"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

lunes, 18 de abril de 2016

La Paz, según Otegui. Forjando mitos

Ayer nos sirvieron la entrevista de de Jordi Evole al ex militante de ETA Arnaldo Otegui, que nada más salir de la cárcel ha iniciado su carrera hacia la Lendakaría. 
Lo primero: Evole es un gran periodista, no deja indiferente a nadie. Podemos repudiar su punto de vista, su demagogia, a veces con sangre y todo, pero cuando se enfrenta a un miura como Otegui no deja de entrar en todos los rincones posibles. 
Otegui demostró ser un gran componedor de leyendas, que ha manipulado el pasado con gran habilidad, que tiene labia, cierta solidez que no tiene  nigun político español - ya quisiera Pablo Iglesias que su verborrea vacía se aproximara a la de Otegui en su capacidad de convencer y de decir algo coherente de la realidad.
En otras palabras, Otegui será posiblemente Lendakari, y eso quiere decir que el PNV, si no hace algo inesperado, habrá perdido la hegemonía, la que le queda. Otegui está creando un mito más potente y fresco que el desgastado del PNV. 
Otegui ya no es de ETA, pero sigue hablando por ella, aunque pone mucho cuidado con marcar las distancias. Él es un "Hombre de Paz", que quiere ganar por la "democracia" lo que ya no tiene sentido buscar con las armas. Su discurso es ese, exactamente: ocupar un papel que nadie hasta ahora ha sabido llenar. Un papel que cuando lo llena un actor idóneo para ese papel, te das cuenta que es el actor el que ha descubierto donde estaba el lugar perdido, el que todos buscaban y nadie acertó a encontrar. Y es que entre los Sortus y los Bildus, Otegui destaca como un gran estratega, pese a las mentiras, a la manipulación del pasado. Pero manipular el pasado todos lo hacen, pero pocos lo hacen bien. 
Y Otegui parece que ha vencido a su pasado con holgura. Además, en el resto del "estado" podría suscitar dudas, pero entre los vascos y las vascas no lo creo. La verdad no importa. Se trata de fabricar un mito, una historia del terrorismo más o menos heroica, de la que no se pidan cuentas, pues era una guerra. Se llora, se muestra uno compungido por lao muertos, pero no se condena, como dejó claro en la entrevista, eso ni hablar. Lo dijo bien clarito: no sabes quién se puede sentir dolido por un reproche de ese tipo, que cada uno haga con su conciencia lo que le mande su conciencia, el pasado es el pasado, y lo que queremos es hacer el futuro. Para empezar, hay un respetar a loa verdugos, que tuvieeon grandes problemas de conciencia que no conviene avivar. Y de paso contar la historia de los años de plomo de forma que ilusione a los vascos y a las vascas, que tienen la conciencia revuelta con tanta sangre. Hay que resolver esto colectivamente, hay un convencer a la gente que es un pueblo vencedor, no vencido, y a eso ha venido Otegui, a llenar ese vacío que nadie había visto. 
O sea, que es listo. Sabe que la verdad es endeble, y hay que aplastarla. Sabe que si el "Estado" se hace con al versión oficial de la historia, habrán perdido y los vascos y las vascas no levantarían cabeza. 
Hay que reinventar el Mito para ganar la historia. Pero no es un hipócrita como Iglesias, que no cree un ápice de lo que dice. Otegui está convencido de su discurso, y le llevará lejos. 
"Cuando la leyenda supera a la realidad, se publica la leyenda", decían el "El hombre  que mató  a Liberty Valance", de John Ford. Es la leyenda la que forja pueblos y naciones, no la verdad matemática. Unos se aprovechan  de ese rebufo, otros quedan descolgados. España no tiene  leyenda a la que agarrarse. Eso también lo sabe Otegui. Por eso ha dejado el camino militar, agotado, y ha iniciado un nuevo camino, pero el político,  el de aunar voluntades en torno al rescoldo de una nueva y pimpante historia ilusionarte. Tiene todas las bazas en la mano. 
Que le vamos a hacer. 
Por cierto, vean la entrevista. 



domingo, 17 de abril de 2016

Cycle of Credit Booms

“Consider the past quarter century: a credit boom in Japan that collapsed after 1990; a credit boom in Asian emerging economies that collapsed in 1997; a credit boom in the North Atlantic economies that collapsed after 2007; and finally in China. Each is greeted as a new era of prosperity, to collapse into crisis and post crisis.” MARTIN WOLF (“We Are Trapped in a Cycle of Credit Booms,” Financial Times, October 8, 2014,)


Horarios, jornadas

Siguiendo la tendencia hacia a la hecatombe, los partidos han empezado a ofrecer lo que llaman "racionalización de horarios", a lo que Rajoy, el último de los mohicanos, se ha apuntado a la orgía,  prometiendo que la gente no trabajará más tarde de las seis de la tarde. Y todos felices. 
La única racionalización de verdad sería la que aumente, o al menos no afecte, a la productividad. Esto es así porque, aunque casi nadie lo dice, sin aumento de productividad no hay aumento de renta que distribuir entre empresa y trabajadores. Por lo tanto, de la productividad depende no sólo el salario real del trabajador, sino la capacidad de invertir, aumentar la plantilla, mejorar los salarios. 
La economía es ineludiblemente un proceso de decisiones intertemporales. Esto quiere decir que hay que estar siempre pensando en el futuro. Las decisiones sobre el presente deben incorporar un calcula de las consecuencias para el futuro. 
Si él gobierno de turno decide arbitrariamente regular los horarios, manipular la jornada laboral, etc., se está tomando frívolamente la cuestión. 

La productividad es un resultado del ámbito empresarial, por lo que, en principio, el gobierno debería legislar lo que es común a todas las unidades de producción, y dejar que cada una se organice con sus trabajadores. La productividad del trabajo se obtiene de dividir el producto obtenido por la cantidad de (personas, u horas), trabajadas. 

¿Y qué ha pasado con la productividad en España? pues lo que se llama en este documento del BdE "una paradoja", un "puzzle". Durante los años buenos, de la burbuja, languidecía, y desde la crisis, al revés que en los demás países, ha rebotado. Puzzle. Para desmarañar el puzzle, los autore usan muchas fórmulas y mucha matemática, pero no dan con la clave. 

Pero no puede ser de otra forma si vemos el gráfico que compara el PIB com el empleo. Hasta 2008, el PIB y el empleo, de tiempos inmemoriales, iban a la par. Los "desmarques" de la productividad eran difíciles, pero eran explicables. 
En 2008 hubo un cambio de método en la elaboración del PIB, nunca bien explicado, que se tradujo que que mientras el PIB caía una unidad el empleo caía tres. Bastante difícil de creer, pero con el resultado de que la productividad (PIB/empleo) aumentara mucho más que en los demás países (europeos y EEUU). Vean el gráfico de Mario Saavedra:



Lo cual hace doblemente sospechosa la estimación del PIB. Porque observen lo que decimos: nada más y nada  menos que, en la crisis, en los demás paises el PIB cayó más que en España, acorde más o menos con la caída del empleo, pero en España se produjo un milagro: de repente nos hicimos los más eficaces del mundo. Es decir, con la inversión en equipo y tecnología cayendo a pico -lo que quiere decir con menos capital y tecnología que antes- y con menos trabajadores que nunca, el PIB aumentaba con grácil potencia. 

Por lo tanto, la cifra de PIB, o  de productividad, no es totalmente fiable, por no decir nada fiable. Está inflada por lo menos, a ojo de buen cubero en el gráfico, entre un 20% y un 30% (mientras el empleo cae 30, el PIB cae 10). 

Todo lo contrario, yo creo que España es un gran agujero negro del despilfarro, de la improductividad de las AAPP, de la deuda, y parece una farsa que el gobierno diga que "va a reducir los horarios". Hemos caído tan bajo en la astracanada que ya ni siquiera se puede pedir un poquito de seriedad, por favor. Vamos al precipicio sin remedio. 

O nos toman por tontos, o somos tontos. Pero cuando algo no cuadra, no pué ser, y además es imposible. No puede ser porque el ladrillo y su empleo caigan a plomo, la productividad de lo que queda en pie aumente un 30%. No veo nigun motivo. No lo veo. No me lo creo. Voilá. 

sábado, 16 de abril de 2016

Más historias del oro. Cómo feneció el último Patrón Oro, en 1071

La historia económica se olvida fácilmente; nadie (y menos la gente corriente)  tiene interés en conocerla y menos en revisitarla. La gente corriente está muy lejos de sospechar lo que le afectan a su vida corriente decisiones y avatares que para ella todo lo más es un titular de periódico que ha visto en alguna parte, quizás en el suelo de la calle. Incluso para el  economista es difícil encontrar fuentes donde poder consultar sucesos importantes que se esfumaron rápidamente de la escena pública. La economía, por qué no decirlo, es un peñazo, a no sea que el narrador te convenzna que si le haces caso vas a ganar dinero fácilmente. De ahí las grandes crisis, inevitables, porque el mundo no va a cambiar, aunque vaya al cine a ver "Margin Call" y diga que la ha entendido. 
Es curioso, porque las noticias económicas suelen ocupar un lugar privilegiado, pero pocos las entienden. Yo mismo bostezo cuando veo una noticia sobre una determinada empresa, o país, si no está bajo mi radar de interés. 
Como nos explica Yuval Noah Harari, en "Sapiens: de animales a dioses: una breve historia de la humanidad



El Homo Sapiens es primero, un ser que habla, y uno de sus intereses máximos en usar el habla es cotillear. La economía se presta poco al cotilleo, al menos que la lencería fina entre en acción. Pero entonces mejor ir a las revistas del cuore. 

Pero bueno, al grano. Me propongo recuperar la historia de la muerte del último Patrón Oro que existió, el diseñado en Bretton Woods en 1944,  a punto de acabar la IIGG, y que duró hasta 1971, agosto, cuando Nixon decidió desligar al dólar de su conversión obligatoria en oro a 35 dólares la onza. Para ello me voy a apoyar (es decir, voy a saquear) en el excelente artículo de de David Glasner  una fuente de total garantía en estos temas. 

Ya digo de antemano que los personajes son poco atractivos para el cotilleo: Nixon, De Gaulle, como comprenderán, no eran dados a líos de faldas ni escaramuzas de ningún tipo, sobre todo el segundo, que amaba solo a Francia y además iba a misa y comulgaba todos los domingos. Y al otro solo le interesaba el poder. 

El sistema monetario Internacional de entonces era el patrón oro de Bretton Woods, diseñado para que fuera más flexible que el de los años veinte, cuando el Patrón-oro fue la causa de la Gran Depresión, como vimos hace unos días  En 1944 se decidió que el sistema girara en torno al oro, pero a través del dólar. El $ fijaba su precio en oro a 35 $ onza, y a su vez las demás monedas fijaban una paridad respecto al dólar (la libra jugo papel de reserva al principio, hasta que tuvo que devaluar). La flexibilidad venia de la posibilidad, en casos de "dificultades transitorias", de que un país devaluara y recibiera ayuda del FMI. Estas devaluaciones, junto la inflación creciente de EEUU,  fueron haciendo mella en la competitividad del dólar que, como moneda de reserva equivalente a oro, no podía devaluar sin hundir todo el sistema. Era cuestión de tiempo que la confianza en el dólar se perdiera, en un corrimiento de tierras que empezó a deslizarse en 1968, con la ayuda inapreciable de De Gaulle: 

 However, President Charles de Gaulle of France, having overcome domestic opposition to his rule, felt secure enough to assert French interests against the US, resuming the traditional French policy of accumulating physical gold reserves rather than mere claims on the gold held by someone else.  By 1967 the London gold pool, a central bank cartel acting to control the price of gold in the London gold market, was collapsing, as France withdrew from the cartel, demanding that gold be shipped to Paris from New York.  In 1968, unable to hold down the market price of gold any longer, the US and other central banks let the gold price rise above the official price, but agreed to conduct official transactions among themselves at the official price of $35 an ounce.  As market prices for gold, driven by US monetary expansion, inched steadily higher, the incentives for central banks to demand gold from the US at the official price became too strong to contain, so that the system was on the verge of collapse when Nixon acknowledged the inevitable and closed the gold window rather than allow US gold holdings to be depleted.

En 1971, el $ se había debilitado y era cuestionado por las razones antes dichas. Había presiones crecientes vendedoras de dólares, lo que hacía cada vez más difícil a EEUU mantener la paridad sin agravar la recesión interna, pues tenía que subir los tipos de interés para mantener la demanda de dólares, cuando la FED y el gobierno jugaban a bajarlo de cara a a las elecciones. Es más, Nixon se atrevió, en contra de sus promesas, a implantar la congelación de salarios y precios, aunque al final no tuvo más remedio que declarar cerrada la ventanilla del oro y suspender la paridad oficial. 

Having been persuaded that there was no acceptable alternative to closing the gold window — from Nixon’s perspective and from that of most conventional politicians, a painfully unpleasant admission of US weakness in the face of its enemies (all this was occurring at the height of the Vietnam War and the antiwar protests) – he decided that he could now combine that decision, sugar-coated with an aggressive attack on international currency speculators and a protectionist 10% duty on imports into the United States, with the even more radical measure of a wage-price freeze to be followed by a longer-lasting program to control price increases, thereby snatching the most powerful and popular economic proposal of the Democrats right from under their noses.  Meanwhile, with the inflation threat neutralized, Arthur Burns could be pressured mercilessly to increase the rate of monetary expansion, ensuring that Nixon could stand for reelection in the middle of an economic boom.

Con ello pensaba recuperar la iniciativa interna, con una política electoralista de expansión monetaria, que se suponía no sería inflacionista gracias al control de precios y salarios. Pero no contaba con que, en plena campaña de 1972, le estallara en la cara el caso "Watergate", que  le supuso el oprobio del "Impechment" del Congreso y su expulsión de la Casa Blanca. Fue un escándalo mundial que, sin embargo, despertó la admiración por la transparencia de la Democracia en EEUU, tan denostada por la guerra de Vietnam, perdida irremediablemente de cara a la opinión pública. Desde el Watergate", tomado como ejemplo de periodismo por todos los periodistas jóvenes del mundo, puede decirse que ninguna democaria occidental se sintió ya indemne contra el escrutinio. 

En 1971 dejó de existir el Sistema Monetario Internacional. Desde entonces, los regímenes de cambios han sido libremente fijados por los gobiernos. El fracaso del Bretton Woods, y los fracasos de todos los intentos de fijar los tipos de cambio (crisis de los paises latinoamericanos, SME, crisis asiática, crisis de Argentina, crisis de Brasil, crisis del euro, papel de China en la crisis de 2008...), han probado hasta la saciedad que un tipo de cambio fijo sólo se sostiene temporalmemte. Tarde o temprano atrae hacia sí las contradicciones que él mismo va generando (excesos de flujos de capital, inflación deflación interna, desempleo, crisis financieras), hasta que sucumbe con grandes daños. Una vez instaurando un régimen de cambio fijo, nunca se encuentra el momento propicio para suspenderlo. Se teme la reacción de los mercados, pero ésta es más virulenta cuanto más se espera. 

El problema con los tipos de cambio fijos es que son mercados en los que ofertan y demandan dos tipos de operaciones: las comerciales y las de capital. Éstas son las más importantes, las que imprimen inestabilidad y volatilidad al mercado. Si se quiere estabilizar dicho mercado, sin encarecer los costes financieros, es necesario controlar ciertos movimientos de capital. Pero aún así, con controles de capital, Bretton Woods feneció. 

Observaciones

Del diario de Harry Kessler,



El pensamiento es siempre algo derivado, secundario frente a lo no expresado, no pensado, es decir, frente a lo meramente percibido, sentido, supuesto, es un intento de captar lo individual, único, que nunca ha estado ahí y nunca más llegará de nuevo a la existencia, en la forma convencional de la palabra, es una especie de álgebra muerta, que ha de posibilitar calcular y trabajar con lo vivo. Pero si ya se pierde mucho del sentimiento vivo y único al emplear signos muertos y convencionales, si los signos no representan exhaustivamente el sentimiento, lo mismo que una sección del hombre no representa a un hombre entero, ¡qué grande no será la discrepancia entre el resultado del cálculo, es decir, del pensamiento, y la vida! 

Es constitutivo del artista el hecho de que sus vivencias se desarrollan como símbolos, de que él las percibe sub specie aeternitatis, ahí radica su capacidad de mover también a otros con su representación. Es cierta la afirmación de que todas las acciones humanas proceden del egoísmo, pero no pasa de ser una tautología si su significado es que el hombre siempre sigue siempre precisamente el impulso más fuerte. Y si con ello se pretende decir que el fin de todas las acciones es siempre la ventaja propia del que actúa, eso está en contradicción con los hechos. Es decir, tal afirmación o bien es incorrecta, o bien tiende a expresar que cada acción ha de entenderse como resultado de la lucha entre las pulsiones humanas, y en este caso es una mera aplicación del principio de razón suficiente. Y entonces no veo qué puede significar esta doctrina para la valoración moral de las acciones humanas. Pues, si yo digo que alguien se deja torturar por su fe, porque esto le resulta más agradable que negar su creencia, con ello no he explicado todavía por qué razón él encuentra más agradable lo primero y no lo segundo. Por tanto, todo se ha reducido a que el signo de interrogación se ha puesto en otro lugar, pero la pregunta misma no ha recibido la más mínima aclaración o respuesta; y en el mero cambio de la pregunta no hay nada que me impida atribuir la otra decisión a otra índole de carácter y conceder la preferencia a mi antojo bien a éste, bien al otro carácter; pero lo que carecería de sentido sería decir que, de acuerdo con la versión de Rochefoucauld, ambas formas de acción son tan sólo formas de aparición de una misma propiedad del carácter, el egoísmo...


... 
Al examinar el carácter del Renacimiento no se puede olvidar nunca las inmensas posibilidades que en esa época abrieron la cólera, la crueldad y la venganza; recordemos, por ejemplo, a Gian Giacomo Medici, il Medeghino; donde afloran esas cualidades surge el tipo del hombre violento, en Italia en el Renacimiento, en Francia durante la Revolución, y actualmente en América o en Sudáfrica. Eso es una observación interesante en torno al capítulo de la relación del carácter del individuo y sus hábitos con el carácter del Estado, o de la sumisión de la individualidad personal en su evolución respecto de la individualidad general de la sociedad, de la que forma parte todo individuo. El peligro de la forma anárquica de sociedad es que en ella se agruparían con solidez asociaciones temporales en lugar del Estado, las cuales tiranizarían al resto de individuos indefensos; o sea, el peligro consistiría en que el individuo caería en manos de la tiranía ilimitada de bandas de delincuentes, en lugar de depender del poder de un Estado que lo arropa con determinadas garantías. En este sentido el anarquismo sería casi más peligroso que el socialismo para el desarrollo de las individualidades particulares.

The new normal

De Mohamed  El-Erian, en su libro 



The global financial crisis that shook virtually every country, government, and household in the world in 2008–09 gave way to a frustrating “new normal” of low growth, rising inequality, political dysfunction, and, in some cases, social tensions—all despite massive policy interventions on the part of central banks and transformational technological innovations. 

Now this new normal is getting increasingly exhausted. For those caring to look, signs of stress are multiplying—so much so that the path the global economy is on is likely to end soon, and potentially quite suddenly. As we approach this historic inflection point, unthinkables will become more common and insecurities will rise, especially as it becomes clearer that, rather than transition smoothly and automatically, the current path could give way to one of two very different new roads. 

The first promises higher inclusive growth and genuine financial stability. But, in stark contrast, the second would see us mired in even lower growth, periodic recessions, and the return of financial instability. Fortunately, there is nothing predestined about what will come after the exhaustion of the new normal. The road out of the upcoming “T junction” can still be influenced in a consequential manner by the choices that we make, as households, companies, and governments...

... “Like ancient doctors, who tried to explain the causes of diseases while knowing nothing about germs or bacteria, academics sought to describe the functioning of developed economies while ignoring the financial sector and the risks it contained.” F ERDINANDO G IUGLIANO

Una imagen del socialismo español

(Gracias a Guillermo Otaño)

viernes, 15 de abril de 2016

Hacia la Unión Europea completa. Realidad versus discurso oficial

Francesco Saraceno tiene razón: los discursos oficiales del BCE siempre señalan lo bien que vamos a ir el año que viene... Y llevan así más de siete años anunciando la buena nueva. En el último informe del BCE , en la presentación oficial de Draghi, tenemos una buena dosis de autobombo: las cosas van mejor gracias a la política del BCE. Sin embargo, al final del discurso, último párrafo, Draghi suelta la siguiente andanada:

Except, that in the foreword, president Mario Draghi used a sentence that has been noticed by commentators, obscuring, in the media and in social networks, the rest of the report. I quote the entire paragraph, but the important part is highlighted

2016 will be a no less challenging year for the ECB. We face uncertainty about the outlook for the global economy. We face continued disinflationary forces. And we face questions about the direction of Europe and its resilience to new shocks. In that environment, our commitment to our mandate will continue to be an anchor of confidence for the people of Europe.

Es decir, "2016 no va a ser un año menos desafiante que el anterior. Nos enfrentamos a renovadas fuerzas deflacionistas. Destacan las letras en cursiva: Hay dudas de la fortaleza de Europa ante nuevos choques. En este entorno, nuestro compromiso continuará siendo ser el ancla de la confianzadel pueblo europeo". Uy, el pueblo europeo, ¿quien será?

Pero antes de llegar ahí Draghi hace firme confesión de fe en el Manifiesto de los Cinco, que es, como ya hemos comentado en otra ocasión, el compromiso de los Cinco Presidentes de la UE (Consejo, Comisión, Parlamento, BCE, Eurogrupo) en reiniciar la marcha definitiva hacia la Unión Política Total. 

Debo ser un mal europeo, porque soy escéptico ante estas solemnes palabras. Es una reedición de Maastritch, de cuando empezó a dispersarse Europa. Fue comprometerse en al Unión Total(itaria) y empezar a ir las cosas mal. Renovar un sueño fracasado no es un buen augurio, sobre todo cuando no ha conseguido con sus políticas que las cosas vayan medianamente bien. 

Vamos a ver: no hay que ser un lince para ver que el euro ha sido una losa para muchos países. Primero fue el amplificador, cuando no la causa, de la burbuja en el Sur con préstamos del Norte. Esto dividió a Europa en dos, el Norte acreedor de un Sur que repentinamente ve que está endeudado, y que el coste de su deuda ha subido, gracias a los buenos oficios del BCE de Trichet. Luego el Euro fue el gran impedimento de la recuperación post crisis, que todavía no se ha presentado. 

Si seis años después que EEUU y RU, Draghi comienza su política monetaria expansiva, de adquisiciones de deuda pública. ¿Tan buenos resultados ha dado, que ahora se ve obligado a intensificarla? 

A mí Draghi me cae bien. Ha hecho más por salvar el euro, que estaba al borde de la muerte cuando él llegó, más que nadie. En 2012, con la crisis de los bonos, imparable, con una primas de riesgo de pesadilla, que hacían imposible la refinanciación de los paises deudores, que obligó a rescatar a tres paises, uno de ellos tres veces, el euro estaba en coma. Draghi lo salvó. Para ello se enfrentó a Merkel, a sus ministros, y a sus peones en el BCE. Si llega a perder el pulso, posiblemente el euro no existiría. 

Sin embargo, al salvar al Euro, Draghi reforzó la estructura del poder tan nefasta para Europa. Hubo un pacto entre esas fuerzas y Draghi, evidente cada vez que abre la boca: "te vamos permitir que juegues al QE, pero tú te haces militante de la política de austeridad fiscal, y cada vez que hables de lo bien que lo haces, recuerda a esos que llamas "pueblo" que las deudas se pagan, y que los déficits se controlan". No tuvo más remedio que aceptarlo. 

Sin embargo, eso no ha solucionado un ápice el problema de las deudas en Europa, porque la Zona Euro sigue escindida en dos, los acreedores y los deudores, privados y públicos. 

Si Europa fuera un país, las deudas serían en su mayoría débitos de unos europeos frente a otros europeos, es decir, deudas internas, que no es lo mismo que deudas en la misma moneda. Esto último, deudas entre países de distinto gobierno, en una sola moneda, beneficia sólo al acreedor. El deudor, si es de un país débil, que no puede crecer en esa moneda lo bastante para devolver su deuda, está condenado a verla aumentar siempre que su crecimiento de PIB sea inferior al pago de intereses y al aumento del nominal de la deuda. "Cuando se crea una moneda, o se crea una nación, o se crea un problema", como dice Nick Rowe. Y es que la escisión de Europa en países acreedores y países deudores que  el euro en Alemania valga más que el euro en Grecia. Simple credibilidad, o falta de ella.

Así, España ha visto aumentar su deuda pública/PIB pese a la notable tasa de crecimiento en los dos últimos años. El último dato, de febrero, es una deuda oficial de más del 100% de PIB.

El crecimiento débil impone la lógica envenenada de la UE de que hay que subir los impuestos y recortar gastos para ingresar más, lo que es un tiro por la culata, como se ve en Grecia, de la que se habla poco, pero que está teniendo crecimiento negativo otra vez. El aumento de los impuestos agrede al crecimiento decisivamente. 

Por lo tanto, el Manifiesto de los Cinco es de una lógica aplastante: el Euro debe sobrevivir. Para que sea un moneda de todos, Europa debe ser un país. 

Pues suerte, pero es aquí donde yo no puedo dejar de ser escéptico. Imposible, me digo, además, me sospecho que los poderes reales no quieren. Y los poderes emergentes anti euro, cada vez más descollantes, no quieren. El Brexit no es más que una manifestación civilizada de esa resistencia, que aumentará cuanto más se "avance" en la Unión. 

Demasiados intereses opuestos en juego. Demasiadas perspectivas opuestas en juego. Demasiados caracteres nacionales vivos, unos más que otros. 

Eso me sugiere que no se logrará democráticamente tal unión. Tendría que ser traída por un liderazgo muy fuerte de una de las partes. Pero será necesario doblegar muchas voluntades opuestas, que buscarían unirse para impedirlo. No creo que se llegue tan lejos. 

Un libro de Espe

Esperanza Aguirre ha publicado un libro. Un libro de desahogo contra su partido y Mariano Rajoy, que la ha ninguneado y estrujado hasta dejarla como un alta de cerveza en la carretera. 
Cuando un político escribe un libro, hay que  preguntarse, ¿lo ha escrito él o un negro? Yo he leído algunos artículos de Aguirre, y no dudo que tiene la capacidad suficiente para escribir un libro. Y en él se desahoga. 
Dice que un partido sin ideología es como un pollo sin cabeza. Mariano Rajoy decidió vaciar el PP de ideología, dejando como supremo fin la eficacia. ¿La eficacia en qué? Eso es lo malo. Cuando no hay objetivos, se es eficaz en lo que salga al paso, y de paso tienes que aceptar los objetivos de Merkel, mismamente.  
La verdad, puede uno verse tentado de pensar que Rajoy es muy inteligente: al ver el estrecho cauce que deja Europa para ejercer de gobernante nacional, ha decidido dejarse de gilipoll-heces (ideologías), y ser lo más eficaz posible en aplicar las órdenes que vienen de Alemania (por algo se llama Ordo-liberalism a la doctrina económica alemana: Ordeno-Mando). Eso sí, Rajoy se ha aplicado a, por una parte, fingir sometimiento, y por otra, buscar costuras en el entramado para hacer trampas y cumplir a medias. Desde este punto de vista Rajoy ha demostrado una lucidez casi cegadora. Incluso ha conseguido que le envidien en Europa por sus cifras. Aunque ahora tiene un problemilla con el déficit que le (nos) va a costar caro, porque el que venga detrás no tendrá el cúmulo de relaciones subterráneas que Rajoy y sus boys han conseguido en Europa, la elasticidad con la que se aplican las órdenes. Rajoy y es como un viejo sargento que le ha tomado la medida al mando, y la transmisión de órdenes hacia abajo se suaviza. 
Porque sí, esta es la realidad política. No hay margen para hacer política nacional, la verdad. Una vez robado el fuego de la impresión de moneda, no puedes hacer política fiscal, ni comercial, ni financiera, salvo las que ordenen desde el Norte. Entonces, ¿para qué la ideología, si lo único que puedes hacer es el postureo? En realidad no puedes elegir entre política social versus política industrial, por ejemplo, sino sólo cumplir extrictamente la cuentas que te han hecho. Muy poco o ningún margen para vender un programa electoral autónomo que no sea falso de toda falsedad. 
La única ideología posible es el Euro. De ahí que otras ideologías que se han quedado en la cuneta, sean recogidas por partidos anrisistema. Qué desastre lo que nos ha hecho Europa. 
Doña Esperanza Aguirre se equivoca. La única libertad de acción de verdad es hacer con más o menos entusiasmo lo que te Ordena el Ordoliberalism. La única diferencia está en el entusiasmo. A lo mejor doña Esperanza critica a Rajoy porque le ve con poco entusiasmo, ella le pondría más: ella sí que controlaría el déficit. Porque ella posee esa curiosa doctrina de que un nación es como una familia, que milagrosamente gasta lo que ingresa, no tiene que comprar casas, llevar a los hijos al colegio, pagar gastos extras inesperados... De esas familias quedan cada vez menos: los ingresos laborales no son como antes, seguros, sino efímeros y volátiles. Con esa doctrina, tan cursi como falsa, que por cierto, Rajoy también la recita, quiere criticar a Rajoy y encontrar un agujero por el que colarse ella. 
Espero haber demostrado que daría igual. 
Estoy convencido de que Europa, al secar de contenido el ejercicio del poder, sin sustituirlo por otras fuentes, es la culpable del vacío en el que nos encontramos. Es la culpable de la mediocridad que achacamos a nuestros políticos: son mediocres porque tiene que serlo. Son simples trepadores inanes. 
Aqui el único cambio real es que se hiciera con el poder Sanchez-Pablemos, en un gobierno a la portuguesa (paella valenciana, le dicen); pero no queremos eso, ¿verdad? No queremos ser abrasados como Grecia, ¿verdad? Pues no lo descartemos, porque Europa ha empezado hace tiempo su cuenta atrás. Desde 1992, Maastritch. Primero fue el euro. Luego la crisis en la que el euro tuvo gran culpa (en la burbuja anterior). Luego la nefasta política del BCE de Trichet. Luego las limitaciones evidentes de un BCE único sin un gobierno correlativo ("cuando se crea una moneda, o creas una nación o creas un problema." Nick Rowe). Luego las chapuzas de intervenciones en países que tenían más deuda después del rescate que antes. Y ahora la crisis de los refugiados, que Europa, se ponga como se ponga, no puede digerir.
Seamos optimistas. 

jueves, 14 de abril de 2016

El oro: por qué causó la Gran Depresión

Krugman tiene un post contra el candidato republicano Ted Cruz, porque éste es firme partidario de restablecer el patrón oro.
 (Antes de seguir, no se preocupen: no tiene ninguna posibilidad de hacerlo, caso de que llegue a la Casa Blanca: ninguno de los principales países del G7 y del G20 le apoyarían; y es muy improbable que un país se imponga a sí mismo una regla monetaria sin la cooperación de los principales países. Sería un suicidio.)
Krugman tiene bastante razón en sus argumentos contra el patrón oro, pero Glasner le pone los puntos sobre las íes, pues dice que comete algunas ligerezas en su argumentación. 
En todo caso, vale la pena una visita al debate, que seguramente gana Glasner, pues es un gran experto en la historia del Patrón Oro y el papel central que jugó en la Gran Depresión del veintinueve (se suele poner esa cifra, año del Crack bursátil, pero la verdad es que la Gran Depresión es lo que vino después, en los años treinta). 
Pero tanto Krugman como Glasner coinciden en lo principal: el Patrón Oro, restaurado en la Conferencia de Génova de 1922, fue la causa de la gran contracción monetaria que causó la Gran Depresión.  El pecado de Friedman fue obviarlo es su explicación "tan detallada" de los hechos, grueso error que ha empezado a reparase en la economía académica, pero no totalmente. 
¿Por qué fue el Patrón oro la causa de la Gran Depresión-Deflación? 
Pensemos en lo que hace la gente, todos nosotros, cuando hay una crisis y cunde el pánico: todos buscamos convertir nuestros activos, sean los que sean, en liquidez. Esa demanda ilimitada de liquidez hace caer a plomo los precios de todo lo que es suceptible de venderse, sea lo que sea, hasta depósitos bancarios incluidos. Si la demanda de liquidez no es satisfecha por el único que puede hacerlo, el banco central, se produce lo que llamó Irving Fisher (en la única teoría que para mí sigue plenamente vigente), una Debt-Deflation: una deflación que agudiza el problema de la deuda acumulada, pues la caída de los precios multiplica el valor de la deuda por un múltiplo igual al porcentaje de caída. 
En 1930 (como en 2008), se había acumulado una gran cantidad deudas, no sólo de especulaciones previas, sino de antes: las deudas de la Primera Guerra Mundial. La caída de los precios a tasas superiores al 30%, provocaron una subida real de la deuda en un tercio. Cuando empieza una dinámica así, lo malo es que se retroalimenta, pues aumenta el deseo de obtener liquidez. 
Ahora, ¿que hicieron los bancos centrales en esa dinámica? La alimentaron. Es más, dice Glasner, la originaron, en realidad. En vez de hacer lo contrario que la gente, los bancos centrales se pusieron a demandar liquidez, su liquidez, que era el oro. Se pusieron a competir entre ellos para acumular oro, sobre todo el Banco de Francia, y luego la Reserva Federal. La escasez de oro provocó una caída de la cantidad de dinero mundial, lo que trajo la Deflación. Esa política de acumular oro, que era la base monetaria de entonces, agravaron enormememte los problemas de países como Alemania, con indemnizaciones de guerra ya impagables de por sí. Francia, la principal acreedora de Alemania, se estaba disparando a su propio hígado, pues su acumulación de oro aumentaba el riesgo de impago de Alemania. Alemania acabó denunciando la deuda cuando llegó Hitler, el cual no llegó al poder, en las urnas, sino por el malestar económico incontenible que había causado el GEO, Gran Error Oro. Hitler era un error histórico, una consecuencia no deseada de los grandes errores cometidos por la grandes potencias desde La Paz de Versalles, denunciadas por Keynes en su profético libro de 1919 "Consecuencias económicas de La Paz". El último gran error que llevó a la Segunda Guerra Mundial fue la restauración del patrón oro. 
[Plausibilidad: una demostración de la plausibilidad es que una deflación en un país no tiene por qué extenderse a los demás, si éstos no cometen el mismo error.]
Ahora hay que rematar la historia preguntándonos, ¿por qué esta vez no ha habido una gran deflación como aquella? la respuesta viene por sí misma. Porque los bancos centrales, liderados por la FED, han hecho  una política contraria a la que hicieron entonces. Si hubiéramos "gozado" de un patrón oro, es posible que la deflación habría sido similar, y la depresión consiguiente, también. 
Sin embargo, en Europa no hemos evitado el peligro del populismo, porque el Euro no ha dejado de funcionar como un patrón oro, hasta que Draghi llegó al BCE. Desgraciadamente, Europa se ha tendido una trampa a sí misma: queriendo evitar los graves conflictos de entonces, ha originado una situación social de riesgo para la Democaria Europea. 

miércoles, 13 de abril de 2016

El erróneo modelo de los bancos centrales

Los bancos centrales están en pleno desconcierto. Lo estuvieron en cuando dejaron formarse la burbuja que acabó en la crisis, y lo han estado desde entonces. 
Como explica Joseph Sitglitz, manejan un modelo erróneo -si es que manejan alguno. (Si, qué quieres eran, no es santo de mi devoción Stiglitz, pero incluso a veces el más sabio hace un borrón, o la verdad es la verdad, la diga Agamenon o la diga si porquero).
Los bancos centrales siguen enganchados al monetarismo más clásico; el de Friedman, no el de Keynes que Friedman alabó una vez. ¿En qué consiste? en un modelo simplón que se centra en una única variable, el tipo de interés como determinante del nivel de actividad. (Este error lo han heredado los Market Monetarists, que son aún más simplones.)
Si la inflación bajan más dela cuenta, basta bajar el tipo de interés para reponer la tasa óptima de aumento de los precios. Si la inflación es negativa, habrá que bajar los tipos de interés a zonas negativas. Así, los tipos de interés reales (nominales menos inflación), llegarán a bajar lo suficiente para que la inversión empresarial remonte. 
Aquí hay varios errores encriptados. Primero, como dijo Keynes, la inversión empresarial no depende del tipo de interés. Depende de las expectativas que tenga el empresario de sus ventas y su beneficio en el futuro. 
Segundo, tipos de interés hay muchos. Unos afectan a la  economía real, otros no. Los tipos de interés reales que afectan a la economía son a los que presta la banca, sobre todo a las PUMES y al consumo, y como dice Stiglitz, es muy posible que en vez de bajar suban cuando el Banco Central fuerza a la baja los tipos oficiales, porque el margen de rentabilidad de los bancos se ve comprimido. Los bancos, todavía en proceso de capitalización y liquidando deudas, na van a dar más facilidades porque le penalicen con tipos de interés negativos sus reservas mantenidas en el BC. Disparo por culata: al bajar los márgenes de la banca, la obligan a exigir más interés y colateral por sus préstamos. 
Tercero, las grandes empresas están sentadas en un océano de liquidez, que no invierten en capital productivo por que no ven en futuro precisamente con optimismo, dada la deflación (volumen de ventas dudoso). 
No es que haya que subir los tipos de interés o o aligera son locos dicen; es que los BC deberían darse cuenta que entre ellos y los inversores hay unos intermediarios, que son los que crean el dinero. El dinero nuevo se crea cuando un banco da un crédito. Si el dinero que crea el BC se queda en las cajas de los bancos, y no se moviliza pese a que lo penalicen con interés negativo, no hay aumento de la liquidez. Este es el mayor error de los monetaristas y de los BC: dar por hecho que aumentar las compras de bonos por parte los BC aumenta la liquidez. 
Sin embargo, la política de QE y tipos negativos no ha movido un ápice la inversión, al revés. 

"It hasn’t. In many economies – including Europe and the United States – real (inflation-adjusted) interest rates have been negative, sometimes as much as -2%. And yet, as real interest rates have fallen, business investment has stagnated. According to the OECD, the percentage of GDP invested in a category that is mostly plant and equipment has fallen in both Europe and the US in recent years. (In the US, it fell from 8.4% in 2000 to 6.8% in 2014; in the EU, it fell from 7.5% to 5.7% over the same period.) Other data provide a similar picture."

La traslación a los tipos bancarios ha sido tímida, lo que hace que con la deflación, los tipos de préstamos bancarios reales en realidad ha subido. ¿Quién pide un préstamo a tipos reales más altos que lo que prevé que aumentará su renta, cuando ni siquiera sabe si la tendrá el año que viene? 
A esto hay que añadir el proceso de desendeudarse de las juergas del pasado. Para que ese proceso sea eficaz, hay que crecer. La primera razón para crecer, es devolver con más facilidad las deudas. 
Se dice que la deuda de uno es un activo de otro: por ello, el que es acreedor puede seguir consumiendo e invirtiendo con la renta que percibe de sus préstamos. Pero a partir d un nivel, toda deuda se hace impagable si la renta del deudor no es suficiente para ello. El paro contrae la renta de los hipotecados, se declaran en suspensión de pagos, los bancos ven aumentar sus morosos, reducen el crédito... 
Todo esto ha mejorado algo, pero no del todo. La banca europea sigue siendo un misterio, y desde luego penalizar sus activos con tipos negativos no es la solución. 

Si no hubiera Panamás, habría un gran Gran Hermano

¿Se han imaginado en qué mundo viviríamos si no hubiera Panamás, es decir, paraísos fiscales? Pues piensen un poco. Ahora que toca hacer la declaración de la renta, haga un sencillo ejercicio: sumen lo que les toca pagar de IRPF en la declaración, sumándole la retenciones que le han ido haciendo a lo largo del año. Sumen a eso lo que ha pagado de IVA, aplicando un % IVA medio a lo que ha ingresado menos lo que ha ahorrado (= consumo anual). Si no ha ahorrado, más fácil. 
Le dará un soponcio. Bien, pues tenga por seguro que esa cantidad sería sensiblemente mayor si no hubiera paraísos fiscales. Los gobiernos europeos y la burocracia Europea se sentiría mucho más libre para aumentar la carga fiscal a las fuerza productivas, y menos proclive a controlar los gastos innecesarios. 
Hay una leyenda contra los Panamás, pero los Panamás hacen de freno a la presión fiscal europea. Europa es incapaz de controlar sus gastos más injustificables. En vez de eso, cada vez que hay elecciones dicen que van a acabar con el fraude fiscal de los ricos, pero los ricos encuentran siempre un punto de fuga para poner su dinero a buen recaudo, fuera de las garras de Montoro. Entonces, lo que hacen los gobiernos es sangrar a los que no pueden huir con su dinero, nosotros. 
En suma, en vez de controlar los gastos incontrolables y sin sentido, aumentan la presión fiscal. 
Supriman en su imaginación los paraísos fiscales. Nadie podría escaparse de Hacienda. Entonces los gobiernos tendrian vía libre para subir la presión fiscal sin tasa. Menos motivos aún para controlar los gastos depilfarradores. 
Los gastos despilfarradores son los que electoralmente son rentables. Por ejemplo, el gasto duplicado y triplicado de las CCAA. Enseñar a un niño cuesta seis veces más en Cataluña o en Valencia que en Madrid. Son los culpables de la desviación del déficit. Con la llegada de Podemos y otros partidos a ciertas comunidades y ayuntamientos, estos gasto se han multiplicado notoriamente. 
Con Panamás, los gobiernos tiene un motivo para no subir demasiado los impuestos. Sin Panamás, viviríamos en un gran Gran Hermano. 
Uds, dirán, ¡pero eso es una falacia! Si los ricos estuvieran cercados, no habría fraude fiscal, no habéis déficit! 
Permítanme, por favor. Si los "ricos", es decir, todos, estuviéramos cercados (si ellos lo están, ¡nosotros más!), no habría límite al gasto. El único límite sería el coste de la deuda, pues un aumento excesivo obligaría a hacer recortes, o a subir los impuestos. Y estos nunca se subiría solo y exclusivamente a los ricos, porque no sería suficiente; para empezar, no habría ricos, cada ve menos. Nos habríamos acercado a una sociedad socialista, dictatorial (no hay democracia política si no hay democracia económica), sin ricos, todos pobres, salvo los burócratas, que tendrían prebendas sacadas penosamente  de la escasa productividad que quedara. 
La historia de las sociedades socialistas lo demuestra. El igualitarismo lleva a la pobreza. La socialdemocracia debe ser productiva para subsistir, y eso exige un control del sector público.  

martes, 12 de abril de 2016

Entre el ego desmedido y la inteligencia emocional

Mario Conde revolucionó el estamento empresarial en los año ochenta. Fue una estrella fugaz que apenas se mantuvo una década en la cresta de la ola hasta su caída en la sima más profunda. Aun así se manejó bien para cuidar es look de empresario seductor, y algunos le guardaron una cierta admiración. 
Yo le vi en persona en un acto público del Banco de España: el nombramiento de Ángel Rojo como gobernador. La sala estaba llena de altas personalidades de las finanzas y de la política, desde el presidente del gobierno Felipe González, y el ministro Solchaga, hasta el último banquero. Hubo un momento de espera a que empezara el acto, y ahí estábamos todos mezclados. A mí me sorprendió la naturalidad y sencillez con que esperaban lucros los más famoso banqueros, hablando unos con otros, sin mostrar ninguna impaciencia. 
Entonces, cuando el acto estaba a punto de empezar, se oyó un murmullo creciente desde el fondo del largo pasillo que desembocaba en la sala del acto. La gente que estaba cerca del pasillo comenzó a moverse como electrones de un experimento físico en el túnel de Ginebra, y al poco apareció EGH (El Gran Hombre). Ni Cesar Imperator hubiera hecho una entrada tan sonada: consiguió apagar el escenario y que todas las miradas se dirigieran hacia ese avance del César, casi como en una cuadriga, guarecido de su corte, a paso de cuatro en fondo, ritmo militar, y para más atracción, hablando a voces por un móvil que entonces casi no existían, y eran un engorro que pesaba como 3 kilos. Pero Mario necesitaba hacer una entrada sonada, y la hizo. Su voz se oía por cima del ruido general. El contraste entre la normalidad de los demás y esa entrada ruidosa y escenificada me lo definió para siempre, y no he cambiado de opinión. Lo primero  que pensé, ¡vaya mala educación  entrar invitado en una casa dando voces por un teléfono!
Mario Conde tiene una necesidad especial de estar en la palestra triunfante. Eso le ha perdido. Nunca he conseguido saber si hacía trapicheos para ganar dinero, o necesitaba el dinero para triunfar y subir a la palestra. Lo que es obvio es que son cosas completamente incompatibles. Pregúntenselo a Amancio Prada. 
Tenía -aunque supongo que en estos días de aflicción ...-  una facilidad pasmosa para decir cosas brillantes y atractivas. Era un demagogo que quería revolverlo todo para asaltar el poder, y ya había logrado meter sus infiltrados en la casa del rey. Pero su asalto al poder no pasó de su calenturienta imaginación, porque es difícil el triple salto moral desde el saqueo de un banco a la presidencia de gobierno. Él mismo puso en manos de sus enemigos -"El Sistema", como decía- las armas legales para eliminarle. Su caída fue tan sonada como su ascensión, porque él no podía dar que fuera de otra manera. 

lunes, 11 de abril de 2016

¿Qué es el helicopter money?

Esta expresión es uma metáfora que usó Friedman ya en 1969, para describir una política monetaria contra la deflación. Bernanke, con su claridad habitual, explica en qué consiste:
What is helicopter money and how does it work?
As I learned when I spoke about it in 2002, the imagery of “helicopter money” is off-putting to many people. But using unrealistic examples is often a useful way at getting at the essence of an issue. [3] The fact that no responsible government would ever literally drop money from the sky should not prevent us from exploring the logic of Friedman’s thought experiment, which was designed to show—in admittedly extreme terms—why governments should never have to give in to deflation.
In more prosaic and realistic terms, a “helicopter drop” of money is an expansionary fiscal policy—an increase in public spending or a tax cut—financed by a permanent increase in the money stock.  To get away from the fanciful imagery, for the rest of this post I will call such a policy a Money-Financed Fiscal Program, or MFFP.
Milton Friedman,
Let us suppose now that one day a helicopter flies over this community and drops an additional $1,000 in bills from the sky, which is, of course, hastily collected by members of the community. Let us suppose further that everyone is convinced that this is a unique event which will never be repeated." (Milton Friedman, “The Optimum Quantity of Money,” 1969)

El ahorro como vicio nefasto

Frances Coppola pone en su sitio a los alemanes. El ministro de finanzas alemán, Schaueble, se ha quejado a Draghi porque su política de bajos tipos de interés está desincentivando el ahorro de los alemanes. 
Vana pretensión, que algo afecte a la ganas, ansias, de ahorrar de los alemanes. Si hay una  prueba viviente  de que la virtud de ahorrar se convierte en vicio horrendo, es en Alemania. 
Alemania tiene un Ahorro Neto igual al 8% del PIB, es decir, que tiene un superávit exterior de ese volumen, puesto que por definición, Ahorro-Inversión = -(necesidades financieras netas exteriores). 

Pero antes de seguir con Alemania, quisiera desmontar el mito de que el ahorro siempre es bueno. El ahorro es bueno cuando se deposita en un instrumento de valor estable. ¿Qué quiero decir con esto? Primero, que el ahorro siempre se deposita en un instrumento financiero, sea dinero líquido, sea ladrillo, sea acciones o bonos, sean éstos privados o públicos. El ahorro es aplazar el consumo, y necesariamente pasa por mantenerlo en dinero o colocarlo en otro instrumento. 
El ahorro es bueno cuando sirve a los intereses del que lo hace. Si quiero hacer una hucha para cuando mis hijos estudien una carrera, lo que es un buen fin, necesito una serie de condiciones para alcanzar razonablemente el objetivo. 
Primero, necesito una cierta, probable, seguridad de que mi renta va a ser estable, y que la rentabilidad real se va a mantener, y que los impuestos no van a interferir con mis planes; además, necesito que el instrumento en el que deposite el ahorro -bonos, pisos, acciones, etc- no sufran caídas de precios ruinosas. 
Un ahorro depositado en un solo instrumento, que luego cae inesperadamente de precio y hace que pierda la mitad del esfuerzo (el no consumo), es un ahorro despilfarrado, tirado a la basura. Mejor no haberlo hecho. Ejemplo, el ahorro/inversión de los españoles en ladrillo, o en acciones de Bankia. Cuántos no han llorado amargamente haberse hipotecado o haber comprado dichas preferentes. 
Por eso, Cullen Roche, en su "Pragmatic Capitalism" recomienda separar nuestra cartera en dos partes bien diferenciadas: una, conservadora, para conservar el valor de nuestro ahorro, y otra, más especulativa, pero bien separada, con la que uno puede dar rienda suelta a sus ambiciones. Esta segunda no debe alimentarse del capital de la primera. 
Obviamente, un piso nunca debe ser considerado parte de la primera cartera. Ni unas acciones. Es más, un piso, como de muestra el autor citado, nunca es un bien negocio, a menos que uno se meta al principio de la burbuja y salga un minuto antes de su estallido: aún así, si se tienen en cuenta los impuestos, su iliquidez, y los tipos de interés, no es un negocio interesante. 
En suma, no hay una forma de ahorro cien por cien estable salvo el dinero... Pero este tiene el inconveniente de la inflación (o rendimiento negativo), y la posible quiebra del banco depositante... Lo que nos lleva a que el ahorro, por sí mismo, no es un bien absoluto, ni siquiera a nivel colectivo
Los (neo)clásicos suponían que todo ahorro crea inversión productiva. De la rentabilidad de esta se retribuía el ahorro, una vez deducido el margen del intermediario. Pero esto es rotundamente falso: el ahorro no produce inversión, como demuestra Coppola para Alemania:



En Alemania, pese a lo que dice el ministro Schaueble de los bajos tipos de interés, tiene un ahorro que excede en un 8% la inversión productiva. ¿Es bueno eso? Primero, es más bien una tradición alemana, agudizada por el envejecimiento de la población. La gente, cuanto más vieja y menos hijos tiene para apoyarse en ellos, más ahorra. Y, además, no lo hace por que el tipo de interés sea más o menos alto. En la gráfica siguiente, se ve que los alemanes cada vez más ahorran en liquidez... Lógico, puesto que la inflación es cero o negativa. 



El "no consumo" de los alemanes del 8% del PIB es además, un detracción del consumo global de la Zona Euro. U es una prueba d falta de confianza de los alemanes en el futuro. Como dice Coppola, 

Saving in "currency and transferable deposits" (physical cash and demand deposit accounts) has more than doubled since 2001, at the expense of more risky, higher-yielding investments. German households are accepting lower returns on savings in return for lower risk and greater liquidity - a clear sign of risk aversion. They are more concerned about the return OF their money than the returns ON it.

Esta falta de confianza, o aversión al riesgo, es la causa principal de la prolongación de la crisis. No es solo Alemania, es mundial, y en todos los sectores. Es lo que hace que el ahorro mundial sea mayor que la inversionista un mundial. Es lo que frena el crecimiento. Algunos se sienten tentados de pensar que como las bolsas están altas, no hay aversión al riesgo. No tiene nada que ver. La inversión no se mide por el nivel de valoración bursátil, que no es más que manifestación de fuerte demanda de activos de segunda mano, es decir, no a la emisión. Eso no es inversión. Inversión es cuando se adquieren acciones a la emisión primaria para financiar una inversión. El simple cambio de manos de acciones en el mercado secundario no es inversión. Es un ahorro sin transición a la inversión. Su único efecto es revalorizar las acciones para beneficio del poseedor -si las vende con ganancias. De hecho, por eso no computa en el PIB. En el PIB computa como ahorro la renta no consumida. 

Si en un ejercicio una persona ahorra y compra acciones en el mercado secundario, no hay ahorro neto. El ahorro con que ha comprado esas acciones es igual al desarrollo del que las ha vendido (si compr otras q un tercero, se repite último neto). A medida que pasa de manos el dinero y las acciones, el ahorro de una persona es desahorro de otra. La suma neta es cero. 

¿Por qué las bolsas se mantiene altas? La política de dinero barato no se ha traducen en más inversión. No se ha roto el cortocircuito entre las diversas formas de ahorro y la inversión final. Por una parte, el coste del dinero es cero, por otra, no hay apetito de riesgo a largo plazo. Esto ha desencadenado el apetito por especular a corto plazo. La escasa rentabilidad de los bonos incita a buscarla en la especulación. Mientras haya deflación, la inversión real será baja. No es fácil invertir con volúmenes de ventas esperados negativos. A su vez, la baja inflación mantiene bajos los tipos nominales de interés... Lo cual alimenta la búsqueda de rentabilidades en la especulación bursátil. 
No sé cuánto tiempo puede durar, pero puede durar mientras los bancos centrales mantengan sus tipos de interés bajos, y no se produzca un "evento" inesperado. Un cisne negro que haga dudar de la sostenibilidad del apalancamiento/capitalización... (Gráfico proporcionado por Leandro García Núñez)



Con todo, no creo que dure indefinidamente. El crecimiento cero produce malestar social creciente, y con ello partidos extremistas, como vemos en toda Europa. Además, produce caídas de los beneficios reales, lo que es sumamente negativo para la inversión, el empleo... Y las bolsas. 
El mito del ahorro es un mito. Consumir o ahorrar es bueno o malo, depende. Todo tiene su medida. Pero eso, sí, los gobiernos deberían ser neutrales fiscalmente, no como ahora, que penalizan cruelmente el ahorro sobre el consumo. Con los impuestos que pagamos, ¿no es mejor gastárselo a que  te carguen en renta por renta, y luego por renta del ahorro, y luego por plusvalías, y luego por herencias...? La actitud racional ante la alta carga impositiva para pagar gastos sociales redistributibos, es consumir y ahorrar lo menos posible, ya que parece que el estado se hará cargo de ti y de los tuyos...

Las Comunidades Autónomas, únicas responsables del aumento del déficit

Según Manuel Lagares (El Mundo, hoy), la única causa digna de consideración de la desviación del déficit público en 2015 ha sido el exceso de gasto de las CCAA, con una aumento en un año de 3802 millones. Todos los demás integrantes de las AAPP han reducido o mantenido su gasto respecto al año anterior, incluso la Seguridad Social, a la que se ha apuntado en los medios de corresponsable.
Manuel Lagares, Catedrático de Hacienda Pública y miembro del Consejo Editorial de EL MUNDO:
"Establecida la causa de la corta reducción del déficit público en 2015 -el incremento de los gastos públicos en lugar de su disminución- la siguiente pregunta que hay que hacerse es la de quienes han sido los principales causantes de ese aumento. Las cuentas públicas señalan que en 2015 el Estado ha reducido sus gastos netos -es decir, sus gastos no consolidados excluidas las transferencias a otras Administraciones públicas- en unos 487 millones respecto a 2014; que los organismos de la Administración central han aumentado sus gastos netos en unos 169 millones; que las Administraciones regionales (las comunidades autónomas) los han aumentado en 3.802 millones; que las corporaciones locales también los han aumentado, aunque sólo en 302 millones, y que la Seguridad Social ha disminuido sus gastos netos en 765 millones. Han sido, por tanto, las comunidades autónomas junto con las corporaciones locales, aunque éstas últimas en mucha menor medida, las principales causantes del aumento en 2015 de los gastos netos de transferencias a otras Administraciones públicas.
"Es evidente, por otra parte, que no se han cumplido en 2015 los compromisos de déficit con la UE y que eso nos obligará en 2016 a un esfuerzo mayor respecto a tales objetivos, pues el déficit constituye una bomba de relojería para países tan endeudados exteriormente como España, cuya explosión depende en gran medida del final de la fuerte expansión monetaria que mantiene hoy el Banco Central Europeo. Cualesquiera que sean los problemas de financiación de las comunidades autónomas -problemas que hasta hoy parecen influir negativamente sobre sus déficits y no tanto sobre sus decisiones de gasto-, éstas han constituido el principal motor del crecimiento de los gastos públicos, dificultando el cumplimiento de los objetivos pactados con la Unión Europea. 
"La sorprendente reacción de la mayoría de los grupos políticos ante estos hechos ha consistido en acusar de falsedad al Gobierno de forma intempestiva y rotunda, olvidando que esas cuentas son producto de muchas horas de trabajo del Instituto Nacional de Estadística y de la Intervención General de la Administración del Estado, que están directamente controladas por Eurostat como las recientes modificaciones demuestran; que en este país y en todos los demás del planeta pueden contener errores y que, además, ni el Gobierno ni nadie suele conocer sus resultados hasta casi el momento en que se publican. Causa estupor que ninguno de esos grupos haya cambiado sustancialmente sus enfebrecidos programas de mayores gastos públicos, de mayores grados de autonomía en el gasto de las comunidades autónomas y de aumentos espectaculares de impuestos que nadie sabe quiénes terminarán pagándolos realmente, aunque todos sospechamos que serán las sufridas clases medias. Es decir, que ninguno de esos grupos se haya hecho cargo de las auténticas raíces del déficit público, que no son otras que el exceso de gastos sobre los previsibles ingresos y la actual organización territorial del Estado. Una organización que financiera y políticamente urge reformar."

domingo, 10 de abril de 2016

Estado libre asociado

Wolfgang Münchau tiene una curiosa propuesta para la decadente Unión Europea: cuando un país -como Reino Unido hoy en día- se sienta dañado por una decisión mayoritaria, podría declararse "Estaso asociado" y así poder desengancharse de determinadas normas colectivas. Como Shengen. 

"The solution to the Dutch problem — and that of the UK — would be a form of associate EU membership. This would allow centralised decision-making among core members; others would regain some independence from Brussels. Associated member states would be allowed to be detached from central policy areas — the euro, the Schengen free-travel zone, possibly aspects of the single market — while remaining members of the customs union."

Todo ello para evitar el Brexit. No sé, pero me parece descubrir el Mediterráneo. Si cada país pudiera desenganchase de determinados espacios -lo que a mí me parece genial, una vuelta a la Europa de las naciones de De Gaulle- ¿por qué no haberse quedado en la Europa de antes de Maastritch? 

El caso es que los referendums nacionales están saliendo cada vez más negativos para Europa. El centralismo burocrático europeo, y su ineficacia,  ha dado origen a una miríada de partidos de extremas derechas y de izquierdas que amenazan con destruir la civilización que la UE dice representar. Pero el caso es que hemos vuelto, por el camino de la unión -mejor dicho, de la atadura-  a la Europa de los años treinta, aquel desastre que nos trajo la II Guerra Mundial. Una Europa de miseria, de desempleo, y desesperación, caldo de cultivo De luego que los conflictos civiles, como eslespañol (que luego se convirtieron en la II GG por gracia de Hitler), nacieron en una crisis tan parecida a la que padecemos ahora. Y, como entonces, EEUU empezó a salir de la crisis antes que nosotros, y nosotros nos engolfamos en las mismas decisiones y rivalidades de entonces, pero disfrazadas esta vez de venerable unidad. Unidad que no es más que una careta de cartón, detrás de la cual rugen las naciones, a la que la gente se agarra cuando las cosas van mal. Nadie reclama a Europa sino al gobierno que ha votado, porque sabe que entre Europa y la gente hay un vacío. Y ese gobierno es cada vez más débil ante los "nuevos" partidos, lo que hace temprana Europa a su vez. 

Se pueden reclamar valores morales todo lo que se quiera, pero cuando la economía va mal, la gente se vuelve ansiosa y menos delicadamente ética. Es una realidad, y por muy triste que sea, más vale constatarla. 

Quizás Europa se está desintegrando injustamente, por los mordiscos que dan esos nuevos -pero viejos- partidos tan de moda en los años treinta. No sirvió de nada entonces reclamar más ética. 

Ahora bien, lo que propone Münchau... Demasiado tarde. No haber aplaudido con las orejas Maastritch. Demasiado tarde para dar veinte años marcha atrás. Ahora hay que remangarse y resolver los problemas de verdad: refugiados, deudas, políticas económicas suicidas, fragmentación, desorientación, falta de gobierno... Sólo enumerarlos da escalofríos.

La gente cree que los problemas se resuelven solos, como Grecia. Pero Grecia no está resuelto, si deuda sigue viva e impagable. En España la deuda ha seguido creciendo a gran velocidad, y si la sumamos a la deuda futura, es impagable. 


sábado, 9 de abril de 2016

Keynes por sí mismo. Citas de Keynes contra sus peores enemigos, los keynesianos

Estas notas están sacadas del "Keynes Betrayed" de Geoff Tily. Están referidas a la virulenta discusión dialéctica entre Keynes y sus intérpretes, entre los que destaca Hicks. Son citas de Keynes, posteriores a su libro (de ahí su interés), de artículos  y correspondencia. 

En ellas vemos las divergencias básicas que separan a Keynes de los neoclasicos, y del intento de fusión entre ambos bandos por sus seguidores. Las diferencias básicas son: 
  • La Falacia de la composición: el comportamiento individual correcto no lleva a una solución colectiva optima.
  • La incertidumbre. La incertidumbre, por definición no calculable como el riesgo, condiciona aleatoriamente las expectativas de los inversores. Pueden pasar largos periodos en que el pesimismo impida alcanzar una inversión de pleno empleo. 
  • La inversión es el componente del gasto más importante, pero más volátil, por la presencia de la incertidumbre sobre la valoración de la rentabilidad esperada. 
  • El tipo de interés no es producto del ahorro y la inversión. El tipo de interés es fruto de los cambios en la demanda de dinero. La incertidumbre, que afecta a la inversión, influye también en el deseo de atesorar liquidez. La caída de la inversión y el aumento de la demanda de liquidez responden a la misma causa. 
  • El dinero es un activo de reserva como cualquier otro activo, pero además tiene la cualidad de la liquidez absoluta. Su demanda es estable en tiempos "normales", pero no suele haber tiempos normales prolongados. Suele haber expansiones más allá de lo aconsejable en los que se forman deudas, y periodos prolongados de ajuste, en los que las deudas acumuladas y el pesimismo de las expectativas impiden volver al pleno empleo. 
  • Este carácter fluctuante de las expectativas hacen imposible construir modelos matemáticos con parámetros fijos. 
Leamos a Keynes.

Sobre las ciclos alcistas y bajistas: 

It is of the nature of organised investment markets, under the influence of purchasers largely ignorant of what they are buying and of speculators who are more concerned with forecasting the next shift of market sentiment than with a reasonable estimate of the future yield of capital-assets, that, when disillusion falls upon an over-optimistic and over-bought market, it should fall with sudden and even catastrophic force.

As these financial developments occur, the MEC will be shifting towards a less optimistic position. Firms will know that their revenues from investments made during the expansion phase are failing to meet the expectations that led them to borrow in the first place. They will re-adjust the MEC to a more realistic position. At the same time the failure of confidence in financial markets will cause liquidity preference and risk premia to increase, leading to a sharp rise in the rate of interest. 

Sobre la importancia de las deudas contraídas sobre la Debt Deflation:

The ‘force’ that brings an economy operating outside its long-run equilibrium back to (or rather back through) that equilibrium is debt. The degree of indebtedness is then a measure of the excess of the expansion, and will equally prevent the automatic recovery in the way predicted by classical economics.

Sobre la falacia de la composición: 

We are traditionally the party of laissez-faire . But just as the economists led the party into this policy, so I hope they may lead them out again. It is not true that individuals acting separately in their own economic interest always produce the best results. It is obvious that an individualist society left to itself does not work well or even tolerably. Here I agree with Labour. I differ from them not in the desirability of state action in the common interest, but as to the forms which such interference should take. Their proposals are out of date and contrary to human nature. But it is not safe or right just to leave things alone. It is our duty to think out wise controls and workable interferences. Now there is no part of our economic system which works so badly as our monetary and credit arrangements; none where the results of bad working are so disastrous socially; and none where it is easier to propose a scientific solution. ( CW XIX, Vol. I, pp. 158–9) 

Sobre la política de inversión pública: 

 I am in favour of an admixture of public works, but my feeling is that unless you socialise the country to a degree that is unlikely, you will get to the end of the public works program, if not in one year, in two years, and therefore if you are not prepared to reduce the rate of interest and bring back private enterprise, when you get to the end of the public works program you have shot your bolt, and you are no better off. I should use the public works program to fill in the interegnum [ sic ] while I was getting interest down. The public works program would in itself increase business profits, and therefore relieve people from that exceptional unwillingness to borrow. I should be afraid of that as a sole remedy. I should be afraid it would work itself out, come to an end, and then we should be back where we were unless we decided on a very definite further action. (Norman Wait Harris Memorial Foundation 1931, as cited in Kent, 2004, p. 205)

Sobre su visión escéptica de la política monetaria como único instrumento:

Anyone who is well acquainted with my writings will, however, be aware that I am not one of those who believe that the business cycle can be controlled solely by manipulation of the short-term rate of interest, that I am indeed a strong critic of this view, and that I have paid much attention to alternative and supplementary methods of controlling the rate of interest. Since, however, myths once started are persistent, it may be unwise of me to allow this representation of my argument to pass uncorrected. My proposals for the control of the business cycle are based on the control of investment . I have explained in detail that the most effective ways of controlling investment vary according to circumstances; and I have been foremost to point out that circumstances can arise, and have arisen recently, when neither control of the short-term rate of interest nor even control of the long-term rate will be effective, with the result that direct stimulation of investment by government is the necessary means. ( CW XI, p. 435) 3

Divergencias con  los principios neoclasicos y sus consecuencias:

Now the school which believes in self-adjustment is, in fact, assuming that the rate of interest adjusts itself more or less automatically, so as to encourage just the right amount of production of capital goods to keep our incomes at the maximum level which our energies and our organisation and our knowledge of how to produce efficiently are capable of providing. This is, however, pure assumption. There is no theoretical reason for believing it to be true. . . . Those standing on my side of the gulf, whom I have ventured to describe as half-right and half-wrong, have perceived this; and they conclude that the only remedy is for us to change the distribution of wealth and modify our habits in such a way as to increase our propensity to spend our incomes on current consumption. I agree with them in thinking that this would be a remedy. But I disagree with them when they go further and argue that this is the only remedy. For there is an alternative, namely, to increase the output of capital goods by reducing the rate of interest and in other ways. ( CW XIII, p. 490) 

La importancia crucial de la incertidumbre en su teoría 

 [O]ur desire to hold money as a store of wealth is a barometer of the degree of our distrust of our own calculations and conventions concerning the future. Even though this feeling about money is itself conventional or instinctive, it operates, so to speak, at a deeper level of our motivation. It takes charge at the moments when the higher, more precarious conventions have weakened. The possession of actual money lulls our disquietude; . . .( CW XIV, p. 116)  second, the impact of uncertainty on investment: It is not surprising that the volume of investment, thus determined, should fluctuate widely from time to time. For it depends on two sets of judgements about the future, neither of which rests on an adequate or secure foundation –on the propensity to hoard and on opinions of the future yield of capital assets. ( CW XIV, p. 118) After the discussion of investment he makes a statement that is exactly applicable to Hicks: 
This completes the first chapter of the argument, 

namely, the liability of the scale of investment to fluctuate for reasons quite distinct ( a ) from those which determine the propensity to save out of a given income and ( b ) from those physical conditions of technical capacity to aid production which have usually been supposed hitherto to be the chief influence governing the marginal efficiency of capital. If, on the other hand, our knowledge of the future was calculable and not subject to sudden changes, it might be justifiable to assume that the liquidity-preference curve was both stable and very inelastic. ( CW XIV, pp. 118–19)

Sobre la imprecisón inevitable de las expectativas  

For the rate of interest and the marginal efficiency of capital are particularly concerned with the indefinite character of actual expectations; they sum up the effect on men’s market decisions of all sorts of vague doubts and fluctuating states of confidence and courage. They belong, that is to say, to a stage of our theory where we are no longer assuming a definite and calculable future. The orthodox theory, on the other hand, is concerned with a simplified world where there is always full employment, and where doubt and fluctuations of confidence are ruled out,

Captaciones

De Vidal-Foch:

MIÉRCOLES. Para celebrar el 400 aniversario de Shakespeare por todo lo alto, esta mañana me he comprado una edición bilingüe de Macbeth, traducido en endecasílabos y alejandrinos por Luis Alberto de Cuenca: "La vida es una sombra que pasa, un pobre cómico / que se luce y se agita por un rato en escena / y no vuelve a salir; es un cuento contado / por un idiota, lleno de sonido y furia / que nada significa". Explica L. A. de Cuenca que "diciendo esto el tirano se justifica ante la posteridad, y nos procura una definición de la vida que mantiene su vigencia 400 años después. Entre los cuatro o cinco pasajes memorables de la literatura universal está sin duda éste". Es cierto. Recuerdo una deriva, dulce y nostálgica, de esa comparación barroca de la vida con las sombras movedizas, en esta "contrarrima" de Toulet: "La vie est plus vaine une image / Que l'ombre sur le mur. / Pourtant l'hiéroglyphe obscur / Qu'y trace ton passage / M'enchante...". ("La vida es una imagen más vana / que la sombra en la pared. / Pero el obscuro jeroglífico / que trazas en ella al pasar / me encanta"). También es verdad. Me encanta el «me encanta.