En el debate sobre el conflicto de años entre EEUU y China -que cualquier día traerá conflictos mayores-, unos culpan a EEUU, por su laxitud monetaria, y otros a China, por su política extrema de "exporta o muere". Algunos ingenuos creen que esta política es una prueba de la fuerza de China, cuando es más bien lo contrario: una expresión de su débil estructura económica, marcada por ausencia total de mercados.
China tiene fama de dos cosas: de país comunista exitoso (entre los cuatros chalados comunista que quedan), o de un país de transición exitosa al capitalismo, lo que es bastante erróneo, pues es un capitalismo/mercantilista: o sea, no es capitalismo.
China y EEUU se han repartido los papeles a plena satisfacción de China, que consiste en que tú eres el consumidor mundial (EEUU) y yo soy el exportador mundial (China). Pero son papeles que no han decidido las partes en juego, sino una de ellas.
La verdad es que la FED, sea quien sea el rector, lo tiene difícil: unos, republicanos nuevos del Tea Party, se han empeñado en culpar a Bernanke de todos los males por su política muy laxa, y otros, los demócratas de siempre, también, pero por lo contrario: por ser un tacaño.
Curioso que casi nadie mire a la culpa que le corresponde a China, y que para mí se evidencia en un dato: China ha acumulado 2,8 billones de $ en reservas (con un aumento del 16% en 2010), lo que demuestra que su tipo de cambio es de todo menos de mercado. Cuando se queja que el aumento de la oferta monetaria en USA está presionando al alza a su moneda, en realidad se queja de que tendrá que comprar más dólares para mantenerla fija. Su política ya se ha trasladado a presiones inflacionistas internas; contra esto, lo mejor es dejar que el tipo de cambio se aprecie, y de paso, ayudar a equilibrar las balanzas comerciales.
Pero China no. Le basta con cortar el crédito interno por decreto para contraer la demanda y los precios.
Su gran fuerza es el mercantilismo, y pretende controlar el comercio mundial con el mercantilismo. No le interesa el capitalismo de mercado, pues eso sería ceder poder a los ciudadanos, quienes seguramente decidirían cosas funestas, como consumir más y más barato y vivir mejor, y de paso decidirían también a quién y por cuanto prestar sus ahorros. Eso sería un "lucro cesante" para el poder, ciertamente, que se embolsa los rendimientos de sus reservas por colocarlas donde le da la gana en el mundo, sin que sus ciudadanos vean un ochavo de lo que les tocaría.
Ah! Pero que le vamos a hacer, a unos y a otros se les caen las bragas ante China.
China tiene fama de dos cosas: de país comunista exitoso (entre los cuatros chalados comunista que quedan), o de un país de transición exitosa al capitalismo, lo que es bastante erróneo, pues es un capitalismo/mercantilista: o sea, no es capitalismo.
China y EEUU se han repartido los papeles a plena satisfacción de China, que consiste en que tú eres el consumidor mundial (EEUU) y yo soy el exportador mundial (China). Pero son papeles que no han decidido las partes en juego, sino una de ellas.
La verdad es que la FED, sea quien sea el rector, lo tiene difícil: unos, republicanos nuevos del Tea Party, se han empeñado en culpar a Bernanke de todos los males por su política muy laxa, y otros, los demócratas de siempre, también, pero por lo contrario: por ser un tacaño.
Curioso que casi nadie mire a la culpa que le corresponde a China, y que para mí se evidencia en un dato: China ha acumulado 2,8 billones de $ en reservas (con un aumento del 16% en 2010), lo que demuestra que su tipo de cambio es de todo menos de mercado. Cuando se queja que el aumento de la oferta monetaria en USA está presionando al alza a su moneda, en realidad se queja de que tendrá que comprar más dólares para mantenerla fija. Su política ya se ha trasladado a presiones inflacionistas internas; contra esto, lo mejor es dejar que el tipo de cambio se aprecie, y de paso, ayudar a equilibrar las balanzas comerciales.
Pero China no. Le basta con cortar el crédito interno por decreto para contraer la demanda y los precios.
Su gran fuerza es el mercantilismo, y pretende controlar el comercio mundial con el mercantilismo. No le interesa el capitalismo de mercado, pues eso sería ceder poder a los ciudadanos, quienes seguramente decidirían cosas funestas, como consumir más y más barato y vivir mejor, y de paso decidirían también a quién y por cuanto prestar sus ahorros. Eso sería un "lucro cesante" para el poder, ciertamente, que se embolsa los rendimientos de sus reservas por colocarlas donde le da la gana en el mundo, sin que sus ciudadanos vean un ochavo de lo que les tocaría.
Ah! Pero que le vamos a hacer, a unos y a otros se les caen las bragas ante China.