"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 12 de junio de 2025

La endeble democracia en España

España ha tenido más o menos suerte que otros países: ha disfrutado de dos regímenes democráticos: la Restauración 1875-1923, y la Transición, 1975-20??). Apenas cien años entre las dos. Curioso: dos períodos de 50 años en paz y orden seguidos ambos de convulsiones y guerra civiles (la guerra cantonal de la primera república y nuestra guerra civil). No pongo el entrecomillado en barbecho; lo pongo por la incertidumbre creciente del golpe de estado en marcha, cada vez más avanzado - aunque hayamos conseguido un breve fruncimiento de cejas en la vieja y alcahueta Europa, por el espectáculo que damos al mundo. Europa, a la que más importa que no se pierdan los tapones de plástico de Coca-cola que la desvaída economía europea.
Quiero recordar que algunos lo vieron venir. 
Y la historia se puede ocultar, pero no cambiar. Los pasos cronológicos que  definen un periodo (que podemos llamar era), están escritos en piedra. Aunque la misma Europa lo quiera ocultar. Y el “Magno Periodo” vivido entre 1975 y 2008, merece todos los aplausos por los logros recolectados. 
Si los dos intentos de que en España cristalizase un régimen liberal con separación de poderes, un rey constitucional con diputados electos, jueces independientes, y elecciones periódicas, fue por una causa común en las dos: desde el origen hubo un rechazo total al régimen de la izquierda, la ultraderecha carlistas, predecesores de los nacionalismos venideros. En la Restauración, que dio esperanzas a acabar con las guerra carlistas, fue porque cuando estas pasaron de carlismo al nacionalismo separatistas - con su mismo integrismo catolicón -, fue por la amistad sin fisuras que siempre mostraron los derechistas ultras con los partidos revolucionarios, principalmente el PSOE, partido definido como federal-separatista desde su fundación. 
Por ejemplo, el buen entendimiento entre el separatista Cambó y y la izquierda para aniquilar el régimen de la Restauración, algo que tuvieron a su alcance en 1917¡ en olema revolución bolchevique y una guerra mundial.
Así no es extraño que en la confrontación por la conquista de poder fue una confrontación “a por todas”, es decir a por un régimen enemigo de la lucha de clases y que no valía la pena salvar, sino derribarlo cuanto antes para conquistar el poder por la fuerza, lo que decía la doctrina marxista. Si el PSOE participaba de ese sistema era para recobrar fuerzas, como lo hicieron en la dictadura de Primo de Rivera, entre 1923-31. Al final de esa dictadura se habían conseguido logros importantes en el establecimiento de orden en una sociedad con el pistolerismo desatado en las ciudades, sobre todo Barcelona. Mientras el PSOE pactaba con Primo de Rivera un pacto de no agresión, que permitió al PSOE rehacerse de sus heridas, estabilidad económica com buenos cargos, y prepararse el siguiente asalto a la República.
No, el PSOE no hacía ascos a asociarse a unos u otros si estratégicamente le convenía- lo demostraba fehacientemente su indiferencia a la Nación, cuestión de paquete en una negociación. (La Nación nunca ha tenido para estos desampresivos más que valor de transacción comercial.
La monarquía estaba muy desgastada. Había permitido la dictadura bajo el manto de la corona, lo que le había dejado sin argumentos que lo justificara. El rey propuso seguir con la Restauración como si nada hubiera pasado, pero las fuerzas, los partidos moderados que antes le apoyaron le dejaron caer. Llegó un momento que se se dilucidaba qué partidos podrían sacar “eso” adelante, si valía la pena, o no, quitarse al rey de encima. Tan endebles y desvalidos se sentían los del “antiguo régimen”, que no se les ocurrió otra que montar unas elecciones municipales, a ver por dónde salía el pueblo. 
Al salir victorioso el grupo republicano en las grandes ciudades - pero no en España- el miedo paralizante de los antiguos partidos enardeció a los republicanos, que se lanzaron a la calles a proclamar la república y tomar por el amedantramiento las casas civiles del Estado. El rey fue despachado a Valencia,con destino a Francia, donde se encontraría con su familia. 
Y así, de manera convulsa, España cambió en dos días de una monarquía parlamentaria a una República que estaba por hacer.
Esto, por sí mismo, demuestra la otra gran fuerza que quiero destacar aquí, porque su presencia se ha repetido en todas la convulsiones:
1- invasión napoleónica: mientras la corte huía a Francia a entregarse a la voluntad de Napoleón, el pueblo de Madrid, a pecho descubierto, arreciaba contra la soldadesca francesa. 
2- la cesión vergonzosa a la izquierda republicana de el Estado de la Restauración, perfectamente reformable, pero bajo las prisas y el miedo no se podía esperar una resistencia mínimamente organizada. 
3- mentira sobre mentira, bajo el espíritu de la “historia democrática” (en realidad espíritu marxista/Zapatero), hasta hace poco no sabíamos qué había sucedido durante la República y la Guerra Civil, un episodio negro que hasta salió Pío Moa del arcón - lo que le mereció el ostracismo menos merecido por parte de la historiografía oficial y académica -, que siempre ha aceptado el camino marcado los los que mandan en la academia, los marxistas y neomarxistas.
No hay otro secreto para convulsión de la política en España que el no saber estar ni cumplir con su deber de la élite de uno y otro signo. A ello ha de añadirse la distopía de los partidos de la izquierda, en especial el PSOE, que nunca fue socialdemócrata y siempre prefirió la ruta de la violencia y guerra civil, como sus propios dirigentes decían.  El PSOE nunca aceptó reglas constitucionales más que por razones táctica, para dar mejor el golpe en otro momento. 
4 - Y, finalmente el presente. El presente es una recopilación de las situaciones convulsas analizadas antes. Tenemos un régimen constitucional incapaz de defenderse a sí mismo. Estamos asistiendo a un golpe de estado “blanco” sin que nada ni nadie sepa cómo frenarlo. Tenemos una Constitución tan democrática que cualquier mindundi, véase Pumpido, es capaz de trastocar la existencia de la Nación española para dar cabida al separatismo. Tenemos un sistema electoral tan pulcro que nos apañamos bien para tener una representación sobredimensionada de diputados antiespañoles. Tenemos unas reglas de juego exquisitas, pero sin un hilo para que una autoridad moral como el rey pudiera, en caso excepcional, convocar elecciones anticipadas bajo determinados supuestos de gravedad para la Nación. La cosa da para que los grupos catalanes estén preparando el process 3.O. U todos los demás mirando a las estrellas. Sin con estos mimbres no se puede hacer un cesto, con estos políticos no podemos hacer nada positivo. 
Esto nos lleva a las frecuentes y crueles convulsiones en España, lo que quiere decir lo que quiere decir, ni más ni menos.

lunes, 9 de junio de 2025

Es marxista el PSOE?

Como explica Pio Moa* sobre el partido socialista español, fundado por Pablo Iglesias en 1888:

“La teoría de Marx y su amigo Engels es muy elaborada y con numerosas complicaciones, que han originado incontables polémicas e interpretaciones entre sus seguidores; pero en sus concepciones de fondo se entiende fácilmente. Tal como expresaba Iglesias, es la doctrina de la lucha de clases permanente, violenta y no violenta, que en su desarrollo debería abocar al derrocamiento de la denominada sociedad burguesa o capitalista, mediante una guerra civil o una revolución (se consideraba una posibilidad, más bien remota, que el poder burgués se rindiera pacíficamente). Por consiguiente, la lucha de clases puede, en realidad debe, entenderse en sí misma como política de guerra civil permanente abierta o larvada hasta desembocar en revolución decisiva. Como señaló Lenin, la guerra civil puede tener carácter progresista, y es reaccionario e hipócrita negarlo. Ese fue precisamente el modo como se instaló el primer régimen marxista de la historia en Rusia, en 1917; y en España se intentaría, aunque sin éxito, en 1934 y durante la guerra civil del 36. Pero la idea de la lucha de clases va mucho más allá de una simple táctica o estrategia política: supone una concepción general de la historia, y más allá, del hombre y el mundo. La historia humana, al fondo de sus mil sucesos superficiales, se condensaría en una lucha entre clases explotadoras y explotadas, que habría caracterizado a todas las sociedades humanas a partir de una (imaginaria) comuna igualitaria primitiva. La causa, inevitable durante milenios, de la división social en clases radicaría en la escasez de bienes para todos, debido a la débil capacidad técnica alcanzada por el hombre, de modo que minorías fuertes y organizadas vivirían del trabajo de la vasta mayoría oprimida. Según el desarrollo económico, el trabajo explotado sería la esclavitud en la Antigüedad, la servidumbre en el feudalismo medieval y el proletariado en el capitalismo. Visión del pasado sumamente oscura, pues la precariedad económica impediría el triunfo de las rebeliones de los explotados, bien porque fueran aplastadas o porque, si lograban derrocar a los explotadores, crearían a su vez una nueva minoría explotadora. 
No obstante, esta lúgubre historia tocaba a su fin: el capitalismo habría impulsado los medios de producción hasta un extremo que haría innecesaria la explotación del hombre por el hombre; en otras palabras, por primera vez habría abundancia suficiente para todos y la consiguiente emancipación de las cadenas del poder e ilusiones ideológicas de la explotación. Solo lo impedía el propio sistema capitalista, sus relaciones de propiedad y de producción en beneficio de una minoría burguesa guiada por un afán insaciable de ganancia. Pero ese afán, precisamente, creaba las condiciones para su derrocamiento: por una parte proletarizaba más y más a la población, privándola de propiedad propia y haciéndola depender de un salario, y por otra iba hundiendo en la miseria y en crisis periódicas a la masa proletaria, hasta provocar su rebelión. Esta rebelión sería muy distinta de todas las anteriores: el proletariado se apropiaría de los medios de producción usurpados por los capitalistas y los pondría al servicio de toda la sociedad, una sociedad igualitaria, sin clases, que haría innecesarios el estado, el poder y la religión, armas de los explotadores. El proceso requeriría que la espontánea rebeldía de los oprimidos contase con una estrategia «científica» —el propio marxismo— de luchas políticas y sindicales hasta llegar a una revolución, violenta con la mayor probabilidad, acompañada de lo que Marx llamaba terror plebeyo. Una vez derrocado políticamente el poder burgués, sería preciso un período de «dictadura proletaria» para erradicar los residuos ideológicos, la religión, la moral y las costumbres burguesas, asentadas durante siglos o milenios y que se resistirían a desaparecer. Como diría Largo Caballero, líder principal del PSOE entre 1933 y 1937, la revolución «exige hechos que repugnan, pero que luego justifica la historia». El marxismo, pues, tiene algo de elaboración mesiánica con promesa de liberación completa del ser humano después de una historia milenaria de brutal explotación de la mayoría. Por ello se lo ha equiparado a menudo a una religión. No muy adecuadamente, pues la «religión» marxista prometía traer el paraíso tras «hacer añicos el pasado», como rezaba su himno, «La Internacional». El conjunto teórico se apoyaría en una visión «materialista», autoestimada científica, del hombre y su destino, en ruptura radical con las ideas religiosas, filosóficas y morales tradicionales, cuya función en el pasado habría sido siempre justificar el dominio de los privilegiados y adormecer a sus víctimas para soportarlo. El funcionamiento del cosmos respondería a fuerzas materiales estudiables en sus relaciones, pero sin objetivo o sentido inteligible; no obstante, la sociedad humana movida también por la determinante fuerza «material» de la economía, sí encontraría un sentido al abocar a una sociedad «plenamente humana», sin las taras del pasado. De acuerdo con su doctrina, el PSOE se entendía a sí mismo como el representante natural o científico de la clase obrera.” (Pio Moa, “El PSOE en la historia de España”.)

Yo creo que es una buena definición de las pretensiones del marxismo. El marxismo es un constructo arbitrario, con pretensiones de “ciencia” totalmente injustificadas”. Muy determinista en su proyección hacia el futuro: el marxismo es la realidad que necesariamente se cumplirá en el futuro, dado que explica las leyes férreas de la historia, ésta ya no tiene secretos: vendrá lo que tiene que venir y cada uno hará su papel que Dios le ha dado... una religión atea, sin Dios, pero más determinista que cualquier religión.
Cuando se sabe cómo funciona una ciencia como la física, su formulación de hipótesis que ha de ser contrastables. Solo un cierto nivel de contrastadas experiencias se puede considerar la hipótesis como valida temporalmente, pues el el futuro habrá más conocimiento y saldrá otra hipótesis más satisfactoria.
Como ejemplo véase la teoría de Newton, valida durante tres siglos hasta que llegó Einstein, cuya teoría más completa de la relatividad sustituyó a la de Newton.
Marx no tenía ningún derecho a llamar científico a su indigesto e incomprensible convoluto, que no era más que un expresión de su afán de justificar la violencia como medio de llegar a su estado ideal de beatitud, donde, una vez eliminados físicamente los burgueses y sus artificios legales para defender sus privilegios - especialmente la propiedad -, “a cada uno se le dará según sus necesidades, de cada uno se le exigirá según sus capacidades. La disolución de la propiedad de los burgueses hará innecesario la acumulación.
En suma, el marxismo justifica la violencia aseverando que el fin justifica los medios, juicio que se deduce fácilmente de que es totalmente virtuoso que se maten burgueses (y quien pase por allí, o sea trabajador suyo, o siempre quién esté a tiro: Lenin incitaba a “matar, matar, que luego ya dilucidaremos”). El burgués es malo porque le roba su plusvalía al trabajador, ser superior que no se ha enterado de su papel principal en la Historia, hasta que llega don Carlos Marx, quien ha descubierta, gracias a su dialéctica, lógica revolucionaria, que explica toda la historia como si fuera un modelo matemático (carácter científico de su método). De ahí se deduce que la historia es dialéctica y su proceso, férreo, será: 
Tesis- los obreros están explotados porque se les roba su plusvalía.
Antítesis- los trabajadores toman conciencia de clase.
Síntesis- los proletarios toman el poder liderados por los auténticos liberadores, quienes una vez acabada la conquista del poder establecerán una “dictadura del proletariado” necesaria para limpiar la sociedad restante de contaminación burguesa, lo que significa exactamente disparar con licencia a todo lo que es burgués y todo lo que lo justifica.
Exactamente lo que hizo Lenin en su revolución. 
Y es claro que el PSOE es marxista, aunque lo oculte bajo un tupido velo que echó Felipe González en 1978 - lo que no le sirvió para ganar las elecciones del año siguiente. 
Que el PSOE fuera marxista en el XIX es comprensible. Era la ideología de moda entonces, y lo sería aún más cuando en 1917 Lenin fundó la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Y cabe pensar que Rusia lo sigue siendo, pues parece creer más aún en la violencia).
El PSOE ha dejado una larga huella de sangre en la corta historia de España que les ha tocado. Ahora parece conformarse con robar el dinero público a mansalva, con indicios de perseguir información privada de los que le pueden molestar. 

(*) Aprovecho la ocasión para pedir para este autor un reconocimiento oficial de sus méritos, puesto que fue el primero en abrir la puerta - muy vigilada por los historiadores académicos -, a la verdad de nuestra Guerra Civil.  Mas resulta que en nuestro malhadado país, hasta los últimos rincones como puede ser la historiografía, está contaminada de pensamiento progresista-podrido. Al igual que en Francia, se han cerrado filas académicas en favor de una versión de la historia simpatizante con la Revolución francesa sangrienta, los españoles con la república sangrienta. Todo ello basado en una visión marxista de la historia (que fue la primera a la que tuve acceso).

sábado, 7 de junio de 2025

La peseta y la guerra civil. La Ley de estabilización, piedra angular (actualizado)

Le he pedido a chatGPT el gráfico siguiente: la peseta entre 1923-31 (dictadura Primo de Ribera). La peseta entre 1931-36, proclamación de la “gloriosa” Republica Guerra civil.

1939-75, dictadura de Franco.

(Una cosa: los datos originales está en £ por peseta, luego cuanto más sube el valor, más cae la peseta. Para facilitar la lectura, pongo un gráfico a la inversa, £/peseta)



En esos sesenta y pico años, la peseta se mueve en constante depreciación, con más o menos intensidad. El periodo más grave de caída es de 1928-1939, una caída de un 300%, en el que se suceden: el fin de la dictadura Primo de Rivera, principio de la II República, Guerra civil. Una devaluación que indica la gravedad que afectaba a España.

Sin embargo, el fin de esa época tan nefasta no da fin a los dislates económicos. El primer franquismo, gobernado por una idea fascista como es la autarquía, supone un retraso de 20 años (1929-59) de estancamiento por la falta de materias primas, prohibida su importación. 

Del 1959 hacia adelante se normalizan las cosas por el Plan de Estabilización, que devalúa la peseta de 40 pts/£ a 60 pts/libra. España se integraba a la economía occidental, hecho crucial en la historia de España por el que, por fin, España deja de vivir de glorias imperiales, se pone a trabajar y se convierte en una economía eficaz. Desde ese momento, España empezó a crecer más que el resto de economías occidentales (7,5% anual), lo que la colocó en 1975, a la muerte de Franco, en un nivel de renta Per capita igual al 80% de los 6 países fundadores de la UE. Un salto abismal que debería ser enseñado en la escuela y ser declarado día de la fiesta civil nacional. ¿No celebra Inglaterra su “Revolución gloriosa”, que se hizo pacíficamente con un simple caso de dinastía en 1689? . Difícil parece, ¿verdad? Pues deberíamos cerrar el oprobio al franquismo, porque en él se lograron grandes pasos irrevocables. Nuestra idea de España es falsa y debeladora. Así jamás conseguiremos hacer un país si cada vez que llega la democracia empezamos a derribar hitos del pasado en pos de la Paz y la libertad. Ningún político puede jactarse de sus logros económicos sin recordar el gran avance de la “Ley de Estabilización”, un gran salto en la integración de España en la economía internacional. Es más, me temo, ay, que ahora vamos al revés.

La divisa de un país depende de una triada de valores cotizados en los mercados para los que quieran comprar pesetas o venderlas. Todos esos valores dan forma a las expectativas de los que compran y venden, que son las que deciden la demanda y la oferta.

Es verdad que todos los demás mercados influyen en el de una divisa, pues la caída del precio de un bien o servicio puede cambiar las expectativas en el mercado de divisas. Si hay expectativas de disturbios, desorden y posible guerra, casi todas las posiciones serán en contra de la peseta.

En el gráfico es evidente que a largo plazo la peseta ha sido un valor en venta. Esto quiere decir que, generalmente, España no ha sido muy valorada por los inversores extranjeros como zona de inversión segura. 

Hoy han cambiado mucho las cosas. Hay miles de veces más de capitales que entran a protegerse de cualquier perjuicio, cubriéndose de riesgo el el mercado de derivados, que son muchos más voluminosos que los perlados a contado. En realidad hoy nadie opera al contado, “en seco”. Los derivados facilitan hacer una contrapartida en derivados que cubre de imprevistos, por lo que se puede decir que se asumen riesgos a corto plazo, el largo plazo es fácilmente reversible.

Sin embargo, si la caída a plomo de la peseta en 1931-39 fue le resultado de una tragedia imposible de valorar como riesgo, hay que decir que las sucesivas devaluaciones habidas desde el 1959 fueron “detonaciones controladas” por el gobierno y sus aliados, a través del Fondo Monetario Internacional, organismo creado en la postguerra para que los países pudieran reajustarse sin perder la confianza de los mercados. 

(Se suele criticar el FMI por multitud de razones, pero la verdad, desde su creación hasta su su suspensión en 1972, se vivió una época estable sin crisis financiera generalizada, como pasó después.)

Las devaluaciones de la peseta en ese periodo fueron negociadas en el marco de ayudas del FMI, en que participaban los demás miembros que tenían un saldo positivo de liquidez. El país con problemas de Balanza de Pagos le era permitido devaluar a cambio de un compromiso de enfriar su economía, y se le prestaba a un tipo interés ventajoso una cantidad suficiente para que el tránsito a la normalidad fuera suave. La devaluación, el préstamo y el ajuste interno se calculaban coordinadamente. 

Se puede decir que no hubo crisis financieras porque había control de capitales, coordinación del FMI y voluntad de cooperar. Una vez destruido en sistema en 1972, el vacío de voluntad de evitar crisis gravosas procuró precisamente eso, crisis gravosas, mucho más fuertes porque el volumen de capitales era mucho mayor. También jugó un papel el deseo de muchos de destronar a EEUU de su trono del dólar… lo que no se ha conseguido hasta ahora.

He desarrollado este tema por una cuestión: la Economía pretende analizar la economía real de una unidad social sin consideración alguna al “contexto político”. Esto es una falacia, porque la política siempre incide en la economía para bien o para mal. Los agentes económicos no son estrechos palos de escoba con un raciocinio perfecto que les lleva a elegir la mejor opción con la información disponible. Y la información política verdadera es difícil de obtener. De ellos se espera no sólo buenas decisiones en el presente, sino expectativas de futuro consistentes; y si hay error, se espera que rectifique y que la buena senda se retome en seguida, de tal manera que es como se hubieran cometido errores importantes. Esto es especialmente importante para los agentes inversores, que se supone que hacen previsiones cuasi perfectas a futuro.

Keynes no creía esto. Creía que los inversores, sobre todo a largo plazo, estaban inmersos en una nube de incertidumbre que no les dejaba prever con alguna certeza. La incertidumbre extrema desataba el deseo de todos de recuperar liquidez, y eso afectaba a cómo veían sus carteras los inversores, repentinamente líquidas, con gran peso de activos en venta frenética por todos, una venta un posible aunque llegaras a un precio cero. La única manera de frenar la sangría sería que el banco central llevara al mercado la liquidez deseada, pues ni hay otra fuente. Hay una demanda infinita frente una oferta cero o negativa.

En resolución, muerte efectiva de la economía clásica que digne el equilibrio entre ahorro e inversión suficiente obrar llegar al pleno empleo. Muerte efectiva de los clásicos que decían que los mercados se mueven con fluidez y rápidamente cierran los eventuales desfases entre oferta y demanda. Sin embargo, la Economía clásica, luego de expectativas racionales y de equilibrio general, sigue su camino hacia la destrucción de la economía académica.

Lo cierto es que, como dice El premio Nobel Daren Acemoglu, debemos partir de que el punto inicial de una buena economía es un sistema político que busque favorecer el progreso. Es un novedoso punto de vista, en una ciencia que siempre ha buscado el prestigio de la metodología científica, cosa que nunca le ha llevado a resultados espectaculares precisamente. Si ponemos el pie en Acemoglu, junto a una buena base de datos estadísticos, seguramente nuestros modelos serán más feos pero más fructíferos.

Es verdad que todos los cambios positivos de la historia han sido gracias a la alianza de los inversores deseando explotar las nuevas tecnologías con un poder político que no tiene prejuicios idelógicos o religiosos contra el crecimiento del bienestar. Como se ve en la Revolución Gloriosa inglesa, de 1689, cuando se sustituyó al rey legítimo Eduardo III por el príncipe de la casa de Orange, Emparentado con la dinastía inglesa, que era protestante y creía en el libre comercio. Un simple cambio de testa coronada, llamada “Gloriosa” porque fue totalmente pacífica, dio el pistoletazo de salida a La Revolución Industrial.

Véase, a sensu contrario, la pobre imagen que ofrece la economía española, sobre todo a futuro.

viernes, 6 de junio de 2025

Frustración

El abate Pierre fue, en Francia, un gran personaje, muy famoso en torno a los años 50 del XX. Una vez le preguntaron a qué conclusión había llegado en las innumerables confesiones que había hecho a todo tipo de personas, fueran mujeres, hombres, niños…
Se quedó reflexionando un momento y contestó: “no hay adultos”.
Es una evidencia empírica que podemos deducir de nuestro propio caletre, si no fuera que es un poco desagradable. Somos sumisos a la ley de que el individuo nace, se cría, tiene una infancia, una época tumultuosa llamada adolescencia, y a partir de los 20, un adulto responsable. 
Todo esto es una falsedad dirigida a hacerte creer que a los 18 años tienes el juicio necesario para votar. De ahí nacen muchos desastres sociales de una sociedad como ésta. Nos hace inconscientes de nuestra debilidad básica, que es las limitaciones intrínsecas de nuestro sistema cognitivo. Sistema que no sólo tiene limitaciones de naturaleza, sino que está además adobado con unas ideas adquiridas de esta sociedad que nos fomenta el infantilismo. 
Podríamos decir, entonces, que bastaría con elevar de nuevo la edad mínima con derecho al voto. Esto es imposible cuando hay presiones para reducirla a 16 años - y no se crean que ahí se pararía la historia-. Además, no sería desde luego un empeoramiento, pero sería insuficiente.
El ser humano, decía Camus, “es la única criatura que está descontenta con ser lo que es”. No está contento porque aspira siempre a un mundo mejor, que para unos sería la vida después de la muerte, para otros la llegada a la Tierra de nuestro paraíso de la infancia, de una u otra forma, sea el buen salvaje de Rousseau -al que la civilización ha corrompido con el derecho de propiedad; o el sueño que don Quijote le cuenta a los cabreros, bellísimo, ilusionador, pero falso. 

“Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes: a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnífica abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían.”

Si el gran Cervantes pone en boca de Quijote tan bellas como locas palabras es porque su personaje está loco, enloquecido, como sabemos, por la lectura de libros de caballerías tan felices como insensatos. Sin embargo, Cervantes lo escribe con tan bellas palabras que nos invita a leerlo varias veces y, casi, convencernos que realmente ha existido esa edad de oro en la que “a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnífica abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían.” Para empezar, las encinas dan bellotas, y queda un poco demasiado poético hacernos pensar que son dulces y sazonados.
Nunca ha existido una época de feliz abundancia porque la naturaleza humana no es así. El ser humano quiere cosas, como comer, dormir, jugar, para ahora y mañana, para sus hijos y los descendientes. Tiene una noción del futuro que no puede obviar, y un instinto paterno que le hace pensar en sus hijos. Cuando caza, pesca y labura no tiene más remedio de colectar lo máximo posible, y si tiene suerte y le sobra, guardarlo con las artes que existan para no tener que cazar mañana. El hombre es un ser previsor; el animal más previsor. Como tiene inteligencia superior a los demás, no tiene más remedio que hacer conjeturas, establecer prioridades… los pueblos que más avanzan el conocimiento y despliegan más artes son los que más prosperan. Pero claro, eso no da la felicidad, lo que es frustrante porque cuanto mejor vivimos más felicidad queremos. 
Y de ahí nace la enorme frustración que sentimos ante la abundancia. La abundancia produce aburrimiento. El hombre ha creado miles de puntos de fuga para creer en la inmortalidad, de la que se espera que incluso acabe con el aburrimiento. Sin embargo, algunas de las ofertas hacen sospechar que habrá algo de aburrimiento, por el ingrediente de eternidad. La eternidad da que pensar, sobre todo si te das cuenta que la eternidad no puede ofrecer diversión. La diversión es un escape de la Eternidad, al menos para nuestra limitada mente. Unamuno (quizás el cristiano perfecto, pies era el cristiano con dudas) decía que él quería la vida eterna, esencia para él del Cristianismo; lo deseaba con todas sus fuerzas, pero por favor, que hubiera cambios y paso del tiempo; para él la eternidad sin cambios era muy aburridaº.
Ernst Jünger estaba fascinado también por el más allá. Pero de sus cuitas sacaba consuelo, pues para él “el sentido de la vida es adquirir una idea de lo que es la vida”. 
No hay encaje perfecto. Del misticismo a la fría lógica de Descartes, hay un largo trecho.
Por volver al abate Pierre, efecto, nunca maduramos, y a veces, si no rechazamos nuestras obligaciones, nos sienta bien.

(0) Del sentimiento trágico de la vida.

España, Luces de bohemia

“En la Escena XII de Luces de Bohemia, dice Max Estrella: «¡Latino de Hispalis, grotesco personaje, te inmortalizaré en una novela!». «Una tragedia, Max», aclara Latino. «La tragedia nuestra no es tragedia», replica Max. Y Latino, desolado: «¡Pues algo será!». «El esperpento», dice Max, «el esperpentismo lo ha inventado Goya, los héroes clásicos han ido a pasearse al callejón del Gato» (...). «El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada». Y remata: «España es una deformación grotesca de la civilización europea». Latino, abrumado, se rinde: «¡Pudiera, yo me inhibo!”.

miércoles, 4 de junio de 2025

Keynes y el ahorro. El testamento traicionado (reeditado)

La economía que Keynes llamaba "clásica", fundaba su teoría del tipo de interés en la oferta de ahorro y la demanda de inversión. Los ahorradores eran las personas y empresas que no gastaban todo lo que ingresaban. El ahorro era un sacrificio, un no consumo, o un consumo diferido al futuro, que, por la ley de "la desestimación de las necesidades futuras" (o ley de la miopía del futuro), exigía una recompensa. Que era el tipo de interés devengado por el intermediario financiero. Digamos, para simplificar, el banco. 

domingo, 1 de junio de 2025

Poder corrupcional

Los españoles estamos hecho un lío, desbordados por todas las escotillas de la corrupción mafiosa (lo dice todo el mundo) de este gobierno que nunca se acaba. 
La palabra “corrupción “ seguida por “mafiosa” , como toda palabra que refleja un hecho extremo, tiene la desventaja que se desgasta rápidamente, por el hecho bien conocido de que cualquier hecho de menor gravedad, pero corrupta, ya no escandaliza tanto. Y la verdad, este gobierno ha alcanzado hace casi un lustro la corrupción más zafia. Zafia, hay que decirlo, gracias a la espesura cognitiva de sus militantes encargados de llevarla a acabo.
Nunca hemos visto tanta zafiedad en la ejecución de delitos encadenados; cabe sospechar que una ejecución más, digamos, maquiavélica, no nos hubiéramos enterado todos. 
El problema es la ley universal de la utilidad marginal decreciente, que viene a decir que toda satisfacción o utilidad detraída de unidades encadenados bien, sea ejemplo “una caja de bombones”, tiene incrementos cada vez más pequeños de satisfacción. Ud come un bombón y le da una saturación digamos de 10 u. El segundo bombón le dará una gran satisfacción, pero menor que el primero: 7 u. Es decir, cada incremento de una unidad de un bombón le dará un incremento cada vez más pequeño de satisfacción. Al enésimo bombón el incremento será cero, y luego empezará a descender. Es una regla muy intuitiva. 
Pues eso pasa con todo, y con las palabras que califican las acciones de este gobierno, que se desgastan, nos acostumbramos a oírlas y llegan a un punto que no dicen nada. Al final dirán algunos (o muchos): bah, son exageraciones, pues no cabe en cabeza humana que un gobierno haga lo que le sale de las narices sin que salten los cortafuegos.
Pero es que no los hay: cortafuegos, contrapoderes, balance de instituciones de control sobre el ejecutivo… Por eso se oye, “¿pero es que no hay españoles, es que no va a pasar nada?” Pues no va a pasar nada porque esas instituciones de control no existen o están muy dañadas. Porque corrupción siembra la habido. Jesús Cacho:

 “A estas alturas caben pocas dudas de que Sánchez Pérez-Castejón es el Lucky Luciano de esta Sicilia capital Madrid, el jefe del grupo mafioso, el capo di tutti capi, enemigo declarado de la democracia española. En realidad nunca las hubo. Documentos gráficos aparecidos estos días certifican que Sánchez mantiene relación fluida con Leire Díez ("Si Balas está muerto, mejor") al menos desde agosto de 2011, del mismo modo que hay constancia de que la locuaz señora mantiene línea directa con el Presidente del Gobierno.” 

Desgraciadamente, porque la olla está en ebullición y no tiene válvula que controle la presión (esas instituciones que decíamos). Entre ella podríamos poner la corona, que por un exceso de celo democrático del Rey padre, se zafó de cualquier poder de arbitraje de la corona sobre el desgobierno. Está claro que a la vista de los que se han mostrado sistemáticamente anti democráticos, no ha sido la corona precisamente. Hoy el rey, podía estar investido de la decisión de no firmar una ley si es manifiestamente anti constitucional, como la ley de amnistía. La ausencia de estos cortafuegos (que solo se debilitarían por el mal uso), garantiza que el grupo antiespañol que se señala a sí mismo como el único democrático sea el que realmente decide. 
Hay otros muchos puntos débiles en nuestra Constitución, que no empecen el poder a los mafiosos y sus amigos; o como la ley electoral, que permite una representación desproporcionada a partidos enemigos de España y sus instituciones. 
Es decir, las cosas van hacia peor, y están muy dañadas ya. Cada destrozo del gobierno mafioso se acumula sobre los anteriores. La esencia de la democracia no es votar, sino esas instituciones que ejercen de contrapoder, casi totalmente inanes en España, como si fueran de cartón-piedra que solo se ven cuando el escenario está iluminado. Hay mucho en juego. Del autor antes citado:

“Y vendrán cosas peores. Veremos cosas que nos helarán la sangre. No se trata de ganar o perder unas elecciones, sino de sobrevivir como nación.

jueves, 29 de mayo de 2025

El subsuelo de la economía europea. La manía de centrarse en la macro

Este artículo, Luis Garicano nos informa de que la estabilidad economía de Europa pende de un hilo que puede romperse en cualquier momento. En su gráfico vemos una síntesis del origen de la debilidad:



En otras palabras: los bancos europeos están trufados de deuda pública (cada sistema bancario de la deuda de su país). En el gráfico se ve que los bancos tienen en sus activos deuda pública y crédito, y en el pasivo la contrapartida, depósitos y otros activos. 
Como lo explica Garicano:
“Durante la crisis de la eurozona (2012), se generó un peligroso círculo vicioso entre los bancos y los gobiernos soberanos. Los bancos poseían grandes cantidades de deuda pública. Cuando los gobiernos se vieron sometidos a tensiones, las tenencias bancarias perdieron valor. Cuando los bancos se debilitaron, los gobiernos afrontaron los costes del rescate, lo que empeoró su situación. Cada problema agrava al anterior.”

Estamos hablando de un Banco Central que adolece de ciertas debilidades, que podrían haberse solucionado en su momento, después de la gran crisis de 2008-12, concretamente en 2014.
Entonces se intentó centralizar en el BCE sus funciones de regularización y supervisión, para fortalecer su política monetaria; no se llegó a ningún acuerdo europeo para unificar la supervisión y la regulación de la banca en el BCE. De modo que el regulador/supervisor es el banco central de cada país sobre su propia banca, pero no el BCE
El resultado ha sido una gigantesca monetización de deuda, unos activos bancarios mayormente de títulos públicos, que se consideran los más seguros de todos - por eso son la referencia mínima de tipos de interés, al tener la menor prima de riesgo-. Es decir, están recomendados por las “autoridades” (gobierno y banco central), que son casi los únicos que compran cuando los ,sedados tiemblan. De ahí el último flujo llamado “Bail out”, que consiste en que el BCE rescate tarde y mal a los bancos de su deuda pública podrida, como se hizo en 2012 con el “Quantitavity easing” del que habrán oído hablar. Desde luego hubiera sido mucho peor dejar que quebrara un banco después de otro, y al final enfrentarse a una bonita deflación.
Y es donde estamos, como en 2012 pero mucho peor, porque la deuda pública se ha multiplicado por cinco, con lo que el descalabro es mucho mayor. 
No sé si algún país se salva, pero no Alemania desde luego, como cuenta Garicano. En Alemania las cajas de ahorro están gobernadas directamente por el gobierno de los Länders, que manipulan el crédito políticamente, sobre todo en elecciones. Manejan le 50% del activo bancario. Si Alemania hubiera firmado el acuerdo de 2014 para centralizar todo en el BCE, hubiera tenido que renunciar al cambalache de sus cajas, digno de Argentina, por cierto. Ídem Italia, etc…
Estamos al borde de una caída de todo el sistema, y de la UE también, y el BCE no podrá hacer nada si no abre el toril a la inflación. 
Eso es lo que yo llamo la monomanía de hablar sólo de la llamada “economía real” (PIB, inflación, paro, etc.), cuando entre estas variables hay relaciones subterráneas que al final son las que mandan. Estadísticamente el PIB está correlacionado con el tipo de interés. Pero si éste está manipulado y de repente la gente se da cuenta, cae el castillo de naipes. Hay que levantar las alfombras con más frecuencia. Lo malo es que no estamos solos:


miércoles, 28 de mayo de 2025

Comentario a un comentario

Miguel E me ha hecho un comentario muy acertado sobre lo que está pasando en el Banco de España. Es gravísimo ciertamente. Para mí, a otro nivel de prestigio e importancia, desde luego, es lo que está haciendo insensatamente Trump con Harvard y otros centros del conocimiento (al igual que el Banco de España), un institución que es un acumulador de ciencia y de estadística cuya importancia directa y a través del tiempo no se puede medir. Hay un artículo de Krugman (https://substack.com/@paulkrugman/note/p-164428881?r=u3djn&utm_medium=ios&utm_source=notes-share-action) donde explica muy bien el destrozo enorme que Trump está haciendo a estos centros que, como Harvard, son acumuladores de saber, que como tal actúan, inconscientemente, para la gente de la calle. Dice Krugman,

“El aspecto más importante de esta campaña de intimidación y disrupción es, por supuesto, el ataque a la libertad de pensamiento. Espero que nadie crea realmente en la postura de MAGA (Hacer que Estados Unidos Vuelva a la Gran Democracia) de que las universidades están adoctrinando a sus estudiantes en la conciencia política, la diversidad, la inclusión, el marxismo, etc. La verdadera queja, obviamente, es que estas instituciones no están adoctrinando a sus estudiantes, sino que están exponiendo a los jóvenes a diversas ideas y animándolos a pensar por sí mismos, cuando deberían estar predicando dogmas de derecha y la obediencia a lo que el Líder les diga que deben creer.
Dada esta aterradora realidad de la guerra trumpiana contra el aprendizaje, e incluso contra el propio pensamiento científico, puede parecer ingenuo examinar las consecuencias económicas de los ataques a la educación superior. Sin embargo, es importante comprender que estas consecuencias también serán desastrosas, tanto para la economía actual como para su futuro a largo plazo.”

Es la vuelta a una Edad Media en la que el saber se guardaba celosamente en monasterios de monjes que no sabían interpretar los textos que copiaban, pero lo hacían para que alguien en el futuro aprovecharía ese humilde trabajo. El conocimiento se fue poco a poco convirtiendo en un artículo libre y disponible para todos, al paso que la libertad adquiría márchamo de bien común. Últimamente era un bien al alcance del que supiera interpretarlos, y apoyados en ellos, volver a engrandecer el depósito sagrado.
Lo que Popper llama “El Mundo Tercero”: el mundo inaprensible para una persona pero pero sí para millones, que inevitablemente vuelven a acrecentar el acervo… El mudo de la creación cultural y científica que, como decía Newton, si nosotros somos algo es gracias a que vamos sobre los hombros de un gigante que nos ha precedido. 
Trump es un desalmado inquietante, analfabeto, alguien que se pone a romper cosas sin avisar y sin saber cuántos costará arreglarlas. En todo caso, está rompiendo las bases más importantes de nuestra civilización (lo que Putin estará viendo con gran fruición), cuyo final más o menos veíamos venir, pero mira tú por dónde: la cosa ya se está rompiendo en la base más importante: el conocimiento, el Tercer Mundo de Popper, sin dimensión espacial determinada más por la acumulación del tiempo, el Mundo tanto más grande e inaprensible como fructífero para todos los humanos. Se trata del acervo de las civilizaciones, el depósito de los signos que permiten investigarlas y recrearlas. Se trata de 
Es sumamente inquietante lo que vemos todos lo días, sin pausa para meditar y valorar qué significa ese turbión de todos volando por los aires con la estúpida sonrisa del que no entiende, ni quiere entender, que está pasando. Ve humo, huele a quemado, hace ciento, pero nadie sabe interpretar esos signos. 

martes, 27 de mayo de 2025

El PP, sin banderín de enganche

En el PP han tocado diana. Pero lo ha hecho en sordina, no vaya a ser que alguien se vea despertado de su siesta milenaria y se cabree. Cuantos menos se despierten mejor.
Da la sensación de que el PP no tiene, o no encuentra, argumentos de peso que atraigan a los votantes. Parece destinado a perder su oportunidad si vienen elecciones - si es que vienen.
El PP tiene ante sí un enigma de la dama de Keops que no sabe como resolver. Quiere - se supone - deshacer todo el mal que ha hecho Sánchez, pero sin decirlo. En vez de hablar claramente está buscando una marca de caramelos (Que no existe) que enganche a los españoles con cuentos de hadas, para que puedan irse a la cama con una nana que les acune y puedan volverse a dormir, con una sonrisa beatífica.
Así no se puede gobernar, ni llegar siquiera a gobernar. El PSOE se ha comportado como una banda truculenta de mafiosos que ha destrozado nuestro estado, instituciones, garantías, y está el proceso muy avanzado de entregar a Cataluña una independencia a la carta. 
Por ejemplo, se podría decir a los españoles lo que significa una destrucción del Estado: del Estado democrático. Demoler el edificio que tantos años ha costado levantar sería la marcha del rey - ya no tendría el  papel que le otorga la constitución, y de eso se encargarían de gestionar los que han dejado una serie de instituciones infiltradas y dañadas -.España ya no sería España, por lo que habría que comenzar de nuevo para alcanzar una nueva constitución de una España menguada, con dos nuevos enemigos potenciales (no creo que la nación catalana se comportara igual que un país vencino normal, como Francia, por ejemplo) u otras menudencias en las que no entraré… como la mayor debilidad de España ante sus enemigos de siempre. 
Esto puede ser rebatido por algún despistado que se ha creído que existe una Unión Europea. Europa ha alcanzado hace mucho su máximo nivel de eficacia y no está diseñada para este tipo de avatares. Europa nació sobre la base de los Estado nacionales, y no se ha desviado ni un milímetro de ahí. 
(Además, Europa es como el cuento en el que Aquiles va alcanzar la tortuga, cuando ésta ya se ha desplazado una mica, y Aquiles vuelve a fallar.)
Luego  sí que hay tela que cortar para el PP, si sencillamente se atreve a decir a los españoles que con el PSOE nos hemos acercado a pie del precipicio y está a punto de caerse estrepitosamente; que nos están robando el futuro (Esto por no mencionar la Deuda que nos espera en el futuro no lejano y que el Banco de España, nuevo fiel lebrel de gobierno, niega el problema). Es un momento clave para España, y no se pueden camuflar las palabras de embeleco.
En fin, es el momento de las palabras claras, pues estamos en una bifurcación entre el Ser y la Nada de España; que hagan daño y escuezan. Eso sí, se puede decir también que hay soluciones, pero hay que mirar Churchill y oír lo que les dijo a los ingleses cuando decidió no negociar con Hitler: “Sangre Sudor y Lagrimas”. Hay momentos así, en la historia que son para los grandes hombres. No camino intermedio. Lo es Feijó? No estoy apelando apelando al patriotismo, si no al practicismo de las clara consecuencias de una u otra vía. 
Fuentes: El Mundo, Emilia Landaluce, Arcadi Espada, Jorge Bustos.

viernes, 23 de mayo de 2025

  1. A un artículo en The Objective de R. Pampillón, he comentado esto:
  2. MiguelN

    Hace 29 minutos

    Mire, Pampillón, desde la segunda guerra mundial Europa ha sido algo porque EEUU le ayudó a:


    1) a la reconstrucción con el plan Marshall, en 1948, gracias al cual Europa se permitió crecer y llegar a la posibilidad de fundar la CECA (embrión de la UE) en 1958. En ese plan Marshall, lo importante es que exigió a Europa, que era un enredo de mercados sometidos, que se abrieran dicho mercados para el que el plan Marshall funcionara. Ese plan permitió florecer a una economía devastada por la guerra. No estoy halagando los oídos pro-americanos. Estoy poniendo los bueyes delante de la carreta, pues Ud hace lo contrario. Europa sería muy distinta (a peor) sin el éxito de plan M. Ver Barry Eichengren

    2) EEUU ha estado “ayudando” (con dólares y efectivos militares, y miles de vidas de estadounidenses) en la defensa de Europa.
    Ésta no ha aportado nada, y ahora que está cargada de deudas impagables, le exigen que aumente al 5% de PIB su contribución a la OTAN. Si EEUU se hunde, se hundirá el mundo, Europa la primera.
    Una pregunta sin malicia: ¿Ud sabe de lo que habla?