa a los que se ganan la vida en el sector que la gente crea que compra una cosa sólida. Otra es académica: porque con los modelos clásicos de equilibrio se pueden hacer bonitos modelos y ganar premios Nobel.

Otra razón, está más correcta, es la de que sí los mercados no fueran libres, con todos sus defectos, la liquidez se resentiría. Mientras un mercado este abierto las 24 horas del día y puedas vender urgentemente un título por necesidad, cumple una función social clara.

La segunda razón que trae Pistor (que está implícita en el texto de Keynes) para derribar la teoría de la eficacia es que los mercados financieros están fatalmente jerarquizados. Mueven el mercado actores que están muy lejos de los intereses de la gente común a la que se invita a que ponga su dinero en la bolsa. No es que tengan intereses venales: es que el que no actúa así pierde y fallece. Como dice Keynes:

For it is not sensible to pay 25 for an investment of which you believe the prospective yield to justify a value of 30, if you also believe that the market will value it at 20 three months hence.
Los intereses últimos de una entidad financiera es su balance, y eso no pasa por los intereses de cada uno de los ahorradores últimos que han puesto su dinero en ella.
Los mercados no tienden a equilibrio alguno, y a veces se mueven acumulativamente, cuando las expectativas se generalizan y todo el mundo quiere vender. Entonces no hay más remedio que exista un Prestamista de Última Instancia que supla la liquidez que todo el mundo desea retirar del mercado. Pero para que esa oferta supletoria sea eficaz se necesita previamente una regulación que corte los brotes que llevan a una burbuja.

Por otra parte, Lord Keynes tiene un post donde sacude un poco uno de los axiomas básicos de la economía: la ley de la demanda. La ley de la demanda dice que la demanda de un bien por un individuo será siempre negativa al precio. Es decir, a más precio, menos demanda, y al revés. Esto no tiene una peripuesta empírica, se basa en el sentido común. A todo lo demás igual, y una renta constante, el individuo es coherente, y si compra una cantidad X del bien A , y este baja de precio, comprará X+x, aprovechando que el precio ha caído. Esto es verdad siempre que se trate de un individuo, una renta, y un bien. Es verdad que si el individuo que tiene una renta R va al mercado u se encuentra que el BIen X ( el único que puede comprar) ha bajado de precio, comprara más con la mayor renta disponible gracias a la bajada del precio.

Pero la ley de la demanda se refiera a la demanda de un bien a en el mercado de A, es decir, a la suma de las demandas individuales que van a comprar A. Esa ley es esencial para la economía neoclásica, pues es lo único que permite que la curva de oferta tenga una pendiente de signo contrario, y así haber un sólo precio de equilibrio.

¿Es lo mismo esa demanda que la suma de las demandas individuales? Ahora tenemo un grupo amplio de compradores que se encuentran con una caída del precio de X. Seguramente algunos comprarán más de X. Pero otros, al encontrase con un efecto renta al alza, y habiendo otros mercadospsobles a lo mejor deciden comprar lo mismo de X y aprovechar lo que les ha sobrado para comprar algo más de Y. Por lo tanto, la caída de la demanda del predio de X ya no garantiza un aumento de demanda de X, incluso podría ser que bajará la demanda de X en benedico de otros bienes.

Hay un teorema que formaliza este hallazgo que se llama the Sonnenschein–Mantel–Debreu theorem según el cual una curva de demanda de un mercado puede tener una inclinación positiva, es decir, que suba la demanda al subir el precio. Para Keen, en el blog citado, es claro que sólo es ley cuando se trata de un individuo frente a un bien. Por cierto, un individuo sin expectativas de precios en el futuro...prque si el recio sube, pero el comprador sabe o cree que va a subir más, sería tonto no comprar más aún de X, para revenderlo cuando suba.

No sé si esto explica las tendencias persistentes de muchos mercados financieros a que la demanda de un activo suba cuando su precio es cada vez más alto. Aquí entra, naturalmente, la expectativa de que el precio va a subir en el futuro, lo que lleva a la gente a endeudarse para conseguir más tenga de la que dispone y comprar más de ese bien.

Y no sólo en las finanzas. Hay situaciones de pánico que llevan a la gente a vaciar las tiendas de alimentación ante la posibilidad de una huelga que deje desabastecida la ciudad. Esto es lo contrario que una crisis de liquidez: aquí se trata de desembarazarse del dinero líquido como sea, porque lo que va a faltar es los bienes, que además subirán de precio porque la demanda será infinita.

Un discurso delirante

El de Daniel Lacalle en el Condidencial: "Más Merkel, mejor Europa". No aporta ninguna prueba que sea así, ni tampoco aporta refutación alguna de que esos cinco años de crisis, Merkel no haya tenido ninguna culpa en los horrores que han pasado. Porque han pasado horrores en algunos países, países cuyas sociedades están dando serias muestras de desencanto con su sistema político, lo cual suele pasar cuando la crisis va entrando cada ves en más sectores sociales.

A Alemania sí le ha ido bastante bien en esta crisis. Como resultado de eso, su superávit exterior alcanza ya el 6% de su PIB. Eso no sería ningún problema si los flujos de capital estuvieran normalizados dentro de la zona del euro: es decir, donde hubiera exceso de rentas sobre gasto ( como es el caso de Alemania), se inviertiera donde hay defecto de renta sobre gasto. En otras palabras, el exceso de ahorro que significa el superávit de Balanza de Pagos debería ir a financiar zonas donde la rentabilidad de la inversión es más alta.

Eso es lo que pasa en las verdaderas uniones monetarias, ¿no? Es decir, uniones monetarias nacionales. Idénticas leyes, la unidad de mercado, la unidad política, y la unidad monetaria condicionan a que el ahorro se dirija a las zonas más necesitadas que además, sean las más rentables. A veces eso no sucede porque la zona deprimida no tiene condiciones para hacer rentable la inversión privada. Pero al menos la política de gasto social compensa algo las diferencias de renta. Y si, a pesar de eso, sigue habiendo marcadas y crecientes diferencias, entonces la gente de la zona deprimida emigra libremente a una zona más dinámica.

Depresión } transferencias } emigración

Pero para que eso suceda tiene que haber unas mínimas condiciones legales y culturales que en Europa no se dan. Una cierta homogeneidad cultural y lingüística que te haga más fácil la emigración a otra zona. Europa no tiene un mercado único de trabajo, y eso hace difícil que funcione una unión monetaria.

Pero eso no es más que una pieza del modelo de Mundell, "Áreas monetaria oprimas". Una nota técnica que se público en la AER en 1961, y que como tantas otras cosas fundamentales los mandatarios europeos se pasaron por el forro de sus caprichos al lanzar el euro.

Lo que dice Mundell en ese clásico artículo es que para que una unión monetaria funcione entre dos o más países sin unión política son: movilidad perfecta de capital y trabajo y complementariedad ante los shocks. Pero veamos un párrafo en el que explica lo que pasa si con tipo de cambio dijo un país no "colabora"


Supongamos primero que las entidades son países con monedas nacionales. Elcambio de la demanda de B hacia A genera desempleo en B y presióninflacionaria en A.3 Si se permite que los precios aumenten en A, la modificación de los términos de intercambio alivia a B de parte del costo del ajuste. Perosi A hace más estrictas las restricciones de crédito para impedir que los preciosaumenten, todo el costo del ajuste recae sobre el país B; se requiere reducir elingreso real de B, y si esto no se puede lograr mediante una variación de lostérminos de intercambio -porque B no puede bajar los precios y A no losaumenta- se debe conseguir mediate una disminución de la producción y elempleo de B. La política de restricción de precios de los países con superávitdesata entonces una tendencia recesiva en la economía mundial por obra delos tipos de cambio fijos o, más en general, en un área monetaria con muchasmonedas independientes.'
Es la descripción perfecta de lo que sucede ahora: el país A (España) recibe un shock negativo. Se contrae su demanda. Si el país B permite que su demanda aumente, el país España puede vender lo que no vende dentro, es decir, exportar a B. Si no es así, porque el país Alemania haga una política de contención del gasto, el país España tendrá que contraer su producción y reducir sus precios y salarios para recuperar su nivel de renta anterior.
Y es lo que estamos viviendo en España, Portugal, Grecia, etc. En vez de desviar nuestra demanda a la demanda de Alemania, esta acumula superávits de balanza de pagos y excedente de activos frente al exterior, en vez de absorber la producción de los demás.

Pero digamos que esto no importaría si el excedente de ahorro de Alemania fuera a financiar a estos países. Es decir, lo que se desequilibra por la vía comercial puede rehacerse por la vía financiera: inversión directa, por ejemplo. No es así, como hemos visto, al revés, siguen acumulándose saldos positivos para Apemania. Además Alemania es el único país neto acreedor de la zona, lo que significa que todos le debemos una deudas que no dejan de aumentar por lo que hemos explicado.

Queda por explicar como Alemania consigue atascar esos canales comerciales y financieros. Por el BCE. El BCE hace una política oprima para Alemania, no para el área en su conjunto. Alemania es además el país más anti inflacionario del mundo, lo que significa que la Política del BCE esta sesgada incondicionalmente contra la inflación. Una política que le sienta a España como un tiro, como expliqué aquí: España está coqueteando con la deflación.

En suma, el euro no es un AMO (área monetaria óptima). Si no lo es, no queda más remedio que forzar una unión política total para que un nuevo estado corrija las incapacidades y los vicios que ha creado el euro. Se necesita urgentemente un regulador bancario común, y una política fiscal común. No tiene sentido alguno que la crisis bancaria domeñada por el euro (tanto en su fase eufórica como tras el estallido de la burbuja) tengan que hacer frente estados nacionales quebrados.Pero a Daniel Lacalle eso le parece

- La Unión Bancaria: el modelo que se nos vende en los países de la periferia parece como si fuera una especie de solución idílica a una banca hipertrofiada (320% del PIB de Europa) y con importantes problemas de capitalización y morosidad, pero en Alemania se considera –correctamente - una "monetización de deuda por la puerta de atrás" (Die Welt) y empezar la casa por el tejado cuando aún no se han llevado a cabo los procesos de recapitalización necesarios, incluidos los de sus propios bancos.
Queda muy mono poner citas en alemán, pero no hace falta: ya se ve que es ud forofo de Merkel, a la que le da la razón en todo. Pues, sí, ud tiene razón ¡que ha gobernado a Alemania muy bien! y que por ello va a ganar las elecciones. Pero es lo que debemos comprender de una vez: Alemania esta gobernada por el mandato de SUS electores, lo que me parece normal, pero eso no hace al euro idóneo para los demás mientras Alemania siga pensado el euro que ha de ser como el antiguo Marco alemán.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Convulsión social y crisis

¿Tiene alguna relación la histeria independentista con la crisis económica? Sin duda alguna: es más difícil  movilizar a la gente por una causa perdida cuando hay empleo y la gente tiene alto que perder. Por el contrario, es muy fácil cuando las cosas del patrimonio van mal, y hay una masa crítica de desesperados.

Pablo Batisda me envía un link sobre la rebelión catalana del 34 y su abrupto final. La rebelión del 34 fue un prolegómeno fallido de la guerra civil que vino dos años después. Fue también un ejercicio de irresponsabilidad de Companys, ese loco que se lanzó a la aventura de la Independencia y ahora está en el panteón de héroes de la "Nació Catalana". La cosa término en una noche de cobardías manifiestas y de deserciones en cadena por el lado catalán, hasta que sucedió lo que se ve en la foto:

La guardia civil haciendo prisioneros a los Mossos de La Generalitat. Esos Mossos que tenían que haber mantenido el orden, pero que lo provocaron bajo el mandato del enloquecido Companys, a cuya locura seadhirieron las fuerzas de izquierda, con especial fricción los anarquistas.

La rebelión en realidad fue un intento fallido de revolución en toda España, bajo el impulso apenas oculto del PSOE, partido parlamentario que tenía que haber actuado como defensor del orden civil. Lo que pasó fue que el intento no fue seguido por casi nadie, excepto Cataluña y Asturias.

No hay duda de que la crisis internacional de entonces, que empezó con el crash de Wall Street en 1929 y luego a extendió a todo el mundo, tuvo un efecto activador de estos movimientos en España como en toda Europa. Los libros de historia suelen seccionar los hechos por países y hacer hincapié sólo en las condiciones nacionales, pero los años treinta fueron desgraciados y convulsos en el mundo y especialmente en Europa. El 1933 llegó Hitler al poder mediante las urnas, algo que no hubiera ocurrido en una situación social medianamente normal. Los demás países europeos sufrieron también golpes de estado y revoluciones, en un caldo de cultivo económico propicio a la desesperación, exactamente igual que hoy.

En ese caldo de cultivo se estaba formando bajo una polarización política que laminó el antiguo régimen liberal parlamentario, caído en el descrédito de su inoperancia. Dicha inoperancia era causada en realidad por la ceguera de los mandatario de los principales países, que no supieron coordinarse para gestionar la crisis; por el contrario, la agudizaron con sus decisiones lamentables, intentando revivir el patrón oro, lo que originó una carrera desesperada para acumular cada uno todo el oro posible, lo que no podía lograrse más con la revaluación del precio de oro o la contracción económica mundial, que fue lo que pasó.

Por lo tanto, la crispación en España estuvo estrechamente conectada con la de los demás, y la causa no podía ser otra que la crisis mundial, pese a que España no estaba en el sistema de pagos oro. Es no obstó para que la crisis se contagiara aquí.

Así lo supo ver nuestro premio Nobel Ramón y Cajal, cuando dice, comentando aquellos hechos:

A guisa de explicaciones del desvío actual de las regiones periféricas, se han imaginado varias hipótesis, algunas con ínfulas filosóficas. No nos hagamos ilusiones. La causa real carece de idealidad y es puramente económica. El movimiento desintegrador surgió en 1900, y tuvo por causa principal, aunque no exclusiva, con relación a Cataluña, la pérdida irreparable del espléndido mercado colonial. En cuanto a los vascos, proceden por imitación gregaria. Resignémonos los idealistas impenitentes a soslayar raíces raciales o incompatibilidades ideológicas profundas, para contraernos a motivos prosaicos y circunstanciales.
Por supuesto que los sentimientos independentistas estaban ahí, pero no hacen más que exacerbar el dolor del desasosiego económico. Cada país tuvo su molde preparado en el que volcar el descontento, pero en todos estuvo presente el sectarismo violento nacionalista, y el no menos violento comunismo y su primo hermano el anarquismo. En Alemania el temible vencedor fue el nazismo, agria expresión de un nacionalismo que había sido humillado y arrastrado al polvo en La Paz de Versalles, realmente el comienzo de todos los males encadenados que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial, como lo supo ver lúcidamente Keynes en "Las consecuencias económicas de La Paz" (1919).
¿Nos hemos librado de un riesgo así? La crisis ha sido más benigna que la de 1929 porque la reacción de las autoridades ha sido distinta. Aunque no del todo distinta, desgraciadamente. El euro ha jugado el papel contractivo que entonces tuvo el oro, y desgraciadamente no se ha puesto los remedios suficientes para solucionar la crisis. Las tensiones políticas de los países del euro apuntan a unas fragmentaciones profundas de las sociedades europeas. Eso sí, todo en un nivel de dramatismo menor que en aquellos años. Pero el caldo de cultivo de la desesperación y la convulsión sigue ahí.

Cataluña y el euro

Mas ha planteado una interesante cuestión técnica: ha dicho que Cataluña no necesita estar el la UE para tener como moneda el euro. Miren por ejemplo a Kosovo, un país "eurizado".
Mas es un político y no tiene ni zorra de economía. Lo mejor sería quedarse FUERA del euro, pero en fin, eso es un tabú político que no se puede expresar en voz alta ahora.

A continuación hago un repaso de las posibilidades monetarias para Free Catalonia.

Tiene toda la razón del mundo mundial al decir que el primer gobierno soberano de Cataluña podría decretar que la moneda "nacional" sea el euro. ¿Cómo se hace eso? Pues se obliga por ley a que todas las deudas con el fisco deberán ser redimidas con euros. Con eso la gente no tendrá más remedio que tener un saldo en euros para pagar a hacienda, y como eso es contagioso, todo el mundo pedirá saldar las cuentas en euros. Los contratos se formalizarían en euros.

Es decir, una férrea dependencia más exigente aún que un Currency Board. Al ser dependiente de las decisiones de un organismo sobre el que no tiene la mínima influencia, entonces, para que en su economía haya siempre la liquidez suficiente, ha de comportarse "muy bien" y no tiener déficit exterior. Su Balanza de Pagos ha de ser permanentemente equilibrada sólo para mantener constante su base monetaria, porque los aumentos y disminuciones de los euros en circulación vendrán de ahí. Si exporta más que importa, cobrara más euros y su base monetaria interna aumentará. Si es el revés, sí base monetaria se reducirá y originaria grandes cataclismos internos.

Luego estará a merced de cualquier eventualidad. Un choque que decida a la gente aumentar sus saldos en dinero contraerá la economía y no podrá hacer nada para compensar eso, salvo que el gobierno aplazara sus cobros, y se endeudara en el exterior, lo que aumentaría la deuda nacional. Esto podría llevar rápidamente a una crisis de deuda, pues no tiene Banco Central que garantice el dinero al gobierno para hacer frente a sus pagos.

Por lo tanto, en caso de choque, el dinero en circulación se contraería, la demanda de bienes y de activos también (todo el mundo intentaría vender para conseguir dinero y guardarlo), y si no hubiera un ajuste instantáneo de precios y salarios (que según el efecto Pigou, por una deflación instantánea, restablecería el valor real de los saldos de dinero) la contracción económica sería tremenda. Como nadie cree en esa posibilidad de ajuste interno instantáneo, salvo los austéricos, mejor quitarlo de la hipótesis.

Además del problema de la indefensión con los choques, está el de la transición de la declaración de independencia a la "eurización". Porque Cataluña no tendrá el mismo volumen de saldos en euros antes y después del evento. Se producirán masivas fugas de capitales, que será lo normal ante la incertidumbre del camino que elegirá la nueva economía, y no podrán hacerse volver rápidamente. Si se pretendiera prohibir la fuga, se estaría avisando a potenciales inversores exteriores de que no conviene meter el dinero en un sitio donde a las primera de cambio lo apresan.


En otras palabras, la transición no está clara, ni mucho menos, y por ello su resultado depende de las ayudas que consiga de otros países que estén a favor de "Free Catalonia". Es decir, que obtenga préstamos cuantiosos hasta que se asienten las cosas y la confianza se normalice. Sobre esto no podemos más que trazar una gran incógnita, aunque sabemos que Cataluña está seriamente endeudada. Es titular de una deuda de 50 mm de €, aparte de la parte alicuota que le corresponda con España, aunque no creo que la pague. Nos dejará el "paquete" íntegro, lo que aumentaría nuestra deuda un 25% de PIB (deuda igual, pero un POB un cuarto más pequeño para pagarla).

Esa deuda propia tiene la calificación de bono basura, lo cual no es prometedor para afrontarlos problemas monetarios analizados. Y, hasta ahora, no parece que haya países importantes dispuestos a ayudar, no dentro de la UE, ni fuera.

Quizás tendría más fácil crear su Banco Central y emitir su moneda propia, con el anuncio de que en cuanto encuentre su valor de equilibrio, establecerá una paridad oficial con el euro. Esa moneda se devaluaría por debajo de su cotización de salida, lo que no le vendría mal para ganar competitividad, a la vez que hace una política monetaria interna de estabilidad de precios (inflación objetivo del x%) para dar confianza. Eso me parecería el ajuste más suave a la nueva situación. Y si lo gestiona con rigor (no políticamente), no descarto que no establezca ninguna paridad, si demuestra que su gestión interna es seria y compatible con el crecimiento.

Entonces habría conseguido una gran baza: quedarse fuera de la asfixia del euro, tener una política monetaria propia, y un poco de margen para gestionar la economía interna suavizando los choques que vendrían del exterior, que serían durísimos en una dependencia total del euro.

No es ninguna broma: Cataluña sería una nación pequeña pero con más soberanía con nosotros, tendría más grados de línea están para gestionar su deuda, su política fiscal y monetaria, en suma, tendría un poder que casi nadie conserva en Europa. Los márgenes no serían muy anchos, pero serían, y sería un país más atractivo para los inversores exteriores.

Free Catalonia se enfrenta a un problema no monetario esencial: sustituir el mercado español por otros mercados. Desde el siglo XIX y el arancel Cánovas, ha vivido a cuerpo de rey gracias a un mercado español peotegido de competencia exterior. Ese mercado ya no está protegido desde que estamos en la UE, pero los lazos de más de un siglos de comercio libre y sin fronteras, con clientes bien establecidos, no se pueden suprimir si una brusca alza de costes de transacción e información ahora praticamente cero. Esto me hace pensar que as relaciones comerciales con el exterior no serán fáciles al principio. Todo se arregla con el tiempo, pero el tiempo a veces no espera.

Todo esto aparte de los cuasi insolubles problemas políticos de los que ya he hablado en otras ocasiones.

jueves, 19 de septiembre de 2013

¿En qué momento se jodió el Perú, Zavalita?

Como el verano parece haberse instalado por más tiempo, he reanudado mis lecturas veraniegas. He vuelto a los diarios de González-Ruano, que para mí tienen un sabor personal más allá del literario. Habla de una época que, por ser muy joven, conocí a través de la bruma propia en la que uno vive a esa edad. Pese a no tener plena conciencia de uno mismo (o por todo lo contrario, cualquiera sabe) se quedan grabados en la memoria recuerdos absurdos, que vienen acompañados de sensaciones que parecen vívidas todavía, como si fuera de ayer mismo.

En una entrada del Diario de G-R del 29 de enero de 1963 1964 , me encuentro con la siguiente anotación:

"Me despierta el frío. El frío más poderoso que todas las mantas. Además, desde que han subido el precio de la calefacción, esta peor. Salgo a la calle a las nueve y media. Hace un día hipócritamente claro. "ABC publica un extraño artículo mío sobre fútbol. Creo que es el primer que, en este sentido, hice en mi vida. Aliento en él al Real Madrid, que se enfrenta esta tarde con el Milán. Quisiera que les diera suerte...."
Yo estuve en ese partido. Ganó el RM por 4-1, en una gloriosa y fría noche madrileña (casi siberiana) en que se te quedaban los dedos de los pies como estalactitas. Me acuerdo muy bien que mi madre al final cedió y me dejó ir al partido con mis amigos, con la condición de que me pusiera dos o tres pares de calcetines, dos jerséis además del abrigo, guantes y no sé cuantas bufandas. Me parece que incluso un verdugo o pasamontañas. Luego se lo agradecí durante toda la noche.
Tengo ese partido en mi memoria con multitud de detalles. Era la primera vez que veía el uniforme del Milán, que era el favorito indiscutible. No sé por qué, pensé que no era tan deshonroso perder con un equipo de camiseta tan bonita. Chorradas de niño. El Milán tenía al que se consideraba el mejor jugador de Europa, Gigi Rivera, y un plantel de jugadores favoritos para ganar la Copa de Europa (luego la ganó el Inter ganando el la final al Madrid). Mi madre, no recuerdo por qué razones conocía a la madre de Saporta, mandamás del Madrid, nos transmitió que en el club estaban convencidos de que "no teníamos nada que hacer". Claro que yo confiaba en el Madrid, en Di Stefano, Puskas, Gento, y la gran figura emergente que era Amancio. De Amancio, que marcó un gol e hizo lo que quiso con la defensa milanesa, dijo Rivera que era el mejor jugador que había visto en su vida.

Di Stefano hizo uno de los mejores partidos que le recuerdo, y poco podía sospechar que era la última temporada que jugaría con el Madrid. Metió un gol de falta directa, cosa rara porque se las dejaba siempre a Puskas. Fue la primera vez que vi la famosa "folha seca", que dijo Di Stefano le había enseñado Didí, un brasileño que estuvo pocos años antes en el Madrid. Otra jugada sin consecuencias ésta, pero que nunca olvidaré, fue un remate de cabeza de Di Stefano a pase de Gento desde la banda: Di Stefano llegaba por el centro del área, con dos defensas intentando taparle, y cuando le llegó la pelota la tocó suavemente con la cabeza, engañando al portero, pero el balón dio en el palo y no hubo gol. Me pareció que la pelota quedó parada en el aire durante un segundo, hasta que decidió no entrar. Imposible comprobar ahora si así fue, no hay imágenes del evento, así que me consuelo con esa imagen personal.

La gran victoria no me ha hecho olvidar, al cabo de los años, el frío, aunque durante el partido sólo los comentamos con mis amigos ante de empezar el encuentro... Y ahí quedó todo. Lo demás se me ha borrado, cómo volvimos a casa a las 10 de la noche, la cena familiar, salvo que al día siguiente esperé con impaciencia la llegada del diario deportivo, que devoré como nunca he devorado ningún libro.

Entonces la política no ocupaba nuestra mentes, el fútbol era nuestra única preocupación. Mi padre trabajaba como 14 horas diarias, yo estudiaba y aprobaba. Secretamente esperaba que no tuviera que estudiar una carrera, porque lo que deseaba con verdadera pasión era ser el sucesor de Di Stefano, algo que sólo podía caber en una cabeza dislocada. Me hicieron seguir otros caminos más prosaicos, aunque mi sueño tardó tiempo en disiparse.

Ese año descubrí que había compañeros que tenían inquietudes políticas mezcladas con la religión: una verdadera "teología de la liberación" muy activa, con muchos de los llamados curas-obreros, que hacían proselitismo por CCOO tanto o más que por la Iglesia, ya entonces decidida a abandonar al franquismo a su última suerte. He comprobado después que cada vez que la iglesia "se abre", se inclina mucho hacia la izquierda política, como si en medio de ese recorrido no hubiera posiciones más acordes con su esencia.

A mí no me gustó ese activismo, que viví muy de cerca por mis compañeros más empeñados, porque había cierta hipocresía en él, como una impostura en la que se intentaba fusionar dos sentimientos muy distintos, incluso opuestos. Conocí a bastantes que mordieron ese anzuelo, y no salieron bien parados; no porque fueran perseguidos (el régimen era bastante tolerante), sino al cabo de los años al darse cuenta que habían perdido años de su vida.

Luego, pocos años después, en la Universidad, me topé de lleno con el movimiento comunista disfrazado de varios pelajes. Gracias a ellos y a sus huelgas, la Universidad se hundía irremisiblemente. Ahora estoy convencido que no era un "daño colateral", sino que era su objetivo prioritario, bajo la divisa "cuanto peor, mejor" (la misma divisa que siguen ahora los nacionalismos). Más adelante, con la Transición, absurdamente esa decadencia se aceleró, llegando a unos niveles de incompetencia que no se podían sospechar entonces. Aunque todavía nos queda por ver hasta donde llegamos en envilecimiento.

Esos sueños se disiparon, y fueron sustituidos por otros, mientras la vida imponía su presencia cada vez más acuciante. Durante un par de años de la Transición tuve la ilusión de participar en el cambio democrático. Luego me di cuenta de lo que era un partido por dentro, el PSOE, qué poco espacio dejaba a la acción generosa. Me fui sin hacer ruido, porque además yo creo que nunca dejé de ser transparente (invisible) para los compañeros que me tocó soportar. Ni pude aportar nada ni me lo pidieron. Luego he visto que afortunadamente, tuve suerte, creo.

Ahora, con esta retrospectiva, creo que las cosas empezaron a torcerse entonces, años antes de la Transición. Años de siembra de un comunismo gramsciano, de una Iglesia izquierdosa, de una confusión entre democracia y socialismo de la que todos fuimos víctimas. De manera que si me hiciera la pregunta del protagonista de "Conversación en la catedral" ¿En qué momento se jodió el Perú, Zavalita?, yo diría que los años 60 fueron los primeros vagidos de la decadencia de hoy, entre un mundo que expiraba y otro que prometía el cuerno de la abundancia y la libertad. La transición no hizo más que seguir esa senda ya trillada por el superfluo progresismo de unos y otros.

Un vacuo progresismo aniquilador de cualquier pensamiento "fuerte", que se encontró con un vacío aún mayor enfrente. El miedo al comunismo de Moscú, entonces tan temido, hizo a la derecha plegar sus goznes ante algunas reinvidicaciones progresistas. Pero estos son cosas que se ven a posteriori. La historia nos da siempre esa lección: creemos que forjamos el futuro, pero éste se está decidiendo a la sombra, con total independiencia de nuestra voluntad.

REF

Un buen artículo de Javier Caraballo sobre el "Sapo catalán"

Aquí, un buen artículo de Nacho Cardero sobre el papel de PRISA en el hinchamiento del susodicho sapo.

Un repugnante Editorial del FT sobre el sapo. Propugna un "Federalismo asimétrico". Que lo usen para Escocia, a ver si les convence.

 

El hombre sin atributos

Curioso a lo que hemos llegado con esto del feminismo (bueno) y el machismo (malo). Que nadie se escandalice de que un macho alfa, jefe de la manada española, se escude en una pequeña mujercita que le defiende ante el que quiere desbancarle del liderazgo de su mamada, sólo que éste hace lo mismo, créanme, y se escuda detrás de una tal hembra y esconde sus garras, o sus cuernos, y pone cara de pasión de Semana Santa, como un Ecce Homo.

Así que aquí tenemos a los supuestos machos, castrados ya y sin coraje por el feminismo ramplón, dejando que las hembras les defiendan en algo que a ellas ni les va ni les viene. Este Rajoy es un caso patológico de desvergüenza: están hablando mal de él, y se pone a silbar mientras sus hembras le defienden. A mi no me extraña, aunque se va superando a sí mismo. ¿No será un adelantados de su tiempo?

Cuando ayer, Soraya Sáez llegó a casa, y le preguntó su hija qué tal en el trabajo, dijo: - bah, he estado peleándome con una gata callejera que quería desplumar a mi jefe, el pavo real que nos guía a través del desierto. Y la hija:

-y quien ganó?

-Quien va a ganar hija mía, tu mami!!!! Mi "dilereso" no ha tenido que mover una ceja, y el "lidereso" de la gata tenía una cara de amargura que parecía Cristo crucificado. Hasta ladeaba la cabeza como él y parecía a punto de expirar. Casi que me da pena.

- Mami, yo de mayor quiero ser como tú.

- bueno pequeñina, no es tan fácil, ¿sabes? Porque espero que cuando seas mayor habrán sido extinguidos los machos de la faz de la tierra.

-y papi? No quier que se extinga papi!! Porfi mami, nooooo!

-Mmmmmm ya veremos, depende, a ver si se deja cortar algo que le sobra. A los que se dejen les dejaremos deambular por ahí. Pero ya no serán machos alfa ni jefes de manada, nosotras seremos todo. Nos inseminaremos en bancos de semen, una liquidito color leche que se hará en serie en laboratorios, y ya está, se acabó el reinado del Macho. Incluso mi líder se ha adelantado y se ha cortado sus atributos. Es un "lídereso" perfecto.

¿Qué es un lídereso?

- un líder sin atributos

-qué son los atributos mami?

-una cosa que sobra y se quita como cuando tienes agmidalitis. Pero gracias a al a nueva tecnología, todos nacerán sin agmídalas. Ya te digo, cariñito, un mundo perfecto, ya verás. Todo se arreglara vía negociación y diálogo, y los hombres dirán sí a todo lo que digamos.



miércoles, 18 de septiembre de 2013

Grata sorpresa de Bernanke

La FED, en pocas palabras, ha decidido alargar su compra de bonos y MBS (QE). Es más, su declaración oficial (ver más abajo), es un claro intento de calmar los mercados. Se reafirma en que los tipos de interés oficiales se mantendrán en el 0,5%, al menos mientras el paro no baje al 6,5%. Por otra parte, ha tebisado a la baja sus previsiones de crecimienro. Una gran y buena sorpresa para nosotros.

Information received since the Federal Open Market Committee met in July suggests that economic activity has been expanding at a moderate pace. Some indicators of labor market conditions have shown further improvement in recent months, but the unemployment rate remains elevated. Household spending and business fixed investment advanced, and the housing sector has been strengthening, but mortgage rates have risen further and fiscal policy is restraining economic growth. Apart from fluctuations due to changes in energy prices, inflation has been running below the Committee's longer-run objective, but longer-term inflation expectations have remained stable.

Consistent with its statutory mandate, the Committee seeks to foster maximum employment and price stability. The Committee expects that, with appropriate policy accommodation, economic growth will pick up from its recent pace and the unemployment rate will gradually decline toward levels the Committee judges consistent with its dual mandate. The Committee sees the downside risks to the outlook for the economy and the labor market as having diminished, on net, since last fall, but the tightening of financial conditions observed in recent months, if sustained, could slow the pace of improvement in the economy and labor market. The Committee recognizes that inflation persistently below its 2 percent objective could pose risks to economic performance, but it anticipates that inflation will move back toward its objective over the medium term.

Taking into account the extent of federal fiscal retrenchment, the Committee sees the improvement in economic activity and labor market conditions since it began its asset purchase program a year ago as consistent with growing underlying strength in the broader economy. However, the Committee decided to await more evidence that progress will be sustained before adjusting the pace of its purchases. Accordingly, the Committee decided to continue purchasing additional agency mortgage-backed securities at a pace of $40 billion per month and longer-term Treasury securities at a pace of $45 billion per month. The Committee is maintaining its existing policy of reinvesting principal payments from its holdings of agency debt and agency mortgage-backed securities in agency mortgage-backed securities and of rolling over maturing Treasury securities at auction. Taken together, these actions should maintain downward pressure on longer-term interest rates, support mortgage markets, and help to make broader financial conditions more accommodative, which in turn should promote a stronger economic recovery and help to ensure that inflation, over time, is at the rate most consistent with the Committee's dual mandate.

The Committee will closely monitor incoming information on economic and financial developments in coming months and will continue its purchases of Treasury and agency mortgage-backed securities, and employ its other policy tools as appropriate, until the outlook for the labor market has improved substantially in a context of price stability. In judging when to moderate the pace of asset purchases, the Committee will, at its coming meetings, assess whether incoming information continues to support the Committee's expectation of ongoing improvement in labor market conditions and inflation moving back toward its longer-run objective. Asset purchases are not on a preset course, and the Committee's decisions about their pace will remain contingent on the Committee's economic outlook as well as its assessment of the likely efficacy and costs of such purchases.

To support continued progress toward maximum employment and price stability, the Committee today reaffirmed its view that a highly accommodative stance of monetary policy will remain appropriate for a considerable time after the asset purchase program ends and the economic recovery strengthens. In particular, the Committee decided to keep the target range for the federal funds rate at 0 to 1/4 percent and currently anticipates that this exceptionally low range for the federal funds rate will be appropriate at least as long as the unemployment rate remains above 6-1/2 percent, inflation between one and two years ahead is projected to be no more than a half percentage point above the Committee's 2 percent longer-run goal, and longer-term inflation expectations continue to be well anchored. In determining how long to maintain a highly accommodative stance of monetary policy, the Committee will also consider other information, including additional measures of labor market conditions, indicators of inflation pressures and inflation expectations, and readings on financial developments. When the Committee decides to begin to remove policy accommodation, it will take a balanced approach consistent with its longer-run goals of maximum employment and inflation of 2 percent.

Voting for the FOMC monetary policy action were: Ben S. Bernanke, Chairman; William C. Dudley, Vice Chairman; James Bullard; Charles L. Evans; Jerome H. Powell; Eric S. Rosengren; Jeremy C. Stein; Daniel K. Tarullo; and Janet L. Yellen. Voting against the action was Esther L. George, who was concerned that the continued high level of monetary accommodation increased the risks of future economic and financial imbalances and, over time, could cause an increase in long-term inflation expectations.



Ortega y Gasset y el Estatuto catalán en la segunda República

He releído el discurso de O y G en las Cortes Constituyentes de 1932 sobre el Estatuto de Cataluña. El interés que tiene para mi es que hace hincapié en los errores de entonces, y que esos errores vuelven a estar peligrosamente sueltos en la hora presente, ante el mismo pero más agudizado problema. Por eso y nada más que por eso lo destaco: se puede tender una línea recta desde los errores de los políticos de entonces a los se hoy con extrema precisión. Aquí hago una breve selección del discurso en la que se argumenta en esos errores de concepto de ayer y de ochenta años después. Me permito un breve título.

Repito: lo más dolorosamente destacable es cómo distintos hombres de alejadas generaciones vuelven a tropezar en la misma piedra. Como sí fuéramos incapaces de aprender a pesar de ser ministros de la Nación. Ni siquiera son vagamente conscientes de que están haciendo traición a su pueblo.

Primero: es falaz que el problema catalán tenga una solución definitiva. .

¿qué es lo más inmediato, concreto y primero con que topamos del problema catalán? Se dirá que si queremos evitar vaguedades, lo más inmediato y concreto con que nos encontramos del problema catalán es ese proyecto de Estatuto que la Comisión nos presenta y alarga; y de él, el artículo 1 del primer título. Yo siento discrepar de los que piensan así, que piensan así por no haber caído en la cuenta de que antes de ese primer artículo del primer título hay otra cosa, para mí la más grave de todas, con la que nos encontramos. Esa primera cosa es el propósito, la intención con que nos ha sido presentado este Estatuto, no sólo por parte de los catalanes, sino de otros grupos de los que integran las fuerzas republicanas. A todos os es bien conocido cuál es ese propósito. Lo habéis oído una y otra vez, con persistente reiteración, desde el advenimiento de la República. Se nos ha dicho: «Hay que resolver el problema catalán y hay que resolverlo de una vez para siempre, de raíz. La República fracasaría si no lograse resolver este conflicto que la monarquía no acertó a solventar.»

Pues bien, señores; yo sostengo que el problema catalán, como todoslos parejos a él, que han existido y existen en otras naciones, es un problema que no se puede resolver, que sólo se puede conllevar, y al decir esto,conste que significo con ello, no sólo que los demás españoles tenemosque conllevarnos con los catalanes, sino que los catalanes también tienenque conllevarse con los demás españoles

Digo, pues, que el problema catalán es un problema que no se puederesolver, que sólo se puede conllevar; que es un problema perpetuo, queha sido siempre, antes de que existiese la unidad peninsular y seguirásiendo mientras España subsista; que es un problema perpetuo, y que afuer de tal, repito, sólo se puede conllevar.

¿Por qué? En rigor, no debía hacer falta que yo apuntase la respuesta,porque debía ésta hallarse en todas las mentes medianamente cultivadas.Cualquiera diría que se trata de un problema único en el mundo, que andabuscando, sin hallarla, su pareja en la Historia, cuando es más bien unfenómeno cuya estructura fundamental es archiconocida, porque se hadado y se da con abundantísima frecuencia sobre el área histórica. Es tan conocido y tan frecuente, que desde hace muchos años tiene inclusive un nombre técnico: el problema catalán es un caso corriente de lo que se llama nacionalismo particularista. No temáis, señores de Cataluña, que en esta palabra haya nada enojoso para vosotros, aunque hay, y no poco, doloroso para todos.

Segundo: Es falaz comparar el sentimiento separatista con el que inspira la construcción de las grandes naciones.

Y no se diga que es, en pequeño, un sentimiento igual al que inspira losgrandes nacionalismos, los de las grandes naciones; no; es un sentimientode signo contrario. Sería completamente falso afirmar que los españoleshemos vivido animados por el afán positivo de no querer ser franceses, deno querer ser ingleses. No; no existía en nosotros ese sentimiento negati-vo, precisamente porque estábamos poseídos por el formidable afán deser españoles, de formar una gran nación y disolvernos en ella. Por eso, dela pluralidad de pueblos dispersos que había en la Península, se ha forma-do esta España compacta.

En cambio, el pueblo particularista parte, desde luego, de un sentimiento defensivo, de una extraña y terrible hiperestesia frente a todo contacto y toda fusión; es un anhelo de vivir aparte. Por eso el nacionalismoparticularista podría llamarse, más expresivamente, apartismo o, en buencastellano, señerismo.

Tercero: el sentimiento de independencia no es de todos los catalanes. Los que no lo comparten serán arrollados.

Pero ahora, señores, es ineludible que precisemos un poco. Afirmar que hay en Cataluña una tendencia sentimental a vivir aparte, ¿qué quiere decir, traducido prácticamente al orden concretísimo de la política? ¿Quiere decir, por lo pronto, que todos los catalanes sientan esa tendencia? De ninguna manera. Muchos catalanes sienten y han sentido siempre la ten- dencia opuesta; de aquí esa disociación perdurable de la vida catalana a que yo antes me refería. Muchos, muchos catalanes quieren vivir con Es- paña. Pero no creáis por esto, señores de Cataluña, que voy a extraer de ello consecuencia ninguna; lo he dicho porque es la pura verdad, porque, en consecuencia, conviene hacerlo constar y porque, claro está, habrá que atenderlo. Pero los que ahora me interesan más son los otros, todos esos otros catalanes que son sinceramente catalanistas, que, en efecto, sienten ese vago anhelo de que Cataluña sea Cataluña. Mas no confundamos las cosas; no confundamos ese sentimiento, que como tal es vago y de una intensidad variadísima, con una precisa voluntad política. ¡Ah, no! Yo estoy ahora haciendo un gran esfuerzo por ajustarme con denodada veraci- dad a la realidad misma, y conviene que los señores de Cataluña que me escuchan, me acompañen en este esfuerzo. No, muchos catalanistas no quieren vivir aparte de España, es decir, que, aun sitiéndose muy catala- nes, no aceptan la política nacionalista, ni siquiera el Estatuto, que acaso han votado. Porque esto es lo lamentable de los nacionalismos; ellos son un sentimiento, pero siempre hay alguien que se encarga de traducir ese sentimiento en concretísimas fórmulas políticas: las que a ellos, a un gru- po exaltado, les parecen mejores. Los demás coinciden con ellos, por lo menos parcialmente, en el sentimiento, pero no coinciden en las fórmulas políticas; lo que pasa es que no se atreven a decirlo, que no osan manifestar su discrepancia, porque no hay nada más fácil, faltando, claro está a la veracidad, que esos exacerbados les tachen entonces de anticatalanes. Es el eterno y conocido mecanismo en el que con increíble ingenuidad han caído los que aceptaron que fuese presentado este Estatuto. ¿Qué van a hacer los que discrepan? Son arrollados; pero sabemos perfectamente de muchos, muchos catalanes catalanistas, que en su intimidad hoy no quie- ren esa política concreta que les ha sido impuesta por una minoría. Y al decir esto creo que sigo ajustándome estrictamente a la verdad. (Muy bien, muy bien.)

Cuarto: ceder a las ambiciones independentistas no es resolver el problema, al contrario, es crear un nuevo.

Pero una vez hechas estas distinciones, que eran de importancia, reconozcamos que hay de sobra catalanes que, en efecto, quieren vivir aparte de España. Ellos son los que nos presentan el problema; ellos constituyen el llamado problema catalán, del cual yo he dicho que no se puede resol- ver, que sólo se puede conllevar. Y ello es bien evidente; porque frente a ese sentimiento de una Cataluña que no se siente española, existe el otro sentimiento de todos los demás españoles que sienten a Cataluña como un ingrediente y trozo esencial de España, de esa gran unidad histórica, de esa radical comunidad de destino, de esfuerzos, de penas, de ilusiones, de intereses, de esplendor y de miseria, a la cual tienen puesta todos esos españoles inexorablemente su emoción y su voluntad. Si el sentimiento de los unos es respetable, no lo es menos el de los otros, y como son dos tendencias perfectamente antagónicas, no comprendo que nadie, en sus cabales, logre creer que problema de tal condición puede ser resuelto de una vez para siempre. Pretenderlo sería la mayor insensatez, sería llevarlo al extremo del paroxismo, sería como multiplicarlo por su propia cifra; sería, en suma, hacerlo más insoluble que nunca.

supongamos lo extremo: que se concediera, que se otorgase a Cataluña absoluta, íntegramente, cuanto los más exacerbados postulan. ¿Habríamos resuelto el problema? En manera alguna; habríamos dejado entonces plenamente satisfecha a Cataluña, pero ipso facto habríamos dejado ple- namente, mortalmente insatisfecho al resto del país. El problema renace- ría de sí mismo, con signo inverso, pero con una cuantía, con una violen- cia incalculablemente mayor; con una extensión y un impulso tales, que probablemente acabaría (¡quién sabe!) llevándose por delante el régimen.

Quinto: Sólo hay una solución: conllevarnos.

Yo creo, pues, que debemos renunciar a la pretensión de curar radical-mente lo incurable. Recuerdo que un poeta romántico decía con sustancialparadoja: «Cuando alguien es una pura herida, curarle es matarle.» Pues esto acontece con el problema catalán.

En cambio, es bien posible conllevarlo. Llevamos muchos siglos juntos los unos con los otros, dolidamente, no lo discuto; pero eso, el conllevarnosdolidamente, es común destino, y quien no es pueril ni frívolo, lejos defingir una inútil indocilidad ante el destino, lo que prefiere es aceptarlo.

Después de todo, no es cosa tan triste eso de conllevar. ¿Es que en lavida individual hay algún problema verdaderamente importante que se re-suelva? La vida es esencialmente eso: lo que hay que conllevar, y, sinembargo, sobre la gleba dolorosa que suele ser la vida, brotan y florecenno pocas alegrías.

Sexto: No es un problema infrecuente: lo tienen todas las naciones europeas (menos Francia).

lo conllevan las naciones en que han existido nacionalismos particularistas, las cuales (y me importa mucho hacer constar esto para que quede nuestro asunto estimado en su justa medida), las cuales naciones aquejadas por este mal son en Europa hoy aproximadamente todas, todas menos Francia. Lo cual indica que lo que en nosotros juzgamos terrible, extrema anomalía, es en todas partes lo normal. Pues en este punto quien representa la efectiva, aunque afortu- nada anormalidad, es Francia con su extraño centralismo; todos los de- más están acongojados del mismo problema, y todos los demás hacen lo que yo os propongo: conllevarlo.

Séptimo. (A Rubalcaba y PSOE y Margallo, etc): la palabra "Federalismo" significa disgregación de la soberanía nacional.

Recuerdo que hubo un momento de extremo peligro en la discusión constitucional, en que se estuvo a punto, por superficiales consideraciones de la más abstrusa y trivial ideología, con un perfecto desconocimiento de lo que siente y quiere, salvo breves grupos, nuestro pueblo, sobre todo, de lo que siente y quiere la nueva generación, se estuvo a punto, digo, nada menos que de decretar, sin más, la Constitución federal de España. Entonces, aterrado, en una madrugada lívida, hablé ante la Cámara de sobera- nía, porque me acongojaba desde el advenimiento de la República la im- precisión, tal vez el desconocimiento, con que se empleaban todos estos vocablos: soberanía, federalismo, autonomía, y se confundían unas cosas con otras, siendo todas ellas muy graves. Naturalmente, no he de repetir ahora lo que entonces dije; me limitaré a precisar lo que es urgente para la cuestión.

Decía yo que soberanía es la facultad de las últimas decisiones, el poder que crea y anula todos los otros poderes, cualesquiera sean ellos, soberanía, pues significa la voluntad última de una colectividad. Convivir en soberanía implica la voluntad radical y sin reservas de formar una co- munidad de destino histórico, la inquebrantable resolución de decidir jun- tos en última instancia todo lo que se decida. Y si hay algunos en Catalu- ña, o hay muchos, que quiere desjuntarse de España, que quieren escindir la soberanía, que pretenden desgarrar esa raíz de nuestro añejo convivir, es mucho más numeroso el bloque de los españoles resueltos a continuar reunidos con los catalanes en todas las horas sagradas de esencial deci- sión. Por eso es absolutamente necesario que quede deslindado de este proyecto de Estatuto todo cuanto signifique, cuanto pueda parecer amena- za de la soberanía unida, o que deje infectada su raíz. Por este camino iríamos derechos y rápidos a una catástrofe nacional.

Un hecho

Por supuesto, el nacionalismo catalán es un hecho. Pues claro que sí.
Sí, es un hecho, un movimiento... Irracional. Que además no quiere saber si es mayoritario, porque no le conviene. Por eso hace payasadas como la "cadena de niños abducidos". Es totalitario (es un hecho) que se identifica gracias al odio al enemigo imaginado. Creo que los españoles todavía no se han enterado del odio que conlleva el movimiento. Como lo expresa muy bien el artículo aportado Pablo Bastida, de Sostres. No se enteran porque van a su rollo. 
Es un odio que crece en la medida de débil respuesta del enemigo imaginado. Cuanta más indiferencia de Madrid, más odio. Cuanto más cede el gobierno, más odio. Eso es también un hecho. 
Es fácil ver que es totalitario. Basta ver la cantidad de matices que absorbe en una sola idea obsesiva, la independencia.
Ahora, como tal hecho, da cada vez más miedo. Eso es un hecho. 
Claro, la gente normal acaba hasta los huevos de que el incordien con que "Madrid ens roba". La gente quiere ir a su rollo y no la dejan. Al final dice, ¡joder que se vayan de una puta vez! 
Si se pudiera hacer pacíficamente, echaría cuentas y os diría: vale, mira me debes tanto, me lo pagas y te vas de una puta vez. A mi me la pela que os quedéis o no, lo único que me preocupa es que lo ha hagáis con elegancia. No sois capaces, me temo. 
La vida de un español vale infinitamente más que un trozo de tierra infestada de locos desatados que ven las cosas por un cartón de rollo de papel higiénico y dicen que es un periscopio. Es un hecho. 

Merkel: apoyar el euro barriendo para casa

Un irónico artículo de Evans-Prichard pone en su sitio al escandalosamente chulesco Schauble, ministro de finanzas alemán,que en "Ignore the doomsayers: Europe is being fixed" pretende demostrar que los problemas de Europa ya están arreglados. Ya digo, chulesco hasta decir basta.

¿Cómo demuestra el chulo de Schaüble que Europa va como un tiro? Pues nada, muy fácil, fíjense en Alemania. Alemania estaba derrumbada por sus excesos hasta que se puso las pilas, decretó el austerismo, y después de una travesía del desierto de dos décadas, ha florecido como un jardín en primavera.

Lo único que tiene que hacer los países de euro es seguir ese camino de espinas para al final cosechar la rosas. Alemania es la prueba de que al final el dolor compensa y es gratificante.

¿Se puede ser más chulo? Mientras Alemania ha cosechado un superávit exterior cada vez más alto, que llega ya hasta el 6% del PIB, y, por ende, acumula un crédito enorme frente a los demás paises del euro (crédito que es la otra cara de la moderna de nuestra deuda exterior y lao países del sur de Europa), las disfunciones que causa el euro impiden que ese gigantesco capital se invierta en los países que lo necesitan. ¿Por qué? Porque están bajo sospecha de insolvencia. Y el riesgo de invertir en ellos en comparación con la rentabilidad que ofrecen no compensa.

Precisamente está anomalía, un país crecientemente acreedor que no invierte en los otros países de la zona, es el signo más expresivo de que las disfunciones del euro no se han arreglado. Eso al menos dice la teoría neoclásica, que el ahorro se iguala a la demanda de inversión vía tipos de interés. El ingente ahorro alemán debería verse atraído por las oportunidades inversionistas en el sur de Europa. Oportunidades que vimos ayer en el post anterior: la inversión en España (y Portugal y Grecia, no digamos) está por los suelos. Unos mercados libres de tipo de cambio y de tipo de interés ya hubieran ajustado hace años el valor de mercado de los activos internos, poniéndolos más baratos y atractivos, y su rentabilidad de equilibrio. La histórica se hubiera acabado ya sin el euro. Si al menos el euro hubiera limado los riesgos transfronterizos, como se pensaba, pero ha sido justo al revés.

Con el euro tenemos esta "pequeña" dificultad, que el mercado cambiario no existe, y no puede hacer su papel de equilibrar los precios internos y externos de bienes y capital. Por lo tanto, hay que encontrar otra vía de compensación que impida que se distancien cada vez más los países cada vez más ricos de los cada vez más pobres. Esa vía sólo puede ser un subóptimo, es decir, una chapucilla. Y esa chapucilla sólo puede ser un flujo constante de fondos públicos de norte a sur.

Este flujo tiene varias formas posibles. La primera, admitir que las deudas que tenemos con los países del norte son impagables. La segunda, que las necesidades de capital si no se vehiculan por la vía privada, habrán de hacerlo por la pública. La tercera, que si hay una Union Monetaria de verdad, la regulación y supervisión deben de ser centrales de verdad. Es decir, quita de deudas, unión fiscal, unión bancaria,que unifique riesgos hasta que apenas se diferencien. Lo que supone una revolución muy desagradable para loa contribuyentes alemanes, que se jactan precisamente de la ideología de Schaüble, impuestos cada vez más bajos y gastos cada vez más bajos.

El problema del euro es político. Lo ha expresado a la perfección la Canciller Merkel en la campaña electoral: "apoyar al euro pero barriendo para casa". Ese es el núcleo del problema, la tensión latente entre los intereses nacionales y los comunitarios. Eso hace del euro un tigre de papel. Hay países que parecen no tener intereses nacionales, porque no creen en la nación. Eso es lo que refuerza algo a ese tigre de papel, que los países con intereses nacionales son los que dominan el euro, y mientras ellos ganen, el euro se sostendrá y la pobreza también se sostendrá. Cuando uno gana el la ruleta los único ente, ¿por qué seguir jugando, si no es un jugador compulsivo? Alemania gana se retira a su guarida, y así será mientras no cambien las reglas.

martes, 17 de septiembre de 2013

Crisis comparadas

En Andolfatto y Williamson, se ofrecen sendos ejercicios de análisis del porqué el lento crecimiento que padecemos. Son aparentemente distintos, pero en ellos destaca un dato que ilustra lo que pasa en España. Ese dato es que, a diferencia de otras recesiones, lo que realmente se ha despeñado y no se recupera es el empleo y la inversión.

Bueno, esto de alguna manera estaba previsto en el guión de algunos. Por ejemplo, el famoso libro de Reinhart y Rogoff, la conclusión es que las crisis financieras son mucho más lentas y trabajosas de salir que de las recesiones reales. Es como si una bomba atómica hubiera caído y dejado un erial contaminado sobre el que nos e puede edificar en décadas.

¿Décadas? Bueno, eso es los que señala Japón. Japón tuvo su crisis financiera en 1990, es decir, su burbuja financiera y su caída, y desde entonces no ha recuperado la normalidad. Además de eso, el gobierno se ha entrampado hasta un 240% del PIB. Este es tema de Andolfatto, y este es el gráfico central:

Como se ve, mientras el gasto público explosiona y se apodera de la economía desde los principios de los noventa, creciendo más que el PIB, le gasto privado y sobre todo la inversión, cambian de rumbo y caen.

Antes de los noventa el gasto público era la inversión era un 32% del PIB. Ahora es el 21%.

El consumo también ha aumentado su proporción en el PIB, del 53% al 60%. No podía ser menos, con esa explosión del gasto público.

 

Estos datos plantean serias dudas sobre las soluciones propuestas desde diferentes escuelas. Andolfatto no ofrece ninguna, salvo que

And, of course, the big question for monetary policy wonks: Is a massive asset-purchase program on the part of the Bank of Japan really what that economy needs? Or are policy interventions better directed elsewhere?

Creo que no menciona un fato clave: la deflación secular de Japón.

Pero pasemos ahora al análisis de Williamson sobre EEUU, que resulta un espectacular y nada agradable parecido. En EEUU, com sos decadas de retraso aobre ajapon, Williamson, hace el siguiente gráfico:

La diferencia con otras recesiones es sobre todo el hundimiento de la inversión, que sin embargo ha empezado a recuperar sus niveles relativos al PIB, pero que está todavía muy lejos e lao niveles pre crisis.

Sin embargo, "gracias" al Secuester, el gasto del gobierno ha comenzado a reducirse, ha diferencia, de momento, de Japón.

Williamson dice que la TFP (la productividad de todos los factores) ha evolucionado bastante bien, por lo que la cías de la,lenta recuperación es debida a la caída e los factores de producción, empleo y capital. Esto es obvio, ¿pero qué impide llegar antes al pleno uso de los factores y al máximo PIB?

En todo caso yo diría, al contrarios de lo que parece decir Williamson, que la política monetaria de Bernanke parece haber sido un apoyo crucial, que ha aliviado la crisis bancaria, ha acelerado el desendeudamiento de familias y empresas, y ha alejado el peligro de deflación.

Y ahora vamos con España. El retrato es todavía menos satisfactorio. Este es el gráfico para los componentes de PIB indiciados con base 2008 = 100 y desde 2000.

Aquí vemos que todo cae, sobre todo la inversión (inversión total, pública y privada), mientras el consumo público va ganado me importancia sobre el total del PIB.

Lo grave, lo gravísimo, es que la inversión después de cinco años desde la famosa caída de Lehman Brothers, se ha despeñado y lo sigue haciendo.

Japón es el ejemplo vivo de lo que hay que evitar. Lo malo es que no sabemos con certeza qué ha pasado en Japón. Cada escuela tiene su "kit japonés", pero hay muchos puntos oscuros dejados de lado. Lo que podemos decir es que un gasto fiscal expansivo no ha hecho renacer la economía. Si tenemos en cuenta la deflación secular japonés, algo de tazón hay que darles a los monetaristas, u ser es lo que parece decidido a afrontar el "nuevo" Banco de Japón.

EEUU de momento parece estar saliendo de ese riesgo de caída secular de la inversión, pero es pronto para saber si se va a entender en esa ruta, y cuánto falta todavía para volver a una economía a pleno uso de su capacidad. Y, en contra de lo que dice Krugman, me parece que la política fiscal de apoyo ya ha cumplido su papel.

España es comparativamente peor. La pérdida de capital productivo bruto (es decir, no sólo la inversión neta, sino la renovación del capital instalado), y la ausencia de algún signo de al menos estabilizarse, es un mal augurio sobre el corto y largo plazo, por no mencionar el bofetón que significa para los aleluyas del gobierno. El caso español es claramente uno de crisis financiera en el vacío, sin apoyo de las autoridades responsables, que no se saben muy bien quiénes son.

Recapitulando: la caida de la inversión es um sgino de malas espectativas de futuro. Es logico esperar que tras una criais financiera, que supone una alteraxion peogunda de loa precios de lo acrivos, provoque un seismo en laa expectativas de los inversores. La normalización requiere de un apoyo de las autoridades públicas a corto plazo que faltan clamorosamente en España. Y q largo plazo, si se quiere evitar Japón, hay que evitar el gasto público desbocado y hacer una política monetaria contra la deflación; pero hay plazos que parecen no poder saltarse.