"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
jueves, 8 de diciembre de 2016
Reformar lo irreformable
miércoles, 7 de diciembre de 2016
El truismo de las Expectativas Racionales
That was the key insight of John Muth in his paper introducing the rational-expectations assumption into economic modelling. So in any model in which the current and future actions of individuals depend on their expectations of the future, the model cannot arrive at an equilibrium unless those expectations are consistent with the equilibrium of the model. If the expectations of agents are incompatible or inconsistent with the equilibrium of the model, then, since the actions taken or plans made by agents are based on those expectations, the model cannot have an equilibrium solution.
Parece distinta manera de decirlo, pero s lo mismo. Si existiera un mercado presente y futuro para cada cosa y cada expectativa, éstas podrían estimar acertadamente el precio de equilibrio. Al no exigir todo tipo de mercado, la única manera de que el equilibrio se alcance es a través de un truismo.Si la única elección para los hogares y las empresas fuera comprar «cosas», entonces sería más fácil coordinar los planes, porque sólo necesitaríamos mover un precio el tipo de interés real (el precio de las «cosas» hoy en términos de «cosas» mañana)—para coordinar el ahorro total deseado con la inversión deseada. Pero el propósito de una economía de mercado es ofrecer oportunidades a los hogares y las empresas para gastar su dinero en una amplia variedad de bienes y servicios, así como reservar algo para sucesos u oportunidades imprevistas o inimaginables. La incertidumbre radical («las cosas pasan») significa que muchos de los mercados en los que los precios avanzan para producir un equilibrio simplemente no pueden existir y no existen. La economía de mercado, por tanto, no puede coordinar los planes de gasto. Hay demasiados mercados que no existen. Como resultado de esto, la economía de mercado no se estabiliza por sí misma, lo que propicia bruscos altibajos en el consumo total. La macroeconomía tradicional es la economía de las «cosas». En lugar de eso, necesitamos la economía de «las cosas pasan»...... La economía de mercado, por tanto, no puede coordinar los planes de gasto. Hay demasiados mercados que no existen. Como resultado de esto, la economía de mercado no se estabiliza por sí misma...En este último mundo, las relaciones económicas entre el dinero, la renta, el ahorro y los tipos de interés son impredecibles, aunque son el resultado de los intentos de personas racionales de afrontar un mundo incierto.
lunes, 5 de diciembre de 2016
Las secuelas de Italia
Guantanamera
Un resultado ominoso para Renzi
Francia e Italia, pilares dudosos de Europa
Italia, entre lo malo y lo peor
Francia, el fracaso del centro izquierda
domingo, 4 de diciembre de 2016
Italia, entre lo malo y lo peor
sábado, 3 de diciembre de 2016
Fidel, dispuesto a inmolarse e inmolar el mundo
Un "ataque nuclear preventivo" para salvar el socialismo
Así se llegó al 27 de octubre, el "día dramático en el que se tomaron las decisiones más dramáticas". "Justo cuando iba a enviar un telegrama a Kennedy para decirle que estábamos dispuestos a retirar nuestros misiles, recibí otro telegrama de Castro". El líder cubano aseguraba a la URSS que EEUU estaba a punto de iniciar una invasión en Cuba, y le propuso a Kruschev un "ataque nuclear preventivo". "Fidel consideraba que, dado que el ataque era inminente, lo mejor sería que nosotros lanzáramos de inmediato misiles nucleares a las ciudades norteamericanas más grandes para no permitir que el ejército estadounidense destruyera los misiles en la isla".
Kruschev recuerda, que tras solucionar la crisis con Kennedy, la URSS recibió muchas críticas por parte de Fidel Castro y la prensa china: "Intenté explicarle a Fidel mi actuación, pero él se puso muy nervioso y empezó a insultarnos, si me puedo expresar así. Él creía que la URSS había traicionado a Cuba". "Los chinos me tildaron de cobarde, ya que querían que hubiera guerra entre la URSS y EEUU".
Kruschev desenmascara a Castro
En este contexto, Kruschev se muestra especialmente decepcionado con el dictador cubano que "pensaba que la URSS sólo podía defender el socialismo si bombardea EEUU". El exdirigente soviético cierra este capítulo de sus Memorias contando detalles sobre la última reunión que mantuvo con Castro, en 1963 en Georgia. El momento más tenso de su conversación llegó cuando el líder de la URSS pidió explicaciones a Fidel acerca de su propuesta de un "ataque nuclear preventivo" contra EEUU.
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"Cuando pregunté a Castro por qué quiso iniciar una guerra mundial con EEUU, él negó rotundamente haber hecho semejante propuesta, pero, afortunadamente Fidel lo había propuesto en un documento oficial, así que empezamos a revisar la correspondencia escrita". Cuando, a pesar de las evidencias, el comunista cubano siguió negando los hechos, en la conversación entre los dos políticos intervino el intérprete de Castro: "Pero, Fidel, tú mismo me lo dijiste varias veces. Mira el documento. ¿Acaso esta expresión no significa ataque nuclear?".
Críticas a Fidel Castro y elogios a Kennedy
Así pues, curiosamente o no, el dirigente soviético critica con dureza el "extremismo de Castro impulsado por los chinos", que "dejaba al mundo entero al borde del abismo" mientras elogia la "flexibilidad" y la "inteligencia" del "millonario capitalista" John Kennedy, que evitó el conflicto al aceptar no invadir a Cuba a cambio de la retirada de los misiles. El líder comunista reconoció que "confiaba en Kennedy como persona y presidente, y que él cumplió su palabra", mientras que se mostró decepcionado con algunos de sus "amigos" comunistas, que "querían que nosotros y EEUU nos destruyéramos mutuamente".
viernes, 2 de diciembre de 2016
Raúl Del Pozo sobre la Constitución
"Obsoleta, turnista, separatista, monárquica, un candado, una tiara, un caqui, cantón y taifa, hija de siete padres... Todo eso dicen de la Constitución del 78 y lo peor de todo es que creen que ha envejecido; y sólo tiene 38 años. El PP y el PSOE no sabían que hacer, si magrearla sin penetrarla o dejarla como está; al final parece que se van a poner de acuerdo en una reforma que les perdone y eternice. El bipartidismo ahora se parece a la escena final de Duelo al sol.
"Ayer, la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, que se ha convertido en la estrella refulgente sobre el abismo negro de la nación, declaró que se abre el debate de la reforma de la Carta Magna, con prudencia y consenso. Como de lo que se trata es de urdir un sucedáneo de referéndum pactado con los empaquetados -precisamente, por pisotear la Constitución, y aliviarles la deuda a lo Bangladesh-, la vicepresidenta prometió rebajar los litigios ante el Tribunal Constitucional, a cambio de lealtad. Dijo, además, que éste es uno de los países más descentralizados del mundo y sus palabras de tolerancia fueron contestadas por Francesc Homs con una coz carlista: "Ni descentralización ni puñetas". Soraya reconoce que el éxito de la Constitución del 78 es que pudo cobijarnos a todos. Pero ha estallado la fiebre del desguace o el efecto Werther, una pulsión suicida o destrucción de lo que funciona bien.
"También Albert Rivera pretende actualizar la Carta Magna. Los jóvenes de Podemos pasan de la fiesta del Congreso y de la reforma; pretenden un periodo constituyente porque piensan que el mito de la del 78 y la Inmaculada Transición fueron construidos en los pasillos de la Complutense por unos profesores del Pleistoceno. El caso es que muchos quieren ensanchar una Carta Magna prodigiosa, resistente, la que más ha durado, la que ha resistido las botas y los tanques; quieren ensancharla para que quepan en ella los que quieren destruirla. La pisotean todos los días los independentistas. Y ahora el PSOE y el PP -eso no es consenso, es apareamiento-, están de acuerdo en darle un aire federalista granaíno a la Carta para retrasar con retórica el derecho a decidir.
"Pasan las generaciones, los cánones; envejecen las palabras, se quedan sin música, aunque cada 14 años, vuelven a resucitar. Es lo que han descubierto dos investigadores del lenguaje después de rastrear cinco millones de libros digitalizados. O sea que la Constitución del 78 ha aguantado más de dos vidas. Tiene como el Fuero Juzgo muchos y pesados adverbios; sus adjetivos -lo primero que se arruga- aguantan, los sustantivos tardan más en envejecer, pero también se agotan. La gloria de la posmodernidad es efímera y se mide por la conectividad. La popularidad está en los followers. Los nuevos partidos quieren tirar las vigas maestras de nuestra democracia sin tener muy claro lo que van a construir después. Mientras, los dos partidos mayoritarios harán lo posible para que todo siga igual.
jueves, 1 de diciembre de 2016
El hombre que sabe
In between the glittering parties, Greenspan maintained an impressive intellectual flow. In late 1979, he collaborated with Fortune on a long-run economic forecast, correctly predicting that falling inflation, lower corporate taxes, and deregulation would boost the incentives for business investment, turning the 1980s into a boom era. 28 In March 1980, he published an essay in Challenge that was equally prescient, but in an eerie way. Reflecting on the fragilities in finance, Greenspan showed how deeply he understood the demons that would haunt him as Fed chairman. 29 Greenspan’s Challenge essay was prompted by the fiftieth anniversary of the 1929 crash, which had heralded the Depression of the 1930s. If the nation was vulnerable to a repeat, Greenspan began, it would come not from the equity market but from housing. After all, home prices had nearly tripled during the 1970s, and because that bubble had been built on debt, a reversal would impose a long period of weak growth on the economy. Moreover, the risks from the housing bubble were magnified by the “extraordinarily complex development of international finance.” Bankers’ creativity outstripped public understanding of the risks entailed: “There are very likely to be structural inadequacies in these new financial innovations which the standard bailout procedures of the central banks do not fully address,” Greenspan wrote soberly. Banks and quasi banks were increasingly interconnected by daisy chains of lending, so that the failure of one could bring down others, and capital-asset ratios had been allowed to shrink alarmingly. Any bank that got into trouble “would have to be bailed out by its central bank or international agencies, or be absorbed by institutions not yet in difficulty,” Greenspan predicted. Despite his own record of opposing bailouts, Greenspan reassured his readers that a repeat of 1929 was highly unlikely—because bailouts were a certainty. At the first sign of a banking failure, central banks would ride to the rescue, even if they damaged long-run growth in the process. “The overriding mandate of the world’s monetary authorities to prevent a credit deflation almost assures policy overkill,” he wrote. “Deflation would be quickly aborted—to be followed shortly by . . . economic stagnation. . . . Thus, in today’s political and institutional environment, a replay of the Great Depression is the Great Malaise,” Greenspan concluded.
Es decir, en 1980 Greenspan previo acertadamente el boom que vino con Reagan, y también preveía que después de una burbuja debería venir un periodo de estancamiento y baja inflación, en vez de la depresión que advino después de la crisis de 1929, pues la FED no dejaría repetirse la cadena de errores de la Depresión. Acertó plenamente, en cuanto al presente, pero ¿por qué entonces cuando estaba en la presidencia de la FED permitió que se desarrollara la burbuja inmobiliaria? Su idea, expresada en 2006, antes de retirarse de la cabeza de la FED, era que una burbuja es muy difícil de indentificar, y que una vez en auge los costes de abortarla son inmensos para el resto de la economía. Hubo una evidente evolución, sobre la que el libro se cuestiona constantemente, entre el Greenspan dueño de sí mismo, aledaño al poder pero fuera de él, y el Greenspan metido de lleno en la pelea política y presionado por todos los lados. Fascinante.
Reagan y Trump. Similitudes
He [Greenspan] had planted one foot in the Reagan camp with the help of Martin Anderson, but by January 1980, Reagan’s emerging stance on economics was a bad caricature of Greenspan’s. Greenspan had long favored tough monetary policy, but Reagan’s belief in gold was simpleminded, as Greenspan had tried to tell him. Greenspan had long favored tax cuts, but Reagan embraced these naïvely—without any of the spending cuts that would make them affordable. From Greenspan’s perspective, Reagan was congenial in his small-government instincts, but alarming when it came to policy detail; and on social issues he was anathema. In the words of David Stockman, a brilliant young congressman and Greenspan protégé, Reagan stood for “the anti–gun control nuts, the Bible-thumping creationists, the anti-Communist witch-hunters, and the small-minded Hollywood millionaires to whom ‘supply side’ meant one more Mercedes.”
miércoles, 30 de noviembre de 2016
La melaza de la prensa española sobre Castro
La Uno abrió ayer su Telediario dando cuenta de que mañana, martes, "las cenizas de Fidel Castro serán trasladadas desde La Habana a Santiago de Cuba, donde se inició la revolución contra Batista; 879 kilómetros para rememorar ese itinerario de la libertad". Televisión Española y el itinerario de la libertad, manda huevos. Casi todos los medios han servido la noticia con ración doble de melaza: ha muerto uno de los grandes protagonistas del siglo XX, un personaje histórico, un símbolo del sueño revolucionario y todo en este plan.
martes, 29 de noviembre de 2016
El tirón de Trump
Once the team is in place, its members will need to figure out how to make Trump’s plans work for an economy that has – by necessity, not choice – been excessively reliant on unconventional monetary policies. The plan must recognize that, during this protracted period of monetary expansion, both financial markets and resource-allocation have been distorted, worsening wealth inequality.
The good news is that the incoming administration can draw on measures that were formulated during Obama’s tenure, but which gained little traction because of the highly polarized and dysfunctional congressional politics that characterized most of Obama’s eight years in office. Such measures address imperatives such as infrastructure investment, tax reform, and job creation.
But, of course, the US does not exist in a vacuum. External challenges must also be overcome – or, at least, contained – if the president-elect is to fulfill markets’ expectations. Developments in Europe, which faces a series of potentially destabilizing political events in the next few months, will be particularly consequential.
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Italy is about to hold a constitutional referendum that could result in the fall of Prime Minister Matteo Renzi’s government. The United Kingdom has to produce a plan to guide a credible and orderly Brexit process. In France, the far-right National Front’s Marine Le Pen will attempt to turn the upcoming presidential election into another anti-establishment upset. And, in Germany, Chancellor Angela Merkel will try to position herself to win another term next fall, in an environment that has been tripping up traditional politicians.
Notwithstanding the risk of instability in Europe, Trump is in a position not just to help boost growth in the US, but also to make it more inclusive. By pursuing a Congress-supported pivot toward a more comprehensive economic-policy stance, his administration’s policy surge could also spur the private sector to begin using its large amounts of cash not for short-term financial engineering, but for growth-enhancing investments in plant, equipment, and people. If the economic frustration that drove so many Americans to vote for Trump is to be dissipated during his presidency, and if the market gains are to be validated and augmented, this prospect must become a reality.
lunes, 28 de noviembre de 2016
¿Que fallan, los gobernantes o los electores?
El PIB, de nuevo en el candelero
En el año actual, la estimación de crecimiento oficial del PIB es del 3,1%, después de un incremento del 0,8% en el primer trimestre, un 0,7% en el segundo y un 0,7% en el tercero, prácticamente igual al crecimiento oficial de 2015. Y la pregunta que ni medios, ni analistas, ni nadie se hace es, ¿cómo es posible tal cosa cuando todos los indicadores de actividad y demanda se están colapsandonbsp;Estas son las cifras oficiales de aquellos indicadores cuya evolución se encuentra mas correlacionada con el PIB, según el Ministerio de Economía y tal como aparecen en un análisis que maneja la Comisión Europea:
Una evolución de la actividad económica y la demanda demuestra que el crecimiento real en 2016 está siendo menos de la mitad del crecimiento oficial, crecimiento que además se está desacelerando más aún en el tercer trimestre. La Comisión lo sabe, pero lo que diga y haga es otra cosa, porque como denuncia el presidente del Bundesbank, “han renunciado a hacer cumplir las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento”, donde el caso de España es el mas importante.
domingo, 27 de noviembre de 2016
Comentarios a JM Aznar
Esto es completamente falaz. Aznar -y España- tuvo la inmensa suerte de que en 1996 la peseta se había devaluado una enormidad tras el fracaso del SME, primera piedra de toque del fracaso posterior del euro. Con la peseta devaluada más de un 30% y los tipos de interés muy bajos, la economía española crecía a buen ritmo, y los ingresos fiscales también. Lo único que hizo Aznar fue recolectar la cosecha de buena suerte que le había dejado el fracaso del gobierno anterior. Pero, vuelvo a destacar, con una moneda propia que se devaluó e impulsó dos cosas: las exportaciones y las entradas de capitales. Eso facilitó enormemente - como un fuerte viento a favor- el arreglo de las cuentas públicas que permitió la entrada en el euro. A continuación dice:La disciplina presupuestaria no es un obstáculo al crecimiento ni una limitación para las políticas de bienestar. Bien al contrario, la experiencia española entre 1996 y 2004 demuestra que el control del gasto y el cumplimiento de los objetivos de convergencia fueron compatibles con el crecimiento, con un notable incremento de la renta per cápita, con la creación de cinco millones de puestos de trabajo y con el fortalecimiento de nuestro sistema de bienestar.El primer gobierno del Partido Popular comenzó su gestión en abril de 1996. Heredaba del anterior gobierno socialista un déficit público del 7% del PIB. Cuatro años después, el déficit era el 1.3% y ese año 2000 se cerraría en el 1%. Eso se logró sin prórrogas, porque el euro no esperaba, y renunciando a subir los impuestos, que en realidad se bajaron.
No se entiende muy bien que quiere decir con "punto de llegada y punto de partida". El euro fue condición especial favorable para la continuación del viento a favor, porque el euro hizo bajar los tipos se interés aún más, para ayudar a Alemania, que estaba destrozada por la Unificación de las dos alemanias. El euro ha sido desde entonces una moneda a favor únicamente de Alemania, y si no, ésta ha protestado con su tosquedad habitual. Mientras, le daba un fuerte ventarrón a favor de la burbuja del ladrillo, que naturalmente favoreció aún más la reducción de déficit gracias al aumento cíclico de los impuestos, y subía el déficit exterior hasta el 10% del PIB. Muy bueno, Aznar. Así cualquiera.El euro no era un punto de llegada, sino un punto de partida. El modelo del euro no consiste en oponer responsabilidad a crecimiento, sino en hacer realidad y explicar que la disciplina en las cuentas públicas conduce al crecimiento equilibrado y al bienestar sostenible.
Sentimos comunicarle a Aznar que el euro ha sido la causa principal no sólo de la burbuja y la crisis, sino de la duración de la post crisis, que todavía perdura. Esto se ve fácilmente comparando cómo les ha ido a los países que, como Reino Unido, tienen su propia moneda, y cómo le ha ido a la zona euro - excepto a Alemania, que por lo menos hasta la llegada de Draghi controló con mano de hierro al BCE y lo puso a su servicio.España debe reforzar su compromiso con el modelo del euro y hacer frente a un problema fiscal serio que necesita una atención máxima, porque condiciona nuestra posición en Europa y amenaza con lastrar la continuidad de la recuperación. Un endeudamiento excesivo constituye una restricción de soberanía indeseable y una quiebra inadmisible de la solidaridad entre generaciones.
"Una consecuencia del argumento keynesiano es que es engañoso pensar sobre el conjunto de la economía como si fuera una sola familia. Si una familia ahorra más hoy con la idea de gastar más mañana, sus ingresos no quedan afectados. Pero si muchas familias tratan de ahorrar más hoy, el consumo total cae, y lo mismo sucede con los ingresos totales y el ahorro real la conocida como «paradoja del ahorro»—. Sólo si la intención de las familias de ahorrar hoy y gastar mañana puede comunicarse a los productores podría aumentar la inversión para compensar la caída en el consumo. Pero, en ausencia de un conjunto completo de mercados, ningún productor recibirá una señal de que la demanda de su producción en el futuro haya aumentado."
sábado, 26 de noviembre de 2016
Muerte de un tirano, genio de la propaganda
La falacia de Hayek, o la falacia de la composición
"Una consecuencia del argumento keynesiano es que es engañoso pensar sobre el conjunto de la economía como si fuera una sola familia. Si una familia ahorra más hoy con la idea de gastar más mañana, sus ingresos no quedan afectados. Pero si muchas familias tratan de ahorrar más hoy, el consumo total cae, y lo mismo sucede con los ingresos totales y el ahorro real la conocida como «paradoja del ahorro»—. Sólo si la intención de las familias de ahorrar hoy y gastar mañana puede comunicarse a los productores podría aumentar la inversión para compensar la caída en el consumo. Pero, en ausencia de un conjunto completo de mercados, ningún productor recibirá una señal de que la demanda de su producción en el futuro haya aumentado.El problema de coordinación es un ejemplo del dilema del prisionero. La acción colectiva es necesaria para estabilizar la economía por ejemplo, mediante la expansión del gasto público en una desaceleración o frenando el consumo privado en un auge. El desafío para Keynes vino en forma de dos preguntas. La primera era: ¿por qué no podía curarse el desempleo reduciendo los salarios a fin de estimular la demanda de trabajo? Keynes era vehemente en que, contrariamente a las creencias de la mayoría de sus predecesores y contemporáneos, una reducción en los salarios no era la respuesta a una caída en la demanda. Hizo falta el rigor del modelo de la demanda para demostrar que su intuición era correcta.En la gran subasta, una reducción en el precio de un bien para el que la oferta supera la demanda puede restaurar el equilibrio entre los dos porque esa reducción de precio se produce sólo en el contexto de un restablecimiento de todos los precios para asegurar el equilibrio entre demanda y oferta en cada uno de los mercados. En el mundo, argumentaba Keynes, una reducción de los salarios podría, cuando bajan las rentas, producir una caída en el consumo, que a su vez cambiaría las expectativas de las empresas y los hogares sobre la demanda futura. Y esto podría propiciar una caída autorreforzada en el consumo total un efecto «multiplicador»—. La flexibilidad de precios y salarios ayuda a coordinar los planes cuando todos los mercados relevantes para las decisiones de gasto futuras existen. Pero en la práctica no es así, y, en esas circunstancias, la reducción en los salarios y los precios puede reducir las rentas sin estimular la demanda actual."
viernes, 25 de noviembre de 2016
Coexistencia pacifica
"Los socialistas vascos aciertan en hacer valer su apoyo, sobre todo, por el propio contenido del pacto: hasta tal punto supone una sumisión a la estrategia, al lenguaje y a la corrosión nacionalista. Casi lo de menos es que en el apartado final sobre el autogobierno se detallen con una precisión lacerante todos los asuntos que serán abordados en la ponencia de reforma del Estatuto y que el primer asunto sea "el reconocimiento de Euskadi como nación" y el segundo "el reconocimiento del derecho a decidir del pueblo vasco". Lo que debe de resultar realmente insoportable para un socialista vasco, para un socialista, pongamos por caso, como Nicolás Redondo Terreros, es de qué modo el documento hace suya la narrativa nacionalista. Basten como ejemplos centrales la insistente consideración del Estado español como un enemigo o la legitimidad predemocrática (histórica la llaman ellos) del autogobierno vasco. O este párrafo singular en términos fácticos, aun calientes los golpes de Alsasua, y que tanto prejuzga respecto de los trabajos sobre la memoria y los días que el pacto prevé desarrollar: "Tras el anuncio del fin de la actividad armada de ETA en 2011, en el periodo 2012-2016 se han producido avances sustanciales en la coexistencia [en efecto: llamarle convivencia sería un exceso], sin asesinatos ni amenazas"."